Será la recopilación de noticias recientes en torno al futuro del vehículo autónomo – cuando veo que temas de este tipo, de los que llevo hablando bastante tiempo, se ponen súbitamente de actualidad, procuro escribir un artículo aunque solo sea para almacenar mis enlaces de manera ordenada – o el hecho de que llevo tres días en Florida moviéndome en un Tesla Model S, pero estoy más convencido que nunca de la inmensa disrupción que se nos viene encima derivada del desarrollo y adopción de la tecnología de conducción autónoma.
No, el Tesla Model S no es un vehículo de conducción autónoma, pero la experiencia sorprende porque ya no tiene nada que ver con la del automóvil habitual. Aparte de una cuestión de prestaciones – vehículo de alta gama, con acabados minimalistas en cuero y una aceleración que deja plantado en el semáforo a cualquier muscle car de esos que tanto abundan por aquí – hablamos de una sensación de autonomía que para el día a día desconecta completamente al usuario de la necesidad de echar gasolina y de la preocupación por la autonomía (quedarse «tirado» es prácticamente imposible… salvo que lo estés buscando a propósito o seas verdaderamente idiota), mientras lo incorpora a un entorno de total conectividad incluida en el precio del vehículo (todo, sea música, navegación en internet, mapas, etc. es completamente gratuito e incluido en el servicio que proporciona la marca) en el que el automóvil se convierte en un objeto tecnológico cuyas prestaciones se actualizan constantemente over the air.
La sensación real al usar un Tesla es que algo muy importante ha cambiado en la industria de la automoción. Cuando un vehículo adquirido hace dos años es capaz de transmitirte esa sensación de revolución, de visión de futuro, es cuando verdaderamente te das cuenta de que la industria está en su momento de la verdad, en lo que TechCrunch denomina «el momento IBM en 1985». Un auténtico «golpe de Estado» de Silicon Valley sobre Detroit, que se dispone a destruir millones de puestos de trabajo y a dar un vuelco radical a todo el panorama industrial de los Estados Unidos y del mundo.
En torno al vehículo autónomo vamos a ver absolutamente de todo, y no hablamos de ciencia-ficción, sino de los próximos entre cinco y diez años. La aparentemente demencial valoración de Uber, que supera ya los cincuenta mil millones de dólares, no es casual: los planes de la compañía en torno al Transportation-as-a-Service o Mobility-as-a-Service convierten completamente el mundo del transporte y la logística en una industria de software, en una plataforma que puede ser ofrecida a todo aquel que tenga que llevar cualquier cosa – sean pasajeros, mercancías o lo que sea – de un sitio a otro. Ya no se trata del taxi robótico de las películas de ciencia-ficción, que por supuesto también veremos, sino de una visión muchísimo más ambiciosa. La movilidad es una industria de diez billones de dólares que se sustenta en activos de precio elevado (compras durables) que, en muchos casos, tienden a una infrautilización que, en el caso de los vehículos particulares, llega a ser del 4%. Si esto no es un panorama maduro para la disrupción, ninguno lo es.
Pero es que, además, ya hablamos de cuestiones que están aquí. El prototipo de vehículo autónomo de Google, tras demostrar que es infinitamente más seguros que los vehículos de conducción humana, ya empieza a circular con tráfico real por las calles y avenidas de Mountain View, por el momento con un conductor tras un volante y pedales que no forman parte del diseño (y que se eliminarán cuando terminen las pruebas) y con una velocidad limitada a 40 Km/h, pero ya formando parte de la imagen cotidiana de la ciudad y sus alrededores. Pero no solo eso: los primeros camiones de conducción autónoma ya han conseguido licencia para conducir en autopistas, de manera que una industria cuyas limitaciones y problemáticas están relacionadas con la eficiencia y con el factor humano (es el conductor quien se accidenta, quien se cansa o quien toma decisiones erróneas, no la máquina) pasa a tener el mayor de los motivos para desarrollar este tipo de tecnologías. Mientras, Apple no solo se lanza al ruedo, sino que empieza a sentar las bases de lo que serán sus factores y elementos diferenciales: acaba de adquirir Coherent Navigation, una startup dedicada a los mapas la geolocalización cuya característica principal radica en ser capaz de ofrecer un nivel de precisión muy superior al de los sistemas convencionales. Si algo faltaba para terminar de mover este mercado era que las dinámicas competitivas pasasen de ser las tradicionales de Detroit a convertirse en las demenciales y rápidas de Silicon Valley.
