La NBA baraja elaborar una lista de wearables para que puedan ser utilizados por los jugadores durante los partidos, lo que abre una serie de cuestiones muy interesantes. En principio, la mayor parte de los wearables no suelen dirigirse al mercado del deporte profesional, sino al de consumo, debido, además de a las limitaciones existentes hasta el momento en la mayor parte de los deportes, a una simple cuestión de tamaño de mercado.
Los deportistas profesionales, en función de los deportes en los que compitan, pueden hacer uso de determinados wearables o gadgets tecnológicos cuando entrenan, pero generalmente, no durante la competición. Las razones, además de las restricciones normativas, van desde la necesidad de reducir peso o de evitar molestias, hasta la simple inutilidad: en ocasiones, monitorizar las prestaciones no ofrece ningún tipo de valor. Hablando el otro día con Jairo Ruiz, triatleta profesional, comentaba que sí solía utilizar un bike computer para monitorizar sus prestaciones en la prueba de bicicleta porque le aportaba mucho a la hora de motivarse y saber si estaba yendo muy fuerte o no. Sin embargo, renunciaba completamente a utilizar un reloj monitorizador cuando competía porque era demasiado aparatoso, pero, sí lo usaba en ocasiones cuando entrenaba, y a la hora de nadar, prefería no llevar nada porque le obstaculizaba en las transiciones, por ejemplo cuando intentaba sacarse el neopreno a toda velocidad para no perder tiempo. Las circunstancias, los escenarios y las consideraciones en las que los deportistas profesionales pueden buscar el apoyo de la tecnología son sumamente variadas. No es lo mismo en deportes individuales, en los que la cuestión se reduce a las posibles molestias que produzcan al jugador, que en deportes de equipo o con un nivel de contacto elevado, en los que un wearable podría, por ejemplo, inflingir un posible daño a otro jugador.
Pero la gran pregunta, lógicamente surge de plantearse hasta qué punto podrían mejorar los wearables si utilizasen el mercado del deporte profesional como banco de pruebas. En la aprobación de la introducción de tecnologías de este tipo en el deporte profesional durante la competición puede haber mucho a ganar. En términos de precisión, por ejemplo, el mercado de consumo puede perfectamente sobrevivir con un cierto nivel de error si está distribuido de manera normal, pero el mundo del deporte profesional resulta muchísimo menos tolerante en ese sentido. En ergonomía ocurre algo parecido: el milímetro extra que sobresale la superficie de determinado smartwatch de la muñeca no tiene ninguna importancia, pero en el deporte profesional sí puede tenerla, o puede incluso obligar a pensar en otros diseños que tal vez puedan iluminar nuevas avenidas de desarrollo. Por otro lado, en términos de marketing, el deporte profesional ofrece una inmensa oportunidad para proyectar influencia mediante el efecto de prescripción que los deportistas tienen entre aquellos que les siguen o les consideran sus ídolos. Si Michael Jordan hubiese salido habitualmente en las fotos durante los partidos llevando un wearable determinado, el efecto generado sobre las ventas podría haber sido posiblemente similar al obtenido por las Nike Air Jordan, uno de los productos más rentables de la historia de la marca.
Competir con una intensidad mayor de datos no es como competir con esteroides. Puede brindar muchísima más información, ofrecer una gestión más inteligente o eficiente de la potencia, planificar mejor el esfuerzo o incluso abrir el camino a nuevas estrategias. ¿Qué decisiones estratégicas a la hora, por ejemplo, de hacer cambios podría tomar un entrenador de fútbol o baloncesto si pudiese acceder en tiempo real a variables de sus jugadores como su frecuencia cardíaca o a indicadores de su consumo energético? ¿Qué haría el mercado de los analistas y del periodismo deportivo con semejante avalancha de datos? ¿Y qué mejoras de diseño podrían plantearse del hecho de tratar de adaptar los diseños a un mercado infinitamente más exigente?
Definitivamente, es un escenario que me apetece mucho ver.
This article is also available in English in my Medium page, “Wearables: a whole new ball game«
En el mundo del fútbol hace ya bastante tiempo que se están utilizando este tipo de tecnologías.
Un ejemplo son los chalecos gps (tanto en entrenamiento como en competición) que aportan datos individualizados de cada jugador.
De hecho, los pulsómetros, contadores de pasos, etc… tan de moda ahora han sido utilizados desde hace ya mucho tiempo en el deporte. A ver si ahora va a resultar que Fitbit, Jawbone, Apple, Samsumg… han «inventado la rueda».
