¿Realmente hay compañías innovadoras?

IMAGE: Almagami - 123RFLa innovación es una de esas palabras que a todo el mundo le gusta pronunciar. Todos tendemos a considerarnos innovadores, a fantasear con que trabajamos en compañías innovadoras, a sentir que la innovación forma parte de nuestro día a día, o a creer que somos capaces de estimularla en nuestra organización. La innovación tiene siempre connotaciones idealizadas, casi mágicas: se identifica con algo que es capaz de convertir a las compañías en geniales, en esas que el mundo recuerda y asocia con imágenes positivas.

Pero la realidad es completamente diferente. En la vida real, la inmensa mayoría de los directivos y trabajadores de las empresas tienen una existencia gris, rutinaria y alejada de cualquier concepto relacionado con la innovación. Las empresas, si no son simples subsidiarias cuya función es simplemente vender y que jamás han visto nada mínimamente parecido a la innovación, se debaten entre las que alguna vez fueron innovadoras – pero ya no lo son – y las que sencillamente nunca estuvieron ahí. El porcentaje de empresas que puedan considerarse mínimamente innovadoras con unos estándares no relacionados con la imagen y lo que pretenden transmitir de sí mismas es desesperantemente bajo.

¿Realmente es necesario que una empresa sea innovadora? Muchos directivos parecen pensar que no, que una vida profesional consiste en repetir muchas veces una serie de procesos hasta hacerlos realmente bien, hasta optimizarlos al máximo, y que eso de innovar está muy bien para que lo hagan otros, en cuyo caso ya veremos qué podemos hacer o cómo podemos reaccionar. Considerando la velocidad con la que cambian los escenarios de prácticamente cualquier actividad empresarial en nuestros días y la medida en la que esos cambios pueden llegar a afectar a cualquier actividad empresarial, la idea parece absurda, pero aún así, muchas empresas y directivos viven instalados de manera permanente en el «que inventen ellos».

La innovación es uno de los principales factores a la hora de definir una empresa como un buen lugar en el que trabajar. Las empresas consideradas innovadoras tienden a tener más sencillo el atraer buenos profesionales, y a ser capaces de retenerlos más tiempo. Es el principal factor que evita la alienación profesional, una de las variables fundamentales que llevan a atraer a una empresa a personas que «viven para trabajar», en lugar de simplemente «trabajar para vivir». Pero sobre todo, la innovación suele identificarse con el elemento fundamental de la elusiva ventaja competitiva sostenible, el auténtico «ingrediente secreto» que todas las empresas quieren tener.

En algunas empresas, la innovación forma parte del ADN desde los inicios: compañías que iniciaron su andadura con la explotación de una idea innovadora, que basaron su éxito en hacer algo diferente, y que, durante un cierto tiempo, consiguieron mantener esa innovación como parte de su ventaja competitiva. En efecto, existen empresas que, en lo relacionado con la innovación, claramente «lo han tenido». Sin embargo, existen muy pocas que «lo hayan mantenido». En las sociedades humanas, sean tan pequeñas como una familia o tan grandes como un país, casi todo tiende al equilibrio, a la restauración de la homeostasis, a dar lugar a un entorno normativo en el que encuadrar toda actividad. Y esa deriva, prácticamente natural, hace que en la mayoría de las empresas la innovación termine siendo algo excepcional, relegado a momentos muy aislados, un auténtico mirlo blanco.

Algunas empresas usan la innovación simplemente como una especie de argumento publicitario. La inspiración sirve para «ir de modernos», y genera momentos tan patéticos como cuando un gobierno presenta los Presupuestos Generales del Estado, y usa para ello un código QR porque le han contado que es «lo moderno», cuando sería mucho más sencillo, más transparente y de mucho más fácil acceso si usase un simple acortador de URLs. Los modelos de innovación «para la galería» son, sin duda, de los más tristes y reconocibles que existen: ya que sé que es imposible que mi empresa sea innovadora, voy a centrarme en parecerlo.

