Un interesante análisis de Farhad Manjoo en The New York Times, «Case against Google may be undercut by rapid changes in technology«, aventura que las posibles sanciones de la Unión Europea contra Google por abuso de posición dominante podrían no tener mucho sentido si consideramos la evolución del desarrollo tecnológico. Básicamente, que el panorama tecnológico evoluciona tan rápido, que las situaciones de competencia imperfecta tienden a solucionarse por sí mismas: examinar hoy las sanciones que los tribunales antimonopolio impusieron a Microsoft hace algunos años demuestra que, en realidad, no tuvieron demasiado sentido, y que fue la evolución tecnológica y la pérdida de influencia de la compañía, no las sanciones, las que realmente dieron solución al panorama.
Que Google se ha comportado como un monopolio predatorio es algo sobre lo que ya avanzamos hace algunas semanas. Sin embargo, la conclusión tras el anuncio de la Comisión Europea sigue siendo la misma: ¿y ahora qué? ¿Realmente va a conseguirse algo mediante la imposición de una serie de sanciones? ¿Es conveniente permitir que una serie de burócratas se metan a regular lo que puede y no puede hacer un motor de búsqueda? Recordemos que la legislación antimonopolio no está para penalizar a quien obtiene el dominio de un mercado, sino para sancionar a aquellos que llevan a cabo prácticas que restringen artificialmente la competencia. En cierto sentido, si Google decide alterar sus resultados de búsqueda para mostrar de manera mucho más prominente en ellas sus propios productos, ¿puede o debe ser penalizada por ello? ¿Podemos penalizar a un periódico por condicionar los titulares de sus noticias a su línea editorial? ¿Sancionamos en su momento a los primeros motores de búsqueda por vender los primeros resultados al mejor postor?
En el fondo, lo que la legislación antimonopolio debe intentar hacer es obtener la mejor situación para los usuarios, preservar sus opciones y su capacidad de elección. Un comportamiento como la utilización de información de la competencia (scraping) aprovechando su posición de buscador hegemónico para tratar de generar un producto propio supuestamente más competitivo podría posiblemente entrar dentro de lo sancionable (o al menos dentro de lo que debería tratarse de evitar), pero más por lo que tiene de contrario a la ética empresarial que por una cuestión competitiva. Exigir a un buscador que sus resultados se atengan a unas normas determinadas es interferir con el desarrollo de producto de esa compañía: si efectivamente sus resultados dejan de reflejar lo que es más relevante para el usuario y, en su lugar, ofrecen resultados que no lo son, ya será el mercado el que termine por ponerlo en su lugar, en un contexto en el que la propia historia de Google permite comprobar que la lealtad del usuario es prácticamente inexistente.
¿En qué situación competitiva se encuentra Google ahora? Con una capitalización bursátil de 365.000 millones de dólares y unos ingresos fundamentalmente dependientes de la publicidad vinculada a la búsqueda, la compañía se enfrenta al imparable ascenso de competidores que podrían estar situándose mejor de cara al futuro: el valor de Facebook, sin ir más lejos, están en torno a los 231.000 millones de dólares, y su posicionamiento en algunos de los aspectos más relevantes que parecen avanzar las tendencias de la publicidad del futuro podría convertirla en un verdadero rival a batir. ¿Está Google en el momento álgido de su dominio, pronta a ser eclipsada por una Facebook pujante? Según algunos analistas, la gran batalla del momento está en la captura de los presupuestos publicitarios de las empresas que tradicionalmente hacían publicidad en televisión, un entorno en el que Facebook parece haberse situado especialmente bien.
Para muchos, Facebook es la empresa que está literalmente devorando internet, particularmente en cuestiones como el vídeo: si examinamos los contenidos de vídeo más exitosos, los que han obtenido más de un millón de visualizaciones, podemos comprobar que Facebook supera claramente a la todopoderosa YouTube, la empresa que disparó el fenómeno del vídeo en la red, que se nutre hoy en día de un formato de publicidad completamente molesto y discutible y está escasamente llegando a su nivel de rentabilidad. Facebook se lleva el 74% de los presupuestos de publicidad en redes sociales, y se ha convertido en la empresa que más anunciantes van a escoger este año para su publicidad en vídeo, debido al potencial que ofrece de segmentación y viralización frente a una YouTube convertida en un batiburrillo de contenido desorganizado. El control que Facebook ofrece a los anunciantes, unido a factores tan relevantes como la capacidad de interacción en sus páginas (frente a unos comentarios en YouTube prácticamente inútiles a efectos empresariales), parece estar convirtiéndola claramente en la estrella de las preferencias de muchas marcas. Mientras Google se dedica a intentar cambiar el mundo con proyectos indudablemente atractivos pero con escasa rentabilidad inmediata, Facebook parece estar jugando una batalla mucho más táctica y centrada en objetivos a corto plazo, mientras se preocupa por adquirir toda aquella empresa que de alguna manera le plantee un escenario de disrupción.
