Algunas filtraciones apuntan a que Twitter podría haber mantenido conversaciones con Flipboard de cara a una eventual adquisición, una posibilidad que aparentemente se ha detenido pero que parecía rondar los mil millones de dólares en acciones.
Unas conversaciones que no dejan de ser «entre amigos»: Mike McCue, cofundador de Flipboard junto con Evan Doll, estuvo anteriormente en el consejo de Twitter, que abandonó amistosamente cuando ambas partes consideraron que las trayectorias de ambas compañías podían suponer de alguna manera un conflicto de intereses. La compañía ha llevado a cabo cuatro rondas de financiación por un total de 160 millones de dólares, ingresos en torno a los cincuenta millones, y en torno a los cien millones de usuarios considerados activos. Sin embargo, esa cifra de usuarios es bastante relativa y dependiente de acuerdos con fabricantes que preinstalan la aplicación en sus dispositivos, como Samsung, que recientemente concluyó su acuerdo y provocó con ello una estimación a la baja en la popularidad de Flipboard.
El interés de Twitter por Flipboard parece razonable. Por un lado, coincide con el perfil habitual de adquisiciones de la compañía, que tratan habitualmente de centrarse en la incorporación de personas y equipos exitosos: sin duda, el equipo de McCue ha llevado a cabo un gran trabajo de desarrollo de producto en todos los sentidos. Por otro, las características de la aplicación tienen mucho en común con Twitter: en ambos casos hablamos de productos que los usuarios utilizan para informarse, para acceder a información de manera eficiente.
Obviamente, son también productos muy distintos: mientras Flipboard se centra en el llamado eye-candy, en ofrecer una forma agradable y vistosa de acceder a las noticias con una metáfora visual basada en la de las revistas gráficas, Twitter ha ido evolucionando notablemente, y ha pasado de ser una herramienta con connotaciones casi frívolas que los usuarios empleaban para saber qué hacían sus amigos, para pasar a ser una especie de «pulso del planeta», un hilo informativo que, siguiendo a las cuentas oportunas, se convierte en una especie de teletipo que informa a los usuarios de todos sus temas de interés. Por supuesto, en ambos casos existe una marcada bidireccionalidad: del mismo modo que en Twitter se puede emitir, contestar o convertirse en difusor de noticias, en Flipboard se puede editar una revista propia, y aspirar a convertirse gracias a ello en content curator de aquellos temas en los que se pretenda establecer o consolidar una posición de influencia.
Para los usuarios, la proximidad entre ambas compañías podría ofrecer productos interesantes, como la posibilidad de producir revistas con los enlaces difundidos por aquellas personas que uno sigue en Twitter, o indicadores de popularidad de diversos tipos. Sin duda, un encaje interesante y dos empresas con productos que generan interés en el entorno social. Por el momento, todo indica que las conversaciones se han detenido… pero la cosa no tenía mal aspecto!
This article is also available in English in my Medium page, «Flipboard and Twitter: a good match«
Nunca he visitado Flipboard, pero después de leer este post creo que ha llegado el momento de darme una vuelta por ahí. Me gusta la idea que como en Twitter, puedas seguir temas minoritarios que de otra forma es difícil obtener información.
Muy buen artículo pero sinceramente la plataforma de flipboard no termina de convencerme.
Suena bien esa fusión Twitter, y Flipboard. A mi el formato de Flipboard me gusta bastante así que puede ser muy interesante.