Mi columna en el diario Expansión de esta semana se titula «La web como escaparate» (pdf), y trata de hacer un paralelismo entre lo que sucede en el mercado de trabajo de puestos relacionados con la programación y el resto de áreas de desarrollo profesional.
En el mundo de la programación, el verdadero escaparate de lo que un profesional ha hecho está, cada día más, en la red. Para ver si un programador te interesa, te vas a ver su trabajo en repositorios de código abierto, su reputación en determinadas comunidades de desarrollo, su participación en proyectos… la web se ha convertido, en muchos sentidos, en el lugar en el que «expone» su trabajo, como lo hace un artista en una galería.
Este mismo tipo de dinámica, indiscutible en el mundo de la tecnología, empieza a afectar cada día más a otro tipo de profesionales. Que una persona gestione, por ejemplo, un repositorio de información tematizada, que comente de manera habitual determinadas cosas en una cuenta de Twitter, que organice o participe de manera destacada en un grupo en LinkedIn, etc. son cuestiones que afectan cada día más a la percepción que el mercado de trabajo puede tener de él. En muchos sentidos, la web se está convirtiendo en el escaparate de su trabajo y de su nivel de conocimientos, y actitudes absurdas como la de «si pasa tanto tiempo en la web seguro que no trabaja nada» se convierten en anacrónicas.
Del mismo modo, al intercambio de información en la web acompañan actitudes, expresiones y percepciones – más o menos distorsionadas – sobre la persona. Percepciones que, en ocasiones, pueden igualmente convertirse en un elemento importante en un proceso de selección, en ese intento de reducción de la incertidumbre que una empresa intenta obtener cuando busca en la web información sobre un candidato. Justo o no, así es como funciona. Con todos los efectos que ello puede llegar a conllevar.
A continuación, el texto completo de la columna:
La web como escaparate
Desde hace ya algunos años, el mercado de trabajo para puestos relacionados con la programación experimenta un extraño fenómeno: cuando aparece una oferta, los currículos siguen circulando rutinariamente, pero ya no son utilizados – salvo en empresas ancladas en el siglo pasado – en decisiones de contratación.
En su lugar, lo que verdaderamente abre puertas y determina el atractivo de un profesional son otras variables: participación en proyectos, en discusiones técnicas en determinados foros, en proyectos atractivos en repositorios de código abierto o en sitios freelance… el verdadero currículo, lo que realmente determina el valor real de un programador está escrito en la web, y puede ser consultado por cualquiera que sepa lo que busca.
¿Cómo enfocar, por tanto, una búsqueda de trabajo en ese ámbito? En ningún caso quedándose quieto y enviando currículos sin más, sino aprovechando el tiempo para enfocarse precisamente en esas actividades.
Este fenómeno, que parecía intrínsecamente vinculado a lo tecnológico, se ha trasladado ya, en gran medida, al resto de áreas. Lo relevante a la hora de contratar a muchos profesionales es lo que la red dice de ellos. Gestionar o participar en un grupo en LinkedIn, o tener una cuenta en una red social en la que comentar noticias de un ámbito concreto pueden ser elementos fundamentales a la hora de decidir un proceso de selección.
Cada día más, somos lo que la red muestra de nosotros, en lo positivo y en lo negativo. Si en la red te comportas como un idiota, procura usar cuentas que no te identifiquen, porque muchos creerán – y posiblemente con razón – que también lo eres en persona: alguien con quien no es recomendable trabajar.
¿Quieres trabajo? Trabájate la web. Se ha convertido en todo un escaparate.
(This article is also available in English in my Medium page, “The web as showcase«)
Evidenciado.
Mi actividad en la red, armada en torno a mi blog, lleva tiempo proporcionándome valiosísimas colaboraciones; entre otras, el contrato de trabajo que tengo actualmente con una empresa.
Y mi área profesional es el medio ambiente y la seguridad laboral, es decir, nada que ver con la informática ni temas anexos.
Hay mil webs, o cien mil millones mas bien … pero esa no es la cosa, la cosa es que mientras se escriben habra que irse comiendo un bocadillo de mortadela, como es normal para no desfallecer esmayado, eso de donde sale? eso sale del presupuesto … a esto le queda poco, cuando los tres jubiletas ( que viven y por tanto escriben del presupuesto pero no lo sacan de la uews …) que estan por aqui dejen de escribir ya …
Enrique, Una de las razones por las cuales no me despego de este Blog, es porque de entre todos los temas en los que acumulas experiencia y conocimiento, hay uno en el que te considero uno de los mejores expertos. Me refiero a un tema que considero de la máxima importancia para mucha gente y que no es otro que el de la Marca Personal. Lo que acabas de comentar está íntimamente ligado con eso.
La marca personal se está convirtiendo en el complemento imprescindible del curriculum y su peso es incluso mayor por una buena razón. La Marca personal es la demostración de que una persona ha trascendido el nivel de titulitis académica y ha pasado a la acción haciendo el mejor uso posible de su formación.
