Economía de la escasez frente a economía de la abundancia

Airbnb in Paris

La ilustración que ves es un un mapa interactivo elaborado con CartoDB que representa las propiedades ofertadas en alquiler en París a través de Airbnb, elaborado por Julien Guillot y comentado en este tweet por la propia CartoDB. Es una de las visiones más claras que he visto de lo que realmente representa la llamada «economía de la abundancia», y del efecto que una plataforma como Airbnb puede generar sobre la oferta turística de una ciudad: una nube enormemente densa de puntos por los que, al pasar el ratón, se despliega información de características y precio, y que claramente rellena con enorme eficiencia el espacio disponible bajo la curva de oferta y demanda, de una manera muchísimo más completa de lo que lo hacía la oferta hotelera tradicional. Si no lo has visto en interactivo, te recomiendo que lo hagas, es sencillamente impresionante: en esa nube hay de todo: habitaciones en pisos compartidos por pocas decenas de euros, hasta apartamentos de lujo en la zona más céntrica de la ciudad por varios miles. Aquí tienes la versión interactiva:

 

Podríamos pensar que la oferta hotelera de París no es en absoluto escasa, pero decididamente, no se parecía en nada a esa impresionante nube naranja. ¿De qué estamos hablando? Obviamente, de un problema de primera magnitud para quienes, en el sistema anterior, administraban esas propiedades en un régimen de relativa escasez: las variables económicas de un sistema post-escasez no les gustan en absoluto, y tratarán de oponerse a ese sistema todo lo que puedan, objetando con todos los argumentos posibles, reales o ficticios.

Para tratar de evitar esa situación harán lobby ante las autoridades nacionales o municipales, tratarán de crear opinión, recurrirán a los tribunales, manipularán, difamarán, y harán lo que haga falta, porque esta situación significa de manera automática un reparto del mercado turístico entre muchísimas más partes y, por tanto, una porción mucho menor para cada uno de ellos. Hablarán de competencia desleal derivada de las infinitas normativas que regulan su actividad y que los nuevos entrantes no están obligados a cumplir, dirán que los propietarios de esas habitaciones y pisos no pagan impuestos, que se trata de economía sumergida, o que son potenciales focos de infección. Salvo algunos competidores especialmente visionarios, todos se unirán para luchar contra esta terrible amenaza que se cierne sobre su industria, presionando al gobierno para que se invente restricciones que dificulten, impidan o hasta prohiban la actividad de Airbnb. Pero será inútil: al final, que una persona quiera, en lugar de alojarse en un hotel, disfrutar de una habitación o un piso particular cuyo dueño decide listar en Airbnb y al que en muchos casos añade una atención exquisita y personalizada para así crear vínculos personales con sus huéspedes y que estos traten mejor su propiedad, es algo completamente inevitable. Si el regulador impone restricciones artificiales, estará actuando contra natura, y muchos se lo recriminarán – y además, con razón.

¿Qué ha pasado? Simplemente, que antes era complicado, farragoso y arriesgado no solo poner una propiedad en alquiler a corto plazo, sino también tratar de alquilarla, y ahora, en cambio, ha surgido una plataforma riquísima en información que permite a ambas partes tomar decisiones de manera mucho más sencilla y hasta protegerse con un seguro. Una plataforma, además, que ha experimentado un fuerte proceso de adopción masiva, lo que la ha dotado de masa crítica suficiente como para que utilizarla sea un auténtico gusto tanto por parte de los propietarios como de los usuarios. Llegados a este punto, el fenómeno es ya imparable, y quien se interponga en su camino, terminará arrollado por él.

Y la pregunta fundamental, claro, ¿cuál es? A quién o a quiénes beneficia esta nueva situación. En este caso, los propietarios de inmuebles están más contentos (y son obviamente muchos, como podemos ver en el mapa), los turistas están inmensamente más felices con una variedad de opciones muchísimo más amplia, y los únicos aparentemente perjudicados son los hoteles. Si nos atenemos a una simple consideración de justicia social, esto es lo que hay. Los propietarios de hoteles podrán protestar, podrán decir que ellos tuvieron que invertir mucho para cumplir con la regulación, que se sienten perjudicados, etc., etc., etc… pero es lo que hay. Lo normal es que termine por prevalecer el interés general.

Ahora cambiemos de industria: a continuación, un tweet de un taxista de Barcelona:

 

¿De qué hablamos? Exactamente de lo mismo. De una industria que antes operaba en régimen de escasez, regulada en forma de monopolio que restringía la oferta, y que ahora ve cómo la aparición de una plataforma permite que cualquiera pueda llevar a cabo la actividad que antes solo ellos desarrollaban. Por supuesto, que «la ciudad se inunde de coches» es algo que no les interesa, que claramente perjudica sus intereses económicos y amenaza su status quo. En este caso, además, la situación tiene mucho de drama: en España, no así en otros países, hablamos en la mayoría de los casos de pequeños propietarios, autónomos, que se endeudaron hasta las cejas para adquirir una licencia de taxi a precios anormalmente elevados en una situación completamente absurda, y que podrían terminar por tener serios problemas de subsistencia o verse abocados a cambiar de actividad.