¿Debe la Comisión Europea dedicarse a interferir en la forma en la que Google plantea sus productos? Detener comportamientos claramente contrarios a la ética, como la captura de datos de competidores mediante el scraping para utilizarlos en productos propios parece razonable, porque supone demostrar que en la red, como fuera de ella, no vale todo. ¿Se ha apalancado Google en el dominio que posee su buscador para intentar posicionar otros productos? Indudablemente, aunque lo haya hecho notablemente mal y ahora trate de defenderse diciendo que, en realidad, sus productos verticales no le importan a nadie porque nadie en realidad los usa. ¿Pero ha dañado con ello a la innovación? ¿Ha perjudicado a los usuarios?
Dada la veloz e imparable evolución de los escenarios tecnológicos, ¿no debería el control del regulador limitarse a evitar que se vulnere la ley y los derechos de los usuarios, en lugar de plantearse si debe forzar o no a Google a mostrar en sus búsquedas los resultados de empresas competidoras? A la velocidad que va esto, es más que posible que el dominio de Google llegue a su fin y la situación se corrija sola, antes incluso de que la Comisión Europea llegue a algún acuerdo. Puestos a impedir que se vulnere la ley, Europa tendrá que preocuparse no solo de quien domina el mercado hoy, sino de quien amenaza con dominarlo mañana.
This article is also available in English in my Medium page, “Google, monopolies, and looking to the future«
Buenas tardes Enrique, suelo estar de acuerdo en muchas cosas que comentas pero aquí discrepo. ¿Porqué? Porque aunque la tecnología avance rápido lo que controla google no es el hadware del mundo sino la información. Yo no digo que el burócrata de turno deba regular lo que google mete o no en su buscador pero lo que si puede hacer es que Google no cometa competencia desleal. Google es mucho más que un buscador, es un comparador de productos (shopping), es un banco de imágenes, es un sistema operativo mobile, es el mayor gestor de vídeo del mundo. Su posición dominante se debe a no traicionar su mayor principio que es la calidad de la búsqueda, el problema viene cuando suceden situaciones ‘inexplicables’ como que los agentes del FBI se encuentren en sus instalaciones recabando datos y nadie sepa nada. Yo pregunto, Si google es el dueño de la información y nadie controla a google, ¿cómo sabemos que lo que aparece en el buscador es cierto?, y otra pregunta, ¿y si algunos controlasen a google?
Las sanciones contra empresas multinacionales de este nivel no sirven, no solo porque supone poner una presa al mar, sino porque para que su eficacia existiese, deberían funcionar a nivel global (por eso no se ha podido parar a los paraísos fiscales). Veo difícil que se pueda parar legalmente un monopolio tecnológico, pero
En mi opinión facebook dió un golpe sobre la mesa con whatsapp (que era tal vez la herramienta definitiva para que google por fin entrase en el mundo de las redes sociales y de paso debilitar a un facebook que en ese momento estaba mal) pero creo que google está siendo más poderoso, está diversificando mucho mejor y tiene el control del software que más tráfico traerá a la web: el mobile. No, Google no puede más que seguir creciendo.
P.D: «Mientras Google se dedica a intentar cambiar el mundo con proyectos indudablemente atractivos pero con escasa rentabilidad inmediata…» el primer proyecto de google con escasa rentabilidad inmediata fue su buscador. Quien vive del presente sólo ve árboles, quien mira al futuro ve más allá del bosque :)
Un saludo!
Normalmente estoy de acuerdo con tu teorías, y se que te gusta crear un poco de polémica para el debate, pero aún así me sorprende que no comentes que las sanciones tienen en buena parte un carácter disuasorio.
No castigar al que se beneficio indebidamente, si es que fue así, por lo menos parece que induce a que la siguiente empresa siga ese comportamiento.
Me ha gustado mucho este artículo, sin embargo, me gustaría añadir otro enfoque.
