Hablé con Marta Garijo, de El Diario, sobre los recientes resultados presentados por Apple y la supuesta crisis del modelo de Silicon Valley, un tema en el que decididamente tengo la impresión de que tienden a mezclarse muchas ideas y conceptos. Ayer, Marta publicó su noticia, titulada «¿Se agota el modelo de Silicon Valley? Apple y Twitter pierden fuelle frente a Google y Facebook» (en pdf), y citó algunos de mis comentarios.
Para empezar, los resultados de Apple no me parecieron malos en absoluto. A estas alturas, entender que los modelos de crecimiento ilimitado no existen y penalizar a una compañía por ello me parece una buena prueba de lo malos que son los mercados financieros como forma de calcular del valor real de nada. Apple ha planteado la reinvención de numerosos productos y categorías, y seguirá haciéndolo, porque está en su forma de plantear la innovación. Que el parque de iPhone, cimiento básico de los ingresos de la compañía, avance a más o menos ritmo depende de muchos factores, entre otros la conciencia de que es un aparato suficientemente potente para el uso que le damos o no, y en este momento, claramente parecemos estar en un compás de espera: nuestros terminales nos ofrecen las prestaciones que necesitamos para el uso que les damos. Surgirán, por supuesto, nuevos usos, nuevas apps y nuevas posibilidades, y volveremos a ritmos de crecimiento rápidos en ese ámbito. Apple ha estado ya ahí, y se ha recuperado en otras ocasiones perfectamente, con simplemente poner en el mercado una nueva edición de iPhone. El modelo de negocio de Apple, que combina avances en cuota de mercado con, sobre todo, avances en cuota de cliente, sigue teniendo muy buena salud: todos los años, los usuarios de productos de la marca siguen pasando por una Apple Store física o virtual, gastándose un poco más de dinero, y estando aparentemente encantados con ello.
Google avanza en su valoración bursátil, compite con Apple por el derecho a considerarse la compañía más valiosa del mundo, y aunque sigue teniendo una patológica dependencia en sus ingresos de un modelo que puede tener sus obvias limitaciones, parece haber entendido fantásticamente bien la idea de lucha contra el isomorfismo y de preservación de la innovación con la definición de Alphabet como holding empresarial. Como en el caso anterior, si esto es una crisis, quiero estar en crisis mañana mismo.
Facebook es otro caso similar. Si alguien puede imaginarse sentado encima de una atalaya que permite una mirada inmediata a los intereses de más de mil seiscientos millones de personas en todo el mundo, entenderá lo que esta compañía vale y las cosas que puede plantearse hacer. No, no crecerá toda la vida al mismo ritmo porque se le acabarían las personas en el mundo, pero sin duda sigue creciendo en su modelo de uso, en las opciones que ofrece, en el camino hacia convertirse en el sitio en el que más usuarios acceden a noticias, y en un aporte de valor que no parece en absoluto estar en crisis, hasta el punto de poder seguir planteándose pagar – aunque a veces sean cantidades absurdas – por cualquier indicio de cualquier cosa que pueda llegar a plantear competencia a su modelo de atención.
¿Twitter? Claramente, un problema diferente. Hablamos de una caída del valor de la acción muy significativa desde los valores de su IPO que la ubica como objetivo posible para adquisiciones, de una transición directiva compleja, y de una compañía que, aunque nadie entre el mundo empresarial bien informado o entre los personajes públicos discute su propuesta de valor, encuentra problemas para definirla cuando hablamos de usuarios comunes, de la base de la pirámide. Una empresa o una celebridad entiende perfectamente Twitter como una herramienta de comunicación, de servicio al cliente o de publicidad de gran valor, que si no existiese habría que inventar… pero el número de usuario no crece, porque el usuario medio ya no sabe para qué diablos sirve Twitter, ni que actualizar ahí. ¿Sigue teniendo sentido compartir un momento mundano de mi vida, o no? ¿Es interesante compartir noticias que me parecen relevantes? ¿Me arriesgo por hacerlo a ser etiquetado de una manera u otra? ¿Cómo se refleja mi uso de Twitter y en qué, qué consecuencias puede llegar a tener? Cada vez más usuarios están en Twitter como meros lurkers, como consumidores pasivos, y la empresa tiene evidentes problemas de crecimiento, que seguirá teniendo mientras no encuentre una manera adecuada de explicar al usuario medio su modelo de uso y su propuesta de valor.
¿Crisis del modelo de Silicon Valley? Silicon Valley no es un modelo. Es un ecosistema en el que se ha conseguido que confluyan personas con ideas interesantes, desarrolladores buenos capaces de convertir esas ideas en código ejecutable, una educación de primer nivel y un capital ávido de oportunidades de inversión. Dudo mucho que ese modelo llegue a estar en crisis alguna vez, por mucho que puedan llegar a decir las caprichosas valoraciones financieras. Todos los países del mundo darían cualquier cosa por tener su Silicon Valley, porque es el mejor modelo conocido hasta ahora de generación continua de innovación relevante. Si eso es una crisis, de nuevo: ya me gustaría estar en una.
