La adquisición de Lapka, una compañía rusa de diseño industrial de apariencia hipster y sofisticada que fabrica un conjunto de sensores para ser enchufados en la clavija de sonido de un iPhone, por parte de Airbnb, me ha parecido un movimiento sorprendente, pero con muchas posibilidades de ser interesante y de apuntar hacia algo que me llama mucho la atención últimamente: la llamada internet de las cosas, o IoT.
La última vez que había oído hablar de la compañía fue vinculada al proyecto Ara de terminal modular de Google, hace casi un año: su idea era integrar sensores en el diseño, de manera que el terminal pudiese convertirse en un auténtico sensor ambiental. En aquel momento, la compañía fabricaba sensores de radiación electromagnética, temperatura, radiactividad y de detección de determinados químicos como los nitratos, cuyos niveles utilizaban para tratar de discernir si un alimento procedía o no de cultivo orgánico. El conjunto de sensores, fabricados con un diseño muy atractivo y cuidado en madera y plástico blanco, costaba unos 220 euros (llegó a estar en torno a los 120 euros posteriormente), y daban la impresión de ser, en cierto sentido, un producto a la espera de su mercado y de un empujón en una posible – pero no sencilla – popularización. En este vídeo se puede ver la idea:
Posteriormente, la compañía creó también un analizador de aliento, también con un diseño impresionantemente minimalista y atractivo, pero con escaso impacto comercial. La adquisición por parte de Airbnb, sin embargo, obliga a pensar en la compañía de otra manera: el anuncio deja claro que la compañía va a abandonar sus actuales líneas de desarrollo y comercialización, y que se trata en realidad de un clarísimo acqui-hire, de una adquisición de un equipo. La idea, claramente, parece tender a la sensorización y al desarrollo de elemento que permitan mejorar la experiencia de uso de las propiedades ofertadas por Airbnb, generando productos que permitan ofrecer ventajas tanto a los propietarios como a los usuarios. Entre las posibilidades, existen por ejemplo posibles sensores de presencia que avisen de la llegada de los huéspedes, cerraduras inteligentes que eviten el problema actual de encontrar un lugar donde dejar las llaves para su recogida, o sensores de diversos tipos para avisar de cualquier eventualidad.
Para el equipo de diseño de Lapka, la adquisición supone contar de repente con todo un parque de más de mil doscientos millones de propiedades en las que extender sus dispositivos, funcionando a modo de mercado: aquellos propietarios que opten por incorporar ese tipo de sensores y posibilidades para ofrecer una mejor experiencia a sus huéspedes obtendrán una cierta diferenciación, y que podrá suponer posiblemente una propuesta atractiva para ellos. En un mercado en el que los principales factores suelen ser la localización y el precio, la posibilidad de diferenciarse en función de otros atributos que vayan desde elementos como el diseño o la decoración, hasta la sofisticación tecnológica o la comodidad / tranquilidad ofrecida por una sensorización bien hecha, pueden convertirse en elementos interesantes.
Que IoT es una realidad cada vez más tangible parece claro y evidente: a medida que los sensores van disminuyendo su precio, consiguiendo un diseño más atractivo, y aumentando la facilidad para su conexión permanente, las aplicaciones posibles van creciendo, y la imaginación de los emprendedores va ocupándose de ir llenando esos huecos, mientras otras compañías se encargan de intentar proveer dispositivos a modo de hubs de conectividad con funciones adicionales (el router OnHub de Google, los dispositivos multisensorizados de Nest, el Echo de Amazon, etc.) Que este despliegue pueda ponerse a prueba no tanto en la vivienda habitual, como en aquella que ocupamos durante unos pocos días cuando viajamos, supone una facilidad a la hora de promover la prueba que puede llegar a ser un factor sumamente interesante (dado que la curva de aprendizaje es, como ocurre con las apps, cada vez más inexistente). Y para Airbnb, un curioso factor diferencial.
