Mi columna de hoy en El Español se titula «Tiempo de política«, y es una pequeña reflexión sobre los resultados de las últimas elecciones generales españolas y el drama que algunos pretenden dar a entender que supone un arco parlamentario fragmentado y sin mayorías absolutas.
Oír hablar de «ingobernabilidad», de «debilidad» o de «inestabilidad» a los políticos españoles evidencia una cuestión clara: que se sienten incapaces de gobernar en cualquier situación que no sea la de una clara mayoría en el Parlamento. En cuarenta años de democracia, todos los gobiernos han dispuesto o de mayorías absolutas, o de pactos alcanzados al principio de la legislatura que aseguraban los votos necesarios para aprobar todo lo que necesitasen aprobar. El resultado es muy sencillo: gobiernos que se sienten autorizados a hacer prácticamente lo que les dé la gana, a aprobar cualquier ley aunque no vaya en el mejor interés de los ciudadanos, o aunque vaya incluso abiertamente en contra. Gobiernos con mayoría absoluta o con pactos pre-negociados han aprobado las leyes más aberrantes de la historia de nuestra democracia, simplemente «porque podían». En el fondo, llevamos cuarenta años gobernados por mediocres incapaces de hacer política, que únicamente saben actuar cuando tienen mayoría absoluta en un Parlamento convertido en mero trámite – o peor, en teatrillo mediático.
No, el Parlamento no está para hacer teatro y escenificar enfrentamientos. Está para que cada ley tenga que aprobarse convenciendo a los diputados de otros partidos, para que sea necesario negociar, pactar, buscar posiciones intermedias, dialogar, evitar el sectarismo… Es muy posible que eso, para muchos de los representantes de la «vieja política», sea implanteable. Que no puedan imaginarse haciendo leyes que después tienen que discutirse, en lugar de simplemente ser aprobadas mediante el rodillo, por mero trámite. Si no saben, que se retiren. Lo que llevamos cuarenta años viendo no es política, es una farsa, sentarse en un escaño para apretar el botón que te han dicho que aprietes (e incluso así, a veces se equivocan). Si no saben hacer política, que lo dejen y que pasen otros que sepan.
Un Parlamento fragmentado no es una amenaza de ingobernabilidad ni de caos, es una oportunidad para que las leyes tengan que aprobarse negociando y convenciendo, en lugar de mediante un mero trámite. Esos meros «trámites», entre otras cosas, son los que han llevado a la política española a la consideración que tiene ahora. A ver si empezamos a entender el significado de la palabra «política», porque la inmensa mayoría de los políticos que hemos visto hasta ahora en nuestro país ni siquiera merecen ese nombre.
Sin intención de ofender, le tengo que decir que el artículo es muy naiv. En España no hay separación de poderes ni representantes por distrito electoral, lo que impide denominar a nuestro sistema como democracia (técnicamente sería una oligarquía de partidos). No es un tema de mayorías absolutas, como usted indica, sino de que quien tiene el poder ejecutivo y legislativo al mismo tiempo, tiene la capacidad de hacer lo que le dé la real gana. Le aconsejo leerse el libro «Teoría pura de la República» de García-Trevijano. Allí se explica muy bien estos conceptos básicos. Un saludo.
¡ Bien expresado, amigo repúblico !
Sin ánimo de ofender, ¿está hablando del mismo García-Trevijano el cuál junto con sus acólitos hablan de la «nación» española como un hecho histórico con derecho a persistir sólo por eso mientras relegan a lo que ellos llaman «nacionalismos periféricos o centrífugos» a meras quimeras sin lugar en su «república constitucional»?
Menudos republicanos…. como siempre, cada loco con su tema. Eso sí, siempre con derecho a pasar por encima de las ideas de los demás!
No se retracte de lo que dijo sr. Dans… es de lo más lúcido que he leído estos días.
Bueno, es que a ver si para citar a alguien hay que estar de acuerdo con todo lo que dice. Qué manía.
Yo no estoy de acuerdo con Trevijano en casi nada, pero en sus narraciones de la clandestinidad y en sus reflexiones sobre la naturaleza del sistema político actual español hay mucha lucidez o, al menos, muchos datos que uno puede contrastar.
Simplemente porque su visión del país sea nacionalista castellana en el fondo no es motivo para descartar otras reflexiones, como el análisis sobre la representatividad.
Un señor que desde antes de morir Franco venía advirtiendo del sistema que se quería montar, de los pactos, del consenso y de las traiciones que desembocarían en corrupción creo que merece un poco de apertura de miras.
Es una lástima que tendamos a descartar a gente o razonamientos porque algunas piezas del todo no encajen con nosotros.