Otras empresas crean Departamentos de Innovación en los que, presuntamente, tratan de situar personas con capacidad de ser innovadoras, pero que indefectiblemente terminan por aislarse y convertirse en «raros», en reductos alejados del día a día y de la realidad de la empresa. Si tiene un Departamento de Innovación, ¿cuándo fue la última vez que pudo ver una contribución real del mismo a la cuenta de resultados, o a la forma de hacer las cosas en la compañía, que realmente fuese digna de ser reseñada? ¿Tiene el Director de Innovación una interlocución habitual con la Dirección General o con otros directivos? ¿A qué nivel jerárquico se encuentra? ¿Aparece en las reuniones proponiendo ideas locas de algún tipo, o apuntando tendencias a seguir? Las empresas, además, tienden a la innovación incremental, a tratar de obtener maneras más eficientes de hacer lo mismo, en lugar de proponer cambios radicales o nuevas maneras de hacer las cosas: de innovación, a simplemente «mejora».

Pero la responsabilidad, en realidad, no recae sobre los Departamentos de Innovación. A estos se les pueden achacar pecados como el no hacer investigación sobre los clientes y el uso que hacen de nuestros productos o servicios, no estar a la última en lo que hacen los líderes de la industria o no enterarse de cuando un cambio puede afectar al escenario en el que desarrollamos nuestra actividad, pero hay otra responsabilidad que va mucho más allá, y que empezó cuando la organización en sí dejó de ser innovadora en su conjunto y se vio obligada a recluir a los innovadores en un departamento específico para ello. La responsabilidad está en la generación de una serie de procesos administrativos, en unos procedimientos, que impiden la expresión de la innovación como tal. Piénselo: si en su organización surgiese, de la manera que fuese, una idea innovadora… ¿cómo podría expresarse? ¿Tendría la persona que la ha tenido alguna posibilidad, algún foro al que acudir para contarla? ¿Tendría algún tipo de atractivo personal en forma de reconocimiento o beneficio el hacerlo? ¿O estaría obligado a seguir una serie de canales, entre los que se incluiría «no saltarse nunca a su jefe», porque eso va contra las normas? ¿Ahoga la asfixiante jerarquía a la cada vez más necesaria redarquía? ¿O incluso, por qué no, a un cierto grado de refrescante anarquía?

¿De qué información se nutre su compañía? Para ser innovador es fundamental exponerse a noticias, a ideas que ocurren en otros sitios, y a que dicha exposición tenga lugar de manera que se pueda compartir, almacenar y comentar lo encontrado. Cuando alguien está leyendo noticias en su empresa, excluyendo al Departamento de Comunicación… ¿está haciendo su trabajo? ¿O más bien «perdiendo el tiempo»? ¿Compra todavía periódicos en papel, que solo sirven para enterarse de noticias generalistas y no ofrecen ningún método para hacer nada relevante con la información encontrada más que recortar o fotocopiar? Tener periódicos en papel puede ser una norma de cortesía en una sala de espera, pero de cara a la innovación, es definirse directamente como una empresa del siglo pasado. ¿Pero hay personas en su compañía que sigan regularmente temas que puedan aportar innovación, que se suscriban a páginas de especialistas en determinadas materias, o que simplemente se puedan considerar «enterados» de lo que pasa en algunas áreas relevantes? ¿Se comentan esos temas, esas fuentes de innovación delante de la máquina de café, o las conversaciones son más bien sobre fútbol y política?

¿Cuántas veces en su memoria reciente ha recibido una idea en su entorno profesional que le sacase de su zona de confort? ¿Cuántas veces esa idea ha provenido de alguien de su organización? ¿Y cuántas veces la idea ha pasado de la mera conversación a algo con un poco más de desarrollo, y que no haya sido uno de esos comités que se crean para matar cualquier posible idea innovadora? Si decidiese hacer algo con esa idea y tuviese algún tipo de base tecnológica, ¿tiene un Departamento de IT capaz de darle una expresión ágil, o se encontraría hablando con una serie de dinosaurios que no entienden nada y que le ofrecen plazos de desarrollo de muchos meses? La transformación de los directivos y los Departamentos de IT en elementos defensores del equilibrio y en auténticos enemigos de las nuevas ideas es uno de los dramas que mejor reflejan la muerte de la innovación en las empresas.

