La contaminación como problema social

IMAGE: Bogdan Mihai - 123RFFascinante pregunta planteada por Venture Beat: ¿cuántos años faltan para que empecemos a ver los tubos de escape de nuestros automóviles como algo moralmente inaceptable?

Tal vez pueda ser un caso aislado, pero confieso que cuando veo un vehículo circulando como el de la fotografía que ilustra la entrada, con algún problema en su sistema de combustión que le lleva a elevar anormalmente su nivel de emisiones, mi pensamiento inmediato es que hay que hacer algo de manera inmediata, sea denunciarlo, inmovilizarlo o detenerlo por atentado al medio ambiente. Recientemente, tras el escándalo Volkswagen, he empezado a tener la misma sensación cuando veo un vehículo diesel de la marca: plantearme cómo diablos puede ser que ese vehículo siga un día más circulando, cuando sabemos ya a ciencia cierta que emite una auténtica barbaridad  de óxidos de nitrógeno, hasta cuarenta veces por encima del límite legal permitido, mientras una serie de irresponsables intentan disculparlo y tratan de hablar de «guerra comercial» y de responsabilizar a otras marcas.

Escándalos como el de Volkswagen están ayudando involuntariamente al desarrollo de una incipiente cultura medioambiental. Sí, a todos nos gusta afirmar que nos preocupamos del medio ambiente, pero la gran verdad es que la circulación de vehículos diesel, y muchos de gasolina, debería ser prohibida con efecto inmediato. Los vehículos no son el único componente de la contaminación, pero sin duda, sí uno de los más importantes. Así de grave es el problema actual. Obviamente, prohibir la circulación de esos vehículos en un entorno como el actual, en el que las alternativas que proporciona la tecnología del vehículo eléctrico adolecen o bien de un muy bajo rendimiento, o bien de un precio excesivo, o bien de ambas cosas, resultaría imposible: obligar a los usuarios de esos vehículos a hacer frente a una pérdida económica simplemente porque hace un cierto tiempo tomaron una decisión de compra de un bien durable equivocada, o porque decidieron optar por la que parecía la opción más razonable dada la información que tenían resulta completamente imposible de plantear. Pero lo cierto es que entrar cada mañana en una gran ciudad, rodeado de vehículos emitiendo basura a la atmósfera mientras vemos asomarse la silueta de los edificios cubiertos por una siniestra boina gris oscura de contaminación que nos vamos a pasar el día entero filtrando en nuestros pulmones resulta cada día más preocupante.

La posibilidad de prohibir la fabricación o la circulación de vehículos propulsados por combustibles fósiles es, a día de hoy, una completa utopía. Pero cualquiera capaz de hacer dos simples cálculos medioambientales sabe de lo que estamos hablando: de una situación completamente insostenible, que reclamaría de medidas urgentes que permitiesen, en un tiempo récord, sustituir esos vehículos. ¿De qué parámetros económicos estaríamos hablando si se prohibiese con efecto inmediato la fabricación de más vehículos propulsados por combustibles fósiles, y se obligase a las marcas a comercializar vehículos eléctricos si quieren seguir en el mercado? ¿Y si se acompañase de las correspondientes medidas destinadas a desincentivar la circulación de esos vehículos a sus propietarios, al tiempo que se incentiva su sustitución? ¿Qué ocurriría, desde el punto de vista competitivo, si el mercado eléctrico se desarrollase de manera obligatoria, si las marcas fuesen forzadas a producir esos vehículos y a competir para conseguir las mejores alternativas?

