Thom Yorke, líder de Radiohead y una de las auténticas «fuerzas vivas» actuales del mundo de la música, lanza su nuevo disco en solitario, «Tomorrow’s Modern Boxes«, y lo hace a través de un nuevo canal cuyo nombre evoca los peores fantasmas en la industria de la música: BitTorrent.
En efecto, desde hace ya bastante tiempo, el nombre BitTorrent no solo se usa para referirse al protocolo descentralizado de compartición de archivos creado por Bram Cohen y responsable de un gran porcentaje del tráfico de la red a nivel mundial, sino a la compañía que gestiona y mantiene ese protocolo y sus clientes, junto con un servicio de distribución de contenidos. Una compañía, fundada en el año 2004 por el propio Bram Cohen y por Ashwin Navin con el fin de poder dar un carácter comercial y lucrativo al uso del protocolo abierto, que aspira desde hace tiempo a convertirse en un actor importante en el mundo de la cultura, con actividades que van desde la financiación de obras a través de crowdfunding hasta la distribución. El pasado mes de julio, BitTorrent anunció el desarrollo de una pasarela de pago para comercializar los llamados bundles, que básicamente consisten en cualquier cosa que un artista pueda querer distribuir (vídeo, música, arte, etc.) en un solo archivo, mediante el esquema que al artista le parezca adecuado utilizar: gratis, tarifa plana, pago por descarga, sujeto a restricciones de diversos tipos, etc.
En el esquema de venta directa de contenidos, BitTorrent retiene un 10% del precio pagado por el usuario mientras el 90% restante va directo al artista, un esquema sensiblemente diferente – o prácticamente inverso – al de las discográficas o editoriales convencionales. El artista tiene completa libertad para decidir el precio al que quiere poner su obra, pero también cuestiones como las canciones, vídeos o materiales promocionales que quiere ofrecer de manera gratuita, el número de descargas a las que da derecho el precio, o restricciones de otro tipo, como requerir un correo electrónico o algún sistema de autenticación.
El movimiento tiene potencialmente mucha importancia: el número de usuarios de BitTorrent es como el doble de la suma de los que tienen Spotify, Hulu y Netflix todas juntas, y aunque tradicionalmente este tipo de usuarios han utilizado masivamente el protocolo de manera mayoritaria para la descarga gratuita, nada implica que un porcentaje importante de ellos no puedan inclinarse por consumir mediante otros esquemas que incluyen un pago si las condiciones les parecen adecuadas. De hecho, el desarrollo de opciones que los usuarios consideran adecuadas es, sin duda, la fuerza más importante a la hora de hacer disminuir el porcentaje de estos que recurren a métodos irregulares de obtención de contenidos, lo que lleva a que, en un giro más que interesante, el protocolo que posibilitó que las descargas irregulares creciera, podría convertirse en una fuerza a la hora de reconducir a muchos de esos usuarios hacia alternativas que contribuyan al sostenimiento de los artistas y creadores.
BitTorrent es una compañía tecnológica que ha sido capaz de desarrollar el que es, sin duda, el mejor protocolo para mover archivos pesados a través de la red. El reto ahora es ser capaz de convertirse, además, en un buen distribuidor de contenido, en una discográfica sujeta a un modelo mucho más adecuado a los tiempos en su esquema de comisiones, y que sea capaz de proporcionar a los artistas exposición a los canales de marketing que necesitan para promocionar su obra. El acceso a los canales de promoción masivos como radio o televisión, capaces prácticamente de dar forma a nuestros gustos mediante esquemas como la reiteración o la creación de tendencias, son hoy en día el principal método que las discográficas utilizan para mantener su hegemonía: la clave no está, obviamente, en las condiciones que establecen para los artistas ni en la excelencia en producción, sino en el control de esos canales mediante técnicas que aseguran que la inmensa mayoría de lo que suena en la radio o de lo que aparece en televisión está lanzado y controlado por una empresa discográfica.
Existen ya múltiples métodos y esquemas que permiten a un artista hacer un lanzamiento de una obra al mercado, tales como SoundCloud, Bandcamp, Spotify y servicios similares de streaming, el lanzamiento de una app propia o incluso la venta de copias físicas. Pero para un artista, optar por canales alternativos a las discográficas suele suponer hoy en día renunciar a un marketing tradicional que resulta completamente necesario a la hora de posicionar su obra en la memoria de los usuarios, lo que en la práctica excluye a todos aquellos artistas que no gozan de un nivel de reconocimiento tan elevado que les lleve a ser capaces de convertirse en «noticia por sí mismos». Esquemas de publicidad cruzada, plataformas exclusivas de distribución de obras, estadísticas y listas de ventas manipuladas o relaciones directas con las compañías de medios permiten que las discográficas «de toda la vida» mantengan un férreo control sobre esos canales, y consiguen que posicionar una canción para que suene en las radios comerciales sea prácticamente imposible o muy difícil para cualquier artista que no venga a través de una de esas discográficas. Un artista puede tener la inspiración para una obra maestra, puede perfectamente crear un bundle con ella y ponerla en BitTorrent o llevarla a cualquier otra plataforma que teóricamente la acerque al público, pero su problema sigue siendo el mismo: le resultaría prácticamente imposible llegar a las televisiones y a las radios comerciales más allá de una presencia testimonial.
