El pliego de cargos enviado por la Comisión Europea a Google sobre presuntas actuaciones contra la competencia en la gestión de su sistema operativo Android me llevó a plantearme por enésima vez el aparente síndrome del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde que aqueja a una de las compañías más valiosas del mundo, por un lado capaz de generar auténticas plataformas que permiten el desarrollo de florecientes ecosistemas innovadores, pero que posteriormente parece tener problemas «muy mundanos» a la hora de plantearse su explotación económica. Dediqué al tema tanto mi columna en El Español, titulada «¿Es Android un monopolio?», como mi espacio en la barra tecnológica de La Noche en 24 horas (a partir del minuto 1:40:42).
La estrategia de Google con Android es por todos conocida, y no difiere especialmente de otras anteriores jugadas en su momento por gigantes tecnológicos como IBM: crear una plataforma abierta que cualquier fabricante puede adoptar, de forma completamente libre y gratuita, para construir sobre ella su oferta de terminales y, teniendo la competencia como estímulo, dar lugar a una mejora continua en el sistema. Así perdió Apple su liderazgo en el ordenador personal en la década de los ’80, y así volvió a perder su ventaja inicial en ese segmento smartphone que redefinió en 2007 con el lanzamiento del iPhone.
Que Android ha significado una enorme aportación para la implantación masiva y generalizada del smartphone, para el desarrollo de un vasto ecosistema de aplicaciones y para la innovación en general es algo que pocos dudan, y la primera respuesta de Google al pliego de cargos de la Comisión Europea incide, precisamente, en esos aspectos:
«Android ha ayudado a fomentar un notable y sostenible ecosistema basado en un software de código abierto y promoviendo la innovación. Esperamos continuar trabajando con la Comisión Europea para demostrar que Android es bueno para la competencia y para los usuarios.»
Ahora bien, como siempre, entre una buena idea y su ejecución puede mediar, en ocasiones, un trecho importante. En efecto, todo indica que el desarrollo de Android responde a ese interés genuino de la compañía por favorecer la innovación, por expandir el ecosistema y hacerlo asequible a más usuarios, y por promover la competencia, precisamente los elementos con los que la Comisión Europea acusa en su carta a Google en sentido contrario. Por tanto, la discusión no parece estar en las ideas y en los planteamientos, que indudablemente son buenos, sino en su ejecución.
Ante las acusaciones, Google se defiende diciendo que Android es una plataforma abierta, y que existen numerosos casos en los que otros fabricantes han podido tomar el núcleo del sistema operativo y dar origen con él a forks, a nuevas versiones como el Fire OS de Amazon o CyanogenMod que pueden funcionar completamente al margen de Google, y sin ninguna aparente oposición por su parte. Es libre, alguien lo toma, lo modifica, y lo usa en su beneficio. Hasta aquí, todo correcto.
Que además sean muchos los usuarios que, en caso de presentarles un hipotético terminal con Android pero sin ninguna aplicación de Google de las que suelen aparecer preinstaladas (Gmail, Google Maps, etc.), irían rápidamente a descargarlas tras insultar airadamente al fabricante por no haberlas incluido de serie es, claramente, un hecho. Las apps de Google son, en general, muy buenas, y son muchos los usuarios que las utilizan. Y en efecto, la legislación antimonopolio no puede castigar a una compañía por ser exitosa, por crear buenos productos que los usuarios tienden a preferir sobre otros. De nuevo, hasta este punto, todo parece adecuado, y no parece mediar infracción alguna.
¿Dónde empiezan, por tanto, los problemas? Presuntamente, si hacemos caso a la Comisión Europea, o antes a Rusia, que pasó por una demanda similar anteriormente (y seguramente ha servido como inspiración, o incluso como modelo), las acciones que Google ha puesto en práctica y que demandan una acción sancionadora son los siguientes:
- Obligar a los fabricantes a que preinstalen la app de búsqueda de Google, el navegador Chrome, y a que definan Google como buscador por defecto.