Todas estas empresas con las que la UE se está metiendo son americanas. ¿Por qué? Porque europeas no hay apenas que lleguen al monopolio en sectores estratégicos tan importantes. En Europa tenemos pocas industrias muy competitivas, y todas las que se me ocurren están al borde de la disrupción por compañías de Silicon Valley: que si los fabricantes de coches (a los cuales Tesla, Uber, Google y quizá Apple van a montar un buen «bukkake»), que si las farmacéuticas (a las cuales las compañías de ingeniería genética, si la FDA se lo permite, tres pares de lo mismo), que si los bancos (que salvo, curiosamente, BBVA y Santander, ningún otro ha prestado atención alguna a las criptomonedas y los instrumentos de lending P2P)…
Lo que está haciendo la UE es defenderse «como puede» de la invasión americana. Mientras tanto, en Estados Unidos vemos a Silicon Valley crecer más y más cada año; vemos como cualquier trabajador del sector de la tecnología en Europa sueña con irse a Silicon Valley y aprovecharía la mínima oportunidad para hacerlo. Vemos a Obama promoviendo la programación con dinero y con hechos (contratando personal clave de empresas del valle para el gobierno, asistiendo a eventos tecnológicos, acompañando a chavales en el Day of Code…), y aquí las únicas veces que oímos a nuestros presidentes hablar de tecnología, es para meterse con ella.
Cuando empresas como Rocket Internet (empresa alemana que se dedica a plagiar ideas de negocio de SV e implantarlas en Europa para luego vendérselas a las originales) son el estandarte del emprendimiento europeo, y los impuestos de los ciudadanos se dedican más a frenar la innovación que a promoverla, a uno le queda clara una cosa: a mejor, no vamos a ir.
¿Sanciones que impusieron a MS? ¡Pero si la primera vez no le impusieron ninguna! La primera vez que condenaron a MS por violación de las leyes anti-monopolio, en USA, no hubo ni la más mínima sanción (cortesía de George Bush). Y claro, siguió haciendo de las suyas. Solo años más tarde fue condenada de nuevo (por la UE), sí fue sancionada, y acabó dejando de violar la ley.
Evidentemente, la historia de la decadencia de MS es bastante más compleja que esto, no todo consiste en violar o no las leyes anti-monopolio, pero durante casi todo su reinado MS fue un caso de compañía NO sancionada.
Google debe ser fraccionada en 2 empresas independientes: buscador y resto de negocios. En Europa es tan dominante y su papel tan critico para la economia productiprácticas. No son es aceptable su situacion actual.
Debio hacerse con windows y el resto de negocios de MSOFT. No se hizo y se pago en años de falta de innovacion y sobrecostes para empresas y usuarios.
Pero no se hará, claro.
En ocasiones Google sí que daña la innovación. Como tú mismo has comentado en algún otro artículo, se dice entre las startups que existe el riesgo de que ante una buena idea, Google la copie y la ofrezca totalmente gratis. Esto lo puede hacer porque tiene dinero de sobras, consecuencia, a su vez, de su posición de monopolio.
P.D. Y el argumento de «para qué sancionar si total el problema se solucionará solo con el tiempo» es tramposo: no es tan fácil predecir el futuro. Quizás Google sea superada por otra empresa, o quizás no, quizás en 5, 10, 20 o 50 años… no podemos saberlo.
Creo que es inevitable que una empresa que alcanza un éxito de público arrollador le salgan tics monopolisticos, El hecho de poseer legítimamente el 87% de un mercado (por que los usuarios así lo quieren), les permite sin gran esfuerzo abortar cualquier iniciativa que les ponga remotamente en peligro tanto comprando la empresa competente como simplemente aplastándolos.
Por otra parte una empresa de este tipo levanta inevitablemente un fantasma que le va a perseguir, «la envidia», muchos ciudadanos que se saben fracasados y frustrados, tienden a considerar que el éxito de estas empresas, no son debidos a la conjunción de causas favorables como, inteligencia de sus dirigentes, momento histórico, aciertos encadenados, errores de la competencia etc. sino que quieren ver obsucras fuerzas puestas en marcha para auparlos, labor de los loobys, maquinaciones, actuaciones ilícitas, etc.
En estas circunstancias nunca faltará un político demagogo que busque el aplauso a cualquier precio, que se alce como San Jorge contra el Dragon y proponga sanciones por delitos reales o imaginarios.
Los abusos de posición son exactamente eso. Abusos, y como tales es de justicia procurar evitarlos. Creo es bastante ingenuo decir que la ley no sería capaz de corregir estos problemas porque no se trata de corregir simples desequilibrios sino de castigar maniobras ilícitas.
Tampoco podemos erradicar la corrupción de la faz de la Tierra y sin embargo en España se ha anulado gran parte de la eficacia para perseguir estos delitos con consecuencias desastrosas. Lo que no podemos hacer es concluir que al no poder ser erradicada hay que dejar de perseguirla porque eso es más o menos lo que se hizo aquí en España y ha derivado en un poderosísimo incentivo para delinquir.