Por el momento, vivimos una situación absurda: las ventas de vehículos eléctricos son meramente testimoniales, las opciones no resultan en absoluto competitivas ni en sus precios, ni en sus prestaciones, ni en su rango de autonomía. La estrategia de Tesla, pionera absoluta en la tecnología del vehículo eléctrico, ejemplifica claramente la situación: vehículos de altísima gama destinados a financiar la evolución hacia segmentos con precios más accesibles. Alternativas como la recientemente presentada en Madrid por Car2go, empresa del grupo Daimler, plantean alternativas con un peso aún escaso, al tiempo que acercan el vehículo eléctrico a más consumidores potenciales que se enamoran del reprise de unos vehículos que entregan la totalidad del par motor cada vez que se pisa el acelerador. Sin embargo, a este ritmo, la idea de una solución real al problema de la contaminación está aún muy lejana.

¿Cuánto queda para que se desarrolle una verdadera presión social en contra de los vehículos propulsados por combustibles fósiles? La madurez de la tecnología destinada a sustituirlos es evidente en cuanto a prestaciones, pero está aún muy lejos en otros factores igualmente importantes, y la apertura de las tecnologías del que es en estos momentos el líder absoluto del mercado no parecen estar siendo suficiente estímulo como para que otras marcas de la industria empiecen a presentar productos con un nivel de competitividad razonable, que posibiliten una verdadera presión competitiva en este mercado. Cierto es que hablamos de una industria con un ciclo de maduración de productos generalmente largo: el tiempo que pasa desde que un vehículo empieza a diseñarse hasta que es puesto en el mercado se mide en años, no en meses, lo que implica que aún tengamos que esperar un tiempo hasta que el vehículo eléctrico sea una realidad razonable al alcance de cualquiera. Por otro lado, alternativas como el car-sharing, el car-pooling, las apps, el ride-sharing, etc. intentan que la evolución no sea siquiera hacia la posesión de vehículos eléctricos, sino hacia el desarrollo de un futuro en el que los automóviles no son un producto que los usuarios poseen, sino un servicio al que acceden.

La pregunta inicial, en cualquier caso, sigue siendo interesante: ¿en cuánto tiempo se desarrollará una presión social negativa sobre los vehículos de combustibles fósiles? ¿Nos vemos renunciando o etiquetando claramente como nociva una tecnología que hemos visto desarrollarse – y avanzar considerablemente – durante varias generaciones? ¿Han provocado escándalos recientes como el de Volkswagen un cambio en esa situación?

 

This article is also available in English in my Medium page, “Pollution: when will we start taking the problem seriously?«

 

28 comentarios

  • #001
    Javier - 21 noviembre 2015 - 19:57

    De acuerdo solo en parte. El principal problema no es el vehículo con motor de combustión interna, sino el uso completamente insostenible que se hace de él. No puede ser que todos los días entren a las ciudades decenas de miles de coches de una tonelada y media de acero con un único ocupante en la mayoría de los casos.
    La electricidad no sale gratis ambientalmente, y menos en cantidad suficiente para alimentar una flota de coches que sustituya los actuales.
    O se cambia el modelo consumista irracional o seguiremos igual (emitiendo gases en las centrales térmicas para alimentar las baterías de los coches eléctricos).
    El cuento del crecimiento infinito se está acabando delante de nuestras narices.

    • Enrique Dans - 21 noviembre 2015 - 20:08

      No, tus susceptibilidades no son correctas. Por mucho que pudiese llegar a contaminar la generación de electricidad, no tendría absolutamente NADA que ver con el impacto de todos esos vehículos. Y por supuesto, faltaría meter en la ecuación modelos de generación distribuida como los que tan hábilmente pretende descartar el estúpido y corrupto gobierno español, que tienen un encaje evidente con el vehículo eléctrico. En este momento, todas las dudas sobre la sostenibilidad del vehículo eléctrico frente a los combustibles fósiles están ya descartadas.

  • #003
    Xaquín - 21 noviembre 2015 - 20:04

    De acuerdo con el tono general da la entrada… y más si la apuntalamos con el toque de Javier sobre ese cuento de hadas famoso: crecimiento ilimitado de la energía (sin efectos colaterales graves, claro!)…
    Y puesto a remojar las barbas ten cuidado, ya que puedes entrar, dentro de poco, en el filtro «hollandeiro» de «previsiblemente peligroso socialmente»… no vaya ser! Todito por la seguridad (de una minoría!)!!!!

