Un estudio de preferencias publicitarias de eMarketer sitúa la cifra de ingresos por publicidad móvil de Instagram a nivel mundial para este año 2015 en $595 millones de dólares, con una previsión de que alcance los $2.817 millones en el 2017.
Cuando, en abril del año 2012, Facebook anunció la adquisición de Instagram por mil millones de dólares (que terminaron siendo $715 millones debido a la oscilación a la coyunturalmente a la baja del precio de las acciones de Facebook), muchos se echaron las manos a la cabeza y no dudaron en hablar de burbuja al ver que se pagaban esas cantidades por una compañía que, a pesar de su fuerte crecimiento en número de usuarios, nunca había tenido un modelo de negocio expresado como tal.
A velocidad internet, es fácil en muchas ocasiones perder la perspectiva. Aquella adquisición que parecía un capricho o un sinsentido en el año 2012, hoy demuestra, tras el adecuado desarrollo de negocio, tras la materialización de las sinergias con la parte compradora, y tras dotarla de un modelo publicitario adecuado, ser no solo rentable, sino fantásticamente rentable, capaz de amortizar la inversión realizada en su adquisición en un tiempo verdaderamente corto.
Pero lo mejor del tema no es el hecho de que la compra fuese más o menos visionaria, sino lo que tiene de positivo y de esperanzador comprobar por la vía de los hechos que otra publicidad es posible. Por el momento, hablar de publicidad en Instagram es complicado en España, porque aún no está disponible: parece ser que Facebook comenzará a ofrecerla en nuestro país a finales de este septiembre, lo que conlleva que la amplia mayoría de los anunciantes aún no han tenido la oportunidad de ponerla a prueba ni los usuarios la posibilidad de verla, pero es interesante entender sus elementos característicos. La publicidad en Instagram es un formato que la mayor parte de los usuarios tienden a disfrutar. Simplemente, te encuentras de vez en cuando, con una frecuencia absolutamente respetuosa, con una foto en tu timeline que no proviene de una cuenta a la que sigues, sino de un anunciante que ha pagado por ponerla ahí. Una fotografía que, lejos de ser molesta o intrusiva, se plantea como un elemento más, sin tratar de destacar por discordante, tratando de mostrarte algo que te guste y te lleve a hacer Like o incluso a empezar a seguir la cuenta en cuestión. Un planteamiento respetuoso que destaca, acostumbrados como estamos a formatos molestos que tapan lo que queremos leer, que se despliegan de manera incómoda, o que intentan engañarnos con una X minúscula para que al intentar cerrarla aparezcamos por error, como si hubiésemos sido secuestrados, en el sitio del anunciante.
Que el éxito de Instagram tenga lugar en el móvil, que es la plataforma donde más anunciantes cortos de miras nos intentar torturar últimamente, es todavía mejor. Google demostró muy recientemente mediante un informe que los intersticiales y los formatos molestos resultaban particularmente irritantes para el usuario en la navegación móvil, y que por esa razón se disponía a dejar de utilizarlos. El smartphone puede ser una plataforma fantástica para interaccionar con los usuarios: lo último que deberíamos hacer en esa pantalla es dedicarnos a molestar, a bloquear la navegación, a introducir elementos incómodos o a tratar de engañar para conseguir ese clic adicional completamente absurdo que solo genera irritación. Si en la pantalla del ordenador deberíamos ser respetuosos con los usuarios, en la del smartphone deberíamos serlo mucho más. El problema está en intentar explicar eso a quien nunca pretendió ser respetuoso, al que pretende «meterte su marca por los ojos» de la manera que sea, al precio que sea.
De Facebook podremos decir muchas cosas, pero sin duda es de las compañías que más está haciendo por desarrollar formatos publicitarios que no resulten intrusivos. Los anuncios en Facebook no saltan, no se despliegan, no molestan, y permiten incluso que el usuario opine sobre ellos o los denuncie cuando no le gustan. En el caso de Instagram, un formato que se desarrolló íntegramente cuando la compañía ya pertenecía a Facebook, está claro que han logrado un buen equilibrio entre lo que el usuario está dispuesto a admitir y lo que el anunciante considera un resultado adecuado: personas dispuestas a dar un «Me gusta» a tu marca, a comentar en su anuncio, o incluso a abrir un canal de comunicación privilegiado en forma de follow, que podrás mantener abierto mientras no seas tan idiota como para abusar de él. Publicidad como forma de obtener engagement, implicación, en lugar de ser como una pedrada en la cara que solo invita a insultar y odiar a tu marca. A ver si cada vez más anunciantes van entendiendo este mensaje. De verdad, no es tan difícil: es tan solo sentido común.
This article is also available in English in my Medium page, “Instagram advertising: proof that there is another way«
«sentidiño» que decimos en Galicia, para indicar tanto el carácter relacional de seres vivos como el toque afectivo que debe tener todo acercamiento a tu nicho ecológico…
como es posible que los publicistas aún no asumieran la riqueza visual de internet para hacerte atractiva la publicidad (que se puede, independientemente de lo que opinemos sobre su finalidad)…si precisamente el problema está en que se puede hacer publicidad atractivoadictiva sabiendo manejar los elementos del lenguaje audiovisual (y eso ya se daba en los medios no digitales!)…
será, como todo, un problema enorme de formación (mira, por donde, vuelve a salir el nativismo digital!)…
De Facebook podremos decir muchas cosas, pero sin duda es de las compañías que más está haciendo por desarrollar formatos publicitarios que no resulten intrusivos. Los anuncios en Facebook no saltan, no se despliegan, no molestan, y permiten incluso que el usuario opine sobre ellos o los denuncie cuando no le gustan.
Pues no lo considero así yo. Me irrita especialmente que utilicen sin permiso, el nombre de mis amigos y conocidos para «recomendar» ciertos productos de los que ellos no tiene mi idea o quiza dieron un «me gusta», sin que ptretendieran q convencer por ello a sus amigos de nada, y cada día noto peor calidad en mi TL pues con los nuevos algoritmos disminuyen las entradas de gente a quien sigo y en cambio aumentan geométricamete los anuncios, que ben es verdad que no molestan (aunque sus videos se disparan solos), exijen un esfuerzo para discernir si es publicidad o noticia..
De la publicidad de FB estoy tan harto, que ya he estado tentado un par de veces de abandonar FB y lo haría sin dudar, si hubiera una alternativa donde encontrara a mis seguidos, porque ese es el éxito de la «fidelidad» en FB, estás tu porque están ellos.
Centrándonos en INSTAGRAM , si solo vale para colocar fotos de anuncios en el TL de INSTAGRAM , su valor valdrá según el numero de gente que use su red social . Como yo no soy de esos, pues mis fotos, si deseo enseñarlas a mis amigos, las subo a Twiter o a Facebook no opino, pero para semejante invento no se necesita mucho ingenio, Lo que si necesita ingenio, es para convence a la gente se apunte a eso y al menos conmigo han fracasado.