Ramón Oliver, de El País, me envió algunas preguntas por correo electrónico para hablar acerca del papel de las casualidades y la serendipia en las carreras empresariales, y ayer lo publicó bajo el título «Una carrera por casualidad» (pdf) en la versión electrónica y «La casualidad marca una carrera» (pdf) en la versión impresa.
La historia la he contado ya en numerosas ocasiones, incluso en la introducción de mi libro «Todo va a cambiar»: en efecto, de no haber mediado una serie de casualidades entre las que se cuentan un premio de lotería, uno de los primeros virus informáticos o un profesor sumamente convincente, mi idea era intentar dedicarme a una actividad completamente distinta de la que llevo veintiséis años ejerciendo. Ser profesor, dedicarme a la tecnología o vivir en Madrid nunca fueron cosas que estuviesen originalmente en mis planes: de hecho, al terminar mi carrera, me negué a seguir el camino que seguían la mayoría de mis compañeros, el de obtener el Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP) que habilita para trabajar como profesor en la enseñanza secundaria, porque «ser profesor me parecía muy aburrido» :-)
Si aspiras a tenerlo todo controlado en tu carrera profesional… piénsalo de nuevo. No es posible, no es siquiera recomendable, y puede terminar siendo profundamente frustrante.
A continuación, el texto completo de las preguntas y respuestas que crucé con Ramón:
P. ¿Qué papel puede jugar lo inesperado en una carrera profesional?
R. En mi carrera profesional han jugado un papel importantísimo un premio de lotería de Navidad, una casi misteriosa decisión de mi padre de regalarme un ordenador en una época en la que nadie tenía uno, o un profesor que se empeñó en convencerme para que me quedase en su área dando clase. Nada de lo que hoy hago estaba originalmente planificado así: si me hubieses preguntado cuando estaba en mi último año de carrera, te habría dicho que esperaba hacer un MBA, levantar capital y conseguir un préstamo para emprender en cultivos marinos, y vivir tranquilamente en la costa gallega engordando rodaballos. En lugar de eso, y derivado de todas esas casualidades inesperadas y totalmente impredecibles, resulta que soy profesor de Innovación y Tecnología en una de las mejores escuela de negocios del mundo, y escribo todas las mañanas un análisis sobre los efectos de la tecnología que leen unos cuantos miles de personas en español y en inglés. ¿Qué papel juega lo inesperado en una carrera profesional? Simplemente, TODO, y como puedes ver, lo sé por experiencia.
P. ¿En una carrera es mejor planificarlo todo o dejar espacio para que sucedan cosas?
R. Puedes planificar lo que quieras, pero las cosas nunca van a salir como las planificaste. Tratar de mantener todas las variables bajo control resulta completa y probabilísticamente imposible, y ceñirse a determinadas decisiones de manera obsesiva supone perder muchos grados de libertad. Siempre surgen oportunidades, se conocen personas o se desarrollan aspectos inesperados que nos ofrecen resultados impredecibles, pretender que no es así o que lo tenemos todo bajo control es absurdo.
P. ¿El big data terminará con el factor suerte en el mundo de los recursos humanos?
R. El big data está haciendo que, en muchas ocasiones, tengamos acceso a análisis que nos revelan cosas que ni nosotros podíamos imaginar sobre nosotros mismos. Cuando hablamos de una carrera profesional, tenemos que tener en cuenta resultados de pruebas, exámenes, entrevistas y combinaciones de factores que redundan en determinadas decisiones que nos afectan. El big data puede hacer que algunos de esos análisis tengan en cuenta otras variables que, sin esas herramientas analíticas, nos resultarían imposibles de introducir, pero los resultados siguen teniendo un importante potencial para sorprendernos. Pensemos que una inteligencia artificial, a poco que se sofistique, se convierte en una caja negra que ofrece outputs a partir de una serie de inputs, de maneras que en muchos casos un ser humano es incapaz de comprender, generando algoritmos que la máquina desarrolla por iteración pero que a una persona se le escaparían. Si eso no tiene capacidad de sorprendernos, pocas cosas lo harán.
P. ¿Se equivocan los que creen que todo lo que les pasa en la vida y en trabajo es consecuencia directa de sus acciones?
R. Las acciones de una persona condicionan su futuro fundamentalmente a la hora de ofrecerle más o menos grados de libertad, pero siempre hay muchísimos factores en la ecuación que simplemente no son predecibles. Tratar de ser determinista o creer en el destino es absurdo, y sobre todo, puede llegar a resultar profundamente frustrante.