  • #004
    Krigan - 21 noviembre 2015 - 20:40

    El motor eléctrico es una maravilla si lo comparamos con el de explosión: acelera más, es mucho más pequeño y ligero, tiene muchas menos piezas por lo que es más barato de fabricar y mantener…

    Se pongan como se pongan algunos, es también mejor para el medio ambiente. Es mucho más eficiente (consume mucha menos energía para hacer lo mismo). Incluso si toda la electricidad se obtuviera de combustibles fósiles, contaminaría menos por la sencilla razón de que gasta menos energía. Pero es que además, en un motor de explosión, el 100% de la energía viene de combustible fósil, mientras que en un motor eléctrico el 40% viene ya actualmente de renovables, y con posibilidad de llegar al 100% (el Sol da para eso y más).

    Por lo demás, es cierto que el coche propio es un desperdicio ambulante, y ya no solo en lo energético, sino también en lo económico, y en el espacio de aparcamiento.

    Las mejoras en las baterías (que son el ÚNICO problema del coche eléctrico), y el desarrollo del coche autónomo (y su corolario el robotaxi) van a ser toda una revolución en el transporte personal.

    Aventurándonos más, el metro es muy mejorable. No tiene sentido tener que esperar 5 minutos a que llegue un metro de 5 vagones (que serán otros 5 minutos de espera si tienes que hacer transbordo). ¿No sería mejor que cada minuto pasase un vagón? ¿De verdad alguien se cree que el conductor del metro sigue siendo necesario?

  • #005
    Luis Herce - 21 noviembre 2015 - 20:45

    En mi opinión es más un problema de re-planteamiento urbanístico del modelo de ciudad que de tipo de combustible de los vehículos que circulen por ella. Mientras la tecnología no aporte sistemas alternativos verdaderamente eficientes y asequibles, la única opción es la restricción del uso del vehículo privado, la mejora de las redes de transporte público, aparcamientos disuasorios, peatonalización, etc., etc.

  • #006
    Goomer - 21 noviembre 2015 - 22:13

    Yo creo que no deberíamos cometer el mismo error que con las renovables, gastar dinero en promover su uso antes de que sea una tecnología madura, y luego tener que cortar la financiación cuando se te va de las manos y se convierte en una alternativa de inversión. En lo que yo creo que habría que invertir dinero es en el I+D relacionado con los vehículos eléctricos. Cualquier mejora relacionada con la densidad, precio y duración de las baterías redundará automáticamente en una mejora de su autonomía y de que resulte más rentable su uso.
    Por otra parte, cuando proponemos medidas a problemas reales, tenemos que tener en cuenta también la realidad social del país. En nuestra situación socioeconómica, y teniendo en cuenta que comprar un vehículo es una inversión a amortizar en una serie de años, y muchas veces necesaria para la vida laboral, pensar en prohibir su uso no parece lo más aconsejable.

    Por lo tanto, invirtamos dinero en I+D, ayudemos a que estos vehículos despeguen, por ejemplo, ofreciendo bonificaciones fiscales a empresas que instalen cargadores eléctricos en los aparcamientos de los empleados, favorezcamos los servicios de compartición de coches, y otras formas de movilidad saludables, pero como opción personal. Es mejor siempre desarrollar una alternativa superior a los vehículos actuales que hacer uso de las prohibiciones por decreto.

    Y por si hay alguna duda, siempre he intentado vivir cerca de mi trabajo, y desde hace año y medio no tengo vehículo a motor propio y solo me desplazo en bicicleta y en transporte público. Y no siempre es fácil, como por ejemplo para hacer la compra, pero es mi opción.

    • Krigan - 22 noviembre 2015 - 14:08

      En parte el problema de las baterías está siendo un problema de infraestructuras. Algunos modelos de coches de Tesla tienen ya una autonomía que supera los 400 Km, y aunque las baterías de litio siguen siendo caras, su coste de fabricación cae año tras año.

