Google lanza una derivación de su Android Pay llamada Hands Free que permite pagar sin siquiera extraer el smartphone del bolso o bolsillo, simplemente solicitando el pago con Google, y confirmando las iniciales y la identidad mediante la fotografía actualizada y almacenada en el perfil de la aplicación.
El esquema, por el momento en pruebas y limitado a unas pocas tiendas en una zona limitada del sur de la bahía de San Francisco, hace uso de Bluetooth Low Energy, WiFi, servicios de localización y otros sensores del terminal para detectar cuándo estás cerca de una tienda dotada con el sistema de pago. En algunas tiendas, están probando también un sistema aún más sencillo que permite pagar sin siquiera participación de ningún dependiente, mediante el uso de una cámara capaz de reconocer a la persona, y que elimina la imagen tomada tras confirmar la transacción.
La idea de simplificar los procesos de pago lleva en marcha mucho tiempo: la propia Apple la utilizó en la presentación de Apple Pay en septiembre de 2014, comparando el pago con tarjeta o dinero con la facilidad de uso que conllevaba simplemente acercar el teléfono al terminal TPV. La idea de Apple Pay era competir directamente con Google gracias a la idea de «just works», partiendo de la base de que, en 2014, muchos usuarios se quejaban de problemas y complicaciones de diversos tipos para procesar transacciones con el sistema de Google. Las similitudes entre el vídeo de lanzamiento de Apple en su momento y el que Google ha presentado hoy son evidentes:
Posteriormente, Google cambió el nombre de Google Wallet a Android Pay, y simplificó el sistema para hacerlo similar al de Apple. Anteriormente, en el año 2012, Square había lanzado Pay with Square, un esquema similar de pago sin tener que sacar el terminal, que canceló en mayo de 2014, y que implicaba un pre-anuncio de una transacción en una tienda, que hacía que te pudiesen identificar por tu fotografía en una aplicación.
El atractivo de este tipo de sistemas es indudable: llegar a una tienda y poder abrir y cerrar una transacción simplemente diciendo tus iniciales y demostrando tu identidad con la comparación de tu cara con la fotografía que el cajero o una cámara ven en una aplicación que ha detectado la presencia de tu terminal supone simplificar el sistema hasta el punto de hacerlo prácticamente invisible, y con un nivel de seguridad que parece sumamente sólido. La sensación es que el proceso de pago tiene tan pocos pasos que casi desaparece, gracias a un uso inteligente de la tecnología. Si las pruebas llevadas a cabo por Google culminan, como es de esperar, con un lanzamiento masivo, y Apple reacciona para proporcionar una prestación similar, nos encontraríamos seguramente con una previsible adopción amplia en un tiempo relativamente breve.
This article is also available in English in my Medium page, “Hands-free payment systems: coming to a store near you soon?»
Todo ira muy bien hasta que llegue a España y alguien descubra que se puede pagar con solo decir las iniciales de un vecino y mostrar a la cámara cobradora un retrato con su jeta.
Y con esto como hacemos los pagos en B? A que no? Bah….. Ni dos telediarios…. ;-)
Este sistema hará las delicias a las generaciones Millenials y Z (esos que han dado por llamar «nativos digitales», a pesar de que técnicamente no anden muy sobrados), pero las generaciones anteriores desconfiaremos de un sistema tan impersonal.
Un caco puede sentir cierto reparo a utilizar mi tarjeta, por ejemplo, porque puede ser descubierto por quien le cobra. Pero con este sistema, si no le permite hacer la transacción, probaría con el siguiente, y con el siguiente, y con el siguiente… hasta que toque la flauta, con la certeza que nadie va a sospechar ni tocar alarma alguna.
A esta clase de cosas nos referimos cuando decimos que el pago por móvil puede ser una fuente tremenda de innovación. Añadir un nuevo sistema de pago a ese aparato que siempre llevamos encima puede ser tan sencillo como instalar una app.
Ahora bien, también el TPV debería ser de la tienda, y también debería ser una plataforma en la que añadir un nuevo sistema de pago sea tan sencillo como instalar una aplicación. Me parece que es ahí donde seguimos cojos.
Estamos viviendo la paradójica situación de que podemos comprar por Internet toda clase de bienes y servicios a tiendas online cuyo servidor está a cientos o incluso miles de kilómetros, recurriendo a diversos medios de pago por móvil, y no podemos hacer lo mismo con una tienda física en la que estamos literalmente dentro.
A lo más a lo que llegamos es a que el móvil simule ser una tarjeta contactless. De Visa o Mastercard, por supuesto.
Un detalle interesante sobre Hands Free, que también ocurre en Android Pay y Apple Pay, es que no usa de cara a la tienda el verdadero número de tarjeta, sino un token de un solo uso, que tiene el formato de un número de tarjeta, pero que no corresponde con ninguna, ni física ni virtual.
Esto es bueno de cara a la seguridad, pero también tiene la ventaja añadida de que se puede usar en el futuro para cortocircuitar a Visa y Mastercard (y por tanto también a los bancos). Una vez estás usando un sistema de pago con token, este puede corresponder a cualquier procesador de pagos.
Paradójico: nosotros hablando de nuevos sistemas de pago y en el AVE (ojo, la joya de la corona de Renfe….) menos de 4’5€ tienes que pagar al contado….. Esa es nuestra España
No le veo sentido alguno, pagar con un Teléfono Móvil pero si contra más mayor me hago menos me gusta pagar con la tarjeta de crédito, contra más con Samsung Pay.
Tres observaciones…
La primera es que el sistema depende del cajero quién es el que valida la operación finalmente si bien así funciona actualmente es más inseguro que Apple Pay
La segunda es que en la publicidad exageran los inconvenientes del sistema tradicional a diferencia de la publicidad de Apple donde el comprador se acaba directamente la tarjeta de su billetera.
La tercera es que requiere que el comercio agregue un nuevo hardware para poder hacer el pago
Es decir… No solucionan el problema de seguridad, resuelve un problema artificial y aumenta los costos del comerciante.
Una solución pintoresca pero muy por debajo de ApplePay
A mí no me parece que sea tan inseguro. Para empezar, el móvil del comprador tiene que estar cerca del TPV, y la cajera comprueba el rostro. Además, en el móvil aparece una notificación con el importe que el comprador puede mirar en ese momento o más tarde, a su elección.
Para que hubiera fraude, la cajera tendría que estar compinchada, y se la pillaría muy fácil. Lo más que puede ocurrir es que cometan un error en el importe al cobrarte, y eso puede pasar con cualquier sistema de pago.
Es una manera muy natural y cómoda de pagar:
– ¿Cuánto es?
– 12,50 [compruebas mentalmente que el importe sea correcto]
– Pagaré con Google
– ¿Sus iniciales?
– KV [Krigan de Valencia]
– Ya está. Que tenga un buen día.
– Gracias, hasta luego.
Y en el momento de la transacción, se envía el ticket de compra por email al comprador. Voila
Me pregunto además: Y si me cobran de más, porque en el momento exacto de la transacción no estoy recibiendo el ticket de compra? Se prestaría además, para que te puedan robar, es solo obligar a la persona a que se ponga en frente , muestre la cara y listo.
Me da desconfianza , la misma que me da que con mi huella en el móvil se pueda hacer el pago de algo y que se preste para que «alguien» te obligue a hacerlo incluso hasta cortarte el dedo para conseguir lo que quieren… muy pesimista?