Google recurre ante el Conseil d’Etat, el Tribunal Supremo Administrativo de Francia, una orden dictada por la CNIL en la que multa a la compañía con cien mil euros por no aplicar el «derecho al olvido» en todos sus dominios, en lugar de hacerlo tan solo en los del país correspondiente.
Lo dije en su momento, y me reafirmo cada vez más: el supuesto «derecho al olvido» es una auténtica barbaridad jurídica, un sinsentido que solo puede traer problemas. Bajo el supuesto bienestar mental que nos proporciona a todos saber que podemos eliminar del buscador un resultado que no nos guste, se esconde en realidad una falacia enorme, capaz de convertirse en una poderosa herramienta de censura y de perjudicar sensiblemente el acceso a la información, la verdadera propuesta de valor de un buscador.
El olvido no es un derecho, es un proceso fisiológico. Olvidamos cuando los circuitos neuronales redundantes en nuestro cerebro dejan de serlo, no cuando alguien nos reclama supuestamente que olvidemos algo. Si existiese un «derecho al olvido», existiría la posibilidad de obligar a alguien a olvidar, una auténtica barbaridad se mire por donde se mire. Por otro lado, pretender que algo «se olvida» cuando simplemente lo retiramos de los resultados de un buscador es de un simplismo alucinante, de una cortedad mental que asusta: no, no se ha olvidado nada, simplemente lo has quitado de la vista en un sitio, pero lo has dejado en donde fue publicado originalmente. Es tan absurdo como engañar a un niño pequeño: ahora lo ves, ahora ya no lo ves.
Obligar a un buscador a que retire de sus resultados enlaces que reflejan el contenido buscado pero que alguien, por la razón que sea, no quiere ver ahí es, como tal, una auténtica barbaridad. Si además añadimos que el supuesto «derecho» no es universal y no vale para todos – resulta que yo, Enrique Dans, no puedo tener ese «derecho», porque según algunos, soy «famoso», aunque sea un simple profesor – ya la cuestión roza el absurdo jurídico más patente: una parte importante de la población puede ejercer un supuesto derecho que a mí se me niega… ¿por haber cometido alguna infracción? No, porque a veces salgo en la tele. ¡Genial! La incoherencia viene de lo que viene: de tratar de convertir en «derecho» algo que en modo alguno puede llegar a serlo, algo que simplemente no existe, que es artificial, que un tribunal decidió sacarse de la manga. Una ES-TU-PI-DEZ, con todas sus letras.
Si además rizamos el rizo y pretendemos, en función de la protección de ese supuesto derecho, obligar al buscador a eliminar sus resultados ¡en todo el mundo!, ya la terminamos de liar. ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Eliminar toda referencia a Ataturk, porque los turcos la consideran injuriosa? ¿Y las imágenes de Alá? ¿Las menciones a la familia real tailandesa? ¿Vamos a terminar con un motor de búsqueda que solo nos da resultados de gente sonriente y encantadora, que no molesten a nadie, porque siempre hay alguien que puede ejercer su «derecho al olvido»? Estamos jugando con cosas muy peligrosas, con nuestro derecho a la información, con el derecho a poder ir a una hemeroteca y saber qué pasó en un momento dado: ahora, si la hemeroteca es física, puedo acercarme a ella, hojear los diarios, y ver que el Sr. Costeja efectivamente estuvo casado y se subastó su vivienda en Barcelona… pero mediante mi ordenador, no puedo llegar a esa información, porque el Sr. Costeja invoca su «derecho al olvido» y me lo impide. La información está ahí, existe, no ha sido retirada, era factualmente correcta cuando se publicó, y puedo verla si me desplazo a una hemeroteca… pero desde mi ordenador, no. ¿Pero esta barbaridad jurídica qué es?
La tecnología provoca efectos que nos obligan a cuestionarnos muchas cosas. En los Estados Unidos, la sola idea de obligar a alguien a que no pueda devolver resultados que están recogidos en foros públicos suena tan absolutamente marciana, que tienen que frotarse los ojos para entender que efectivamente, en Europa somos «así de raros». O sea, que está publicado en un periódico, pero no se puede ver en un buscador, cuya función es, al margen de todo juicio moral… ¡buscar!! No, preferimos cargarnos una herramienta de búsqueda obligándola a que tenga que hacer su trabajo sorteando un permanente y creciente campo de minas.