      Para desplazamientos en tu ciudad, puedes dejar el coche recargando durante la noche… pero necesitas tener plaza de garaje, y que esta tenga un enchufe.

      Para viajes largos están las estaciones de carga rápida, que te recargan el coche en tiempo razonable… pero solo hay 2 Superchargers de Tesla en España, y por su ubicación (Gerona y Tarragona) están sobre todo orientadas a turistas europeos visitando nuestra costa mediterránea, en lugar de estar orientadas a desplazamientos dentro de España.

      La buena noticia es que cuando el problema son las infraestructuras, se acaba por solucionar antes o después. Cuando el coche de explosión se empezó a usar, tampoco había gasolineras.

      • Goomer - 22 noviembre 2015 - 20:41

        Tesla es de momento un producto de lujo. No tengo datos de la duración de sus baterías, pero me extrañaría que con un uso diario durasen más de 6-8 años, cuando te tocaría cambiarlas, y tanto su precio (que debe ser un porcentaje importante del precio total del vehículo) como la mano de obra no debe ser barato. Mucha gente no tiene plaza de garaje, y aún así pensar en adaptar todas las plazas de garaje del país para que se puedan recargar los vehículos es un problema grande, y caro. Por eso digo que en lugar de cargarlo en casa, podría ser una solución cargarlo durante las 8 horas en que estamos trabajando. Parece un problema más fácil tirar una línea para un grupo de plazas de garaje sobre todo en una zona industrial, o de modernos edificios de oficinas, donde suelen tener ya un centro de transformación con capacidad disponible, y donde se pueden electrificar todas las plazas a la vez, que en una zona urbana en la que igual los inmuebles son antiguos, o no hay disponibilidad de todo ese incremento de potencia en el barrio, o se irían haciendo una a una según cada vecino.

        Pero en cualquier caso lo importante como digo es seguir desarrollando mejoras, porque con cada nuevo avance las cuentas van a salir mejor, otra cuestión es si como suele decir Enrique vamos a un sistema de vehículo como servicio en lugar de como posesión preciada.

  • #009
    Manuh - 21 noviembre 2015 - 23:23

    ¿Por qué no introducimos un término equivalente a biodiversidad, pero relativo a tecnología y las diferentes y complementarias soluciones de transporte, generación de energía, etc.? La «tecnodiversidad*» (*término pendiente de adjudicación) es esencial para nuestros ecosistemas humanos y nuestro futuro, empezando desde ya y eligiendo con perspectiva por donde debemos ir.

    Sistemas de generación de energía distribuida y producción en área próxima, sistemas consumidores de energía eficientes…

    Por ejemplo, la luz del sol la estamos desperdiciando, podemos generar energia y calor, pero no se está haciendo nada para una adopción masiva de sistemas simples como tubos solares y reflectores para introducir luz e infrarrojos a las casas.

    A la basura orgánica y residuos vegetales, tampoco le estamos sacando mucho rendimiento. Y el biogas y producción de ácido levulinico podría ser una salida importante a los combustibles fósiles.

    En transportes se pretende desde algunos ámbitos reducir la movilidad urbana a autobuses y metros, con la opcion premium del taxi, o ir a patitas. Y no olvidemos que son sistemas con mil limitaciones. Por ejemplo, el metro es fantástico, pero no resuelve el problema a quien esta lejos de una boca de metro, y la solución no es, probablemente, hacer miles de líneas. El autobús, tampoco es la panacea.

    Son sistemas muy poco eficientes para muchos, y una vez se cubren las áreas optimas para ellos, pierden sentido o rentabilidad (un autobús vacío o un metro sin pasajeros no es muy ecológico, que digamos). Y el taxi es un lujo, y a menudo caminar o pedalear puede no ser una opción. Y aquí entran en escena sistemas como hiperloop; aceras móviles; patines, bicis, motos y coches eléctricos urbanos; uber y equivalentes, blablacar, csr2go… Y que cada cual encuentre lo que mejor se adapta a sus necesidades.