¿Realmente hay compañías innovadoras? ¿O tan solo empresas que tal vez alguna vez lo fueron, y que desde entonces se dedican indefectiblemente a «centrarse» y a «madurar» para convertirse en «más de lo mismo»? ¿Por qué la mayoría de los innovadores que un día crearon una compañía terminan yéndose a innovar para crear otra, en lugar de intentar que aquella que crearon mantenga su actitud innovadora? ¿Por qué, en el mejor de los casos, sacan fuera de la estructura aquellos proyectos a los que les queda algo de innovación, como si eso de «la estructura» tuviese que suponer de manera inmediata la muerte de la innovación? ¿Qué hay que hacer en una compañía para seguir recreando esos «momentos de la verdad» en innovación, esos destellos que surgen cuando nos sometemos a formación, cuando nos exponemos a nuevas ideas o experiencias, cuando viajamos o vivimos en otro país, o cuando interactuamos con personas que nos sacan de nuestra zona de confort? ¿Por qué hay tan pocas compañías capaces de gestionar la innovación como un proceso sostenible, como una auténtica fuente de valor? ¿Qué estamos haciendo mal en las escuelas de negocios, que de alguna manera contribuimos a perpetuar esas estructuras incapaces de dar soporte a la verdadera innovación? ¿Cuánto valor – en todos los sentidos, incluyendo la motivación y el clima laboral – podría generarse en compañías de todo el mundo si pudiésemos simplemente arañar la superficie del potencial de innovación que esconden?

 

(This post is also available in English in my Medium page, “Is there really such a thing as an innovative company?«)

22 comentarios

  • #001
    batch4j - 30 septiembre 2013 - 15:12

    La verdad es que la palabra innovacion esta tan maniada como la de compañerismo, comunicacion, orientacion al cliente, empatia etc
    Una vez se hacen cargo los departamentos de RRHH de ellas parece que la retuercen para en vez de utilizarlas para el bien de la empresa usarlas para atraer a recursos humanos.
    Realmente se innova o solo se posiciona uno en un mercado donde hay que estar.

  • #002
    Pablo - 30 septiembre 2013 - 15:26

    Por mi experiencia personal, los directivos son los primeros que en realidad se oponen a la innovación, por mucho que de cara a la galería la alienten y elogien. La razón es simple y tiene que ver con la naturaleza misma de las empresas, la mayoría de las cuales no son cooperativas y democráticas, sino feudos de unos cuantos señores: ellos comenzaron con su S.A. o su S.L. hace años, intentando poner en práctica una idea innovadora, y ahora se encuentran sentados en un despacho mientras el trabajo real lo hacen otros. Y surge entonces el desafío de saber escuchar a esos otros, de dejarles que sean ellos también los que pongan su grano de arena y no sean simples «mandaos» que agachan la cabeza. Pero es difícil.

    Es difícil porque el trabajador por cuenta ajena no cuenta a menudo con la motivación necesaria (tanto en forma de sueldo como de sugestión personal) para hacerlo. Y es difícil también porque dejar que otros innoven significa ceder a veces ante sus opiniones (aunque tú seas el «jefe»); significa que si se hace una reunión y hay 10 tipos que quieren cambiar una cosa y sólo dos (el jefe y el pelota de turno) que no, quizás hay plantearse que seguramente los 8 tienen razón, y dejarles hacer. Significa aceptar que, en contra de lo que sostienen muchos empresarios en este país, no son ellos los que «crean empleo» o los que «mueven la economía», sino el conjunto de la organización, y que si una empresa tiene 100 personas, la mueven las 100, no sólo el del sillón de cuero.

    Pero eso jode, porque lo agradable es verse a uno mismo como «triunfador», después de unos años de sacrificio y riesgo personal; porque supone darse cuenta de que tú no eres más que el que empezó todo (que está muy bien, sí), pero que la empresa la forman todos, y realmente tú ya no eres especial.