Sin embargo, lo de que «la ciudad se inunde de coches» no es del todo cierto: en realidad,hablamos de un uso mucho más eficiente de los recursos, de aprovechar más la capacidad de unos automóviles que, de otra manera, permanecían aparcados sin uso, y de posibilitar formas mucho más eficientes de moverse por la ciudad, hasta el punto de que a muchas personas incluso podría dejar de interesarles poseer un automóvil. Hablamos, precisamente, de cambiar la movilidad de las ciudades mediante un sistema de economía de la abundancia en el que casi cualquiera, en el momento en que le da la real gana, se convierte en taxista.

Prácticamente todo lo escrito sobre Airbnb actúa aquí de idéntica manera. Los que antes vivían en la economía de la escasez litigarán, protestarán, difamarán y harán todo lo que esté en sus manos – incluyendo en este caso actos violentos – para evitar que el nuevo entrante llegue a funcionar. Jugarán con su marca comercial tildándolo de «mugre» pretendiendo que sus coches están sucios, cuando en realidad ocurre justamente lo contrario. Hablarán de economía sumergida o de impago de impuestos, cuando eso son problemas completamente no relacionados que simplemente habría, como toda nueva actividad económica, que monitorizar adecuadamente. Argumentarán que la empresa actúa desde un paraíso fiscal, cuando la realidad es que un 58% de las empresas de Fortune 500, las más grandes del mundo, tienen sede en ese mismo estado norteamericano e incurren en las mismas prácticas de optimización fiscal cumpliendo estrictamente la ley. Y es que la verdad es que todas esas cuestiones, por importantes que puedan llegar a ser, no tienen estrictamente nada que ver con el hecho en sí: ha surgido una plataforma que posibilita que esa actividad que antes se llevaba a cabo en régimen de escasez ahora se pueda desarrollar en situación de abundancia, y además, ha experimentado una adopción masiva.

La realidad, de nuevo, es tozuda: ¿quiénes son los beneficiados por la nueva situación? Cualquier propietario de un coche, que puede ahora decidir utilizarlo para obtener unos ingresos; los usuarios, que tienen ahora más opciones de transporte; y hasta los los turistas, que encuentran en su ciudad de destino un medio de transporte que les reduce su incertidumbre y que en muchos casos conocen de su ciudad de origen. ¿Los perjudicados? Los que antes disfrutaban de la escasez: los taxistas.

Te podrá gustar más o menos, según de qué lado te pille. Pero es lo que hay. Para mí, Airbnb o Uber representan únicamente impresionantes oportunidades de estudiar precisamente lo que llevo toda mi vida profesional estudiando, la disrupción tecnológica, en el marco de casos reales y contemporáneos en los que, además, puedo disponer de amplísima información. No hay más. Por tanto, por favor…

Please do not shoot the piano player

 

This article is also available in English in my Medium page, “The economy of scarcity versus the economy of abundance«

30 comentarios

  • #001
    Rixar - 2 enero 2015 - 09:20

    se vende licencia de taxi en Oviedo, Baratita.

  • #002
    Josep M. Virgili - 2 enero 2015 - 09:26

    Esto mismo podrá ocurrir un día con la enseñanza, con las carreras universitarias. Una pag que certifique lo estudiado por el alumno, con muchas mas probabilidades de adaptación a sus capacidades y fortalezas que lo que hay actualmente. No crees?

  • #003
    Pit - 2 enero 2015 - 10:18

    Lo que planteas en resumen es que es imparable la fuerza de la demanda insatisfecha cuando una disrupción tecnológica «empodera» una parte de oferta que antes de su aparición no estaba en condiciones de entrar en el mercado.

    Pero hay otra segunda cuestión de la misma importantancia, que es la regulación. ¿Debe cambiar la regulación para adaptarse en todo caso a esta disrupción tecnológica o incluso debe eliminarse cualquier regulación que perjudique la entrada en el mercado de activos ociosos? Yo creo que esta cuestión es interesante y merece ser analizada con detalle y atendiendo siempre al interrés general pero considerando también las peculiaridades de cada mercado.

    Así que la cuestión sigue siendo en realidad la misma que antes de la irrupción de Airbnb: ¿debe estar regulado el mercado del alojamiento turístico? Para mí es injustificable con o sin Internet y Airbnb (lo mismo que con el transporte de viajeros). En realidad la irrupción de estos solo ha hecho que poner en evidencia lo absurdo de las limitaciones en este mercado.

  • #004
    Alqvimista - 2 enero 2015 - 10:35

    Tan solo un apunte: el pianista NUNCA toma posiciones a favor de uno u otro contendiente para evitar llevarse un tiro. Por tanto, por favor…

    En cuanto al plano de París, asombro es poco para expresar lo que he sentido al ver ese gráfico. Y efectivamente, ir a una casa particular no garantiza nada, pero es que eso mismo te pasa con los hoteles.
    Creo que algo fundamental que debería cambiar es la clasificación de los hoteles: esas estrella no sirven realmente de nada para definir la calidad del hotel, tan sólo para clasificar los servicios disponibles (si tiene o no baño privado, nevera, etc.). Me he alojado en hoteles de 4* con el suelo sucio (se nota cuando lo pisas descalzo), sábanas remendadas (sí, hicimos la correspondiente queja), etc. Simplemente tienen cuatro estrellas porque tienen nevera, minibar o un enorme buffet para el [carísimo] desayuno que no aprovechas (no sé por qué la gente se pone hasta las trancas solo porque la comida está ahí).
    Y me he alojado en hoteles ‘budget’ de 2 o ninguna estrella que le daban cien vueltas en limpieza, servicio, etc. Y WiFi gratis.
    Así que empezar por cambiar eso no sería una mala idea.