El verdadero problema de la música y de los músicos no es la tecnología. La tecnología es perfectamente capaz de ofrecer canales adecuados y viables tanto para la distribución como para la monetización de sus obras. El problema de los artistas, desde mi modesto punto de vista, se llama discográficas, y sobre todo, las relaciones de éstas con las televisiones y las radios comerciales. BitTorrent y otros canales pueden convertirse en fantásticas alternativas a las discográficas y proponer estructuras de márgenes infinitamente más justas, pero sin la llegada adecuada a las televisiones y las radios comerciales, seguirán reducidas a circuitos relativamente minoritarios salvo en el caso de determinados artistas que puedan asumir el peso de esa comunicación por sí mismos. Pero en cualquier caso, bienvenidas sean las alternativas…
This article is also available in English in my Medium page, “At last the emergence of ways to end the record companies’ stranglehold on the music business?«
Es que Radiohead no es un ejemplo válido porque esta gente, billonarios automaticamente se sabe que no son nativos digitales, sino del 1985 osea que siguen intentando vender Compact-Disc, o directamente hacer musica poniendo dinero encima para divertirse, asi lo siguen escuchando los millones de fans que adquirieron de la epoca de las discograficas, hace decadas … lo que seria un ejemplo es un musico nativo digital este ejemplo ni los Rollings Stones (60s, discograficas) no son validos y no hay que apoyarlos, apoyarlos es estar con las discograficas antiguas
Bravo! Thom Yorke y Radiohead siempre han explorado nuevos modelos de distribución y pago, algunos de ellos han resultado netamente mucho más rentables. Claro está, tras haber alcanzado cotas altisimas de popularidad y ser reconocidos mundialmente.
Pero son estos iconos los que pasen hacer que la gente piensé que hay alternativas viables, si no, nadie se lo cree..
Se pueden buscar medios alternativos de publicidad muy eficientes como INTERNET!!!
Y es que cada vez más, salir en la televisión o en la radio es un aliciente si quieres cautivar dinosaurios y gastarte una millonada, además de tener que hacer uso de influencias que probablemente no se tengan o requieran más dinero aún.
Sin embargo, si quieres llegar a un público con algo de futuro y vista a lo que será el mundo en 5 o 10 años, entonces, el tema de que las discográficas manejen televisiones y demás, no debería ser más que un problema a muy corto plazo.
Publicidad en Twitter, Facebook, Google… campañas por internet en foros y demás… seguro que son más productivas.
Un saludo.
Algo que no podemos dejar de tener en cuenta, es que los producto de coste marginal cero, (aquellos en que obtener una copia mas no tiene coste), tienden a valer cero, porque a poco que produzca, siempre es rentable hacer una copia más, así que un mínimo anuncio, o simplemente la publicidad que produzcan es rentable.
Claro está si el propietario del objeto no lo explota, siempre habrá personas con capacidad de reproducir el objeto que lo hará, sa un «pirata» por aprovechar publicidad como MEGA o un particular, para mejorar su imagen personal. Así ha ocurrido, en videojuegos, música, vídeos, fotografías, noticias, y ahora en textos. Por ello para este tipo de productos hay que buscar una financiación indirecta deferente de la venta de copias al usuario final.
Hagamos lo que hagamos, e estos productos los sistemas de financiación por venta de copias que todos podemos hacer repartir y conseguir, o son marginales, o simplemente no son rentables.
Veo bien que usen ese medio, aunque no sea un grupo minoritario o poco famoso, pero dada su notoriedad podría al fin quitar vendas de los ojos y vislumbrase como alternativa viable.
¿Realmente alguien espera que la gente pague 6 dólares por un torrent cuya versión gratuita está en la misma plataforma, dándole además tus datos reales y tu tarjeta de crédito activa a un paraíso del malaware?
Lo que es realmente de campeonato es que Yorke se queje porque ahora ni EMI, ni nadie en su sano juicio claro, le van a volver a pagar los adelantos de 7 cifras que cobraba Radiohead por cada álbum, cuando sus primeros 6 discos en diez años, del 93 al 2003, vendieron 30 millones de copias; así como tampoco le va a financiar giras promocionales de 130 conciertos como hizo para «OK Computer», en los cuales dicho sea de paso, el mismo Yorke alentaba furiosamente a sus fans a piratear su música.