Nos queda mucho por ver. Y lo vamos a ver en muy poco tiempo…
This article is also available in English in my Medium page, “Self-driving vehicles are going to change the world as we know it«
Toni Hervàs apuntaba hace unos días un posible peligro derivado de la aparición de los vehículos autónomos: ¡los coches zombies! http://www.uoc.edu/portal/es/uoc-news/actualitat/2015/068-coches-inteligentes.html
Lo cual podría no ser un problema, sino una solución.
Concluyes afirmando: Nos queda mucho por ver. Y lo vamos a ver en muy poco tiempo…
Ya he dado mi opinión sobre esto y voy a lanzar un pronóstico.
Cuando la solución final esté a punto de ser alcanzada, esa meta se alejará considerablemente, y cuando esta nuevamente parezca que está casi al alcance, volverá a pasar lo mismo. Me refiero a
la conducción de forma autónoma sin conductor. Nivel 4)
En temas relacionados con la inteligencia artificial viene ocurriendo esto desde que ese término nació como concepto. La tecnología no ha hecho otra cosa sino infravalorar los pequeños detalles que acompañan a este tipo de problemas.
Me parece estupendo que exista un sistema capaz de hacer que varios camiones se comporten como si fueran los vagones de un tren logrando un ahorro aerodinamico brutal. Sobre el primer camión va a recaer una gran responsabilidad y me parece absurdo ahorrarse en ese puesto un conductor.
Hay otro detalle. Adelantar a un tren de camiones no va a ser sencillo. Si uno de los camiones de cabeza pierde potencia por una avería, retrasará todo el convoy a todo el tráfico, si alguien pierde la paciencia e intenta adelantarlo metiéndose entre los camiones y otros le imitan se desconectará la formación del convoy. Yo no descarto que se intente poner en funcionamiento ese tipo de soluciones pero una cosas es asistir a un conductor y otra ahorrase el conductor (Lo que llaman nivel 4) y en el momento que se ahorren los conductores pueden surgir los problemas. En cuanto a lo de las licencias lo que ocurre es yo soy muy mal pensado y con mucho dinero se puede llegar a convencer a mucha gente. Tampoco me queda claro que en esa licencia se autorice de forma explícita la condución autónoma (nivle 4).
Si se llega al nivel 3 sobre 4 y pretenden presentarlo como un notable (7.5 sobre 10), no cuela. Que añadan más niveles inferiores para aumentar la nota. Un vehículo o es autónomo o no lo es, porque la diferencia es brutal.
Todo llegará, pero yo creo que habrá que esperar algo más para la conducción autónoma de lo que se está dando a entender. El diablo está en los detalles.
Es el Tesla de Julio Alonso?
Sí, ese mismo…
Me hace la impresión que aun estamos un poco verde para ver circular por las calles y como cosa normal vehículos autónomos 100%, pero lo que si veremos pronto, son camiones formando una caravana virtual por las autopístasm separados muy poca distancia, en el que el primer camión si esta conducido por un humano, pero los siguientes, simplemente siguen al de delante de forma que sus conductores pueden ir descansando hasta que deciden salirse de la caravana, porque su ruta diverge o quiere parar. Me parece más sencillo de implementar y con bastante sentido, pues en esas circunstancias los camioneros pueden viajar mucho más descansados al no tener que atender a la carretera costantemente y además parece que el camión que va a rebufo, ahorra hasta un 20% de combustible por que el de delante le para el viento.
El problema sera ponerse a adelantar a 25 camiones que van en caravana. Un poco de miedo si da,
Yo, lo que veo con la automatización y la robotización de cada vez más procesos, es que el ser humano, el trabajador, es cada vez más prescindible y, no nos engañemos, si no trabajamos, no cobramos. Y si no cobramos, no consumimos, con lo que el circulo del consumo se viene abajo. Pero estoy de acuerdo en que más pronto que tarde veremos vehículos autónomos por las calles, es una evolución inevitable de la tecnología, y del mercado laboral: si una empresa ahorra costos con ello, lo implementará.