- Impedir a los fabricantes que comercialicen terminales basados en otros sistemas basados en Chrome (el hecho de que OnePlus, fabricante chino, decidiese pasar de utilizar CyanogenMod en su OnePlus One a utilizar Android con una simple capa adicional, OxygenOS, en sus siguientes modelos, OnePlus 2 y OnePlus X sería, presumiblemente, fruto de este tipo de presiones).
- Ofrecer incentivos financieros a fabricantes de terminales y a operadores si predefinían Google como motor de búsqueda por defecto en sus terminales.
- Condicionar el acceso a determinadas apps, particularmente la tienda de aplicaciones Play Store, a la utilización del sistema operativo Android en las versiones aprobadas por Google. En el caso de Fire OS, por ejemplo, utilizado por Amazon en sus Kindle, la Play Store no está presente, lo que ha llevado a Amazon a desarrollar su propia tienda de apps (aunque esa decisión podría haber sido tomada por la propia compañía).
La cuestión es más delicada de lo que parece. Por un lado, hablamos de un sistema operativo gratuito, lo que elimina muchas de las posibles comparaciones con el caso United States vs. Microsoft Corp. de 2001. Un sistema operativo que se financia mediante cuestiones como el estudio del uso que sus clientes hacen de él o las apps que puedan ser adquiridas en su Play Store, lo que podría llevar a que la compañía argumentase el bundling, el condicionamiento de sus partes en un lote integral e inseparable, en función de la especificidad de su modelo de negocio. Esto, sin embargo, chocaría con las cláusulas de la licencia Apache elegida por Google para Android, que permite su modificación. Esta licencia, considerada intrínsecamente business-friendly, es una parte inseparable del éxito de Android, porque es la que permite a los fabricantes plantear argumentos diferenciales frente a otros que utilizan el mismo sistema operativo. Un argumento del tipo «no puedes quedarte solo con la parte que te interesa y dejar en el plato la que nos financia a nosotros» quedaría, en principio, invalidada por los términos de la licencia elegida. Y como es bien sabido, las licencias se eligen para lo bueno y para lo malo…
Por otro, hablamos de aplicaciones – Gmail, Google Maps o la propia Play Store – que los usuarios claramente quieren tener en sus terminales. La idea de lanzar un terminal sin esas aplicaciones resulta difícil, porque iría en contra de los deseos de una parte muy significativa del mercado. Por tanto, aunque la presencia de estas apps podría explicarse de manera natural, su posición monopolística permitiría hipotéticamente a Google obtener un beneficio de supeditar la posibilidad de su instalación al hecho de que los fabricantes aceptasen sus condiciones restrictivas.
Hablamos, por tanto, de un equilibrio complejo. Si bien no sería lógico sancionar a Google por haber alcanzado una posición dominante gracias al hecho de crear buenos productos que los usuarios tienden a preferir por encima de otros, sí podríamos plantear sanciones en función del clausulado de los contratos firmados con fabricantes y operadoras en los que se especifican medidas restrictivas. Cláusulas que, además, suponen una torpeza sin límites, porque además de estar clarísimo que iban a ser fuente de problemas, es muy posible que, debido a la supremacía de los productos de Google, no fuesen estrictamente necesarias ni generasen a Google ningún problema real en caso de no ser especificadas.
La decisión, por tanto, parece clara: reclamar a fabricantes y operadoras los contratos firmados, determinar si esas cláusulas restrictivas están presentes, y sancionar en función de ello. En Rusia, de hecho, la decisión ha sido invalidar esos contratos y obligar a su reformulación sin cláusulas restrictivas. Lo que Google ha hecho mal no es crear productos mejores que los de su competencia, sino tratar de supeditarlos a un clausulado presuntamente restrictivo. De nuevo, un Google actúa como el Dr. Jekyll, y crea productos muy buenos que los usuarios prefieren, y otro Google actúa como Mr. Hyde, tratando de obligar al mercado a firmar cláusulas que pueden ser calificadas como abusivas.
