Internet y desigualdad

Dividendos digitales - Banco MundialEl informe publicado ayer miércoles por el Banco Mundial acerca del reparto de los dividendos digitales en el conjunto de la sociedad, es decir, hasta qué punto el desarrollo y popularización de internet está modificando la distribución de la riqueza, está generando titulares que tienden a resaltar que lejos de la ecualización esperada por algunos, estamos viviendo una polarización tendente a una mayor desigualdad, con un reparto que tiende a beneficiar a unos pocos.

Las conclusiones del informe, de muy recomendable lectura, apuntan efectivamente a un reparto sesgado de los beneficios aportados por la red. Simplemente algunos ejemplos: el mercado laboral ofrece nuevas oportunidades, pero estas están disponibles únicamente para aquellos que son capaces de aprovecharlas, creando barreras que son difíciles de superar para otros. El sufragio por internet puede incrementar la participación, pero también sesga esa participación hacia los que tienen acceso. Las transformaciones radicales crean brechas digitales que, en muchos casos, excluyen a los menos preparados.

En efecto, en cada revolución, los mejor posicionados para tomar ventaja de ella son aquellos capaces de entender los cambios y de prepararse más rápidamente para ellos. Eso caracteriza, habitualmente, a la parte más privilegiada de la sociedad. A partir de ahí, la fase de difusión de la tecnología va alcanzando otras capas, pero no necesariamente les permite integrarse con la misma facilidad en esa generación de riqueza. Una empresa no la crea cualquiera, un know-how o una titulación no la alcanza cualquiera – a veces, no únicamente por su coste, sino por otros factores, como el lucro cesante u otras barreras de entrada – y unos patrones de uso enriquecedores no son adoptados por cualquiera. Así, muchas capas de la sociedad permanecen al margen de las posibilidades de generación de riqueza que ofrece la red, o las aprovechan de una manera muy escasa.

Internet, como todas las disrupciones, ofrece una perspectiva darwiniana: los que triunfan no son necesariamente los más fuertes o los más grandes, sino los más preparados para adaptarse al cambio. Aunque aplicar la teoría de la evolución de Darwin a individuos sea esencialmente falaz, la analogía funciona: mientras las clases más privilegiadas disfrutan de un acceso anticipado y de un mayor acceso a la preparación necesaria para entender el cambio, el resto ve simplemente cómo los cambios suceden sin integrarse más que cuando percibe una propuesta de valor relevante. Nada, por supuesto, que no hayamos visto en otras disrupciones anteriores: el crecimiento, el empleo y la prestación de servicios se reparte de manera desigual en función de cómo las empresas, las personas y los gobiernos adoptan y hacen uso de la tecnología que genera la disrupción.

En el caso de internet, el error estuvo, muy posiblemente, en vender su desarrollo y popularización como un bálsamo curativo de todos los males del planeta por parte de los que protagonizaron su desarrollo, combinado con una fortísima dosis de escepticismo y conservadurismo en quienes debían adoptar la innovación. En el acceso a internet hay dos variables: la de poder acceder y la de querer hacerlo. Durante años hemos visto ejemplos de actitudes refractarias, de gobiernos, empresas o personas que pudiendo acceder y desarrollarse en la red, han escogido de manera consciente no hacerlo. En otros casos, por supuesto, existen fenómenos de exclusión involuntaria, pero me atrevería a decir que internet, en general, ha contribuido generalmente a hacer descender las barreras de entrada, no a incrementarlas. Pero incrementar las posibilidades no quiere decir, de nuevo, que todos estén preparados para aprovecharlas.

¿Debemos criticar a internet por no haber generado un reparto igualitario de los beneficios que podía generar? La sola idea me parece absurda. Ese reparto no depende tanto de internet y de sus características como innovación, como de las actitudes con las que se ha encontrado en su difusión, en muchos casos recelosas, excesivamente prudentes o abiertamente hostiles. Cuando llevamos ya veinte años de difusión de una innovación, no es mal momento para detenerse y examinar qué problemas ha habido en la misma, y por qué razones los beneficios obtenidos se han distribuido como se han distribuido, y no de una manera más igualitaria. Pero mucho me temo que nos encontraremos no tanto con las características de la innovación como responsables, sino con las características de los que pueden haber sido responsables de sus procesos de adopción. Momento, por tanto, de analizar con perspectiva qué actitudes han impedido que ese valor potencial se convirtiese en realidad, qué hemos obtenido por haber tratado de defender que las cosas se siguiesen haciendo como se hacían antes, y qué se puede hacer mejor de cara al futuro. En cualquier caso, buen material para la reflexión.