Cuando se habla de vehículos autónomos, pocos se acuerdan de los humildes robotitos que transportan mercancías de un lugar a otro en un almacén (los de Amazon, por ejemplo), pese a que están siendo toda una revolución por sí mismos.
Las soluciones anteriores eran cintas transportadoras, kilómetros de ellas, o bien mozos de almacén gastando suela, mucha suela. En un almacén, la tarea más frecuente es mover cosas de un sitio a otro. Y es un entorno controlado, muy apto para el despliegue de vehículos autónomos.
A un almacén llegan camiones cargados cada uno con su mercancía al por mayor (un camión con 10.000 muñecas iguales, por ejemplo), y salen pedidos individuales (una muñeca, tal vez acompañada de alguna otra cosa comprada al mismo tiempo). Cualquier cosa que reduzca los costes de esta transformación (de mayorista a minorista) va a tener un gran impacto en el precio final de las mercancías.
La clave es conseguir desarrollar muchos coches, muy baratos y con mucha frecuencia para que pagando 80-100 euros al mes tengas transporte siempre gratis en la ciudad. Una fórmula que no entiendo que los taxistas no quieran replicar porque creo que les saldrían las cuentas.
Lo de los camiones no lo veo muy claro aunque en España es un sector muy dinámico y seguro que esa fórmula del trenecito de camiones puede tener éxito con la red de carreteras que tenemos.
Creo que España tiene que entrar a probar esto ya porque hay ciudades a las que les encaja mucho esta fórmula. Un proyecto que empezase a analizar el tráfico en una ciudad como Madrid y demandase necesidades de transporte tiene mucho recorrido.
Sueño con coger algún día un coche de esos, solicitado por el móvil, con conectividad wifi para ir trabajando o leyendo o lo que quiera, cargando y descargando viajeros, hasta llegar a casa. 100 euros al mes. ¿Que no molaría?
El automóvil de uso particular 100% autónomo quizá vaya a ser una realidad a mediano y largo plazo, pero no en el futuro inmediato. El que el auto de Google pueda circular sin problemas por Mountain View (California) me parece interesante, pero esto no es más que un test preliminar. Cualquier nuevo modelo de auto pasa por tests en entornos mucho más variados que las bien cartografiadas carreteras de California. Hasta el Lada Samara presumía, por ejemplo, de que su motor había sido probado aun en el desierto de Kalahari y en general cualquier modelo de auto desde hace muchos años ha tenido que recorrer miles de kilómetros por diversos países del mundo antes de ser producido en serie. Incluso con las aeronaves sucede algo similar. No olvidemos, por ejemplo, las pruebas que algunos nuevos aviones comerciales han hecho en el aeropuerto internacional de El Alto-La Paz (Bolivia), como por ejemplo el Boeing 787, aunque quizá nunca o casi nunca tengan la necesidad de aterrizar a más de 4000 metros sobre el nivel del mar.
Cuando el auto de Google haya superado los respectivos tests en Bogotá, Lagos, Estambul, Bombay y Yakarta, cuando haya sido probado en caminos de segundo y tercer orden en países en vías de desarrollo, cuando se hayan resuelto satisfactoriamente los temas legales relacionados con este tipo de vehículos especialmente los de responsabilidad en caso de accidente y, finalmente, cuando se hayan evaluado seriamente los peligros relacionados con hackeos, cuelgues del sistema, fallos de hardware o descuidos en el mantenimiento, entonces es probable que estos automóviles empiecen a ser una realidad para el usuario medio privado. No olvidemos, por ejemplo, que el auto eléctrico ha tenido un resurgimiento, pero aún así su uso es todavía minoritario. Quizá dentro de 10 años aparezcan los primeros modelos de vehículos autónomos que valga la pena comprar y tal vez dentro de 20 empiecen a ser una opción a considerar para el gran público. Pero antes lo veo muy difícil.
Sobre el caso Tesla siempre hablo en clases, porque lo considero uno de los mayores cambios disruptivos que vamos a vivir, tanto en el sector automoción como en el sector energía.