  • #005
    Javier - 2 enero 2015 - 10:41

    Es normal que el fenómeno cause reacciones especialmente violentas en países como España, que tradicionalmente (últimos 100 años, al menos) han basado buena parte de su economía en limitar artificialmente desde el Estado el acceso a determinadas formas de riqueza.
    Lo que es una de las causas de nuestra tendencia a la corrupción, pues se fomenta no la competencia libre o la protección de bienes, sino la puja por acceder a una situación de privilegio artificial. Las normas no se usan como impulsoras de una situación de bien común, sino como barrera de acceso para que solo quien pueda superarla haga negocio (taxis, licencias urbanísticas…).

  • #006
    BCN - 2 enero 2015 - 10:58

    Aparentemente buen artículo. Pero una vez leído se me aparece una sospecha. ¿Permitir pisos turísticos es para el bien general? ¿No generan costes derivados de su, cada vez mayor, presencia? Pareciera que los únicos perjudicados son los grandes propietarios hoteleros, pero les aseguro que no es nada agradable compartir vecindad con grupos de jóvenes con ganas (lógicas) de fiesta, música y diversión. Yo no se lo quiero impedir, pero temo los jueves cuando oigo carretear las maletas por las escaleras de mi comunidad de un grupo animado, contento, exultante de emoción que vienen dispuestos a «quemar» un fin de semana. I, así, uno tras otro. Les aseguro que éso, es todo lo contrario a construir ciudad. Les invito a que prueben la experiencia.

  • #007
    pedro - 2 enero 2015 - 11:14

    Enrique, si fueses hotelero y tuvieses 10 millones para montar un negocio en Barcelona o Madrid en que formato lo harías, ¿Comprarías un edificio entero para montar un hotel o comprarías 40 apartamentos en un barrio turístico sin tener que pasar por las duras licencias, costes o servicios caros como cambiar las sábanas y limpiar la habitación todos los días?

    Estas plataformas, proponen algo fundamental que no hacían los monopolios de antes, que es quitar de en medio servicios que te incluían por que sí; vamos como quitaron las cocacolas gratis de las aerolineas lowcost.

    Por otra parte creo que Airbnb tiene el peligro de que suban demasiado los pisos de precio en ciertos barrios de las ciudades más turísticas del mundo como París, Roma, Barcelona, Sydney, etc. y no permitan vivir a a la gente, sería algo así como la airbnbificación (gentrificación + airbnb) :-)

  • #008
    Gorki - 2 enero 2015 - 11:48

    Independientemente de la aparición de AirBnb, Internet ha cambiado el sector del alojamiento turístico, desde hace años han aparecido las llamadas «Casas Rurales», algo que no es posible sin la existencia de Internet y de muchas páginas web dedicadas a darlas a conocer, (curiosamente, muchas de ellas fomentadas por organismos oficiales de promoción turística, los mismos organismos que hoy se oponen a AirBnb).

    En mi caso y en mi entorno, poco a poco hemos pasado de alojarnos solo en hoteles, a combinarlos con alojarnos en este otro tipo de alojamientos, pues estos últimos nos ofrecen una variedad de servicios que no ofrecen los hoteles tradicionales.

    Calculo que lo mismo ocurrirá pronto con otros bienes y servicios como, alquiler de vehículos con o sin conductor, comer fuera de casa, alquiler de maquinaria, trabajos a domicilio, campamentos juveniles, etc., igual que esta ocurriendo en el sector del comercio con las ventas por Internet, donde poco a poco, las ventas por este canal crecen de forma continuada, incluso en una época de crisis que ha reducido la venta en el comercio en general

    Inevitablemente, se abren para muchos la posibilidad de conseguir un trabajo o un pluriempleo, mientras que supone para otros una competencia que les obligue a cerrar.

    Ha cerrado el kiosko de la SGEL que habia en el Hipermercado en donde compro, (mo se si es medida general a solo puntual), otro sector al que Internet le está resultando devastador, pero por ejemplo se han abierto cientos de puntos de entrega y recepción de paquetes, que suponen ingresos adicionales a pequeños negocios que tiene un horario amplio de comercio.

  • #009
    Daniel Terán - 2 enero 2015 - 11:50

    Cuando voy y vuelvo de trabajar todos los días YA veo la ciudad inundada de coches.