A la vieja politica no le viene bien este escenario, entre otras cosas, porque se le va a ver el plumero de su ineptitud para discurtir algo seriamente, sin poder colocar el «y tu mas» de rigor y teniendo que leer y pensar en lo que están discutiendo y votando, vaya a ser que les cuelen un gol por toda la escuadra y se queden con cara de alelao, mientras el resto de la ciudadania nos partimos el pecho de lo «bien» que lo están haciendo.
Totalmente de acuerdo.
Por fin alguien con sentido común.
Con las mayorias absolutas entran como elefantes en una cacharreria.
Asi nos va.
yo cuando voy a un restaurante, dependo de los cocineros, ellos entienden de comida y deben saber, es su obligacion, lo que tienen que preparar para que sus clientes coman a gusto y sano …
cuando estoy en un edificio simplemente, solo puedo fiarme de los arquitectos y albañiles su profesionalidad y sus calculos para que el techo no se nos venga encima …
acerca de politica lo mismo, uno depende de esos profesionales y su ardua y dificil tarea, aqui si unos no podemos basarnos en otros expertos en su campo, la sociedad colapsa y es lo que me temo que va ocurrir, porque resulta que nadie vale un pimiento ante el olor de los billetes
Yo cuando entró en un restaurante me miro la carta yy los precios. Si resulta atractivo pido lo que quiero y si está bien cocinado vuelvo. Cuando entro en un edificio, decido por que puerta entro y salgo y si el suelo deja entrever el piso de abajo .seguramente me vaya y no vuelva.hablando de política: yo ya tengo mis idelogias, mis tendencias, mis preferencias. Sin embargo hago un esfuerzo en no creer sistemáticamente a ninguno de los líderes, a ninguno de sus voceros, a no dar un sesudo articulo por válido a la primera.
Quiero decir que entiendo tu comentario y es, en parte, cierto sin embargo nunca debemos renunciar a ser nosotros mismos los actores principales de nuestras vidas.
Con todo el cariño, aquí hay falacias a palazos :)
En un restaurante, el criterio para que algo salga bien o mal está relacionado con los sentidos (el gusto, el olfato, la vista…) que, más o menos, tienen unas directrices comunes para todos. Y también se puede ofertar de todo a la vez (salados, dulces, contrastes…).
Si montas una pastelería no va a entrar alguien a quien no le guste el dulce, por muy bien que lo hagas.
En un edificio manda la física. Hay reglas que no son discutibles. La gravedad no es algo sobre lo que el arquitecto decida. Ni sobre la densidad de los materiales o la resistencia.
Estos argumentos defienden una visión tecnocrática de la política según la cual sólo hay una manera buena de gobernar.
En política ni hay leyes totales ni hay maneras únicas de decidir como gestionar. Hay «sabores» excluyentes y no hay «leyes de la gravedad», por mucho que los populistas nos quieran convencer de lo primero y que los tecnócratas nos quieran convencer de lo segundo.
Hace bastante tiempo se acordó que era sensato que, aunque se falle muchas veces, la responsabilidad debería ser del pueblo por un criterio de mayoría. La mayoría te elige, te dicta qué hacer y tu usas tu experiencia como gobernante/político para llevarla a cabo lo mejor posible.
No es un trabajo de decidir como guiar el barco, sino de saber como disponer las velas y el timón para ir a donde te marca el pueblo.
Vamos, creo yo.
No veo otra politica global que tienda a un sustento basico, digo tendencia en el horizonte, de los ahora 7 mil millones de seres humanos, pues la alternativa, son las explosiones nucleares en cadena de facto iniciadas por algun estado periferico que se sienta marginado, desesperado o por algun billonario loco que puede facilmente hacerse con armas de destruccion masiva … y de esto hay de sobra, hay muchos y mas todavia, a lo largo de todo el planeta de hoy y mañana mas
De acuerdo que debemos fiarnos de los profesionales, pero ojito de los profesionales «cualificados» estar trabajando en una cocina, no garantiza saber cocinar, al igual que los arquitectos, no siempre aciertan ni los albañiles preparan bien el mortero. Sobre todo en esta época de «productividad desaforada»
De la misma forma, los políticos, muchos de ellos, saben mucho de despachos de partido, pero pocos están cualificados para gobernar.
Yo no creo que el problema sea de mayorías absolutas. Si partimos de que los políticos no escuchan a la gente y hacen lo que quieren, ¿por qué van a escuchar a la gente cuando en lugar de uno grande, son varios pequeños? Creo que esto es engañarse e ilusionarse con que pasar de dos partidos grandes con partidos satélites pequeños, a cuatro más o menos medianos que tengan que entenderse entre ellos arreglará las cosas por si mismo. Lo que tiene que cambiar es la sociedad, dejar esos mensajes de si eres de izquierdas tienes que votar a tal, y si eres de derechas tienes que votar a cual. O si eres buen catalán, vasco, o gallego votar al que toque ¿Dónde está en esas afirmaciones el que ese partido lo haga bien o no?