    Por tanto, suele escogerse lo contrario: ahogar la verdadera innovación, eliminar cualquier propuesta que a los jefes no les guste o les haga sentirse fuera de la nueva corriente de pensamiento interna, exterminar cualquier cambio que no parezca haber surgido del despacho de algún socio.

  • #003
    Antonio Castro - 30 septiembre 2013 - 15:30

    La innovación es muy costosa y es como una carrera. No todos pueden ganar. No nos fijemos solo en los ganadores. ¿Tenemos tanta información sobre los intentos innovadores fallidos como sobre los intentos exitosos?

  • #004
    Carlos (Econ) - 30 septiembre 2013 - 16:11

    Estimado Enrique,

    La bolsa y el accionariado es como el enterrador: todos necesitaremos uno algún día…

    Una empresa es la filosofía de un creativo, por ejemplo Amancio Ortega. Mientras el creativo innove con sus ideas necesitará el control de la compañía.

    En el momento que el creativo ya no ve posibilidades, vende sus acciones y entra «el mercado» a gestionar el fin del «ciclo de empresa»…

    Por tanto:

    INDIVIDUO = IDEAS = FILOSOFÍA = INNOVACIÓN

    SOCIEDAD = GESTIÓN = MEDIOCRIDAD

    Un creativo puede tener una serie de ideas, explorarlas, generar innovación y llegar un punto donde ya no dan mas de si… Y en ese momento vende su control a los accionistas para que pongan un gestor.

    Moraleja: o manda el creativo, o manda la mediocridad del grupo.

    Quizás lejos de encontrar valor en innovar, sea negativo pues le vamos a pedir pera al olmo…

    ¿Una empresa que dure 1000 años?

    Imposible… Salvo que su mercado esté blindado a la innovación: LAS SECTAS RELIGIOSAS.

    ¿Crear una empresa que haga de la innovación su principio?

    Sería un desastre… Mezclar agua con aceite, creativos con burócratas, iniciativa con subordinación…

    O hay un creativo con el control, o un burócrata ordeñando.

    ¿Montamos un fondo buitre para comprar empresas y separar sus creativos innovadores de sus directivos burócratas? La parte burocrática para los accionistas, y la parte innovadora para los fondos de capital riesgo :-)

    Un cordial saludo.

  • #005
    Nacho Somalo - 30 septiembre 2013 - 16:13

    Lo cierto es que si hay empresas innovadoras por que cada día aparecen nuevos productos, servicios y se desarrollan procesos y tecnología que nos hace la vida mejor, más fácil y más cómoda a los ciudadanos y más complicada y dura a las empresas.

    Creo Enrique que en todo momento has tenido en mente a grandes multinacionales pero no se puede olvidar que esas multinacionales fueron en su día pequeñas. También hay grandes multinacionales que innovan (Google o Samsung pueden ser solamente dos buenos ejemplos de actualidad) pero lo que si que suele suceder es que estas grandes multinacionales, tarde o temprano entran en proceso de esclerosis innovadora que mata su desarrollo por esta vía.

    En todo caso, comparto contigo que debemos tratar de entender por que grandes empresas con recursos y con talento a raudales se borran de la innovación de facto. Yo tengo mi pequeña teoría y la culpo en gran medida a la inmmensa aversión al riesgo (inherente al I+D+I) y los mecanismos de retribución, promoción, recompensa y castigo querigen hoy en día las grandes multinacionales (sobre todo las cotizadas) con una visión corto placista totalitaria.

    Buen post! Nos leemos

  • #006
    Ramón Gurriarán - 30 septiembre 2013 - 17:00

    Enrique, al hilo de la innovación y las empresas y de su vínculo con el I+D me encantó este post de Xavier Sala i Martin «Nokia y Blackberry: de lideres a dinosaurios»

    http://salaimartin.com/randomthoughts/item/687

    Un abrazo

  • #007
    Germán Bacca - 30 septiembre 2013 - 17:35

    «No innovo, transmito.»

    Una gran frase. En mi opinión en este país muchos se olvidan de la 2da parte de la misma.
    Al final, si la cultura de la innovación (el «transmito») no es una prioridad estratégica, se acaba todo en lo que comenta Enrique en este artículo.

