Pebble lanza un nuevo modelo de smartwatch, y lo hace volviendo al lugar en el que para ellos, de una manera u otra, empezó todo: Kickstarter. Y de nuevo, vuelven a convertirse en un auténtico caso de estudio de cómo utilizar el crowdfunding en una estrategia.
Si en su primer lanzamiento – realmente el segundo, ya que el primero fue el minoritario inPulse – se convirtieron en el récord absoluto de los proyectos de crowdfunding, obtuvieron un total de 10,2 millones de dólares y terminaron por dejar de aceptar dinero antes del fin del período establecido por la amenaza de no ser capaces de producir y enviar tal cantidad de pedidos, en esta segunda ronda han logrado superar todas las expectativas: dos millones de dólares en la primera hora de campaña, y ahora mismo, cuando aún no se cumplen veinticuatro horas, superan los ocho millones y medio.
Quedarse mirando a los contadores de la página resulta casi hipnótico, y más pensando que detrás de cada incremento hay un buen montón de personas entregando dinero a cambio de obtener un smartwatch producido por una pequeña startup, – dirigida, eso sí, por un Eric Migicovski convertido ya casi en leyenda – que comete la osadía de no seguir las reglas establecidas por quien habitualmente redefine y sienta con sus lanzamientos los estándares de cada categoría de productos: Apple.
Si recientemente decíamos que las ventas de smartwatches se habían prácticamente detenido a la espera del lanzamiento del de la marca de la manzana, que había además influido poderosamente en la orientación al entorno de la salud y de la monitorización de toda la categoría, ahora llega Pebble, que no olvidemos que sigue siendo el smartwatch más vendido por el momento, y vuelve a animar el mercado con un crowdfunding realmente bien hecho. Todos los elementos están presentes: precalentamiento del mercado, vídeo que muestra el producto y transmite capacidad de ejecución (menor riesgo percibido), y posicionamiento claro del tipo «pequeña startup frente a la empresa más grande y poderosa del mundo».
No, el Pebble Time no te dará tu pulso, no será un elemento de estilo a la Apple, no irás a comprarlo a una Apple Store y no tendrá muchos de los elementos con los que Apple pretende colocar entre cinco y seis millones de relojes en pocas semanas. Pero a cambio, no tendrás que romper la hucha (precio final de $199, que eran $149 si lo adquirías en Kickstarter en primera iteración y son ahora $179, frente a los previstos $349 de Apple), y tendrás una batería que te durará toda una semana frente a un día. Mientras la tendencia marcada por Apple apunta a relojes que se cargan todas las noches y llenos de sensores de todo tipo, el de Pebble se atreve a desafiar con un posicionamiento mucho más de «pantalla secundaria» del smartphone, sin más enfoque a la salud que el que cada uno le quiera dar con las apps oportunas, y sin sensor de pulso.
El uso de Kickstarter en este caso se plantea claramente como «necesito el apoyo de mis usuarios para resistir la llegada del gigante». Una cosa es un cliente que va a una tienda a comprar un reloj, y otra cosa muy distinta en términos de nivel de compromiso el que entrega dinero a cambio de recibir un producto en un tiempo determinado y con la expectativa de que sea precisamente su donación, junto con la de muchos otros, la que convierta el proyecto en viable. En un lado tienes clientes, que no es poco. Pero en otro, tienes entusiastas que se ven como parte del proyecto, que sin duda es mucho más.
El movimiento de Pebble sitúa a Kickstarter como algo que anteriormente había sido criticado por sus propios fundadores: lo convierte prácticamente en un canal de distribución, en una tienda. El proyecto de Pebble no es un proyecto como tal: está ya completamente diseñado y preparado para su fabricación, y recurre a Kickstarter únicamente como forma de demostrar poderío, de probar su apoyo, de testar el mercado, y por supuesto, de conseguir repercusión mediática. En muchos sentidos, esos objetivos superan al meramente económico de obtener dinero para lanzar el proyecto, porque realmente la compañía ya tenía suficiente dinero como para fabricar el producto y ponerlo en el mercado. Pero un lanzamiento así, lógicamente, cambia mucho las cosas y permite muchas mayores alegrías.