    Veo claro que igual que nos acostumbramos a que nos chirríe ver a alguien tirar un papel en la calle o fumar en un local, esto llegará a los tubos de escape, si no está ya aquí metido en el subconsciente, igual que con el tabaco.

    Tardará un poco la solución porque aún sale caro, y montar fábricas y terminar los desarrollos lleva tiempo. En los próximos años, por mas que quiera cambiar mi coche diésel por una solución moderna, no me será nada sencillo… estamos en pañales. Es repetir la historia de tecnologías actuales cuando no estaban maduras como los PCs portátiles, las teles LED, la iluminación LED, smartphones, pantallas tactiles…

    Quizá en la transición podían vender vehículos de combustión con la opción de reconvertirlos a eléctricos aprovechando el vehículo una vez se reduzcan los precios y se consoliden los desarrollos.

  • #010
    Claudiomet - 21 noviembre 2015 - 23:26

    Hay que hacer notar que, al desincentivar en vehículo a combustión interna en favor del vehículo eléctrico no estamos eliminando el problema de la contaminación. Al cambiar la matriz energética simplemente estamos moviendo el problema de la contaminación por combustion a otro ámbito, como la contaminación necesaria para la generación de la suficiente energía eléctrica como para abastecer a todo un parque vehicular.

    • Krigan - 22 noviembre 2015 - 13:12

      Falso. El motor eléctrico consume mucha menos energía, y parte de la energía que consume viene de renovables. La producción de electricidad mediante renovables está además aumentando.

    • José Antonio Gaes - 22 noviembre 2015 - 17:12

      Verdadero. Es precisamente el meollo de la cuestión. No se puede establecer una comparación razonable entre el vehículo eléctrico «ideal» y el vehículo de combustión interna que aparece en la foto de esta entrada.

      • Krigan - 22 noviembre 2015 - 19:47

        ¿Y a mí qué la foto? Para hacer lo mismo, el motor eléctrico consume mucha menos energía que el de explosión. Este último es como una bombilla incandescente, gran parte de la energía consumida se desperdicia en forma de calor.

        Yendo por ciudad el efecto es todavía más acusado, dado que el motor eléctrico puede recuperar parte de la energía de la frenada (basta con invertir el flujo de corriente para convertir un motor eléctrico en una dínamo).

        Por si fuera poco, el motor eléctrico no consume energía cuando el coche está parado, el de explosión sí.

        El 40% de la electricidad viene ya de renovables, y eso que en España apenas estamos usando la energía solar.

        Afirmar que una migración al coche eléctrico es simplemente trasladar la quema de combustible fósil del coche a la central térmica es absurdo. El coche eléctrico consume mucha menos energía (sobre todo por ciudad), y el 100% de la energía que consume puede ser renovable (el 40% ya lo es).

        • Vic - 23 noviembre 2015 - 12:49

          Solo un detalle: podrías dar datos sobre eso de que apenas estamos usando solar en España? Porque me resulta sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de campos foto-voltaicos que hay.

          • Krigan - 23 noviembre 2015 - 18:39

            En el 2013 la solar no llegó al 5% de nuestra producción de electricidad:

            http://motorpasionfuturo.com/medio-ambiente/las-energias-renovables-generaron-el-42-de-la-electricidad-de-espana-en-2013

            La producción total de renovables supuso el 42%, principalmente eólica e hidráulica.

          • Vic - 24 noviembre 2015 - 11:02

            Gracias por el enlace. Es interesante ver como afecta la variación del tiempo en la generación de energía de renovables, y quizá uno de los mayores desafíos hasta que se desarrollen mejores baterías para almacenar energía.