10 años después su nuevo álbum ha vendido 56,000 copias en el torrent (dato que figura en el mismo enlace de The Guardian pero que no conviene repetir por aquí) y el tipo anda desesperado y quejándose por la falta de promoción y apoyo de las discográficas a los músicos, que caradura.
Veamos… 6 discos 30 millones, 1 disco 56,000, mismo supergrupo, mucho menor precio… listo. Cuando Radiohead llegue de nuevo a los 5 millones de ventas en el torrent, que era su promedio con Emi, recién entonces me despiertan, si alguien sigue vivo, y nos ponemos a comparar seriamente las bondades del nuevo modelo de negocio.
Un análisis muy acertado desde mi punto de vista.
Lo complementaría diciendo que la democratización de la música llegó a la producción de la música (estudios caseros) y la distribución (redes sociales, streaming, etc.) pero todavía no a la promoción, la tercera pata.
Y Enrique, no sólo controlan radios y televisiones, también poseen mucho poder de negociación con grandes redes sociales como Youtube, Facebook o Spotify por su capacidad para inyectar publicidad y porque sus contenidos atraen a miles de usuarios que generan ingresos a estas redes sociales a través de la publicidad.
En definitiva, todavía existe un embudo imposible de salvar en este momento. El mismo embudo que nos hace oir una y otra vez la misma música hasta la extenuación.
#007 ¿ que democratizacion de la música ? antes habia dos categorias, los profesionales y los amateurs, y ya sabemos lo que hacia el público por unos pagaba lo que sea y por otros ni regalado y perder tiempo de atencion, ahora es posible solo una de las dos, asi que menos democratizacion. Ademas que esto es ya 2014, osea el futuro ya fue antes de ayer, y Murdock hoy intentando comprar televisiones, medios masivos osea si útiles como Time Warner, ya dejada muy atras, cerrada y para no volver, su desventura en internet … en cuanto a promocion, ¿ te gustaria ser tan conocido y tener el inmenso poder de promocion de Vangelis por ejemplo ? pues lee lo que este autor opina y participa de internet; www.vangelis.com …cuando llegues arriba estaras igual … esto funciona …
Mario:
Ahora Yorke se queda con el 90% de un torrent que se vende a 6 dólares, antes Radiohead recibía de la discográfica como mucho un 5% de un CD que se vendía a 12 dólares. Esas 56.000 copias vendidas equivalen en dinero para el artista a más de medio millón de las antiguas.
El promedio de ventas era antes de 5 millones, pero es que este álbum acaba de ser lanzado. Para poder comparar ventas tendrías que hacerlo en un periodo equivalente, no las ventas de un álbum que acaba de ser lanzado con las de otro que lleva 21 años en el mercado.
Lo que más me llama la atención es que hayas detenido la cuenta de álbumes de Radiohead en el sexto, cuando ha habido 2 más hasta la fecha, ambos sin discográfica y lanzados en Internet. Su séptimo álbum, In Rainbows, vendió más de 3 millones de copias en su primer año.
Si vamos más allá de tu ceguera selectiva, el hacer el lanzamiento en Bittorrent, en lugar de en su propia web por descarga directa, es bastante interesante. En lugar de contratar una gran cantidad de ancho de banda para el lanzamiento, con riesgo de quedarse corto o pasarse, el uso del p2p hace que el artista ni siquiera tenga que preocuparse de estas cuestiones.
Yo soy publico, entre el coste de un CD comprado en la FNAC y el pagado en BitTorrent, no tengo dudas. Lo que ganen los músicos, y las discográficas, les preocupará a ellos, pero a mi no me preocupa en absoluto, lo que me preocupa es solo lo que yo voy a pagar por el producto.
Mario, acabo de gastárme 4,72 en comprar el disco, lo siento. Y hasta «regala» un video clip.
Los modelos de negocio caen por la construcción de uno nuevo y no por la sustitución automática. Querer sustituir un modelo por otro obteniendo los mismo rendimientos en tiempo cero es casi tan suicida como no anticipar los cambios que vienen.
Me sorprende, y no lo digo por tu comentario, que a la gente le llame la atención que lo haga un músico adinerado. Si alguien puede ser un agente del cambio son precisamente aquellos que no están atenazados por hipotecas. En un sistema como el nuestro solo es que financieramente está tranquilo o no tiene nada que perder puede innovar sin miedo.
Es curioso como todo el mundo por estos lares compra discos, libros (#11) y va al cine. No entiendo por qué entonces se debate esta cuestión… Debo de estar loco, pero yo no lo veo tan claro.