Una vez más, la doble personalidad de Google en estado puro. En algún momento, es posible que esta gran empresa capaz de cosas tan buenas termine de madurar…
This article is also available in English in my Medium page, “Google: innovation and monopoly«
Los abogados Enrique, esto es todo cosa y culpa de los abogados… (evidentemente ironizo y simplifico. Pero quizás no tanto)
Yo soy, precisamente, uno de los que no usa ni quiere usar aplicaciones de Google en el móvil, y no me queda más opción que tenerlas ocupando espacio y pidíendome actualizarlas constantemente, por eso adoro mi Kindle Fire, está libre de toda esa porquería y si quiero instalar cualquier aplicación sea de Google o no no tengo ningún problema para hacerlo. Y no, no tengo ganas de tener que empezar a trastear y a hacer virguerias en un terminal comprado nuevo y libre en el que debería poder iniciarlo y eliminar todo lo que no quiera tener. Deje de usar Android hace años porque en realidad no me gusta y por causalidades de la vida he vuelto a caer en un términal Android y aunque el términal como hardware me gusta muchisimo Android sigue sin gustarme nada, nada … en fin, un saludo.
Ya que tu Enrique conoces a la Comisión Europea, sabes si van a decir algún día algo sobre aquel proceso abierto por ellos sobre el coste de los cartuchos de tinta, o acaso la cerraron sin decir ni mu. ¿?
Por cierto no veo mu molestos al 99% de los fabricantes con Android y sus capas personalizadas, luego de dónde sale esa investigación. A cuento de qué.
Recuerda lo que hace Google con Gmail, Google Maps, etc. a lo que hacia Microsoft con Explorer, colocarlo porque si y poner chinitas tanto para quitarlo como para cargar otro competidor. Si en Microsoft, no parecía correcto que lo hiciera, no puede parecer correcto que lo haga Google.
La tentacióon de los dueños de los productos que monopolizan el mercado de hecho, porque así lo quiere el público, es que se creen que son monopolios de derecho y tratan de doblegar a la competencia, no mediante la calidad de sus productos, que es una forma lícita, sino por la via mafiosa de impidir que salgan al mercado.
Con independencia de que Google haya infringido la ley o no, cosa que ya se verá, este caso no se puede comparar con el de MS, son muy grandes las diferencias:
– Android es soft libre, Windows no. A los fabricantes de PCs no les queda otra que decirle que sí a cualquier condición que MS quiera ponerles, y eso es mucho poder. Los fabricantes de móviles y tablets pueden sacar sus aparatos con Android sin ningún permiso de Google.
– MS pretendía, falsamente, que IE era parte inseparable de Windows. Google no tiene esta pretensión respecto a sus propias apps.
– El líder en el mercado de navegadores antes de que MS empezase con sus prácticas anti-competencia no era IE, sino Netscape Navigator. En muy pocos años, NN se hundió e IE alcanzó una cuota de mercado de casi el 100%.
Por el contrario, el buscador de Google, Gmail, Youtube, y Google Maps eran ya previamente líderes en sus respectivos mercados. Para que te hagas una idea del marco temporal, Apple lanzó el primer iPhone en el 2007, y el éxito de Android fue posterior.
– Por lo que he podido ver, en este caso la relación de poder no va de SO a aplicación (uso el poder de Windows para imponer IE), sino al revés (uso el poder de Gmail, etc. para presuntamente imponer mis condiciones en Android).
– También hay un elemento de bundling entre aplicaciones que el caso del IE no tenía. Es decir, Google está haciendo que todas sus apps vayan en el mismo paquete.