Que sí, que la privacidad, que el derecho a la propia imagen… lo que sea. Pero ese derecho no puede convertir en reales conceptos que no lo son. Habrá que buscar otras maneras, que crear sistemas que pongan la responsabilidad en quien publica la información en lugar de en aquel que simplemente la busca, que arbitrar sistemas de corrección, enmendado o puntualización de lo publicado… algo. Pero no lo que hay, porque ese «derecho al olvido» es tan artificial como absurdo, y prolongarlo solo va a traer problemas.
El «derecho al olvido» fue una mala idea de un tribunal que se equivocó. Que además quien se equivocase fuese el Tribunal de Justicia de la Unión Europea convierte ese error en muchísimo más grave, en un error histórico, magnifica tanto el error como sus desgraciados efectos, pero eso no quiere decir que no sea un ERROR. Con mayúsculas. Todos nos equivocamos. Y ahora, a medida que pasa el tiempo, las consecuencias de ese error se van haciendo cada vez más grandes, más absurdas, más increíbles, atentando cada vez más contra el sentido común. Tenemos que plantearnos cómo salir de esta.
This article is also available in English in my Medium page, “The poisonous legacy of the so-called right to be forgotten«
No es un error. Es una memez. Burradas parecidas se ven muy frecuentemente en los más altos tribunales. Suelen pasar desapercibidas porque se envuelven en lenguaje seudojurídico para que parezcan más solemnes.
En este caso es más difícil ocultar la estupidez porque alude a un concepto mucho más naturalístico que jurídico.
Hay mucho imbécil que cree (y me temo que eso es lo peor, que se lo creen) que los libros de papel son sagrados y los dispositivos electrónicos (no digamos ya si, además son virtuales) son cosa del demonio.
Si se junta eso con la tendencia ahora muy de moda de mantener, sin la menor vergüenza, que la libertad de expresión tiene como límite inquebrantable el hecho de que nadie se sienta ofendido por lo expresado, pues caminamos hacia el siglo XII a toda máquina.
En efecto, el agravio comparativo es harto evidente en el caso de Costeja, que fue el caso sentenciado por el tribunal europeo. Resulta que las administraciones públicas sí pueden publicar en periódico los datos de una subasta por embargo, e incluso están obligadas por ley a hacerlo, y no es posible obligar a los periódicos a retirar esa información de sus ediciones online (que fue lo primero que Costeja intentó).
Pero claro, como es Google, un buscador, que es una de esas cosas malévolas y despreciables de Internet, entonces ahí ya no hay derechos, y el tribunal se quedó tan ancho censurando a Google a pesar de que a ese mismo tribunal jamás se le habría ocurrido censurar a un periódico. Y todo ello con el declarado propósito de que ¡el público no pueda acceder a la información!
Toda una maravilla para pederastas, corruptos, y otros indeseables, los cuales, a diferencia de Costeja, no van a andar concediendo entrevistas. Porque lo más triste de todo es que Costeja es ese imbécil del cual no habíamos oído hablar, que no quería que supiéramos que había sido moroso, y ahora todos sabemos que lo fue, gracias a su demanda y a sus entrevistas.
Costeja es el prototipo perfecto de tonto útil. Ni en tres vidas que viviese una detrás de la otra sería capaz de darse cuenta de cómo de tonto ha podido llegar a ser y hasta qué punto lo han utilizado…
Enrique, ponme otra vez en moderación, no vaya a decir en voz alta lo que pienso de los yernos. :)
Jajaja, tú como los Celtas, estás muy bien sin filtro! ;-)
Normalmente por pereza no suelo publicar comentarios en tu blog, con algunos de tus artículos estoy de acuerdo y con otros no, pero al menos tengo otro enfoque al mío y eso al final me ayuda a enriquecer mi propia visión de las cosas.
Con éste, estoy totalmente de acuerdo y además se nota que le has estado dando vuelta meses al asunto…
Considero que has sido muy generoso con el término «error»; es una CATÁSTROFE porque limita lo que para mí es la esencia básica de todo buen buscador «ofrecer información sin barreras».