 

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8 comentarios

  • #001
    Goomer - 14 enero 2016 - 18:53

    Tengo que reconocer que no me he leído el informe entero, no soy economista, y no puedo valorar adecuadamente algunas de las para mi extrañas gráficas que intentan justificar el tono del informe.

    Pero no entiendo demasiado todo esto. Se dice que se esperaba ecualizar la riqueza gracias a internet. Vivimos en un mundo en el que hay gente que se muere de hambre y de sed. Creo que es obvio que internet está ayudando a empresas y profesionales, como suele decir Enrique a eliminar fricción, pero obviamente internet llega a gente que viven en sitios con infraestructuras adecuadas. La brecha digital es algo a combatir, pero creo que sin ninguna duda Internet es el cambio tecnológico que más rápido se ha extendido a nivel internacional y de forma más universal.

    Se dice que no todos lo pueden aprovechar. Poniendo un ejemplo, decir que las personas en India que pueden permitirse una formación en ingeniería informática son los que consiguen puestos relacionados con internet, parece bastante obvio. Pues lo que hay que conseguir es que cuanta más gente mejor pueda tener una educación de calidad para disminuir esa brecha digital.

    ¿Pero qué tiene eso que ver con Internet? Sinceramente me parece una falacia del hombre de paja de libro, decir que Internet iba a ser el bálsamo de Fuerabrás, y cuando solo cura la mitad de las enfermedades que antes mataban a la gente, se le acusa de no ser lo prometido.

    El tono del informe tal y como lo he ojeado me suena a la agenda de una organización que tiene un propósito e intenta justificarlo usando los datos que le puedan convenir. Repito, sin ser economista y poder interpretar adecuadamente algunas de las gráficas, parecen mostrar que el mundo está en una situación apocalíptica cuando parece ser que un año tras otro es el mejor año de nuestra historia: http://www.theatlantic.com/international/archive/2015/12/good-news-in-2015/421200/

    Y por último, el término igualdad económica me parece un poco politizado y creo que no es el parámetro a seguir ¿Cuando se analiza por ejemplo el nivel de una escuela o universidad se tiene en cuenta la igualdad o desigualdad de calificaciones de los alumnos, o si salen con conocimientos adecuados?

    Consigamos un mundo en que todos podamos tener nuestras necesidades básicas cubiertas, y posibilidad de desarrollarnos como personas, no uno en que se nos pode artificialmente para conseguir individuos igualitarios.

    • Gorki - 14 enero 2016 - 20:07

      Cuentan que dijo Churchill «Hay verdades, mentiras y estadísticas». Quien se ha pasado toda la vida buscando estadísticas para encontrar argumentos de lo que ya tenia pensado decir y oyendo argumentos preestablecidos basados en resultados estadísticos, cuando oye algo basado en estadísticas, pone cara de «haber que bola me hacen tragar»

      Por las noticias que tengo, Internet esta triunfando en Africa, por ejemplo en Sansana, Burkina Faso ya tiene un Internet más o menos estable y nos hemos podido comunicado en estos días con los cooperantes que están allí. Puede parecer poco, pero para gente que vive en época medieval, es un cambio asombroso que les está haciendo quemar etapas de desarrollo. Lo que no tengo ni idea si el cambio es para bien o para mal, los cooperantes piensan que es para su bien.

  • #003
    Rosa - 14 enero 2016 - 18:58

    En el acceso a internet hay dos variables: la de poder acceder y la de querer hacerlo» <—–nada más que agregar

  • #004
    Manolo - 14 enero 2016 - 21:22

    Este tipo de discursos son los que hacen que me lleven los demonios.
    Con todo mi respeto por el autor al que sigo, esta idea de que internet es para la gente que es suficientemente lista como para apuntarse me parece lamentable.
    Yo soy tan listo como muchísima gente que usa más internet simplemente porque ve y yo no veo. Y si no navego por las páginas de El Español no es porque no me interese, sino porque no son accesibles. Y si no saco un billete en RENFE es porque no es accesible y si no puedo usar muchos bancos y mi oferta es más reducida es porque yo no veo y otros sí.
    Claro, la culpa no es de internet, que al final no es nadie. La culpa es de quien corresponda o del cha cha cha pero no mía, o mía poco, si acaso algo por no presionar lo suficiente.