This article is also available in English in my Medium page, “Ignore the doom-mongers: there’s no crisis in Silicon Valley«
Con todos mis respetos no puedes tomarte en serio un diario tan sesgado en mi opinión como eldiario.es, con tal de atacar al capitalismo les vale todo.
Paco, creo que eldiario.es es un medio bastante serio y mucho menos radical de lo que piensas. El único gran problema que le veo es que algunas personas han transformado los comentarios en un entorno de calificación ideológica. En todo caso, el nivel de los mismos en las versiones digitales de El País o el Mundo no es de ninguna manera mejor. Por otro lado, la imposibilidad de comentar en El Español resulta desconcertante, considerando que el propio Enrique es parte de dicho medio.
Sigo sin poder encontrar las columnas de Enrique en el español. Probablemente empezarán a pulir detalles una vez más consolidados, aunque por el momento no están mostrando mucha agilidad. Lo sorprendente de compañías como Facebook o Google como siguen innovando con agilidad a pesar de su posición y tamaño, hablar de crisis en estos casos, me parece poco acertado.
No entiendo que no las encuentres. La sección de Opinión se llama Coliseo, y en ella aparezco el día que publico, que es el viernes (el jueves a partir de las 22:00 si eres suscriptor) o en mi página propia de autor, lo que te sea más cómodo…
El problema no es de esas compañías, que como mínimo, están bien llevadas, El problema es de unos inversores que exigen un crecimiento anual por encima de los dos dígitos, que absolutamente nadie puede mantener en un mercado, mas que en una fase inicial de desarrollo, pues llegado a un punto de madurez, no hay mercado que aguante tal crecimiento,
Claro que pueden, como Apple hizo, entrar en nuevas áreas de negocio y conseguir el desarrollo desenfrenado en esas nuevas áreas, pero eso ya es más de lo que se puede exigir a nadie, Si Watch ha sido un semi fracaso y las gafas de realidad aumentada de Google también, no es que sea culpa de sus CEOs,, sino simplemente que no se puede acertar en todos los casos..
Las cuatro compañías pueden esperar tener ingresos por muchos años, no solo proporcionados al capital invertido, sino con crecimientos sostenidos, pero posiblemente por debajo de 5%. Lo cual sera quizá decepcionante para algunos, pero debería ser suficiente para la mayoría, que prefiere la seguridad al riesgo. Para esa minoría están las «starup», en las que si aciertas, te forras, pero el indice de fracasos ronda el 80%
Bien explicado Enrique, pero poco útil para los preadoctrinados lectores habituales de ese medio (y casi todos). No hay mas que ver los comentarios: «Capitalismo de vaporware» «propaganda» » Se agota el modelo capitalista»…. bla, bla, bla…
Menos mal que al menos hay uno que sí lo entiende y dice: «Ójala tuviéramos un Apple en Móstoles, un Google en Majadahonda un Microsoft en Luanco y un Facebook en Orihuela… «
Hombre pues ya sabeis que internet desde el 95 es como el juego de la silla ; cientos o miles de personas ( empresas ) dando vueltas alrededor de unas sillas, cuando para la música unas cuantas lograran sentarse, y las demas pierden el concurso. Creo que tras 20 años la situacion tiene cierta madurez, se sabe ahora que quedan ya unas pocas sillas y unos pocos dando vueltas, a ver quien se queda con todo lo global, calculo que no mas de 7 empresas de los nombres ya muy conocidos del Sillicon Valley y los de al lado y poco mas, y alguna hoy ultrapresente y ultraguay hasta se caera …
«la empresa tiene evidentes problemas de crecimiento, (…) mientras no encuentre una manera adecuada de explicar al usuario medio su modelo de uso y su propuesta de valor.»
En general, funciona al revés. Son los usuarios los que dan forma y uso a un servicio, o este se torna irrelevante.
Es como trasladar el isomorfismo del que hablas, al usuario.
Silicon Valley hunde sus raíces el desarrollo económico de la bahía de San Francisco tras la llegada del ferrocarril. Eso, la exención fiscal y la disponibilidad de espacio cercano a las universidades para desarrollar una incipiente cultura digital durante los 60, es el origen de su modelo económico y desarrollo industrial. Brevissimo modo.
https://es.wikipedia.org/wiki/Leland_Stanford
http://www.npr.org/2012/10/15/162963607/sprint-born-from-railroad-telephone-businesses
https://es.wikipedia.org/wiki/Caltrain
Pues sí, la verdad es que ese medio es de lo más parcial y sesgado que hay en el mercado. También sesgados los tenemos en papel, como La Razón o El País. La verdad, da pena leer estos medios y escuchar en las tertulias a sus directores defendiendo a pp o psoe según les convenga. Dice mucho del nivel del lector y de la ciudadanía en general. Dan mucha pena. Respecto al artículo, el contenido parece de alguien que no se empana de lo que es internet y lo ha escrito de oidas y sin pensar. Como bien has dicho Enrique, Silicon Valley no es un modelo de negocio sino un entorno. En fin, de primero de primaria. Interpreto (claramente) que la misma opinion tienes tú del artículo pero lo has dicho con mucha diplomacia. Y luego nos preguntamos porque la gente no paga por contenidos…