A ver, no me gustaría tratar esto de forma superficial por la brevedad que supone un comentario, pero creo que hay que hacer algunas puntualizaciones, no a Enrique, sino a la percepción general sobre ete asunto, incluso de muchos profesionales.
Sí, existe en el corpus legal un derecho a la no difusión de datos personales, más allá de su ámbito de uso. Es decir, aunque sean públicos, no pueden dárseles publicidad si no es pertinente. Es lo que sucede con los medios de comunicación, que siguen unas reglas para publicar nombres o datos personales sin vulnerar esa protección a la intimidad. No se hace con las víctimas de un delito si no lo desean, o con menores de edad.
Eso ha existido siempre.
No, la aplicación de esa norma a un motor de búsqueda no se está haciendo de la forma adecuada, o al menos de forma que respete la neutralidad y uso razonable de la información indexada por Google de fuentes de terceros.
¿Por qué ha sucedió esto en la UE?
Pues, porque ante el conflicto entre el derecho a un uso neutral y el libre acceso a la información por parte de los europeos, y el derecho a la protección de los datos personales que pueda estar afectados por una especial protección debido a su sensibilidad, se ha optado por proteger un derecho de mayor rango, en detrimento de otro. En este caso, se ha beneficiado la especial protección de la privacidad, sobre el uso neutral que hace de esos datos una compañía privada.
Esto tiene sentido desde el pensamiento jurídico, aunque suponga el uso abusivo de la norma por parte del demandante en el caso de Google.
Por ejemplo, en EE.UU. no se pueden conservar los datos de delitos cometidos por menores de edad, para proteger su adecuada integración social, una vez que se ha salido de la tutela institucional.
En Europa, prevalece la doctrina de que las penas de privación de libertad, o las condenas judiciales, tienen un propósito reforma y prevención, no exclusivamente punitivo, y no se puede estigmatizar a una apersona para que esa reintegración social sea efectiva y plena de derecho, una vez que ha saldado su deuda. No se puede discriminar a alguien o excluirlo socialmente a posteriori.
Los autos judiciales que se publican en internet por los juzgados, también llevan en muchos casos sus nombres modificados, para anonimizarlos, hasta que no son resoluciones firmes.
Existen muchos más casos en que una información pública puede ser al mismo tiempo, restringida en su publicidad o difusión, si se hace un uso que no sea conforme a derecho.
Como en la UE no han ido caso por caso (recordemos que podría deberse a informaciones erróneas, estigmatización social, derecho a una especial protección, o menores) han decidido que, de entrada, se protege el derecho de mayor rango, y han servido «Café para todos» para anticiparse a pléyade de casos susceptibles de una protección especial.
Es una norma desequilibrada, en beneficio de la parte sensible, como sucede en otras ocasiones.
No es proporcional, pero cumple su cometido, hasta que se cree un criterio unificado y más selectivo sobre el procedimiento para proteger la información personal en este nuevo medio.
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Y sí, se puede hacer mejor. Y por eso Google ha recurrido esa norma, que es lo pertinente y lo que toca, hasta que se encuentre una norma de consenso y equilibrada que proteja los derechos de todas las partes.
El caso que provocó esa «doctrina cautelar» en Europa, es muy endeble, y aprovechó un resquicio legal, de una forma, que me atrevería a calificar, de oportunista e interesada.
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(De la memoria biológica, hablamos otro día, que igual el Machine learning se basa también en desaprender algunas cosas ;) )
Ya, bueno, pero el caso es que el TJUE falló a favor de Costeja. El caso es que es un absurdo de marca mayor que lo que un periódico puede publicar y mantener publicado no se le permita a un buscador el indexarlo. No hay excusa para la burrada que hicieron los jueces del TJUE. Les hubiera bastado con tener un poquito de sentido común, pero esto de Internet les venía grande.
Creo que que se están mezclando varios aspectos del tema . Para empezar » el derecho al olvido» y el derecho a un país a aplicar su legislación fuera de sus fronteras .
Sin entrar en si debe o no debe haber» derecho al olvido» , lo hay , es parte de una legislación , una legislación que defiende un derecho de unos ciudadanos de ese país. Es normal que ese país defienda a ese ciudadano a lo largo del mundo.