Ceder a la tentación de perdonar a los más poderosos las cosas que se castigan a los más débiles es entrar en la antesala del infierno.
¿Es conveniente permitir que una serie de burócratas se metan a regular lo que puede y no puede hacer un motor de búsqueda? Dicho así, da un poco de miedo dejar todo a la imaginación de los burócratas, pero te recuerdo que la decisión de relajar el control bancario y de permitir la autoregulación de ese sector, está detrás del peor desastre económico de las últimas décadas a nivel global. El objetivo en cada país fue engordar a sus entidades bancarias a cualquier precio para poder competir en la economía global. El resultado, ha sido la creación de un monstruo que ha fagocitado el poder ciudadano y el de sus representantes.
Toda empresa privada ha de someterse a una normativa que evite perjuicios a la sociedad. A una empresa lo único que le interesa es ganar dinero y ese interés lícito pero egoísta, no siempre se acompaña de decisiones inofensivas para la sociedad.
#001, #002, #007, #009: En ningún caso he dicho que no haya que hacer nada, y se se ha entendido así, lo siento, eso no refleja mi opinión, simplemente la de un artículo de Farhad Manjoo cuyo análisis proponía. Como comenté ayer en La Noche en 24 horas (RTVE), creo que Google ha cometido abusos (sobre todo por el scraping y uso de la información de terceros para construir servicios propios) y que debe ser sancionada por ello. Otra cosa es que debamos tratar de buscar soluciones como la de hacer que muestre información de la competencia, etc., que me parecen en general muy malos arreglos. No puede exigirse a Google que sea neutral: con su producto puede hacer lo que quiera, incluso estropearlo (para mí lo ha hecho, la página con los diez enlaces me gustaba mucho más y me resultaba mucho más útil que la basura actual llena de subsecciones con productos suyos), y el mercado lo pondrá en su sitio. Si hace años no nos parecía mal que un buscador vendiese sus primeras posiciones al mejor postor, no podemos escandalizarnos ahora si Google editorializa sus páginas de resultados, aunque sea a su favor. Por tanto, la cuestión es si Google puede legítimamente gestionar un buscador hegemónico junto con servicios de búsqueda verticalizados, y me parecería un tanto «radikal» pretender que no es así y que debe ser escindida. No se puede obligar a una empresa a que haga su producto como a ti te gusta: yo, obviamente, prefiero un buscador completamente neutral en el que los resultadosmprovienen exclusivamente del algoritmo sin ninguna editorialización, pero Google puede hacerlo como buenamente le dé la gana, será el mercado el que la ponga en su sitio…
No puede exigirse a Google que sea neutral: con su producto puede hacer lo que quiera …
Esa es una forma de verlo. La otra sería decir que se puede castigar los casos de parcialidad que constituyan abuso de posición.
#011: Antonio, ¿tú te ves castigando a La Razón por informar de manera sesgada? ¿Y si La Razón se hubiese convertido (dios no lo quiera) en el periódico que leen el 97% de los españoles? ¿Crees que podrías exigirle que no sesgase su línea editorial, o multarle por el hecho de hacerlo? ¿Podrías castigarle por incluir publirreportajes etiquetados como tales? La respuesta, sencillamente, es no, no, no y no.
Podemos castigar a Google por hacer scraping utilizando el pretexto de la indexación y reutilizar la información obtenido para dar forma a sus propios productos, porque esto es un caso claro de falta de ética e integridad. Pero ir más allá, simplemente, no lo veo. Si su buscador se convierte en una basura en el que en lugar de información relevante, solo sale en la parte de arriba la información que sea suya, nos podrá gustar más o menos – y eventualmente, nos iremos a otro buscador – pero no podemos sancionarle por ello.
(o al menos, esa es mi opinión, que no afirmo en absoluto que sea «la correcta»… ya sabéis eso de las opiniones y los culos :-)
El problema es si lo que hace Google de sesgar los resultados lo hiciera Bing, ¿nos importaría algo? Pues no. porque Bing es solo el 4% de las consualtas y allá ellos.
Por tanto estamos penalizando a Google por cometer el error de tener éxito y eso no es justo, se mire como se mire. En efecto, penalicemos a Google por actitudes delictivas como puede ser aprovechar los datos obtenidos de la competencia paraa mejorar sus productos, u otro abuso parecido, pero no porque con su éxito pueda desequilibrar la balanza, pues quienes la hacen exitosa es el público no su indebida actividad.