          • Krigan - 24 noviembre 2015 - 17:08

            Para el almacenamiento de energía a gran escala también están las centrales de bombeo:

            http://ecomedioambiente.com/energias-renovables/almacenamiento-de-energia-central-hidroelectrica-de-bombeo/

  • #018
    Luis - 22 noviembre 2015 - 08:53

    No se pueden prohibir los motores de explosión de golpe, pero en las ciudades contaminadas como Madrid y Barcelona sí se podría hacer, desde ya, lo que hacen otras ciudades como Paris, Londres o Beijing.

    Esas ciudades racionalizan el uso de automóviles privados en el centro mediante distintas técnicas: en Londres, haciendo pagar, y en Paris y Bejing prohibiendo la circulación mediante alternancia: por ejemplo en Beijing si tu matrícula es par el coche puede circular ciertos días de la semana, si es impar otros.

    A estas reglas se les puede añadir la exención a coches eléctricos y coches con un mínimo de 2 o 3 ocupantes.

    Si no se ha aplicado ya en Madrid es por una cuestión de impacto electoral.

  • #019
    Javier Lux - 22 noviembre 2015 - 11:57

    Hay alternativas viables hoy para el transporte electrico masivo.

    1- La bicicleta eléctrica. Hacen hasta 50 km con poco esfuerzo. Solo necesitan mas carriles bici (sobre actuales carriles coche) y un sitema de matriculacion-GPS para limitar robos

    2- Scooter y Moto electrica. Hacen hasta 100-120 km.

    Pekin y muchas cuidades de asia usan ambas socluciones masivamente. Y en Europa Amsterdam y Copenhagen tambien.

  • #020
    Jorge Juan - 22 noviembre 2015 - 14:57

    Está muy bien que en un blog de referencia de tecnología se planteen cuestiones tan vitales como las externalidades medioambientales. Una sociedad que deje de destruir la biodiversidad no podrá ser compatible con las posibilidades de movilidad que tenemos hoy en día. El futuro posible solo podrá ser low tech.

  • #021
    Daramas - 22 noviembre 2015 - 16:30

    Bien otra vez, Enrique Dans, aunque creo que sigues adoleciendo -sólo en parte y sólo en mi opinión- de darle demasiada importancia a la oferta y la demanda como herramienta capaz de regular estos problemas si se da la suficiente conciencia social. No entiendo que consideres que es suficiente para equilibrar el mercado pero, repito, sí creo que la sobrestimas.
    Creo que la presión social debe ir encaminada no sólo a demandar menos impacto ambiental negativo, sino también a obligar y/o presionar a la industria a ofrecer productos ambientalmente sostenibles desde la regulación estatal.
    La industria sólo fabrica vehículos respetuosos de gama alta porque esos clientes pueden permitirse elegir su vehículo con estas consideraciones, no porque estén más concienciados.
    Si buena parte de la población considera que esos atentados ambientales no deberían suceder tienen derecho a exigirle a los fabricantes, por la vía de la regulación del mercado, que fabriquen productos que satisfagan esa conciencia ambiental aunque no sea una de sus prioridades ni le den la importancia que deberían darle a este aspecto.
    Por supuesto también deberían demandarlo como consumidores, pero no nos olvidemos que en la sociedad actual un vehículo no es un bien de lujo sino una necesidad en la mayoría de los casos. Y cuando tienes una necesidad y pocas cartas con las que jugar, por falta de medios económicos que te cierran a un abanico reducido de opciones, poca presión puedes causar desde la posición del consumidor pero bastante más desde la posición de ciudadano con capacidad para regular el mercado a través de la política en todas sus formas.

  • #022
    Benjamin - 23 noviembre 2015 - 09:07

    Ay! Si tuviese 30.000 euros a mano te prometo que me pillaría un Tesla ahí en Holanda y me lo traigo. Estoy pensando en cambiar a GLP por gastar menos, pero es que solo son 1200€ y eso si me lo puedo permitir.