Con otro crowdfunding que está rompiendo récords en su categoría, el de El Español, vemos exactamente el mismo fenómeno: los más de dos millones de euros obtenidos son obviamente algo que no amarga a nadie y que vienen bien en cualquier proyecto, pero la realidad es que la verdadera preocupación, el número que realmente mira su equipo con atención permanente no es el dinero, sino el número de accionistas. Tres mil quinientos son mejores que tres mil, y cinco mil serían mucho mejores, aunque cada uno pusiese únicamente la cantidad mínima de cien euros. De nuevo, un proyecto de crowdfunding en el que lo importante no es tanto obtener fondos como lo es el asegurar un amplio respaldo social que permita asegurar la independencia del proyecto, que asegure que siempre habrá ahí una serie de personas demandando en cada momento que no se pierda la esencia que convierte al proyecto en lo que es.
El crowdfunding, como comentamos en su momento, se empieza a convertir en un elemento fundamental en muchos proyectos corporativos, más allá de lo que en su momento se identificó como algo «solo para startups» o «solo para quien necesita dinero». Los elementos de otro tipo – visibilidad, compromiso, base social, estudio de mercado, etc. – superan a los objetivos meramente económicos de «necesito dinero para hacer viable este proyecto». Una evolución muy razonable, que tampoco llevará necesariamente a desatender el mercado de aquellos que sí necesitan dinero, pero que se dispone a atraer mucho interés a este tipo de procesos de financiación colectiva. La importancia del apoyo colectivo y de la búsqueda de base social más allá del dinero que puede traer consigo. Sin duda, una deriva interesante.
This article is also available in English in my Medium page, “Crowdfunding as a business strategy«
Otro excelente artículo de opinión con el que, una vez más, estoy plenamente de acuerdo. El único «pero» que le veo es el penúltimo párrafo que parece metido «con calzador». Ese zapato no necesita de más betún pues es un producto de primera calidad que también promete y será protagonista de otros muchos artículos tuyos en el futuro, por derecho propio. Es sólo mi opinión, una sensación desde el punto de vista del lector, siempre con ánimo de criticar constructivamente! :)
Dentro de los fenómenos que conforman la nueva era que ha iniciado Internet, están una serie movimientos que atentan directamente los cimientos del actual SEÑOR de todos nosotros, LOS MERCADOS, y todos se basan en el uso de Internet.
Los mas importantes son:
Los movimiento Opens Source y licencias Copyleft, por un lado y las diferentes formas de «pirateo» que dejan sin contenido la Propiedad Industrial y Intelectual
Los movimientos «Maker» y DIY del los FabLab y talleres de todo tipo, asociados en redes, que gira alrededor de las Impresoras 3D y las maquinas CNC en general, que atentan con la fabricación individualizada a la fabricación en serie de las grades corporaciones.
Los movimientos urbanos de Huertos Populares, Slowfoot y comida Km0 , así como las tiendas online, y fenómenos como el show rooming, que atentan contra toda la cadena de distribución de alimentos situada entre el productor y el consumidor.
La economía colaborativa que busca sustituir el consumo de bienes por su uso, atacando el mayor motor del poder de LOS MERCADOS el consumismo alocado.
Y los movimientos de Crowdfouding que atentan contra las forma de financiación de la Banca y Bolsa, transformando directamente el usuario final en accionista, que triunfa en propuestas de alto contenido social que nunca antes pasarían el filtro de LOS MERCADOS.
Solo falta que se invente de una vez, lo que está en puertas, el acumulador eléctrico efectivo de gran capacidad y recarga rápida, para que atentemos contra las empresas energéticas, para que el Gran Señor que son LOS MERCADOS, pierdan mucho de su poder.
Con lo que has contado me quedo casi igual en lo que respecta a entender los motivos de esos éxitos tan importantes.