  • #008
    Javier Cordero - 30 septiembre 2013 - 17:44

    Es cierto que la palabra innovación se usa para expresar cualquier cambio o lanzamiento de nuevo producto. Cosa que no debería ser así, ya que la innovación requiere de una ampliación de miras mucho más profunda desde dentro de la empresa hacia fuera.
    La innovación es romper moldes, no dirigirse a las masas mediante el marketing, eso más bien es publicidad.

    Creo que la innovación no es costosa, lo que es costoso es seguir repitiendo los mismos esquemas día tras día, ya que al final será el cierre de la empresa.

    Como dice Seth Godin en la Vaca Púrpura … es mejor buscar una Vaca Purpura en tu empresa diseñando productos o servicios innovadores que gastarte millones en marketing de productos que ya están muertos. Eso es innovar.

    Saludos y muy buen artículo.

  • #009
    Jordi Hernández - 30 septiembre 2013 - 17:59

    Pese al «cariño» que vemos, una vez más, que les tienes a los códigos QR, creemos que son un recurso muy simple con interesantes posibilidades para innovar «de verdad» en productos, servicios y procesos.

    Te dejamos aquí dos posts. No contestan a todas las preguntas que planteas, pero son nuestra experiencia con departamentos y profesionales de la innovación en distintas empresas.

    4 años de reacciones ante la innovación

    QR-Codes y Open Innovation

    PS: Tienes razón en que cada vez que Montoro & Co. presentan los presupuestos hacen un uso bastante pobre del recurso y deberían incluir una URL (preferiblemente fácil de leer y recordar)

  • #010
    Francisco José - 30 septiembre 2013 - 18:24

    Bueno, tal vez el problema sea el entorno en el que están inmersas las empresas: el dinero y cómo conseguir más es lo que importa, en realidad, en estos momentos no nos planteamos grandes desafíos porque no parece necesario –escribo sobre el ser humano en su conjunto-. Es curioso, pero las épocas en las que se produjeron innovaciones realmente valiosas para la humanidad han sido los períodos de las guerras mundiales y la Guerra Fría -asusta solo pensarlo-; lo que tenemos actualmente, en muchos casos, no es más que la aplicación de los grandes avances conseguidos en esos tristes momentos de la historia –lo que he escrito admite ser matizado y no está nada pulido, claro-.

  • #011
    David Díez Sánchez - 30 septiembre 2013 - 18:51

    De acuerdo con Enrique tan acertado como siempre.
    Podríamos distinguir varios niveles de ceguera en innovación:
    – Ni me doy cuenta de lo importante que es.
    – Me doy cuenta pero no hago nada.
    – Me doy cuenta y me creo que lo solucionaré haciendo un brainstorming de vez en cuando.

    Dista mucho para que la mayoría de las empresas se den cuenta de que innovar requiere formarse bien en creatividad y adecuar el funcionamiento y cultura de la empresa. Por suerte algunas sí se van poniendo manos a la obra.
    Si queréis saber más sobre «la importancia de generar ideas en la empresa»: http://www.neuronilla.com/documentate/articulos/45-innovacion-empresa/888-la-importancia-de-generar-ideas-en-la-empresa
    Y pistas de cómo hacerlo: http://www.neuronilla.com/desarrolla-tu-creatividad/tecnicas-de-creatividad/496-guia-neuronilla-para-generar-ideas-video

    Un saludo de Neuronilla.

  • #012
    Geo49 - 30 septiembre 2013 - 20:51

    La lista que pones mejores lugares para trabajar es un timo absoluto, empezando por tener en dicha lista Ernst & Young, Deloitte y Accenture. Aunque tal vez en Estados Unidos son empresas donde se esta agusto trabajando porque en Espana deja mucho que desear, por amigos que tengo ahi son las empresas perfectas para sentirse alienado, todo lo contrario que ponias en tu articulo.