    Es fácil hablar de contaminación, cultura ecológica y tal cuando se puede dar uno el lujo de cambiar. Pero la realidad es que hay demasiados españoles/as viviendo al límite y unos bancos que no conceden créditos ni para atrás. Y 30.000 euros es una burrada de dinero para unos coches que no tienen por qué durarte los 10 años que vas a estar pagándolos.

    Falta un coche eléctrico barato.

    ——-

    Por otro lado, que alguien me demuestre que si 20 millones de coches españoles se hacen eléctricos el gobierno no va a:
    1. Disparar la factura de luz
    2. Impulsar a las térmicas contaminantes para reactivar la muerta industria del carbón asturiano
    3. Poner 2-3 centrales nucleares extra

    Puesto que de renovables aquí no se puede hablar, ponemos impuestos al sol, al viento y a la marea.

    ——————

    Lo siento, españa no está preparada y no lo estará mucho tiempo. Suficiente como para cargarnos otro cacho más del planeta, para detrimento de la próxima generación, que cada vez nos debería dar más lástima y hacernos preguntar quien y que votamos realmente.

    • Enrique Dans - 23 noviembre 2015 - 11:01

      Me temo que con treinta mil euros tienes para menos de medio Tesla. La opción más barata del Model S, con tracción trasera y batería de 70 kWh, está en 64.300 euros en Europa. Puedes rebajarlo algo con subvenciones al vehículo eléctrico, pero te aseguro que no va a bajar hasta los 30.000. Indudablemente es un producto de lujo, por mucho que el valor de recompra sea elevadísimo y puedas planteártelo como inversión, pero un producto de lujo al fin y al cabo (y el vehículo, con prestaciones y acabados, es definitivamente coherente con el hecho de ser un producto de lujo). La estrategia de Tesla es la que es: ir utilizando vehículos del segmento de lujo para financiar el desarrollo de modelos progresivamente más baratos, y están en ello, pero no es algo que se haga en un par de años. Marcan un camino a seguir, sobre todo por el open sourcing de su cartera de tecnologías y patentes para provocar el desarrollo del mercado, pero obviamente es una empresa que está aún señalando el principio de lo que va a llegar a ser en el futuro…

  • #024
    Jose Antonio Gaes - 23 noviembre 2015 - 11:55

    El verdadero problema social planteado en esta entrada es considerar deseable «prohibir la fabricación o la circulación de vehículos propulsados por combustibles fósiles».

  • #025
    Francisco - 24 noviembre 2015 - 09:41

    Coincido con MANUH en muchas de sus ideas expuestas. Yo creo que tal y como ha expresado Enrique los vehículos eléctricos ACTUALES tienen un gran problema de competitividad en prestaciones y coste. Es decir, DESGRACIADAMENTE, son una tecnología inmadura a día de hoy sólo al alcance de grandes presupuestos. Sin embargo, estoy profundamente convencido de que son la opción del futuro y que tarde o temprano acabarán sustituyendo a los vehículos de combustión interna, por lo menos en cuanto a los turismos particulares. Tengo mis dudas, respecto a los camiones de mercancías.

    La cuestión es qué medidas se pueden adoptar para “acelerar” la maduración de dicha tecnología, entendiendo por ello disminuir su coste y aumentar sus prestaciones. Existen casos conocidos como los microprocesadores y la ley de Moore, o como los módulos fotovoltaicos y la ley de Swanson. Estos ejemplos muestran como, a medida que el mercado se desarrolla, aumentas las prestaciones a la vez que disminuyen los costes. De tal forma que, a partir de un cierto punto (ya alcanzado en los microprocesadores y probablemente también en los paneles solares), el producto y el mercado entran en un ciclo de auto-crecimiento y de mejora continua sin necesidad de “apoyos” exteriores.