  • #010
    Angel - 2 enero 2015 - 11:54

    Consigues que acercarse a estos fenómenos sin dejarse llevar por tu entusiasmo y alharacas sea complicado. Al menos para no parecer un talibán anti-la-nueva-economía. Trabajo en un grupo de empresas que incluye a una de las hoteleras líderes en España, por lo que me abstendré de comentar sobre Airbnb. Pero sí quiero dejar algunas reflexiones sobre el caso Uber que, en mi opinión, no aporta nada nuevo al «interés general» salvo fijar un precio más barato.
    Para empezar, Enrique dibuja un perfil del taxi convenientemente adaptado a las necesidades de su discurso: sucio, violento, endeudado… Además, olvida que el taxi no tiene la exclusividad en el transporte de pasajeros por carretera. También obvia que el taxi ofrece, desde hace tiempo, la misma o superior tecnología que la que pueda ofrecer Uber. Pero todo esto a él le da igual. Directamente le estorba para armar su análisis. Cuál es el «valor» que aporta Uber entonces? El precio. Precio que fija con el único criterio de ser más barato. Y lo fija Uber, no el propietario del vehículo (que parece que, en un entorno de economía colaborativa, debería ser quien lo hiciera).

    Pero, más allá de estos detalles sin importancia, lo preocupante de todo esto es el intento de pasar por encima de la regulación existente en cada país. O, peor aún, la imposición de cambios en la ley/norma/administración pública por el mero interés de «los mercados». Goldman Sachs (qué gran referente!) y Google, básicamente. La «desregulación» a medida, en otras palabras. Enrique, si lo que tú pretendes es que el único gobierno sea el corporativo, recoge firmas para una ILP, y lo votamos.

  • #011
    Oscar - 2 enero 2015 - 12:04

    Edans
    Buenos días señor Edans. Como decía mi amigo Richard los tuits no tienen contexto, una lástima.
    Primero hagamos una pequeña comparativa entre las compañías que menciona en el artículo (por cierto no hay otras compañías de las que se pueda hablar?)
    Airbnb pone en juego en Internet algo que ya existía anteriormente, como son las típicas casas para la playa y de las que el particular se lucraba sin declarar. Ahora Airbnb hay comprendido que si quiere pasar el rubicon de una startup a ser una multinacional debe cumplir la ley y ya a las personas que ponen en alquiler sus viviendas les exige que paguen sus impuestos (los impuestos de los que ponen la vivienda en alquiler, no la multinacional que ya sabemos que los paga en Delaware) y que se den de alta en el registro de viviendas turísticas. Al final se amoldan al marco actual y siguen creciendo y teniendo una imagen impecable. También es cierto que quiere una casa quiere una casa, no un hotel. Airbnb no hace tanta pupa a los hoteles.
    Ahora Uber, llega a un país y decide que no que ellos no están para cumplir la legislación. Usted se agarra al discurso de que el es conductor de uber lo hace para compartir gastos cuando todo el mundo sabe que es no es así. Son taxistas en negro, y como ya se que va a decir que los pagos son trazables porque cuando en Francia se les requirió para que diesen información de pagos se negaron?
    En una economía tradicional sin cortapisas la oferta de equilibra con la demanda, es el entorno ideal en que se mueven los modelos económicos. Y según usted es lo que propugna Uber con la aplicación. Permitame que me sonría. Porque Uber apuesta por este modelo sin ningún tipo de regulación? Porque es el sueño de cualquier ultraliberal. A la plataforma le importa un pimiento que haya más oferta, es más lo incita de manera exagerada, si INUNDA las ciudades con coches para que el usuario tenga un coche a menos de dos minutos. Usted argumentara que cuando hay demasiada oferta los ofertantes salen del sistema porque no pueden soportar las pocas ganancias. Pero como disponen de una masa amplia de gente dispuesta a trabajar y aguantar y porque solo tienen que tener un coche y no necesitan permisos ni tienen que ir a hacienda a darse de alta (eso es de taxistas casposos) pues tiran hasta que el cuerpo aguante. Uber ya se encarga de bajar tanto las tarifas como aumentar las comisiones, pero oiga que nosotros solo ponemos en contacto usuarios con conductores.
    Por eso Uber no quiere regulación, ese es el quid de la cuestión, es muy fácil y complicado a la vez. Si el conductor tiene que cumplir aunque sea unos mínimos requisitos el acceso de uber a esa base de conductores se reduce y cuando le bajen la tarifas y ya hayan invertido algo de dinero en ganar dinero ya veras como protestan, porque al final si no inviertes no ganas no? Esa es la disrupcion verdadera, la de ganar sin arriesgar. Así cualquiera.
    Curiosamente, con los Uber Black si que hay cupos impuestos por la propia Uber.
    Al usuario, ese sacrosanto becerro de oro en el que ponenemos como ofrendas los derechos laborales de los trabajadores, le importa un pimiento, el lo que quiere es transporte barato, curiosamente si hacemos una comparativa entre los precios de un taxi y uber hay diferencia si pero no tanta, en un trayecto largo de unos 60 euros unos diez euros de diferencia.
    Y respecto a los taxistas y la manera de funcionar, en toda Europa se funciona así, no sólo en España. Alemania también tiene en manos de autónomos o empresas familiares la posesión de licencias administrativas, al igual que en Francia, Italia, Bélgica, Holanda etc.
    Y no sólo hemos protestado nosotros, Europa entera lo ha hecho, hasta los Black cab Londinenses que tienen una comparativa feroz de los mini cab.
    Lo que me molesta de todo esto es que de una parte de hace un todo, aquí todos los taxistas insultan y amenazan, pero no. Nos tememos que quedar de brazos cruzados cuando los demagogos y críticos empiezan a decir mentiras a medias y verdades tergiversadas. El infierno esta lleno de demagogos.