Lo curioso del tema, es que después de mas de 30 años comprando revistas «en papel vegetal» sobre automoción, hace dos años me tengo que enterar por twitter que Tesla existe. Cuando leí la primera entrada no me lo podía ni creer, pensé que era un tuit falso. Evidentemente no he vuelto a comprar en mi vida mas prensa vegetal, ahora me informo y veo pruebas de coches en otros formatos
Por dar un par de datos
GENERAL MOTORS
Nº Coches vendidos 9,9 Millones de coches
valor mercado: 56,33 B$
TESLA
nº coches vendidos; 25.000 coches en 2013, 55.000 en 2015
Valor mercado 31,44 B$
José Luis, siempre me pregunto en qué medida ciertas cosas tienen un valor de mercado basado muchísimo más en lo emocional que en lo racional. Esto es algo ciertamente preocupante, pues parecería ser el componente principal de muchas burbujas.
Hace unos días una portavoz de Panasonic, refiriéndose a las nuevas baterías que Tesla va a vender para uso hogareño, le decía a la publicación alemana Automobilwoche que está tecnología no es de ninguna manera nueva: «Desde hace tres años producimos tales acumuladores y en Japón tenemos con ellos gran éxito». Lo de Tesla, como puedes ver, es un «golpe de márketing».
Por otro lado, el Model S es simplemente un auto eléctrico de gama alta. Como manifestaba hace algunos días en este mismo blog, la batería (Panasonic) del Tesla Model S tiene una capacidad de 70 kWh mientras que la batería (LG Chem) del Renault Zoe es de 22 kWh y por ello la autonomía del primero es de 386 kilómetros y la del segundo de 150 kilómetros. Por otro lado, el precio del Tesla cuadruplica al del Renault. Aquí no hay ninguna disrupción. Aquí lo que hay es una astuta labor de mercadeo y un ingenuo público dispuesto a pagar lo que sea por el nuevo ícono de prestigio automotriz.
La valoración de TESLA a día de hoy es absurda. A white unicorn. Está todo muy inflado. Dopado con QE de la FED. Dentro de 12 meses hablamos de como está la bolsa.
No niego el disruptive change. Pero, será en dientes de sierra. No de subidón como ahora.
Me parece muy interesante el efecto que tendrá en nuestra vida en general: se reducirán drásticamente los accidentes, las señales de tráfico tendrán sentido solamente para los peatones, así como la iluminación de las vías, no tendrá sentido que las vías tengan sentido, pues los vehículos las podrán utilizar como convenga en cada momento, y muchas cosas más. Muy interesante.
1 – Una vez más, Enrique no te «calientes» tanto. Todo llevará su proceso. Nadie dice que los coches autónomos no vayan a llegar pero fijar fecha para entre cinco y diez años es cuando menos arriesgado. Sobre todo cuando no se define el nivel de automatización. Como apunta Antonio, estamos empezando a ver el nivel 3 y para el nivel 4 aún queda tiempo. Ya no te digo para el «sueño» del coche totalmente autónomo (nivel 5). Quedan muchas cosas por resolver a nivel legal e industrial y eso va a llevar tiempo.
2 – Mezclas muchas churras con merinas en el artículo. Tesla es un coche eléctrico y no tiene nada que ver con el coche autónomo cuyas características son totalmente diferentes.
3 – Te lanzas entusiasmado a destruir millones de puestos de trabajo. ¿Crees que los estados van a permitir una revolución tan gigantesca a la ligera? ¿Está el mundo preparado para ello? La movilidad no es un sector de diez billones de dólares sino INFINITAMENTE MAYOR hablando a nivel mundial y teniendo en cuenta todos sus aspectos.
4 – Apuestas por poner en la punta de lanza de esa disrupción a la industria del software. ¿Desconoces que prácticamente todos los grandes fabricantes están involucrados en esta evolución? Desde Mercedes (Grupo Daimler) y Audi (Grupo Volkswagen), pasando por Renault-Nissan o Volvo. Apple sólo quiere vender mapas, al menos de momento ( y no es poco, indudablemente).
La idea de no disponer de coche propio, y utilizar car-sharing, uber o similares podría ser viable en grandes ciudades o donde el uso del transporte público (preferentemente metro) sea dominante.
Pero en el resto no será viable para ninguna empresa tener una flota lo suficientemente grande para asumir la demanda en horas punta. Esto hará que se sigan comprando coches para uso personal.
Que lo que se compre sea self-driven o necesite que lo conduzcan es otro cantar…