  • #013
    Javier - 30 septiembre 2013 - 22:06

    Brillante post Enrique … real como la vida misma … me acordé de la dedicatoria que me escribiste en tu libro «Todo va a cambiar» después de tu conferencia en la escuela de Teleco … y no voy de auto-bombo, eh? … era la siguiente: … «¿Y yo a ti que te cuento que tú no sepas? (y además, en la práctica!!) Espero comentarios!» … pues decirte que «en la práctica» suscribo los puntos y las comas de lo que dices en: » … si en su organización surgiese … una idea innovadora… ¿cómo podría expresarse? … ¿Tendría algún tipo de atractivo personal en forma de reconocimiento o beneficio el hacerlo? ¿O estaría obligado a seguir una serie de canales, entre los que se incluiría “no saltarse nunca a su jefe”, porque eso va contra las normas?» … en resumen: si hay algo que mata la innovación es la cultura de incentivos jerarquizada … recuerdo que eso lo tenía claro el tristemente fallecido Pedro Toledo, en el Banco de Vizcaya … su gestión podría parecer un caos, pero al quitar la «grasa» de la jerarquía, la excesiva organización y normativa, mantenía a todo Dios despierto, nadie tenía su puesto asegurado, ni los grandes jefes, y se valoraban las ideas y trabajo de los «pitufos» … a muchos jefes les molestaba que sus colaboradores tuvieran buenas ideas y las comunicaran hacia el banco, sin que ellos se las pudieran apropiar, pero sentirse «puenteado» por ello se consideraba propio de gestores ineficaces … el grupo de gestores que acompañaba a Pedro Toledo ocuparon, posteriormente, puestos muy relevantes en la banca española: Sáenz, Corcóstegui, Luzón, G.Roldán, etc.

  • #014
    David Mairal - 1 octubre 2013 - 10:14

    Creo que innovar es aportar una nueva utilidad a algo, aunque esté formado de cosas que ya existen.

    No tiene por qué ser como descubrir vida inteligente en Marte. De hecho, puede ser combinar de forma práctica por ejemplo una furgoneta, un grupo electrógeno, una chimenea y una toma de corriente. O aplicar una curva a un plano para dar una nueva aplicación al mobiliario urbano, como hacen IBM y Ogylvi.

    http://prevenblog.com/innovacion-aplicada-a-prevencion-de-riesgos-en-una-imagen-desde-holanda/

    **********************

    Dijo Tim Cook en una entrevista el año pasado por estas fechas:

    “Creatibidad e innovación son algo que no puedes representar en un diagrama de flujo. Algunas cosas sí que puedes, y nosotros también lo hacemos, y somos muy disciplicados en ello. Pero la creatividad no es una de esas cosas. Muchas empresas tienen departamentos de innovación, y eso es siempre señal de que algo va mal cuando tienes un vicepresidente de innovación o algo así. Ya sabes, como poner un cartel de “se vende” en la puerta.

    Todo el mundo en nuestra compañía es responsable de ser innovador, estén haciendo un trabajo organizativo, de producción o de servicio al cliente”.

    http://www.businessweek.com/articles/2012-12-06/tim-cooks-freshman-year-the-apple-ceo-speaks#p1

    **************************

    Hay para quien esto es poca cosa si no van con códigos QR o tienen un nombre trendy.

  • #015
    EMA - 1 octubre 2013 - 11:51

    Vamos a ver. Leo que alguien dice que la innovación es costosa.

    ¿Pero de qué estamos hablando?

    La innovación no tiene porqué ser costosa (lo podría poner en mayúsculas para que se entendiese mejor).

    Si cuando hablamos de innovación estamos sólo pensando en señores de bata blanca en un laboratorio lleno de probetas… pues sí pero eso es un 0,0000001%.

    Por ejemplo. Hay mil procesos que se pueden mejorar sin coste alguno, es más consiguiendo ahorrar costes de materiales, tiempo, etc. Para eso se innova precisamente, para hacer mejor las cosas, más cosas, en menos tiempo, si es posible mejorando las condiciones laborales del que las fabrica y sin atacar el medio ambiente.