Como los demuestra el Canon Google, el mayor problema de Google es que por ganar tanto, incita a todos a sacarle los cuartos de mala forma, no de acuerdo a Derecho, son «Impuestos Revolucionarios» un tanto mafiosos, los que se le quiereen aplicar.
El mayor problema de Google, es que gana tanto, que todos en mayor o menor grado nos sentimos tentados de intentar sacar tajada, aplicéndole un «Impuesto Revolucionario», algo parecido a lo que intento el Camon AEDE. Me parece bien que se le multe por actos ilícitos si los ha cometido o si los comete en el futuro, pero no tanto, aprovechando la circunstancia que el Pisuerga pasa por Valladolid.
Yo creo que el caso que más se parece a este de Google es el desmembramiento de ATT y la creación de las Baby bell que tuvo lugar en los primeros años 80.
La decisión no fue consecuencia de las prácticas contrarias a la ley de ATT, sino del convencimiento de que la ausencia de competencia de facto era una amenaza para el sector, la innovación y la economía americana en su conjunto, y que el mercado no iba a poder, o lo haría en un tiempo excesivo, corregir este desquilibrio. El tiempo se encargó de demostrasr lo tremendamente acertado de la medida. En alguna medida todos nos hemos beneficiado de aquella decisión.
Otro caso es el de la red nacional del fibra que se esta desplegando en Australia. El operador dominante, Telstra, no ha sido acusado de ninguna mala praxis, pero el Gobierno ha estimado que es estratégico para el interés nacional el despliegue rápido y efectivo de una red de banda ancha (NBN) para todos sus ciudadanos, lo que ha incluido medidas regulatorias sobre activos de la red de Telstra, con las correspondientes compesaciones económicas. Telstra se ha opuesto, pero el interés general se ha impuesto.
Los criterios de monopolio en las búsquedas y de sector estratégico se cumplen de sobra, así que la pregunta no es si la Comisión debe actual, sino si podemos permitirnos que no lo haga. Y no creo que sanciones económicas o cmabios en el orden de presentación de Google shopping sean ninguna respuesta.
Antonio, ¿tú te ves castigando a La Razón por informar de manera sesgada? ¿Y si La Razón se hubiese convertido (dios no lo quiera) en el periódico que leen el 97% de los españoles? ¿Crees que podrías exigirle que no sesgase su línea editorial, o multarle por el hecho de hacerlo? ¿Podrías castigarle por incluir publirreportajes etiquetados como tales?
Enrique la palabra que vengo usando de forma cansina es la palabra abuso. Es la clave en esto. Un enano que pega un pisotón intencionado a un grandullón no comete abuso. Un Grandullón que empuja a un enano sí. Abuso es la clave. Una sociedad que ampara el abuso es una mierda de sociedad. El problema de Google no es usar criterios sesgados. El problema es que abusa de su posición dominante para hacer valer prácticas que desde otra posición inferior no serían toleradas.
Me gustaría saber cómo enlazas esta opinión con el anterior artículo.
Ahora comentas que la UE se entromete en el negocio de Google, pero diste cierta razón a las autoridades de USA en sus actuaciones antimonopolio.
Gracias por tus comentarios y por esta estupenda página que realizas.
https://www.enriquedans.com/2015/03/google-es-un-monopolio-predatorio-y-ahora-que.html
Coincido mucho con esta entrada y más que con lagunas anteriores en las que veía más ataques a Google.
El valor de un buscador es que la gente quiera usarlo, si Google por ganar cada vez más dinero lo empeora la gente simplemente dejará de usarlo progresivamente. Nadie te obliga a usar Google, a un click hay mil opciones.
Dicho esto, la Comisión de la Competencia Española dice:
«La legislación española no sanciona la mera posición dominante, puesto que ésta puede ser resultado de un buen desempeño empresarial, sino un abuso de la misma que pretenda restringir la libre competencia debilitando a los competidores, obstaculizando la entrada a otras empresas o aplicando condiciones injustas a clientes o proveedores.»
Google está claro que no puede limitar que otros buscadores compitan. El punto peliagudo es que si puede aplicar condiciones injustas a clientes (anunciantes) porque pagan por anunciarse y dudo que a todos se les apliquen las mismas condicines y está claro que todos van detrás de los ‘productos Google’
Por eso, separar el buscador en empresa independiente y auditar que aplica iguales condiciones a sus anunciantes si sería saludable y factible. (Esto se hace así ya en España en el que la CNC audita tarifas y servicos para garantizar trato de igualdad por parte de la empresa dominante a sus clientes)