Internet Explorer no perdió su cuota de mercado porque los gobiernos de EE.UU. y la UE penalizasen a Microsoft o la obligasen a mostrar una pantalla donde se te informa de que hay otros navegadores (otra fantasía de los burócratas de la UE, igual que el aviso de cookies, que lo único que consigue es obligar a perder el tiempo cerrando el innecesario pop-up). IE perdió su cuota de mercado porque aparecieron en el mercado navegadores más rápidos, más modernos y mejores (Chrome, Firefox) y los usuarios se decantaron por estos.
Estamos ante un caso parecido. Las apps de Google en Android no perderán cuota porque Rusia o la UE imponga a Google la manera de diseñar sus productos. En cambio, sí perderán cuota de mercado cuando aparezcan apps competidoras o sustitutivas mejores.
Querrás decir la UE, porque el gobierno USA hizo un vergonzoso pacto con MS para poner fin al caso, sin que MS recibiera ningún castigo, y pese a que MS ya había perdido el caso tanto en primera instancia como en apelación. A MS ya solo le quedaba el Tribunal Supremo, con muy escasas posibilidades de que este fallase a su favor.
En el caso de Microsoft nunca estuve de acuerdo. Si bien es cierto que Microsoft tenía una posición casi monopolística, el incluir un navegador de internet como parte de un producto que están vendiendo me parecía totalmente razonable, o acaso para que todos los fabricantes de software puedan «competir igualitariamente» se tendría que vender Windows sin Navegador de Internet, Explorador de Archivos, Reproductor de Música, Calculadora, Block de Notas, etc, etc.: o sea solo el kernel de Windows tal vez?
Me parece lo mismo para el caso de Google. Existe un Android Libre AOSP (Android Open Source Project) que cualquier empresa puede usar. Si una compañía decide usar la versión propietaria de Google pues tiene que acogerse al contrato de licenciamiento de ésta que incluye las aplicaciones de Google, que son parte de esta versión propietaria. Google no obliga a las empresas a usar su versión de Android en lugar de AOSP.
Desde luego, los relaciones públicas de MS de aquella época hicieron un excelente trabajo de intoxicación informativa. Incluso muchos de los detractores de MS acabaron convencidos de que la cuestión en litigio era si se podía incluir un navegador con el SO.
En su día leí la sentencia, y NO se condenó a MS por incluir un navegador en el SO. Se la condenó por cosas tales como acordar con otras empresas que sus webs se vieran mal con Netscape Navigator. Es una relación de hechos probados muy larga, y ni siquiera todos conciernen al IE, también se trató el tema de Java.
No ayudó a MS el que esta pretendiera que el IE era una parte inseparable de Windows, sin el cual Windows no podía funcionar. Si el juez, con el testimonio de peritos, te pilla en una mentira luego no te extrañes si falla en tu contra.
La razón de ser de esta mentira era que IE se precargaba en el arranque de Windows, con lo cual, cuando le dabas al icono del IE, este aparecía enseguida, mientras que el Netscape Navigator tardaba varios segundos en arrancar. Es decir, la mentira se usaba para justificar la precarga, que técnicamente no tiene justificación.
La mentira también se usó para justificar el por qué la instalación del IE era obligatoria, en lugar de ser opcional. No solo era obligatoria para el usuario, sino también para el OEM, pese a que muchos vendían sus PCs con Navigator preinstalado. Hasta el icono del IE era obligatorio, el OEM no podía eliminarlo, y tenía que ponerlo en posición destacada.
Ya digo que era una relación de hechos probados muy larga, así que lo de arriba son solo un par de pinceladas en un cuadro muy grande que retrataba un claro abuso de posición dominante encaminado a la eliminación de la competencia.
Ahora bien, si la versión de MS sobre el caso fuera cierta, si el simple hecho de incluir un navegador con el SO fue declarado ilegal, ¿por qué nunca se ha perseguido a ningún otro desarrollador de SO? Todos los SO incluyen un navegador (a veces más de uno). Y si eso es ilegal, ¿por qué a la propia MS se le ha permitido seguir haciéndolo después de ser condenada?