No, es lo que digo en la entrada: salvo que esté yo muy mal informado, se usan en entrenamiento, por supuesto, pero hasta ahora, nunca en competición. En el fútbol no solo no puedes llevar una pulsera, sino que incluso te obligan en ocasiones a quitarte anillos o pendientes. La diferencia estaría en que lo que la NBA pretende hacer ahora es aprobar una serie de wearables para su uso DURANTE los partidos. Eso, en términos de visibilidad, de especificaciones y de exigencia, es lo que podría de verdad marcar la diferencia…
Desde hace tiempo los jugdores de futbol juegan con chalecos gps bajo la camiseta que miden pulsaciones, distancia recorrida, ritmos, etc…
Y se están usando en competición.
Aquí tienes un ejemplo usado en competición http://gpsports.com/
Para los entrenadores conocer on-line el estado físico de sus atletas, puede cambiar la forma de dirigir a sus deportistas, al menos eso ha ocurrido en Formula a1 conocer online el estado de los automóviles.
Pienso lo que puede ser un Tour de Francia, cuando los jefes de equipo puedan conocer con exactitud las fuerzas de todos los ciclistas de su equipo, a la hora de mandar hacer una escapada a un corredor, o correr ahorrando energía.
De todas formas, el deporte de élite está ya tan tecnificado, que una cosa más, poco va a cambiar el panorama. Al final, quienes jugarán las grades competiciones, serán cyborgs transgénicos disfrazados de hombres.
Pues que los cacharritos esos no sirven para nada, sobre todo no para llevarlos a diario sino para hacer una prueba, que ponga sinó la gente testimonios de aquellos que hayan conseguido buenas marcas …
y en cuanto al deporte de élite lo mismo, la gente se queja de que un ministro tenga dieta pero que uno de estos deportistas gane cientos de millones le parece bien, eso es porque hará un trabajo mas importante, meter la pelotita mas que gestionar un pais, despues que no se queje …
y por último cosas tan extrañas como que detuvieran por doping al famoso ciclista, muchos años despues de haber ganado muchos triunfos y tours, ¿ porque no lo detuvieron en su dia? … porque se delataria que todo el tour, o las olimpiadas igual y demas va puesto hasta las cejas, toman sustancias como una hierba de Tailandia que ni los médicos pueden determinar si es doping o no, de como se ha complicado la cosa … y se acabarian estos tontos negocios
Van a poder hacer virguerías como esta: http://graphics.latimes.com/kobe-every-shot-ever/
Yo me atrevería a ir un poco más lejos e imponerlos en el deporte de competición no profesional. En estos momentos me vienen a la mente esos jugadores, atletas, deportistas que no viven del deporte pero que no pueden concibir su vida sin él.
Sólo recordar la tragedia del maratón Vía Verde de Ojos Negros de hace unos días, donde dos runners perdieron la vida, me entristece y apena porque aunque no voy a dejar de hacer deporte, y menos a correr mientras mi salud me lo permita, siempre te queda un mal cuerpo cuando te estás poniendo las zapatillas antes de salir a disfruar de un momento de relax.
Quizá el desenlace hubiera sido el mismo, no lo sé pero aprovechar este tipo de avances tecnológicos pueden ayudar a que no se repitan.
Desde aquí aprovecho para mandar un fuerte abrazo a sus familias y a todos los runners de España.
A mi se me ocurre que también puede dar pie a otras cosas, que incluso pueden estar fuera del reglamento o «en el limbo»: La transmisión inmediata de información relevante al jugador. Pensando en la NBA, me imagino al entrenador(o a otro jugador) haciendo vibrar el reloj de uno de sus compañeros para indicarle que tiene el pase a tiro o de que viene uno por detrás, etc, y de aquí a todo lo que podamos imaginar…
(y OjO quizá puede ser buena idea incorporar eso, al estilo de como se hace(o se hacía que ahora ta prohibido) en la F1 por ejemplo. ¿mejor o peor? Ni idea, diferente.
En el Rugby se viene utilizando dispositivos que permiten a los entrenadores conocer el estado de sus jugadores en el campo. Lo que para el entrenador es significativo ya que en deportes grupales es posible evaluar los cambios tanto de atetas como de estrategias de a cuerdo al desgaste que cada uno de los jugadores ha sufrido en el desarrollo del juego.
Desde ya que hay disciplinas en la que introducción de tecnología de este tipo es más simple que en otras. En el mundo del deporte solo queda ver que tanta incidencia tiene el uso de estas tecnologías en la competición, y cuanta desventaja tiene aquel que no la utiliza.
¿Y si un hacker obtiene esa información real-time y la vende para los que están haciendo apuestas deportivas?
Hombre, más interesante es todo lo que ha hecho/está haciendo la NFL, de probado interés para las cadenas, y que podrían asimilar los jugadores de NBA también. Echad un ojo a:
http://postscapes.com/real-time-nfl-player-tracking-zebra-motionworks
En cualquier caso digamos que no es novedad sino «market replication» (salvo el tema de la elección del envolvente hardware, un tema un poco más complicado en el caso de la NBA, pero no insalvable).