No discuto que no tenga mucho sentido que no se pueda indexar una información que existe , lo lógico es borrarla de origen. Pero en tanto en cuanto no se borra ni se bloquea , los «inteligentes» de los legisladores han decidió que si no esta en google no existe , es lógico que se exija a esa empresa que lo aplique global mente , que ninguna de sus filiales haga algo que en ese país se considera ilegal .
No, no es lógico. Turquía ni sueña en sus sueños más húmedos con exigir a ciudadanos extranjeros que no se les ocurra mencionar el nombre de Ataturk. Si yo aquí escribo que Ataturk era un impresentable (y no tengo ni idea de si lo era o no, la verdad, porque mis conocimientos sobre la historia de Turquía son más bien escasos) te aseguro que no va a venir ningún tribunal turco a juzgarme, porque insultar a Ataturk es algo que solo está definido como delito dentro de Turquía. El único país que pretende aplicar sus leyes en todo el planeta es Francia, debe ser por eso de la grandeur: en su momento, el juez Gomez intentó multar a Yahoo! Auctions porque era posible comprar objetos de memorabilia nazi en su página… ¡desde otros países! De nada sirvió que le explicasen que esos objetos no eran ilegales en otros países, el juez pretendía seriamente que no se pudiesen subastar en ningún sitio, porque era delito en Francia. Y Yahoo!, en una prueba de estupidez, decidió retirar esas subastas de todo el mundo simplemente para evitarse un problema. Ahora, Google, en lugar de litigar hasta el límite cuando salió la estúpida resolución del TJUE, decidió que iba a desarrollar un procedimiento de retirada, cuando estaba claro que eso no tenía ningún sentido y que lo que había que hacer no era cumplirlo, sino luchar contra ello por reducción al absurdo. Ahora, el supuesto «derecho al olvido» se está convirtiendo cada vez más en un engendro impresentable y de consecuencias imprevisibles simplemente porque algunos, en lugar de luchar contra él, se pusieron de perfil. Con estas cosas, bromas las justas. Ni una concesión a la estupidez, por favor, que ya bastantes estúpidos hay por su cuenta sin que los alimentemos los demás…
Es decir, que no solo no voy a poder buscar la información que no me permitan los legisladores españoles, sino tampoco la que no quieran Corea del Norte, Arabia Saudí, Irán, y China. ¿Es eso?
Excelente artículo que comparto en su integridad y que podemos describir en dos ideas.
Derecho al olvido = matar al mensajero (Google) + amnesia obligatoria
Es decir, la antesala de la censura y del estado policial. Veremos…
Hay que ver las panzadas que nos dábamos de reír con la Enciclopedia Rusa que de edición en edición eliminaba los datos, azañas y las fotografías de lo que caían en desgracia.
Pensábamos que «cambiar la historia» solo se daba en las dictaduras, y mira tú, que también se da en las «democracias» y que cualquier día nos salen los herederos de Ruíz Mateos diciendo que se elimine el nombre de su padre de lo relacionado con la venta de bonos de Nueva Rumasa, Mario Conde pidiendo que no se le relacione con Banesto y De la Rosa diciendo que no se le relacione con los líos de los petrodólares, ni a su padre con el Puerto Franco de Barcelona.
Con la cantidad de cosas que tenemos que olvidar en España, la historia del siglo XX de este país va a tener menos palabras que los chistes del ROTO.
¡Vivir para ver!
Pensamiento 1:
Que falta hace que nos indexen nuestras salidas de pata banco ¿no?
Pensamiento 2:
Si hay un delincuente vecino mío ¿ es bueno que lo pueda buscar en google?
Pensamiento 3:
Si tu eres el delincuente y has cumplido con la ley ¿Es bueno que se limpie en google?
Pensamiento 4:
Es bueno que una empresa pueda acceder a mi facebook twitter, etc cuando era un Hooligan
Puedo haber sido reseteado ¿no?
Pensamiento 5:
Bueno si cumplo la ley aquí, pero en Canadá sigues saliendo como el que mató a Manolete
¿Es esto choteo 3.0 de google?
Pensamiento 6:
¿Se debe permitir borrar el historial de un menor?
Creo que esto es serio.
Pensamiento 7:
¿Es importante lo que piensa Google y que toree a la UE?¿Hacemos mejor como el juez de Brasil con Whatsup?