La ventaja es que ahora hay más opciones políticas, e igual los votos son ahora menos prisioneros de ciertas siglas, y el trasvase puede ser más sencillo.
Pero lo repito, el problema de la política son los comportamientos mafiosos en el sentido de compromisos políticos, y favores a devolver, ajenos a los intereses de los ciudadanos. Por lo tanto intentemos alejar esas situaciones de la política siendo más exigentes con nuestros representantes. Y para eso igual las listas abiertas sería lo realmente útil.
Solamente puede hablar asi alguien al que no le ha importado leerse los programas electorales y no ha analizado las consecuencias de cada uno. Triste que el voto de esos sume igual que los otros… así nos va.
Cierto…deberíamos revisar el valor de los votos de la gente… Tu voto, Sergi, debería ser multiplicado por 1’5 y el de el compañero al que respondes por 0’5 si es que le permitimos seguir votando.
El mío, en mi modesta opinión, debería ser multiplicado por 5 o 6. Pensar que me leo dos libros por semana y os aseguro que no son de los fáciles.
Hola Sergi, sin ánimo de ofender, y hablando de leer e informarse…. si todos los catalanes hubieramos leido lo que a mi me hicieron leer en mi formación académica ordenado por profesores catalanistas de pro, veriais que nos están tomando el pelo con lo de la nación y el país. Para no retroceder demasiado en el tiempo, Franco castigó con la boca pequeña a Catalunya, ya que fué privilegiada a partir de 1940 con escuelas donde la enseñanza era exclusivamente en catalán. Te recomiendo la lectura de la novela «Ganamos la guerra». Quizás también debería habérsela el señor Oriol Junqueres… que para ser historiador… no tuvo que ir mucho a clase. Bon Nadal.
«Triste que el voto de esos sume igual que los otros… así nos va»
Uffff… ¡¡¡Ojo con esa apreciación!!! El trasfondo que alberga es muy oscuro :-(
Yo llevo alucinando desde el lunes. Llevamos un año esperando el fin del bipartidismo y que llegue la «nueva» política, que se acaben las mayorías absolutas y que haya que dialogar y pactar … y aún no había acabado el recuento y la gente ya estaba asustadísima con la ingobernabilidad, predicando el caos que ésto supone y suplicando que alguien formara una mayoría. También hay que decir que los principales medios de comunicación, voceros de los partidos tradicionales, contribuyen mucho a este estado de opinión.
Exactamente, tú lo has dicho: sólo están asustados los que manejan el cotarro… son los únicos que pueden desear esa «mal usada» estabilidad.
No creo que los ciudadanos a traves del voto no consigamos nada de los politicos, que sigan pataleando con lo de las mayorias amplias no va a hacer no sigamos votando fraccionado ( en teoria).
Otra cosa es que mas que bipartidismo hay dos tendencias antagonistas de hacer politica y estan en ver quien fagocita a quien, quizas el pp a cs y podemos al psoe y otra vez tocaria elegir entre las «dos españas».
Creo que en cualquier lugar la política se realiza haciendo uso del poder del que cada cual disfrute y mediante la negociación.
En cuanto a lo de convencer, no sé cuando un conservador a podido convencer de nada a un comunista o viceversa, porque además no hay verdades absolutas o al menos nadie la conoce la verdad absoluta.
También es cuestión de intereses. Si una ley debe hacerse para favorecer al pueblo ¿quién está tan seguro de que realmente es lo que beneficia al pueblo?. Si debe realizarse escuchando al pueblo ¿es que todo el pueblo tiene la misma opinión?.¿todo el pueblo tiene los mismos intereses?¿se puedo dictar leyes que no perjudiquen a nadie?.
No, no creo que la política sea ni haya sido nunca una cuestión de convencer. De negociar sí, en todo caso.
Lo que pasa es que aquí no estamos acostumbrados a esto. En otros países es de lo más normal que haya 4 partidos importantes (o incluso más) en el parlamento. Y en USA, donde solo hay 2 partidos, la mitad del tiempo el presidente tiene que gobernar estando en minoría en el parlamento.
De acuerdo con lo que FLINN SORROW dice. Ese comentario valida plenamente lo que Enrique Dans expone. Pero el sentido comun es algo muy dificil de extender, todavía nos falta un largo recorrido. La esperanza está en que cada vez la reclamación de la «política» será más clamorosa y se inpondrá.
Totalmente de acuerdo, fantástico articulo! Por fin alguien con sentido común.