    Sin embargo, ahora estamos en la fase inicial. ¿Qué medidas externas de apoyo se podrían implantar para favorecer el desarrollo del vehículo eléctrico? Sin duda, no habrá una única respuesta:

    a) Opción fuertes subvenciones: Tal y como comenta #006-GOOMER, hay que tener cuidado de no hacerlo siguiendo el modelo de las Renovables, pero tampoco hay porque descartarlas. Si además, gracias a esas subvenciones somos capaces de crear un tejido industrial en el país que no se dedique simplemente a importar material extranjero e instalarlo, mucho mejor.

    b) Opción restricciones al tráfico: Progresivamente ir aumentando la superficie de las ciudades donde sólo se pueda circular y estacionar con un vehículo eléctrico. Acabamos de tener un ejemplo práctico en Madrid.

    c) Opción concienciación: Supongo que muy progresivamente ir lanzando el mensaje que comenta Enrique sobre la “inmoralidad” del vehículo de combustión interna. No parece una tarea fácil ni a corto plazo, pero tampoco debe considerarse una utopía. Cuando yo era niño (soy un “chaval” nacido en el 75), no se veía como algo incorrecto el fumar en un hospital, en clase ó en el autobús en hora punta. Sin embargo ahora, creo que la mayor parte de la sociedad consideraría “moralmente inaceptables” tales comportamientos.

    d) Opción prohibición: Como bien dice Enrique, “La posibilidad de prohibir la fabricación o la circulación de vehículos propulsados por combustibles fósiles es, a día de hoy, una completa utopía”. Simplemente, hoy por hoy no hay una alternativa viable, pero tampoco hay que descartar futuras prohibiciones parciales ó futuras obligaciones legales de ventas de un porcentaje de vehículos eléctricos. Sé que no es un ejemplo comparable al 100% con los coches y su impacto sobre la economía, pero ¿alguien se acuerda del desastre económico que se suponía que la prohibición de fumar en los bares iba a suponer?, Al final, la ley de prohibición se aceptó y no ha supuesto ningún “Armagedon” económico para la hostelería. Obviamente, no se puede llegar a la prohibición si no se ha hecho correctamente antes la fase de concienciación y. por supuesto, se dispone de alternativas viables desde el punto de vista técnico y económico.

    Yo, desde luego, no tengo la respuesta, pero no descartaría ninguna posibilidad.

  • #026
    Rafa - 25 noviembre 2015 - 01:35

    Yo solo entro para decir que instalé un sistema de GLP en mi coche de gasolina (no diésel, por dios) para ahorrar en mi trayecto diario de 200 kms. Era por economía pero en verdad contamina bastante menos y estoy muy contento porque creo que la cantidad de CO2 emitido para cargar la batería de un coche eléctrico que haga el mismo trayecto no es comparable.

  • #027
    rsanalba - 2 diciembre 2015 - 16:33

    Soy un lector habitual de esta página y he de decir que en mi humilde opinión el artículo y los comentarios han caído en la trampa de la simplificación del tema. (Muy habitual, por cierto)
    Vaya por delante que estoy de acuerdo con lo que se dice en el artícuo, pero ¿por qué se centra todo en el transporte privado?
    …en verano llueve menos que ahora y no existen problemas de contaminación tan graves (como los de Madrid)… ¿por qué?… pues por las calefacciones, claro.
    ¿Por qué es más cara la calefacción eléctrica que la de combustibles fósiles?
    Y sobre todo, ¿POR QUE SE HA CREADO UNA RED DE DISTRIBUCION DE GAS NATURAL CUANDO YA EXISTIA UNA RED DE DISTRIBUCION ELECTRICA?
    ¿No habría sido más lógico generar la electricidad donde fuera menester y transportarla a las ciudades?

    • Luis Herce - 2 diciembre 2015 - 18:03

      RSANALBA, permíteme responder con otras preguntas ¿Por qué cambias de móvil cada cierto tiempo? ¿No sería más eficiente mantener, conservar y mejorar lo que existe antes de cambiarlo? ¿La economía de mercado subsistiría con esa regla?

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