Pensamiento 8:
Pues la verdad no sé, lo único que me mosquea es que estáis todos de acuerdo. Algo debe ir mal y os quejais por el cumplimiento de una ley que a priori, no sé si es buena o mala malísima. No había visto tanto ímpetú desde el artículo sobre la ley mordaza…
Voto: Me abstendría. Pero por solidaridad con la masa alienada, teneis «La Razón!!»
Siempre me quedará la memoria de «los mormones»
Que algunos lumbreras mandan cerrar páginas
y luego lo encuentras ahí. Al buen entendedor…
¿Tengo derecho a enterarme, si no fue un timador, la persona a quien voy a dar un trabajo de confianza en mi empresa? ¿Para qué pido referencias de los sitios donde ha trabajado?
Se que el asunto tiene sus aristas, pero creo colegir que lo dicho por ti es como decir (avanzo un paso) que el derecho al olvido conlleva un cierto derecho al engaño (algo parecido a lo que pasa en algunas parejas sentimentales)… y eso nos llevaría a que los jueces pueden legalizar indirectamente el engaño…y la cosa se complica.
Como bien dice ED, lo que está en la hemeroteca por que no puede estar en el ordenador? En el ordenador no está el infierno, el infierno está fuera (y somos nosotros!).
Los profesionales del engaño suelen estar en otro lado.
Primero plantearía que derecho tiene un tercero a almacenar datos que no cumplen con la ley LOPD.
Te fías de alguien que se salta la ley. Mal empieza tu selección de personal
Segundo. Como esos datos estàn accesibles a alguien.
¿Has pagado por ellos?
¿Son fiables? O alguien interesado te está metiendo un paquete y encima pagas.
Las cosas no son tan simples como lo planteas
Si pides ética, pues lo de la paja y la viga
Cierto, los datos pueden ser o no fiables, (tanto si son malos como si son buenos), pero fiables o no, tengo derecho a conocerlos y decidir yo sobre su validez, Si por ejemplo, proceden del BOE los daré por ciertos, si proceden de un periódico nacional, también daré mucha fiabilidad y si proceden de una página desconocida. no los daré excesiva fiabilidad.
¿Acaso no tengo derecho a averiguar la vida de una persona a la que la voy a dar un trabajo de responnsabilidad?. ¿Darías una restauracion de un cuadro, a laguien que dice que sabe hacerlo, o buscarías fuentes que aseguraran que ha hecho hasta el momento?. ¿No estas en tu derecho de entrarte que el presunto restaurador. es quien hizo la del «Ecce Homo de de Borja»?- ¿Por qué ha de ocultarme eso Google el dato, porque la pobre mujer tuvo muy buena intención?.
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Mi único punto es que no está tan claro que alguien tenga derecho a indexarte.
En un estado de derecho hay unas leyes que hay que cumplir como:
* Protección de Datos
* Ley de Derecho al olvido
* Ley mordaza
Te gusten o no.
Las podrás cambiar pero siguiendo el procedimiento adecuado.
No te gusta la LOMCE (p.ej) pues al Parlamento y la cambias.
Lo que me parece «de traca» es que hay una ley y como no me da la gana cumplirla no pasa nada y todo vale.
Por otro lado
Que tendrá que ver una selección personal con el derecho «a realizar un tacto rectal indexado» y normalmente indeseado»
Con el «derecho al olvido», Nadie te ha mermado tu derecho de conseguir información por medios legales, si el de ser un cotilla de patio de vecinas… o también va a ser válido p.ej. que te hackeen, te pinchen el teléfono, te inserten en una Base de Datos estilo nomefio.com ( existe y es sobre empresas no sobre «trabajadores del conocimiento»)
Tiene mucho peligro el patio de cotillas que se ha convertido internet.
PS: Respondo a otro comentario, sobre si esto es LOPD o no. Sé que no lo es. Simplemente si alguien indexa algo publicado que la vulnera se hace partícipe. P.ej. Si Google indexa un contenido «ilegal» protegido por LOPD ¿ es partícipe del delito? o se hace el tonto, no tiene ninguna responsabilidad en base a que «El robot no puede discriminar» y además muchos comentarios de este blog les pone que estén tus datos indexados, ilegales o no.
Luego pondrán un vehículo autónomo y si tiene que decidir el mal menor, y mata alguna persona, Que? tampoco es responsable.