  • #012
    Mario - 2 enero 2015 - 12:21

    En cualquier mercado hay una norma que prevalece sobre cualquier otra. Si quienes quieren comprar y quienes están interesados en vender, llegan a un acuerdo, no hay fuerza de la naturaleza que pueda interponerse. En este y otros asuntos, la tecnología ha redefinido completamente el panorama, y ha puesto al servicio de todos, la posibilidad de contactar casi con cualquiera de manera sencilla. Podemos decir que el alquiler vacacional, ha «democratizado» el acceso a una industria, obligando a quienes viven de ella tradicionalmente (el Loby hotelero) a ajustarse si quieren ser competitivos. Ahora serán ellos quienes rueguen que el estado intervenga, cuando antes apoyarían, con probabilidad, el libre mercado. Parece que el progreso (tecnológico) ha movido ficha para permitir un reparto más justo de la riqueza, y acercarnos a eso que José luis Sampedro llamaba «mercados perfectos». EL tiempo lo dirá, pero es un ejemplo interesante y que no habíamos visto nunca antes en la corta historia del capitalismo, para defender el liberalismo como sistema justo.

  • #013
    Iñigo - 2 enero 2015 - 12:38

    100% de acuerdo contigo Gorki. La clave es para mí la VARIEDAD, AMPLITUD de oferta, GAMA de posibilidades… todo eso beneficia a quién tiene que beneficiar: el usuario. Que puede elegir lo que quiera y lo que pueda pagar en cada momento. Yo soy usuario de Airbnb cuando considero que para el viaje que voy a hacer me beneficia en algún término: localización, exclusividad del sitio/alojamiento, incluso precio… pero otra veces no tengo duda y por otras razones y el tipo de viaje voy a un hotel o una pensión… No todo el blanco o negro. Los hoteles lo que tienen que hacer es ACEPTAR la competencia de nuevos players en el mundo del alojamiento, aprender lo que puedan aprender y competir con lo que son y lo que tienen… y esto no es cosa de precios solamente.

  • #014
    Jesús Ranchal Sirvent - 2 enero 2015 - 12:49

    En definitiva, los únicos realmente perjudicados son quienes han abusado del sistema para enriquecerse. La avaricia llama «desleal» a sus enemigos, supongo…

    Gracias por la entrada, Enrique. Muy ilustrativa.

  • #015
    Gorki - 2 enero 2015 - 13:58

    #009 Iñigo
    La clave es para mí la VARIEDAD, AMPLITUD de oferta

    Absolutamente de acuerdo el alojamiento en hoteles tienen su lugar en el nuevo paronama en igualdad de condiciones con la habitación en una vivienda particular. Cada cual oferta un producto y el cliente escoge, habrá quien prefiera un hotel y quien prefiera un habitación con derecho a cocina.

    De hecho ya es así, si viajo solo suelo ir a un hotel, si viajo con toda mi perro solemos ir una Casa Rural. Pero el problema, (segun yo lo veo), es que para una clientela que no ha aumentado en exceso, hay mucha mas oferta. En consecuencia los menos adaptados, o bajan precios a cierran. Lo malo es que los hoteles regulados absolutamente en todos, tienen menos posibilidad de reducir servicios y precios.

    Lo que dice #007 pedro, es cierto, yo al menos si pensara meter dinero en alojamientos turísticos, hoy lo metería en apartamentos para alquilar por AirBnb, lo que pasa es que a él le preocupa y a mi me parece bien, no veo en ello nigún problema en especial y si eso encarece la vivienda de ciertos barrios, tampoco me parece un problema.

  • #016
    Petersam - 2 enero 2015 - 14:00

    Creo que en Airbnb se dan varios puntos en comun con Uber y demas, la constatacion de por un lado, la gran demanda de alojamiento barato y sencillo, y por el otro la necesidad de algunas personas de obtener unos ingresos extra para pagar la hipoteca o el alquiler, segun datos de la propia compañia cerca de la mitad de los usuarios lo hacen por esto. Y si paris tiene el m2 a un precio de mas de 8000 euros, todo se acentua.

    Como pronto iran comprobando todo estos «pares» cualquier actividad economica que no sea lastrada mediante impuestos confiscatorios es ilegal, asi que tras esa «monitorizacion» los precios de Airbnb subiran, y todo ese gigantesco mapa naranja disminuira considerablemente. Entonces los franceses volveran de lo disruptivo a lo sumergido como toda la vida.

  • #017
    Antonio Castro - 2 enero 2015 - 17:43

    La aplicación interactiva es impresionante, pero no es un problema de abundancia o escasez. Es un problema de visibilidad de la oferta o de ocultación de la oferta.