Aplauso.
Yo creo que esto que expone es lo que pensamos muchos. Muchos de los que pensamos, claro, que por ahí hay que empezar. Los que están dirigidos no piensan.
Pero fíjese que ni los nuevos actores parlamentarios están muy por la labor de establecer un gobierno de debate y consenso, un gobierno para todos en lugar de para una mayoría. Están más preocupados por la imagen pública.
Saludos de un votante CERA.
Las cosas no son tan simples, en un sistema parlamentario como el nuestro, en el que no hay separación de poderes, algo esencial en los sistemas democráticos, el ejercicio de la política acaba convirtiéndose en una «profesión» y su consecuencia inmediata es la corrupción, ya que en lugar de el bien público lo que se persigue es el bien particular de cada uno.
La democracia de partidos consigue exactamente eso, es mas fácil para un lobby corromper a uno o varios partidos que tener que corromper a 400 diputados, por eso interesa el sistema de partidos.
Si los parlamentarios fueran elegidos por un único periodo de 4 años sin estar adscritos a ningún partido o fueran elegidos meramente por sorteo, no serían peores que lo que hay ahora, habría mas variedad y serían auténticos representantes de la ciudadanía no defensores de intereses espúrios.
Hace tiempo que pienso en la línea de este artículo. Aunque el ideal fuera el consenso total, la aprobación por unanimidad, tal vez en ciertos casos sí resulte inviable. Pero una negociación que lleve a un acercamiento de posturas, me parece deseable. Puede que dé lugar a decisiones que al final no contenten ni a unos ni a otros, pero el deseo de sustituirlas por otras será menor.
Tristemente, cada vez que lo he comentado, mis interlocutores opinan que, en efecto, la no-mayoría sería inviable. Parece ser que las leyes deben escribirse aprobarse sin discusión, que eso llevaría demasiado tiempo, y más vale cantidad que calidad. Aunque cuatro años después haya que aprobar, de nuevo, las mismas leyes.
No es que no sepan hacer política. Si saben, pero a su manera. Da igual pre-pactos que pactos posteriores a las elecciones. Todo estará orquestado para que los que suframos seamos los de siempre y nada cambie. El problema no es en la palabra política, si no en el uso que le dan los políticos. Mientras los de siempre estén arriba, no esperéis cambios por tener un parlamento fragmentado.
Bravo, no hay más que verdades en este artículo. Llevamos 40 años de aprobación de leyes partidistas por esto mismo, con sus correspondientes leyes posteriores que sustituyen a la anterior para incorporar sus ideales. ¿Para cuándo una ley de Educación que dure varias legislaturas?
Al fin y al cabo se podría denominar una dictadura encubierta, pues hacen y deshacen a su antojo, y más aún cuando hay mayoría absoluta de un partido (como esta última legislatura).
Rivera, que llega ahora, y es «nuevo» ya está hablando como la vieja política: «Romper España». España ya está rota, por algo más preocupante, se llama DESIGUALDAD. Su solución es volver a lo de antes, lo que interesa sólo a los mercados, y no a las personas: la Gran Coalición.
Ahora que tienen que empezar a hacer política, se están viendo las deficiencias de estos impresentables que dicen gobernar para la gente.
Yo veo muy simplista el enfoque de Enrique Dans, como dando a entender que la inestabilidad no es tan mala. Nadie está diciendo que la estabilidad tenga que estar basada en una mayoría absoluta, puede haberla con acuerdos entre dos partidos o entre tres pero siempre que esos partidos crean en la estabilidad, cosa en la que Podemos jamás creerá porque su esencia es revolucionaria, y lo sabemos todos. Además, en democracias donde hay una segunda vuelta entre los dos partidos más votados la opinión que expresa Enrique en el artículo quedaría en la insignificancia más absoluta
No y no, me temo :-) En primer lugar, porque esos «acuerdos de estabilidad» que reclamas son precisamente lo que no deberíamos tener: un «acuerdo de estabilidad» es una carta blanca que compromete el voto a prácticamente todo lo que presente el gobierno. Lo que queremos es precisamente lo contrario, que el gobierno tenga que pelear y convencer en cada ley, en cada modificación, e incluso encontrarse con leyes que pasan con su oposición (aunque en este caso vamos fastidiados, porque el Senado podría convertirse en un bloqueo). Y no, porque las democracias en las que hay segunda vuelta son presidencialistas – se trata de escoger a un presidente, no a una cámara que debe escoger a un presidente.
Estoy bastante de acuerdo con el artículo. Relamente quien no está preparado para un parlamento fragmentado es la clase política. Parece que sólo saben gobernar con mayoría absoluta.
objetivamente no tiene nada de oscuro