El argumento de que IE era parte del sistema tenía «algo» de verdad. En Windows 98 (creo) empezaron a mezclar el código del Windows Explorer (explorador de archivos) con Internet Explorer. La idea de navegar por Internet con un paquete que a la vez usas para ver tu disco duro, es cuanto menos macarrónica y sobre todo insegura. El programa iexplorer.exe y explorer.exe básicamente hacían lo mismo. Tú hacías Windows+R y escribías explorer http://google.com y te enviaba a esa página. Y para colmo, el shell de Windows era explorer. Es decir, que para mostrar los iconos del escritorio y la barra de tareas se usaba el mismo programa. Esa era su escusa. Evidentemente hacían eso porque les interesaba. Podían no haberlo hecho así.
Microsoft también estuvo envuelto en la guerra de los navegadores. En aquella época yo usaba Opera y la web de MSN no se veía bien en Opera. Alguien descubrió que al detectar Opera enviaban un archivo ligeramente distinto. Si cambiabas la cabecera User-Agent por la cadena por defecto de IE te salía bien.
Además crearon su propio Java con Microsoft Visual J++. Eso se lo echaron para atrás en Europa y tuvieron que chaparlo. Entonces fue cuando decidieron crear .NET Framework, que básicamente era la misma idea tras Java, pero pudiendo usar varios lenguajes distintos. No tienen vergüenza.
A los fabricantes, por acuerdos con Microsoft les salía mucho más barato poner Windows que cualquier otro sistema operativo. También los fabricantes de hardware específicos se vieron obligados a trabajar casi en exclusiva para Windows. Eso aún hoy se deja notar, si eres usuario de GNU/Linux.
Ah, y te olvidas en tu comentario de que Netscape se hundió, pero al menos se creó Mozilla Fundation gracias a su trabajo. :)
En aquella época el icono del IE no se podía borrar del escritorio. Otros iconos sí pero ese no. Yo lo intenté en varios ordenadores con diferentes versiones de Windows y no pude.
Asimismo, si ponías otro navegador por defecto, cada vez que intentabas abrir un html Windows te preguntaba si no querías que IE volviese a ser el navegador por defecto.
La precarga del IE al arrancar Windows tenía otro efecto negativo sobre los navegadores de la competencia, además del que ya dije. No era solo que IE arrancase más rápido (porque ya estaba precargado), sino que además ocupaba una buena cantidad de ram de forma permanente.
Por tanto, los navegadores de la competencia (o cualquier otra aplicación «gorda» si a eso vamos) podían encontrarse escasos de ram si no había mucha en el equipo. Mientras que el IE iba ligero, Navigator iba poco suelto.
Por razones que no vienen a cuento, Apple estuvo a punto de hundirse a mediados de los 90. MS le dió un montón de pasta (en forma de acciones sin derecho a voto), lo cual le permitió seguir tirando. ¿La condición de MS? Que durante varios años IE fuera el navegador que venía incluido con OSX. MS no quería que hubiera ningún segmento de mercado en el que Navigator pudiera sobrevivir.
El resultado fue que Navigator, que anteriormente era líder del mercado, se hundió en pocos años, y comenzó la era de las webs «solo para IE». No quiero ni pensar en los chillidos que pegarían algunos si ahora empezasen a aparecer webs con el texto «solo para Chrome».
Calla, calla. Yo ya hacía páginas en aquella época. Tenías que hacer casi una web entera para cada navegador. En el caso de JavaScript era horrible. Todo ello debido que no había un standard aceptado por todos. Qué infierno! :)
Esperemos que aquello no vuelva a ocurrir.
Me llama la atención que se acuse a Google de monopolio cuando iPhone es mucho más cerrado y tiene una cuota importante.