Voy a atreverme a cambiar tu última frase, que es muy buena, por una que me gusta más:
¿Quieres trabajo? Trabájate la web y construye la imagen personal que todo empresario desea adquirir para su empresa.
Yo recomiendo a todos los jóvenes que han terminado la carrera que pongan en práctica los consejos que se mencionan en esta auténtica joya de vídeo: Ponencia sobre Marca Personal de Enrique Dans dentro IV Congreso Internacional de Excelencia: » Emprender y crecer en tiempos difíciles
El ser humano es relativista y solo ve el mérito en si mismo.
Muchos nos esforzamos por ser objetivos, esa era la base de la teoría de Expectativas Racionales, la que decía que los mercados «libres» no tenían burbujas.
Que creamos en la objetividad y la racionalidad no es nada nuevo, fue la apuesta de comunistas y neoliberales.
Nuestro inconsciente es relativista, pero la parte consciente se esfuerza por ser objetiva y racional.
La «cultura del mérito» empieza con la idea de premiar a quien mas vale, y «quien mas vale» soy yo, y si yo soy el jefe, es justo que gane 300 veces mas que el becario.
Por supuesto que hay que ser profesional, pero no porque nos lo vayan a reconocer los demás, sino porque es la base de la felicidad de un HOMBRE-MUJER DIOS que escapa al materialismo relativista.
¿Que hace falta para triunfar?
1. hacer méritos.
2. saber exponerlos
3. que te los quieran reconocer.
Si al mérito. No a la idea de que somos capaces de verlo en los demás, y que los demás lo vean en nosotros.
Por eso los tecnocratas y políticos son corruptos, porque la sociedad es corrupta (relativista) por naturaleza.
Con algunas diferencias, lo mismo se puede decir que ocurre en las intranets de las grandes empresas, en las que poco a poco se incorporan ciertos elementos sociales que no todo el mundo acaba de entender. Algunos lo ven como una pérdida de tiempo en vez de las potentes herramientas que son para relacionarse e interactuar con otra gente fuera del círculo habitual.
Evito los comentarios maleducados, los ataques directos o ridiculaciones personales, o los calificativos insultantes de cualquier tipo, sea autor de la páginan dirigidos al autor o a cualquier otro comentarista. Estás en tu perfecto derecho de comentar anónimamente, pero por favor, no utilices el anonimato para decirles a las personas cosas que no les dirías en caso de tenerlas delante. Intenta mantener un ambiente agradable en el que las personas puedabn comentar sin temor a sentirse insultados o descalificados.
#003 Antonio Castro
Gracias por el link he encontrado muy interesante la intervención de eDans
Estoy bastante de acuerdo con lo que has escrito en tu comentario , tan solo variaría una línea que dejaría así:
¿Quieres trabajo? Trabájate la web y construye la imagen personal que todo cliente desea encontrar para sus pedidos.
La razón es que lo importante es llevar clientes a la empresa, sea esta tuya o donde trabajas. Creo que a eDans se le valora tanto en IE, como en las publicaciones donde colabora como en los lugares done participa, porque su marca personal atrae muchos clentes que pagan de una forma u otra.
Vamos hacia un mundo, en el que muchos trabajaremos como freelancer aunque lo hagamos habitualmente para el mismo cliente, en mi opinión hay que «cambiar el chip» y en vez de buscar ser empleado, debe buscar tener trabajo que hacer, y eso lo dan los consumidores de su trabajo, no las empresas que te contratan. Si eres autónomo o te contratan porque tu trabajo complace a los clientes, en la medida que los clientes reclamen tu servicio, tus ingresos están asegurados.
La web está siendo usada por algunos para abusar de la amplificación de la mentira y la hipocresía que cada uno quiere hacer de sí mismo. No seas bueno o da igual que lo seas, eso no importa. Sólo crea la imagen de que lo eres.
No hace falta que seas original; copia lo de los demás o reúnelo, «cúralo», y ya está. No hace falta que crees nada, sino simplemente que seas diplomático, que no expreses lo que de verdad sientes, sino lo que la masa-web espera de ti. No seas auténtico, sino políticamente correcto.
Por eso los políticos se lanzan en tropel a usar la web: el sitio perfecto para desde mi oculto agujero tratar de mover las voluntades de los demás en mi beneficio.
Expresa una opinión diferente e inmediatamente la masa de borregos se te echará encima llamándote «dinosaurio» o «ludita». Trata de avisar sobre las nefastas consecuencias de la falsedad e inmediatamente te tildarán de ir en contra de la modernidad.
Mientras, todos los que viven de potenciar esa falsedad se frotan las manos. Mientras los bocatas de mortadela proliferan, la autenticidad muere y el parecer antes que ser se desarrolla potenciado por una panda de irresponsables.
Bienvenidos al futuro-tecla.