    La forma de hacer negocio en base a ofrecer los productos en los mejores escaparates de los mejores centros comerciales situados en puntos neurágicos de las grandes ciudades y promocionados mediante carísimos auncios televisivos es algo que cada vez resulta más complicado debido a los avances en la tecnología de la información, pero hablamos de unas formas de hacer negocios que al poder no le interesa que desaparezcan, porque se prestan al intervencionismo, intercambio de favores entre las altas esferas del poder político y las altas esferas del poder económico, se prestan igualmente a que florezcan una serie de negocios improductivos de mera especulación así como servicios de intermediación entre oferta y demanda.

    No creo que sea cuestión de abundancia. Yo lo llamaría la economía de la transparencia.

    Esa aplicacción interactiva es como una bola de cristal mágica, no crea nada, solo permite ver todo lo que existe.

  • #018
    Enrique Dans - 2 enero 2015 - 19:32

    #016: Si te refieres a CartoDB, por supuesto que solo visualiza. Si hablas de Airbnb no, la inmensa mayoría de esa oferta no afloraba antes de que existiese esa plataforma.

  • #019
    Antonio Castro - 2 enero 2015 - 19:55

    Al usar la palabra aflorar en lugar de una palabra tipo crear o producir creo que me estás dando en parte la razón. Tampoco quiero decir que Airbn se limite a visualizar ofertas.

    Leo en la Wikipedia:
    Airbnb es un mercado comunitario para publicar, descubrir y reservar viviendas.

    Supongo que esa definición de la Wikipedia también puede ser matizada y tampoco digo que hablar de la abundancia sea un error. Yo entiendo el fenómeno en clave de visibilidad. Cada uno pone el foco donde cree conveniente. Se le puede llamar abundancia, transparencia, o efecto bola de cristal (por ejemplo). Lo realmente importante para mí, es que la oferta se amplía porque se amplía la visibilidad de la oferta y eso también hace que la propia oferta crezca.

  • #020
    CMT - 2 enero 2015 - 20:05

    Nadie va a disparar al pianista, el tiro se lo va a pegar el solo. La duda es si será en el pie o en la sien…

    http://www.idealista.com/news/finanzas-personales/emprendedores/2014/09/17/731331-estamos-a-las-puertas-de-otra-gran-burbuja-tecnologica

    http://blogs.elconfidencial.com/economia/tribuna/2014-12-20/el-indice-nasdaq-alcanza-los-niveles-record-de-2000-nueva-burbuja-tecnologica_598481/

    En palabras de Dans:

    «¿Estamos en riesgo de que la situación se convierta en insostenible, las valoraciones caigan de repente y todo lo que un día era oro pase a valer menos que el peso del papel en que imprimiríamos los títulos de las acciones correspondientes? En global, mi impresión es que no. ¿Puede pasar con alguna compañía, o incluso con un grupo de ellas que se dediquen a temas afines o relacionados? Sin duda. Pero la incertidumbre o el riesgo no implican necesariamente que haya una burbuja. Implican que hay un mercado, y que se mueve más rápidamente y de forma más impredecible que los mercados de hace algunos años.»

    Tal vez sea esa impredecibilidad la que le hace defender de manera numantina a Uber y demás.

  • #021
    Enrique Dans - 2 enero 2015 - 20:06

    #018: Pero hace algo más que simplemente ampliar la visibilidad. Al completar la funcionalidad de la plataforma con funcionalidades como el peer-rating y los seguros, hacen que personas que no se habrían planteado poner su propiedad en alquiler a corto plazo pasen a planteárselo, de manera que juegan un papel activo en la construcción de oferta adicional. Me explico (o lo intento al menos): tú puedes tener una casa o una habitación desocupada y no haber pensado nunca en alquilarla, pero que de repente llegue un amigo que ha probado Airbnb, ha visto cómo funciona el tema del peer-review, cuánto se puede ganar, y cómo está de protegido con el seguro que incluye la compañía, y que esos argumentos te convenzan para unirte a la plataforma. En ese caso, la plataforma no solo ha visualizado o añadido transparencia, sino que ha jugado un papel activo en la construcción de oferta…

  • #022
    Fredy Garcia i Gascons - 2 enero 2015 - 20:23

    «Me explico (o lo intento al menos): tú puedes tener una casa o una habitación desocupada y no haber pensado nunca en alquilarla, pero que de repente llegue un amigo que ha probado Airbnb, ha visto cómo funciona el tema del peer-review, cuánto se puede ganar, y cómo está de protegido con el seguro que incluye la compañía, y que esos argumentos te convenzan para unirte a la plataforma»

    Enrique este comentario me parece perfecto que sea así, pero con las siguientes condiciones:

    Declarar la actividad que realiza como negocio ante la autoridad correspondiente, y tener la correspondiente licencia.

    Las personas que cuidan de que la vivienda esté en perfecto estado que sean empresas o bien personas con su correspondiente seguridad social.

    Pagar los correspondientes impuestos sobre los beneficios generados.

    Si eso fuera así, los actualmente profesionales del hospedaje no podrán decir nada. Estarán jugando todos los operadores turísticos con las mismas reglas del juego.

    Otra opción sería desrregular toda la normativa, y que todo el mundo, mientras tenga capital, sin más, que haga lo que le pueda o le dejen.