Absolutamente de acuerdo, Igual pasó con MS, se le acusó, (creo yo debidamente), de abuso de mercado, cuando comparado con los productos de Apple era liberal a tope, aceptaba unir a su SO productos de cualquier fabricante sin condiciones y sólo imponía a los fabricantes el colocar el suyo por defecto mientras que Apple se negaba a que se conectar nada de otro, (si no era pagando).
Hay un refrán español que dice «Hay quien nace con estrella y quien nace estrellado». Está claro que Apple pertenece al primer grupo.
¿Como es que nadie se queja de sus prácticas comerciales?. – Un misterio
¿Por qué razón no se aplica a Apple la legislación anti-monopolio? Pues sencillamente, porque el primer requisito para que la legislación anti-monopolio sea aplicable es tener una cuota de mercado que te permita ejercer una posición monopolística, cuota que suele considerarse más allá del 60% según la industria… y Apple jamás ha tenido esa posición. En ordenadores, por ejemplo, Apple tenía entre un 12% y un 15%, según el mercado, la última vez que lo miré. En smartphones, en España, tiene un 9%. Pensar que con una décima parte de un mercado puedes ser quien plantee una situación de competencia monopolística predatoria es un poco extraño, ¿no os parece? Google, con Android, está en casi toda Europa por encima del 80%, y con su buscador, por encima del 90%. Microsoft, con Windows, estaba en torno al 85% – 90% en 2001. Esa es la gran diferencia, y lo que define el ámbito de aplicación de la legislación antimonopolio.
Exacto. No hay mas misterio que ese
Y no olvidemos el principal punto de diferencia entre Apple y Google-MS: Apple no licencia ni su sistema operativo ni sus aplicaciones ni su hardware.
Para bien o para mal Apple vende un producto hard-soft inseparable mientras que tanto Google como MS no, y el origen del conflicto que ambas tienen -o han tenido- es por cómo licencian sus productos más que por el hecho de que tengan una gran cuota de mercado.
Enrique, el problema con Google, limitándonos a Android, es que casi ninguna de sus aplicaciones funciona si no tienes instalado los llamados «Google Services». Eso no siempre ha sido así. Por ejemplo Gmail, o Youtube, no funcionan si no tienes los dichosos servicios. En concreto son varios servicios de Android y otros tantos procesos, que imagino usa Google para recabar datos sobre los usuarios. Es algo que me enfada, porque a un usuario normal no le importa si el sistema es Open Source o si es gratis. Se compran un dispositivo de 700 euros y no tienen por qué aguantar la vigilancia extensiva que realiza Google. Para deshacerte de esa vigilancia ya tienes que tener unos conocimientos determinados, instalarte un AOSP y no instalar la parte de Google Apps. Entonces te quedas sin acceso a Google Play. Porque sin los servicios dichosos tampoco va. Y claro, hay otros markets, pero la inmediatez de Google Play es una comodidad a la que poca gente quiere renunciar. Yo mismo he estado en esa situación durante meses. Todo el mundo quiere sacar tajada de tu móvil y me parece injusto. El smartphone no es mas que un ordenador de bolsillo. ¿Por qué tienen que explotarlo tanto? ¿Por qué todo el mundo quiere tus datos? Encima el usuario está más desprotegido porque no controla lo mismo el móvil que el ordenador de sobremesa. Últimamente demasiado a menudo me pregunto si el negocio de Google no se limita a innovar para la vigilancia. Debería ser ilegal que registre qué páginas visitas, tus pasos por el mundo, las Wifi’s a las que te conectas, las fotos que subes, los amigos con los que te reunes, y todo lo demás Ad Nausea que lleva a cabo. Pero me da que con los gobernantes que tenemos… miaque.
¿Quieres decir que si, por ejemplo, instalo CyanogenMod, no funcionarían las aplicaciones de Google?
