Hoy me han publicado una colaboración en Philips Comparte Innovación, iniciativa en cuya presentación participé hace algunos meses y que mantiene un nivel de actividad y dinamismo bastante interesante. El artículo se titula “Culturas corporativas e innovación«, y pretende ofrecer una visión algo más estructurada de algunas de mis ideas sobre el desarrollo de entornos corporativos que faciliten la innovación.
Además, intenta explorar un poco la dualidad crecimiento vs. innovación, un tema que me preocupa especialmente a medida que veo más y más casos en los que el primero tiende a dificultar o a anular a la segunda, y aporta algunos itinerarios sobre cómo poner en práctica algunas de las ideas y principios que pueden tender a construir una cultura innovadora. Al final, por supuesto, hablamos de eso, de cultura, y por tanto, de personas y de relaciones entre personas, con todo lo que ello conlleva, pero creo firmemente que algunas de las ideas expresadas pueden contribuir a apuntalar un clima propicio para la innovación.
La innovación consiste en encontrar una solución útil para tu organización con más o menos creatividad e ingenio. Es alto tan antiguo como el propio trabajo.
No tiene por qué ser algo espectacular, lo nunca visto, lo más trendy, al alcance exclusivo de un selecto grupo de mentes de la empresa, y si es con nombre en inglés, mejor. Cuando se busca eso, la innovación pasa de ser una herramienta a convertirse en fin en sí mismo. Epic fail.
Simplemente, dejar que fluyan las cosas que comentas en el post. En esas condiciones, todo trabajador puede aportar mucho a su organización desde su humilde o poderoso puesto de trabajo. La innovación se democratiza.
Un artículo muy interesante. Aunque es una lástima que, al tratarse de una colaboración para Philips, no hayas podido mencionar compañías concretas para ilustrar los ejemplos que das de compañías innovadoras y compañías que sólo se han creado esa imagen.
Va a ser bonito, explicar esto :-)))
Si nos paramos a pensar en nuestra educacion, imagino que muchos detectaran el premio y el castigo como metodologías para hacer valer la autoridad.
Que cada individuo se reconozca con capacidad de aportar, manteniendo una identidad individual y otra colectiva, ya lo considero mas complicado.
Imaginemos un equipo de 5 personas. Alrededor de una mesa con anotaciones, mirando hacia un mismo desafío o problema. Y que cada uno dispusiera de 10 minutos, para exponer como ve el problema, como podría redefinirlo o por ultimo, como lo interpreta. En esas interpretaciones y en sus contrastes, pueden haber muchas respuestas.
Ahora imaginemos un reto a conseguir. Como afectan las interpretaciones y aportaciones, a la hora de tomar una decision?
Porque en igualdad de condiciones, es decir, de interpretaciones contrapuestas, no se elige una opcion, sino que se puede construir una respuesta.
Supongo que habrá que aprender a diferenciar, cuando corresponde una decision y cuando corresponde un desafío conjunto.
Totalmente de acuerdo con #001, como bien dice David, la innovación es una palabra de moda y esta «conceptualización» a veces origina desarrollos vacíos, en los que lo único que se busca es una disculpa para colgar el cartel de «innovación».
En cuanto a los ejemplos de compañías que cita Pablo en #002, ¿quizás podría dar para una entrada futura? Personalmente, me parece muy interesante la comparativa entre las distintas políticas de innovación que desarrollan compañías como Apple, Samsung, Siemens o LG.
Un saludo!