This article is also available in English in my Medium page, “The fortunate accidents that can change the course of a life«
Absolutamente de acuerdo. Yo iba para piloto militar y después de aprobar estudié una ingeniería, conocí a mi mujer y hoy soy padre de 2 1/2 (el 1/2 esta en camino…). Además, no trabajo en el sector para el que me preparé y encima hoy en día en una empresa donde la división en la que estoy es la minoritaria. Vamos, de preparado lo justo….
Me gusta lo de tener grados de libertad, pero sobre todo creo que en nuestro mundo actual debemos no sólo sentirnos cómodos con el cambio sino ser parte de él. Como bien dices en tu libro todo va a cambiar, pero además yo añadiría que todo cambia menos el cambio y además cada vez más rápido…
Yo para biológo hasta que un Spectrum 128 y un bug se cruzaron en mi vida…
Mirando hacia atrás, las piezas encajan razonablemente bien, como si fueran la obra de un buen cantero, pero como autor, me consta, que lo construido, se hizo en cada instante tomando que encontraba a mano, sin tener idea de lo que quería conseguir.
En mi caso, la vida siempre ha tenido más imaginación que yo y siempre me he marcado un camino, que yo no había ni imaginado que existiera. Por eso, opino que soy un hombre de extraordinaria suerte, pues he llegado a algo que en mi opinión, es razonablemente bueno y feliz, tanto en lo particular como en lo profesional, dando tumbos inesperados y cambios de rumbo no planificados durante toda mi existencia.
El tema de la influencia del azar o más bien de las circunstancias en nuestro ecosistema está muy trillado, de hecho, se puede considerar resuelto. De hecho, la psicología, como ciencia, ya ha demostrado en sucesivos estudios que esta aleatoriedad, como ausencia del conocimiento al mínimo detalle de todas las circunstancias que concurren en cada suceso único,puntual, por pequeño que sea de nuestra vida, es determinante en el resultado final o a largo plazo de la misma. Por eso, esa injusticia o prejuicio cognitivo de origen americano/sajón o incluso calvinista, de que en este ecosistema, con esfuerzo se consigue todo que conlleva irremediablemente al pensamiento de que si te va mal es unicamente por tu irresponsabilidad.
Finalmente, otros estudios psicológicos, confirman que en este ecosistema azaroso, las personas solemos pensar que las cosas buenas que nos pasan ha sido fruto de nuestro esfuerzo y buen hacer en la vida. Irónicamente, los estudios muestran que una factor fundamental para estar en ese estado de felicidad tan deseado es pensar así, a pesar de que evidencian que nuestra acción no es tan influyente como pensamos. Todo ello circunscrito al ecosistema terrenal, claro. En otros mundos no tenemos evidencias empíricas.
Dandole la vuelta al tema de la serendipia. Tiendo a darle vueltas a una idea constantemente. Y es la razon por la que mucha gente de exito en Espana tiene titulos universitarios que no tienen relacion con su ocupacion final. Enrique Dans, tu eres un gran ejemplo, y muchos otros ejemplos deberian de ser faciles de encontrar. Pero estoy equivocado en la pregunta?. Quiza no debiera culpar al sistema universitario espanol por ello, y en cambio, aplaudirlo y defenderlo?. Despues de todo el sistema provee de medicos, biologos, fisicos, etc que aunque no ejercen como tal, son reabsorbidos por el sistema y ayudan a construir una sociedad rica (en formacion)..No se. Realmente depende del dia, que opino una cosa u otra. Un saludo!
De acuerdo con el factor «no previsto» en la vida. Yo iba para Filosofía y Letras y me matriculé en Medicina porque me enamoré de un estudiante de ídem. Luego quise hacer Ginecología y acabé en Radiología porque me ofrecieron un empleo de esta especialidad en una privada (mientras estudiaba). ¡Y acerté!
Creo que este tema del trabajo y el azar tiene mucho de marketing americano. Quiero decir que yo lo que he visto (tanto en mi como en otras personas) es más bien lo contrario: que cuando te encasillas un poco en una disciplina es muy difícil dar el salto a otra, simplemente porque el mercado no te deja ya que hay mucha más gente con experiencia en esa otra disciplina que está antes que tu.
Creo que es un tema de oferta y demanda. Hay más demanda de trabajo que oferta, con lo cual si tomas decisiones arriesgadas puees acabar estrellado.
Es algo parecido a esta moda eso de que las empresas valoran las mentes creativas, arriesgadas …
http://economia.elpais.com/economia/2016/03/03/actualidad/1457024681_163769.html
Me suena un poco a chiste en un país con 20% de paro y con ingenieros ganano calderilla que acaban casi siempre en consultoras.
No me entiendan mal. Creo que las empresas deberían valorar estas habilidades, pero en el caso de Espagna, creo que estamos a agnos luz!!
Entropía: la única constante de la ecuación