De todas formas te confundes, nada tine que ver la LOPD (Ley de proteccion de Datos) con la Ley del Olvido, que a lo que se refiere es que no se puede indexar cierto dato si un señor lo pide a Google.-
Son dos temas muy diferentes y Google no tiene mada almacenado. sólo idexado, donde se almacenan. es en documentoss antiguos, por ejemplo periódicos, totalmente legales que te enseñan en las hemerotecas si los solicitas sin ningún tipo de traba..
Si los datos son o no fiables es cosa del periódico que los publica, ¿no? Porque Google no publica nada, simplemente te dice dónde está la información que andas buscando.
Manda cojones que fuera de Internet tengamos unos derechos constitucionales (entre otros, el derecho a recibir información), y en Internet vivamos en una especie de estado de excepción permanente.
A ver si nos vamos enterando ya de una vez, que tanta ceguera empieza a ser preocupante. Si es legal publicarlo, debería ser legal poder encontrarlo para leerlo.
Porque vamos, es un disparate que esa información no se pueda censurar, porque es 100% legal, y sin embargo nos cuelen un sistema de censura por el simple hecho de que esto es Internet, y aquí hacen con nuestros derechos lo que les sale de las pelotas.
Olvidais el detalle de que los escandalos se viralizan mas que cuando se demuestra que son mentira.
Si a un personaje publico le acusan de un delito facilmente se le echara la gente al cuello. Si despues se ve que es inocente poca gnte aparecera pidiendo perdon por lo dicho. Dado que los buscadores evaluan la importancia de los resultados segun el interes que suscitan esa persona sera un delincuente de por vida ante cualquiera que se interese por el.
Igual pasa con cualquiera que paga su deuda con la sociedad, si la tiene. Una vez que has cumplido tu castigo debes poder empezar de nuevo. Si no, es mas dificil volver a tener una vida normal. Por eso los antecedentes y las fichas policiales tienen una caducidad. Si la ley es benevola, ¿por que un buscador debe estar por encima?
Y no, no se pueden ir tachando los nombres en las hemerotecas, pero si estan mas limitadas en cuanto a la informacion que dan. Cuando buscas una noticia en concreto encuentras los datos completos, pero queda claro el momento en el que se dio el hecho. Con un buscador no tanto, puesto que no dan la fecha de una noticia, sino de la actualizacion de la web.
A proposito, hace poco lei que gran cantidad de gente es incapaz de distinguir el contenido patrocinado del que no lo es. ¿No ocurriria lo mismo?
El derecho al olvido (yo lo llamaria «derecho a la restitucion del honor») es necesario. Incluso lo veo mas legitimo que las retiradas de contenidos por DCMA.
Lo que mejor resume lo paranoico de la política actual, es que los mismos políticos que sacan por la mañana una Ley de Memoria Histórica, sacan por la tarde la Ley del Derecho al Olvido.
Esas carencias que señalas indican simplemente la necesidad de mejorar en esos aspectos: proporcionar mejor información sobre la fecha de publicación, ofrecer posibilidades de puntualizar o de enmendar material publicado… la mayoría de ellas tendrían que ver con quien publicó originalmente, no con el buscador. Podríamos discutir si debemos obligar a quien publica información a mantenerla actualizada de manera responsable o a ofrecer la posibilidad de enmienda, medidas que harían más complejo el trabajo de publicar en la red pero que, indudablemente, podrían ser estudiadas. Pero lo que es completamente absurdo es pretender solucionar esos problemas a base de situar toda la responsabilidad en el buscador, eso no tiene ningún sentido. El buscador no está, como tú dices, «por encima de la ley» ni por encima de nada: simplemente busca. Es para lo que sirve y para lo que debe servir. Los problemas con los resultados hay que arreglarlos en el origen de los mismos.
Enrique
Todo aquel que tiene una empresa tiene una responsabilidad civil. Cuando un buscador indexa, jurídicamente podrá manifestar que no hay medio material para poder discernir a priori que el contenido indexado cumple la legislación o no. Y remitirse a que fue publicado en su momento en una web.
En el caso del Derecho del Olvido, es un hecho que un tercero pueda considerar que se han vulnerado sus derechos y que se le puede pedir al indexador que repare el daño producido. Creo que le llaman «responsabilidad por hechos ajenos» (apunto no tengo idea de leyes, pero aplico mi criterio).