Una instalación normal no borra el paquete Gapps. Lo que hice yo fue instalarme Ubuntu Touch, que al ser muy diferente es más radical, y luego instalar Omni Rom o Cyanogen mod. La cosa es que a ti te sirva. Luego puedes decidir instalar el paquete Gapps después. En mi caso no lo hice. Lo que más echa para atrás es que tienes que desbloquear el bootloader y cambiar la recovery por defecto a una que te permita más cosas. Pero una vez lo haces, tiene sus ventajas. Por ejemplo, tener acceso root.
Fuera del buscador de Google, no uso Gmail, ni Maps (soy usuario cautivo de Here), ni Chrome.
Cuando quise modificar uno de mis teléfonos, me he encontrado en los foros de XDA hasta 8 versiones diferentes de las Aplicaciones de Google (GAPPS) para personalizar tu teléfono al nivel de «intromisión de Google en tu vida» que desees. Es una única experiencia, pero que me dejo satisfecho de la libertad de encontrar el nivel adecuado, con sólo las apps que yo deseaba.
Si estás a gusto, adelante. Pero desde un punto de vista legal no es una solución satisfactoria. Google no permite que haya diferentes paquetes Gapps, con solo parte de ellas. Con las Gapps, es todo o nada. A diferencia de Android, las Gapps no son soft libre, y por tanto legalmente el que decide si se pueden distribuir por separado es Google.
Pero claro, el simple hecho de que Google haga esto ya es una posible violación de las leyes anti-monopolio. Un usuario puede querer usar la Play Store, Gmail, Youtube, y Maps, y no querer la mierda de Play Music o de Play Books.
Hombre, eso será a nivel industrial. Un usuario particular puede hacer lo que quiera. Acabáramos. El teléfono de quién es? de Google o tuyo? Yo ahora tengo el paquete mínimo de Gapps, pero da igual. Los servicios se instalan todos y ahí va lo más intrusivo. Si quieres tener un control total, necesitas ser root y tener un firewall. Yo tiro mucho de F-Droid, pero claro, todas las aplicaciones «normales» no están.
Por cierto, sabes la cantidad de veces que la aplicación de la linterna llama a casa? Demasiadas. La gente entrega toda su vida a Google, Ubicación exacta o por wifi, páginas que visitas, le das acceso a leer tus emails a un bot, etc, etc, etc. Y lo mejor es que parece que nos da igual. Y así nos va.
En mi opinión, creo que el monopolio de Google con Android (existe en otros ámbitos) no pasa tanto por el hecho de traer sus aplicaciones pre-instaladas o no, sino por encerrar a los desarrolladores a la implementación de sus tecnologías para la creación de aplicaciones. Si bien estos no estamos obligados a usarlas, nos facilita enormemente un gran numero de tareas.
Ahora, ¿Alguien ha intentado utilizar Android puro, sin ninguna aplicación o servicio de Google?, quienes lo han hecho se habrán dado cuenta de que la mayor parte de aplicaciones, en especial las más populares, hacen uso de los «Servicios de Google Play». Es por esa razón que despegarse del monopolio no es tan simple como parece.
Esto tampoco es malo, pero están vendiendo algo que no es, y no se favorece a los usuarios ni a los fabricantes, quienes prácticamente no tienen posibilidad de elección.
Para mi hay una razón más de peso de por qué la UE va a por Google: como los americanos nos invanden porque los europeos no sabamos inventar nada, entonces les demandamos! .
Me gustaría saber que piensa Obama de esto y si lo ha comentado con los Merkel y cia ahora que ha estado por aquí. Me da que los americanos tienen que estar echando chispas con estas demandas y creo que nos lo tendrán en cuenta.
Entrando en los temas técnicos de la demanda, y como bien comentaba Enrique, dónde están los contratos que obligan a los fabricantes a preinstalar apps … ? Existen?
Pero además por qué Google va a obligar a los fabricantes? si Android es efectos prácticos el único ssoo que prácticamente pueden instalar!! ni MS les hace la competencia!!!