    En ambas situaciones, evidentemente el mercado lo dominará quien sepa acercarse más a los deseos del huésped

  • #023
    Gorki - 2 enero 2015 - 20:24

    #018 Antonio Castro #019 Enrique Dans

    Creo que ademas se os está pasando algo fundamental, que es la importancia que adquiere en la Economía colaborativa la «marca personal», no solo hay mucha visibilidad, sino que además los comentarios hacen que la oferta y demanda se oriente con la «marca personal» de cada una de las partes.

    Pondré un ejemplo, mi hijo que vive en una casa mas bien pequeña, cuando ha tenido un hijo, ha «ampliado» su casa comprando un apartamento próximo, el nuevo hijo se queda en el «cuarto de invitados» y los amigos y parientes, si le visitamos vamos al apartamento.
    Como no siempre tiene visitas,s cuando tiene fechas libres, lo alquila en AirBnb de modo que eso ingresos se ayuda a pagar los gastos, e incluso le sobra para reducir la letra del banco.

    Pues bien unos jóvenes se lo pidieron para este fin de año, y al ver que era la primera vez que alquilaban y eran desconocidos en la red, se sospechó que se trataba de tener una «noche loca» de fin de año y no se lo alquiló. Análogamente, él da mucha importancia a los comentarios que hacen sus clientes e incluso piensa a subir un poco el alquiler ahora, que ya empieza a ser recomendado por sus clientes.

    Este servicio adicional, ha sido el aliciente para poner alquilar muchas viviendas en oferta. No solo hay ahora más visibilidad, es que lo que ves es más fiable.

  • #024
    David el Bueno - 2 enero 2015 - 20:35

    Enrique en una entrada anterior sobre Uber ya se dio revolcón tras revolcón a tu insistencia con el tema por parte de muchos y diversos comentaristas desde el punto de vista legal incluso, así que ruego a quien de verdad quiera enterarse de qué va el asunto que se pase por dos entradas hacia atrás y lea comentarios interesantísimos y variados.
    Básicamente se te comentaba e incluso se te pedía que en tus análisis no tratases de ver siempre y solamente las ventajas de las tecnológicas, sino también sus aspectos negativos para que las valoraciones fueran más ricas.
    Oídos sordos.
    Pues vale.

    Ahora atacas con Airbnb porque parece que los hoteleros se están organizando para hacer frente a esta amenaza a su negocio. Me parece bien. Pero esto ya es otra cosa:
    «Hablarán de economía sumergida o de impago de impuestos, cuando eso son problemas completamente no relacionados que simplemente habría, como toda nueva actividad económica, que monitorizar adecuadamente. Argumentarán que la empresa actúa desde un paraíso fiscal, cuando la realidad es que un 58% de las empresas de Fortune 500, las más grandes del mundo, tienen sede en ese mismo estado norteamericano e incurren en las mismas prácticas de optimización fiscal cumpliendo estrictamente la ley».

    Esto es ponerse del lado del más fuerte y no sólo del más cutre y casposo, sino del auténtico mafioso de guante blanco, ese que roba a todas las personas dignas y de bien del mundo, capaz de cualquier cosa (en su sentido más amplio) para aumentar sus ingresos. Eso es lo que no se puede permitir y para eso deberían estar los gobiernos, para regular los egoísmos descontrolados, los abusos sean pequeños o grandes de quien sea, compañías o particulares. Y aquí sí que no hay más.

    No te gustará a ti ni a los de Airbnb ni a los de Uber, pero no hay derecho a que algunos aprovechen resquicios legales o ilegales a costa del sudor de los demás.

    Optimización fiscal = Evasión de nuestros impuestos/impago de impuestos = algo contra lo que todos deberíamos estar en contra

    Y ahora, con tu permiso y off-side voy a proponer un tema para quién quiera algo más que Uber:
    http://www.businessinsider.com/study-claims-more-than-80-of-dark-net-traffic-is-to-child-abuse-sites-2014-12

  • #025
    Gorki - 2 enero 2015 - 21:48

    #024 David el Bueno

    Eso es lo que no se puede permitir y para eso deberían estar los gobiernos, para regular los egoísmos descontrolados, los abusos sean pequeños o grandes de quien sea, compañías o particulares. Y aquí sí que no hay más.

    Absolutamente de acuerdo, para eso están los gobiernos. Pero comprenderás que es del género bobo encontrar un resquicio legal para no pagar impuestos y no aprovecharlo. Si por poner un ejemplo, descubrieras que es posible invertir en acciones el día 31 de Diciembre y venderlas el día 2 de Enero y con eso te desgravaras como inversión realizada en el 2014. ¿Puedes o puedes hacerlo? ¿Lo harías o no lo harías?

  • #026
    Rex Lameiro - 3 enero 2015 - 09:09

    Al hilo de lo apuntado en este artículo, sugiero que se eche un vistazo a este nuevo modelo de negocio de la cadena Room Mate: http://www.bemate.com/. No se trata de publicidad encubierta sino solo de enriquecer el debate.
    Una manera creativa de conciliar lo mejor de las dos partes haciendo un mix entre las ventajas del producto Airnnb y los servicios de un hotel. Si no puedes combatirlos, únete a ellos.