Es un hecho que el indexador, realiza un acto, e independientemente de lo expuesto arriba, es responsable de los daños causados, en cierto modo, es cooperador necesario. La responsabilidad civil se puede exigir incluso cuando no hay voluntariedad. Más se podrá exigir cuando se realiza un acto voluntario (el indexado), y que además tiene el agravante que se realiza con el fin de conseguir negocio e ingresos (p.ej. publicidad de las páginas)
Si tienes la formula magica para hacer que los centenares de tuiteros y bloqueros que opinan sobre un tema retiren sus publicaciones antiguas sobre un determinado tema, di cual es. Hasta entonces, habra que usar un parche en el principal medio de difusion.
En el caso de Costeja, que fue el que inició este embrollo, no es aplicable tu argumento. Era una sola edición antigua de un periódico. Una única fuente.
Puede llegar a haber casos que sean como dices, pero digo yo que entonces, si se puede obligar a los buscadores, también se debería poder obligar a los tuiteros y blogueros (y periódicos). Tal vez no puedas ir a por todos, por ser innumerables, pero lo que es un contrasentido del calibre 90 es que sí se pueda ir a por los buscadores, y no a por los tuiteros, blogueros, ni periódicos, que desgraciadamente es lo que está ocurriendo.
Tenemos pues una contradictoria situación, en virtud de la cual tenemos un derecho constitucional (a dar y recibir información) en algunos sitios (periódicos, y tal vez incluso en Twitter y los blogs), y en otros sitios (buscadores) se nos niega ese mismo derecho constitucional.
Que los buscadores sean además el principal mecanismo de acceso a la información no hace sino agravar ese problema. Convierte nuestro derecho constitucional en un cascarón vacío en Internet.
A cualquier juez que le digas de censurar un periódico, se echará las manos a la cabeza, por mucho derecho al olvido que le invoques. Si además le hablas de Twitter y los blogs, tal vez comprenda (o tal vez no) que el derecho constitucional es el mismo. Pero como les hables de los buscadores, muchos jueces simplemente no entienden nada, ni se les pasa por la cabeza que eso es una censura tan grande y lesiva como con los periódicos.
Podrás pensar que la Constitución sigue ahí, negro sobre blanco, pero no es cierto. La ley (Constitución incluida) no es lo que pone en la ley, sino la interpretación que de ella hacen los jueces.
Ante una sentencia judicial, los periodicos se ven obligados s publicar una rectificacion. En casos individuales lo mismo, pero los buscadores siempre alegaran «solo indexo, no soy el autor».
Acerswap:
Primero tendría que producirse esa sentencia judicial, porque contra los periódicos no la ha habido en esto del derecho al olvido.
Ahora bien, llegado el caso, sería razonable que al buscador se le ordenase indexar la rectificación. Y eso suponiendo que el buscador no lo haya hecho ya por sí mismo, porque al propio buscador le interesa ofrecer los mejores resultados posibles.
Cambio una palabra en tu frase:
«Si la ley es benévola, ¿por qué un periódico debe estar por encima?»
La ley, ¿no debería ser igual para todo el mundo? ¿Por qué está bien que los periódicos mantengan publicadas esas informaciones en Internet, y está mal que los buscadores las indexen?
Más aún, ahora llega Francia y, estupidez sobre estupidez, le exige a Google que haga desaparecer esos resultados a nivel mundial (no solo en la UE), bajo la tonta excusa de que un francés podría verlos si usa un proxy USA o si está de vacaciones en Canadá.
Pero es que esto mismo es cierto de los periódicos, las webs de los periódicos de la UE también son visibles en USA y Canadá. Y en la UE. Porque a los periódicos ni se les tose con esta cuestión, para ellos no existe el derecho al olvido.
Si esto acaba yendo a misa, sentaría un peligrosísimo precedente en virtud del cual países como Corea del Norte, China, o Arabia Saudí nos impedirían a nosotros encontrar en Google cualquier información que no les interese. El sueño húmedo de los creadores del Gran Cortafuegos Chino.
No, a los norcorenos, a los chinos y a los saudís les da exactamente igual la información que encontremos de ellos. Esto es el sueño húmedo de los dirigentes occidentales.