Mencionas de pasada los aspectos clave del éxito en este tipo de estrategias precalentamiento del mercado, vídeo que muestra el producto y transmite capacidad de ejecución (menor riesgo percibido), y posicionamiento claro del tipo “pequeña startup frente a la empresa más grande y poderosa del mundo”.
Me parecen cosas bastante obvias pero claro, lo que cuentan son los detalles.
Por desgracia demasiados proyectos de crowdfunding quedan en muy poca cosa y muchas veces parecen la excusa para sablear a amigos y familiares, porque quitando lo que recaudan por esas vías inmediatas, apenas se consigue mucho más. Las empresas de crowdfunding tampoco son de mucha ayuda de cara a diseñar una buena estrategia.
Las claves para que un negocio crowdfunding tenga éxito, me interesan mucho. Hay mucho escritoy me gustaría saber cuales son las mejores referencias bibliográficas para que un autodidacta que necesite poner en marcha un proyecto de este tipo pueda aprender lo necesario.
No lo pregunto por preguntar. Mi hijo ha realizado un cortometraje como trabajo de fin de carrera y también quiere prensentarlo en festivales para ver si consigue algún premio, pero habría que presentarlo en muchos sitios y eso cuesta dinero. Empezó hace poco a dedicar tiempo a un proyecto de crowdfunding para financiar la presentación de su corto en festivales y cualquier ayuda sería muy bien venida.
#002 Antonio Castro
No lo he leído a fondo, sólo el capitulo que afecta a España, (Pag 32), por lo que no se si tiene las respuestas a tus preguntas, pero al menos es un estudio académico de la Universidad de Cambridge sobre le crowfundimg y al menos tiene enlaces hacia documentos que te pueden ser útiles,
Moving Mainstream: The European Alternative Finance Benchmarking Report, http://www.jbs.cam.ac.uk/fileadmin/user_upload/research/centres/alternative-finance/downloads/2015-uk-alternative-finance-benchmarking-report.pdf
Ah, qué recuerdos cuando el crowdfunding era algo del compartir y no de comisionistas. Porque… al final todo el modelo de Internet se reduce a eso, básicamente. Y esos eran los que hablaban del «compartir», jeje.
Mira si es del «compartir» que lo tienen que regular por cantidades exageradas.
Enrique, estoy de acuerdo en el apoyo que significan miles de accionistas a través de crowdfunding ya que eso habla del respaldo social al mismo. Pero qué pasa cuando en start ups de tecnología donde el capital necesario es relativamente bajo y se encuentran con varios millones que no necesitan? Porque muchos de estos proyectos, y Apple es un paradigma (permíteme ponerlo como ejemplo «extremo» de éxito en casi todo), tienen costes marginales decrecientes, es decir, cuanta más escala, menos les cuesta producir, con lo que si los precios de venta al publico no bajan en proporción, se encuentran con acumulaciones de caja que no necesitan y diluyen el beneficio por acción.
Que opinas?
El otro día vi por primera vez un cliente con un reloj inteligente y pensé lo mismo que al ver las pantallas curvas de Samsung, que son una chorrada. Pero yo soy de los que se resistió a adoptar el smartphone y rechazaba las tablets. Hoy he regalado mis PCs y portátiles, y estoy ENAMORADO de mis tablet.
Soy Español, como muchos garbanzos, critico mucho. Enrique se ha equivocado muchas veces, lo cual es normal. Lo anormal es que se acierte. En montaña decimos que si de un plan se cumple el 10% era un gran plan. Diría que Enrique acierta la mitad de las veces, lo cual es digno de admiración.
P.D. Tin Foil Hat Alert!!!! Casí he terminado de huir de Google. Mi blog está ahora en wordpress ;) Bloguear me hace feliz y mejor persona. Gracias Enrique, y felicidades por tus 12 años.
#004 Ya, sin duda son referencias muy interesantes, pero Enrique tendrá otras muchas referencias con las que comparar. Si algo se le da bien es gestionar las referencias a las informaciones que son de su interés y el Crowdfunding es una de ellas.
A mi me ha parecido un artículo y opinión muy interesante y enriquecedor. Saludos.