  • #005
    Manuel - 14 enero 2016 - 21:36

    Interesante punto de vista. Permite que te corrija ecualización no significa lo que entiendo pretendes decir como igualación. Saludos

  • #006
    José Enrique - 14 enero 2016 - 23:59

    Parece la escena de La Vida de Brian… «Pero, en realidad… ¿qué han hecho por nosotros los romanos?»

    https://youtu.be/8NtomWTin3Y

    • Enrique Dans - 15 enero 2016 - 07:48

      Jajaja, la verdad es que sí!! :-D

  • #008
    Juan Navidad - 15 enero 2016 - 12:45

    Internet engloba muchas actividades humanas porque no es solo una red, sino un universo y para aprovechar al máximo sus funcionalidades hay que abarcar la mayor cantidad posible de sus ámbitos.

    Creo que un país que de verdad quiera poder considerarse «moderno» debería conocer y utilizar bien todas las potencialidades que tiene internet.

    En el ámbito educativo, en el que estuve muchos años formando al profesorado y personal bibliotecario he visto que para muchas de estas personas internet sigue siendo una especie de enciclopedia gigante en la que encontrar recursos. Creo que habría que formar más a los estudiantes en la creación de contenidos, de redes, de proyectos. Internet no es una televisión que usamos para ver el mundo, puede ser algo mucho más allá, algo que nos cambie la vida.

    Como decía Manuel en uno de los comentarios, en usabilidad no hemos mejorado mucho. Hemos ido a oleadas en las que los proyectos se iban adaptando más a otras en las que los portales incluso públicos eran realizados sin ninguna usabilidad ni accesibilidad. En el año 2001, cuando yo estaba trabajando de Subdirector del Área de Márketing y Promoción en la Bibliooteca Virtual Miguel de Cervantes, yo contribuí a crear los Criterios de Usabilidad que implantamos con la ayuda y el asesoramiento del Colegio de la ONCE de Alicante. Adaptamos casi todos los portales e hicimos accesibles casi todas las obras en poco tiempo en distintas fases.

    El ámbito emprendedor también tiene mucho potencial desaprovechado. En España existe aún un tufillo bastante clasista en quienes se dedican a apoyar empresas y financiarlas. Se suelen orientar en exceso a las personas que han sido formadas en escuelas de negocio. Ya sé Enrique que no son todas iguales, pero por las personas que he conocido que proceden de muchas de ellas hay muchas personas explotadoras que incluso buscan quienes trabajen gratis durante meses y después no permiten a esa persona ni poner su «trabajo» no remunerado en el currículum. En Estados Unidos hay muchos inversores que están ya quemados de personas ultratituladas y buscan empendedores/as que provengan del mundo obrero, es decir, que llegado el caso, puedan dedicarle al proyecto todas las horas del mundo, algo que dicen que no han visto hacer a los niños de papá que les han hecho perder mucho dinero por esa falta de dedicación. Además, es urgente apoyar buenas ideas y personas formadas en muchos ámbitos, no solo personas especializadas. Las empresas que funcionan más innovadoras lo suelen hacer por aunar conceptos y áreas muy dispares. Por eso apuesto siempre por las personas con ideas, creativas e idealistas que para mí suelen ser más interesantes que personas muy formadas pero desapasionadas.

    Conozco a miles de personas que hacen miles de usos distintos de internet y me da lástima que la mayoría podrían sacarle mucho más rendimiento a la red. Estamos haciendo muchas cosas mal. Nuestro problema no es que necesitamos más o mejores programadores, sino que quienes actúan en la red de redes pasen de ser usuarios/as a usuarios avanzados/as, que es lo que convierte a un país residual en avanzado. La gente joven en España creo que si uno les presta atención, se dará cuenta de que creen que sabe muchísimo, cuando se pasan el 50% de su tiempo usando whatshapp y el resto viendo y compartiendo vídeos estúpidos. Me temo que aún queda mucho por hacer…

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