This article is also available in English in my Medium page, “We’re living in an increasingly sensorized world«
El otro día hablaba yo de la anterior adquisición de AirBnb de Vamo, una starup especializada en organizar viajes en circuito `por diferentes ciudades. (https://felixmaocho.wordpress.com/2015/09/27/economia-colaborativa-otra-vez-airbnb-sale-a-al-mercado-a-buscar-cerebros)
Era el quinto caso , (este es el sexto), de una starup comprada por AirBnb por su plantilla y cerrada inmediatamente después, algo que se denomina «acqhire», contracción de acquire (adquirir) y hire (contratar).
Curiosamente, es sustituir el I+D propia, por el «Que inventen ellos» español. Algo alternativo, pero muy semejante, a lo que tradicionalmente ha hecho la industria española, adquiriendo patentes.
Parece como si las grandes empresas nultinacionales hubieran tirado la toalla sobre tener sus propios departamentos de investigación y desarrollo, y lo hubieran sustituido por comprar lo que ya es prometedor como producto. A mi no me gusta este proceder, pero quizá sea sensato. ¿Qué pensáis?
Pues uno que yo conozco se ha puesto una meta asi de estas provisionales; «dar la vuelta al mundo», pero me dice que no quiere gastar mucho dinero, tomar taxis para aca para alla, que te digo en Pakistan o donde sea si vas de este aeropuerto a tal hotel saben siempre que eso es un buen dinero … asi que quiere dar la vuelta al mundo pero sintiendolo, cansandose pasando el calor frio y hambre si hace falta, viajar con una cosa de esas es como no ir a ningun sitio, o lo mismo dar la vuelta al mundo sin moverse de casa con Google esta mejor
¿Dónde te vendieron lo que fumas?
Las empresas esas lo que ofrece es tanta gente que va de turismo a otros paises y cuando vuelve cuenta «hay que ver la piscina impresionante que tenia el hotel, y el otro hotel anda que pedazo de piscina que tenia …» … y poco mas
No entiendo lo que dices ¿Cuáles son las empresas que lo «que ofrece es tanta gente que va de turismo a otros paises»? – Ryanair, El Corte Inglés,… ¿Cual?
¡Menudo colocón!, ni redactar te deja .
Pues pienso que no estoy de acuerdo contigo, Gorki. Cuando quieres poner en marcha un proyecto nuevo necesitas contratar gente. ¿Qué mejor CV que haber montado una empresa en el área que te interesa? Al fin y al cabo, eso es el acquhire ¿no?
No lo tengo claro y puede que tengas razón, pero al menos en la experiencia que tengo en eso de las absorciones de empresas y he vivido muchas, unas por quedarse con la cartera de clientes y otras por quedarse con algún producto. Es que quien compra, siempre paga más de lo debido.
La razón es clara, el que vende, conoce forzosamente mucho mejor la realidad de lo que esta vendiendo,, que el que lo compra y siempre hay mucho de maquillaje para mejorar el aspecto de lo lo vendido, (si lo vendido fuera oro puro, no lo venderían), y suele haber muchas sorpresas escondidas debajo de las alfombras.
El que compra, solo compra tiempo, desarrollar lo mismo, entrar en un mercado, o desarrollar un clon del producto, partiendo de cero, le costaría mucho menos, aunque si un cierto tiempo, pues no cometeria errores de entrar en caminos sin salida, en los que entraron los pioneros, pues solo tiene que fijarse en copiar el producto final y ademas, siempre puede captar dos o tres hombres clave del otro equipo.
«El tiempo es oro», pero lo que yo he visto de las fusiones, me hacen ser escéptico sobre los resultados de las mismas. Adquieres carísimos a unos emprendedores cuyo objetivo era exactamente encontrar un buen postor, agarrar el dinero y comenzar a pensar, (desde tu propia empresa), en el próximo pelotazo a dar, o por el contrario, unos emprendedores que saben que te han vendido la mula coja y van a hacer todo lo posible, para que no se note por un tiempo y echar la culpa del fracaso a la absorción.
Sin duda el dato de «mil doscientos millones de propiedades» tiene que ser erróneo. Por lo que he leído, terminaron el 2014 con 800,000 propiedades, por lo que 1,2 millones parece más realista.