En un foro tan instructivo como este, con los debates tan interesantes que se abordan, me chirría que una persona con la influencia mediática de Enrique, y la responsabilidad que ello conlleva, utilice adjetivos como «tonto» en un par de ocasiones para descalificar a una persona.
No es la primera vez, ha pasado en otras entradas; ahora intentaremos defenderlo con la subjetividad de la interpretación…, pero sinceramente, se podría y debía haber evitado.
Es que me gusta llamar a las cosas por su nombre…
Muy on-topic http://xkcd.com/1683/
La red olvida. Quizas hay que enfatizarlo mas. Incluso quizas mas rapido que los seres humanos. Trata de buscar un articulo en cualquier peridico de hace 10 an~os. Trata de buscar un comentario en facebook de hace un par de semanas y tendras problemas. Que paso con los cientos de sitios de geocities que muchos visitabamos en los noventas?
Empresas desaparecen, formatos cambian, links se quiebran. Es cierto la informacion debe estar en alguna parte, pero no siempre es accesible o muchas veces estan perdidas en backups u otros medios.
MV
Completamente de acuerdo. Las empresas quiebran, los servidores se renuevan e información que a priori es interesante pues sencillamente no está. Alguien comparó alguna vez internet como una gran red neuronal y está claro que está afectada por varias enfermedades
1. Envejecimiento. Con perdidas parciales de memoria
2. Indexación no neutral. Cuanto más ignorado eres por el ojo que todo lo ve, menos visible eres. Por lo que si eres empresa a pagar toca.
3. Manipulación en redes sociales. Otra vez no neutralidad de la red
4. Contrainformación. Informacón banal, errónea, consumo de masas intelectualmente embrutecidas, mediocridad
Tan mala es la censura, como el exceso de información y la imposibilidad de acceder a fuentes de rigor o posiciones alternativas.
Cuando encuentras algo interesante recopila esa información y gestionala bien que nunca se sabe. Lo malo es el Diogenes digital que esto conlleva.
Perdona, Enrique, pero si vamos a eso, a mi me puede resultar inconveniente también salir sonriendo en algunas situaciones… Es decir, mejor, cerrar el buscador y listo.
Cui prodest?
Está claro a quién trata de beneficiar el legislador (político) cuando saca una aberración normativa de este calibre:
A si mismo, a sus compisyoguis, a todo aquel que tenga algo que ocultar.
Aquí hay diversidad de opiniones. Yo soy de los que piensan que siempre habrán muchos intereses, y la fuente primaria es la que debería eliminar el contenido, no el buscador, aunque luego el bot (o crawler) del buscador tarde su tiempo en rastrear y actualizar su base de datos de indexación del porcentaje visible que rastrea de la WWW (incluida la cache), al margen de que existen proyectos como Archive.org.
Coincido en muchos aspectos del post y con algunos comentarios. Pero hay situaciones que me dan vuelta. Claro que es ridículo que un país quiera ejercer sus leyes en todo el mundo pero hay casos en que me pregunto algo. Puedo hablar de varios casos en Chile. Hace unos meses salió este tema en las noticias y salieron tres casos bien llamativos: los tres querían que se borraran sus antecedentes, enlaces y páginas que hablaran sobre ellos ¿la razón? Cada vez que se ponían sus nombres en los buscadores se les asociaba a ladrones, pedófilos y violadores. Resulta que fueron tres personas que fueron acusadas de crímenes que al final se demostró que no cometieron, pero que la prensa publicó como culpables, pero luego de que fueron exculpados y libres de polvo y paja por la justicia, siguen estando las páginas que los indican como «culpables» y que las paginas ni el buscador se niegan a quitar, borrar o lo que sea. Y estas personas no pueden encontrar trabajo y son señalados con el dedo como horribles personas, siendo que no son culpables. Tengo una opinión diferente con las empresas, pero en personas comunes y corrientes, es un tema. Lo pongo sobre la mesa.
Y lo más increíble es que los propios ciudadanos fomentan la censura. Cuando la información es pública pasa al DOMINIO PÚBLICO , concepto del que se hacen de la vista gorda los censuradores, los gobiernos anti democráticos que desean regresar a la época de las pelucas, a la Santa Inquisición, a la quema de libros y a sus poseedores. Bienvenidos Torquemadas¡¡¡