  • #027
    Mercedes - 4 enero 2015 - 14:35

    Soy usuaria de Airbnb y es una plataforma que me ha sorprendido muy favorablemente, ya que permite dar una utilidad a espacios que de otra forma estarían muy devaluados. Como anfitriona, mis huéspedes han sido respetuosos con la comunidad y ordenados, no estoy de acuerdo con #006, ya que este sistema se basa en la confianza y valoraciones de miles de usuarios y permite hacerse una idea de con quién estás tratando antes de aceptarle. Por supuesto no estoy en contra de pagar impuestos y voy a declarar estos ingresos, que por otra parte son públicos y transparentes, pero sí estoy en contra de que se improvisen leyes sobre la marcha con la finalidad de proteger los privilegios de un sector y en contra de la iniciativa privada y el bien social. No pretendo ni puedo competir con hoteles, ya que no ofrezco los mismos servicios, ni spa, ni desayuno bufet, ni cambio de sábanas diario… que eso está fenomenal y los hoteles lo hacen muy bien para quien busque eso. Pero hay que respetar también todas las necesidades, que no siempre son las mismas.

    Como huesped, mi experiencia también ha sido muy positiva. En mi último viaje he combinado hotel y estancia en un apartamento particular. En ambos sitios he estado muy a gusto, pero la experiencia es totalmente distinta y respondió a lo que necesitaba en cada momento, ¿por qué nos quieren imponer que una cosa es la buena y otra la mala? eso depende de lo que vayas buscando.

  • #028
    Petersam - 5 enero 2015 - 15:00

    No discuto que Airbnb dote de mayor visibilidad a una oferta ya existente. Lo que trato de decir es que una gran parte de esa oferta que ha florecido «nueva» se fundamenta en estar libre de impuestos. Y cuando quede bajo el radar de las tasas e impuestos mucha de esa oferta dejara de existir, porque mucha gente encontrara que el incordio que presenta tener un huesped en tu casa es mayor que la rentabilidad economica de hacerlo.

    Uber y Airbnb existen porque las sociedades norteamericana o europea no pueden pagar unas tarifas de taxi o alojamiento caras, y porque muchas personas no encuentran mejor modo que intentar rascar unos cientos de euros haciendo de taxistas o de «anfitriones» para poder llegar a fin de mes. Pero lo que esto pone de manifiesto no es otra cosa de lo pobres y precarios que nos hemos vuelto los occidentales.

    Que a su vez algunos avispados intenten colar una actividad economica como son los apartamentos turisticos sobre el radar de los impuestos mediante Airbnb es otra muesta mas del primer punto, que la unica opcion de aflorar una demanda de clientes sea ofertando unos apartamentos que no cumplen con la legalidad tributaria. Pero esto no es nada disruptivo, en la andalucia profunda, muchos tienen «servicio» porque pagan 6 euros la hora, si tuvieran que pasar por el filtro de la seguridad social, salario minimo… no lo tendrian, pero no porque no quisieran, sino porque no se lo podrian entonces pagar.

  • #029
    Martín - 7 enero 2015 - 13:59

    Creo que hay cosas peores que los coches permanezcan aparcados sin uso:
    Que haya millones de coches que van solo con el conductor, quemando combustible, congestionando las calles y contaminando el aire, mientras cada uno desperdicia 4 plazas libres.
    Si, además del pasajero que tiene necesidad de viajar, va también un chofer (ya sea taxista o pirata), no se mejora gran cosa el rendimiento (sobre todo cuando va circulando a la caza de clientes).
    La forma más eficiente y cómoda de moverse por la ciudad, sería aprovechar bien la abundancia de coches particulares que ya están circulando infrautilizados.
    Lo que necesitamos es una App (como la de Uber) pero que facilite que un conductor que vaya a algún sitio con su choche, pueda llenar sus plazas libres con otros pasajeros a lo largo de la ruta, y que divida los gastos de viaje entre todos ellos.
    Al igual que los gobiernos no crean empleo, sino que son las empresas las que lo hacen; no pensemos que seran los gobiernos los que resuelvan problemas como los atascos de tráfico o el cambio climático, a base de firmar protocolos de Kioto.
    La solucion de nuestros problemas vendrá de empresas innovadoras (a ser posible que no pertenezcan a fondos buitre), y tendremos que colaborar cada uno de nosotros, usando los nuevos servicios que nos ofrezcan. Y si además nos ahorramos el 50 o el 75% de nuestros gastos, mucho mejor.

  • #030
    Gonzalo Reynoso - 8 enero 2015 - 16:05

    Muy buen post Enrique. Siempre me gustó la idea en la que Internet maximiza la eficiencia en el intercambio, y donde el interés colectivo supera finalmente a intereses concentrados, a pesar que paradójicamente los principales players de Internet se vuelven monopólicos en sus respectivos nichos…

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3 comentarios en Menéame

#001
GZDexter - 3 enero 2015 - 11:29

Muy interesante» autor: GZDexter

#002
ogrydc - 3 enero 2015 - 12:30

Esto es la auténtica revolución. Revolución social, no política. Sin violencia, avanzando por la fuerza del sentido común.» autor: ogrydc

#003
guion - 3 enero 2015 - 22:44

Aurbnb o blablacar me vale.
Uber son los taxis de toda la vida» autor: guion