    Es como el gasto en I+D+i… El gobierno ha incrementado un …% ese gasto. Bueno y qué? ¿Y si lo multiplica por 10 es garantía de éxito? En absoluto.

    Yo diría que hay factores incluso mucho más importantes que el dinero en I+D+i.
    Por citar alguno… la mentalidad. Sí, la forma en que se afrontan los retos, la capacidad o no de arriesgar, la mentalidad abierta de compartir los conocimientos, el no temer a equivocarse… son intangibles mucho más importantes que el dinero y hay muchos más pero no quisiera aburrir.

    ¿Y qué hay de la capacidad de atraer talento? No siempre con dinero se atrae a los mejores y sin talento no hay I+D+i.

    En fin, un debate muy profundo e interesante que daría para mucho…

  • #016
    javier sastre - 1 octubre 2013 - 13:26

    Tal cual Enrique. Las empresas necesitan una cultura de innovación extendida en toda la organización y no recluida a un solo departamento (vaya aberración!).
    Y menos procedimientos llevados al límite del dictado.
    La mejora está bien…siempre que esté acompañada de innovación, en la misma medida (en cuanto a dedicación de recursos y know-how)
    Pienso que el éxito, los grandes resultados de una empresa dependen de esas dos columnas, correctamente desarrolladas y posicionadas en ella: mejora + innovación

  • #017
    Gian-Lluís Ribechini - 1 octubre 2013 - 18:15

    Enrique.
    No hay empresas innovadoras, lo que hay son empresas con personas innovadoras.
    Y para que estas personas desarrollen innovaciones se requiere que haya una «cultura de la innovación» y que el máximo responsable crea en la innovación. Y que además se les retribuya por la aportación que esas innovaciones generan en el negocio de la empresa (http://www.sintetia.com/cambio-de-paradigma-la-retribucion-de-los-equipos-de-innovacion/)
    .
    Pero además de las empresas están los países, que pueden fomentar (o no) la innovación en su territorio. Y para ello se requiere que se apueste por la innovación y se le dé la importancia que requiere. (http://bit.ly/IdCxoF)
    En caso contrario se obtiene lo previsible.
    .
    Aunque la innovación sea una inversión de riesgo, es más arriesgado no innovar buscando el pelotazo.

  • #018
    José Luis Portela López - 1 octubre 2013 - 19:10

    No voy a decir lo que pienso, solo observar a vuestro alrededor el comportamiento de las personas. ¿Cuanta gente conocéis que sea capaz realmente de pensar de forma distinta, sin utilizar patrones aprendidos en el pasado?

  • #019
    Carlos (Econ) - 1 octubre 2013 - 19:54

    +1 #018 innovar es de creativos… de personas excepcionales…

    Por ello me revienta que las grandes multinacionales sean unos trols de patente, parasitarias de la sociedad:
    – ni forman a sus empleados
    – no construyen las infraestructuras.
    – ni pagan universidades…

    ¿Que pagan impuestos? ¡Y yo pago mas leches! Entre IRPF e IVA ya se llevan un 42%…

    Aquí hay una sociedad mediocre que es el lienzo, y una serie de individuos creativos que dibujan sobre el… Ambos necesarios y mutuamente excluyentes, sin unos no hay los otros.

    Yo quiero una sociedad mas respetuosa, con los ciudadanos y con los creativos… En cambio nos venden a peso a las grande empresas dirigidas por psicópatas…

    Como lo oyen… empresas de recursos humanos buscan psicópatas para el perfil de directivo… y si no hay, que por lo menos sean mediocres…

  • #020
    ruizdequerol - 1 octubre 2013 - 20:32

    A grandes rasgos, lo que siempre supone alguna injusticia:

    Las escuelas de negocios forman más directivos que innovadores o emprendedores.

    Porque, también a grandes rasgos, su función es más perpetuar el status quo que cambiarlo.

    Formar innovadores o emprendedores exige, creo, otros valores, otros métodos.

    Una opinión debatible, supongo, pero que me encantaría debatir.

  • #021
    Javier - 2 octubre 2013 - 15:00

    En mi opinión todavía queda mucho camino por delante para modificar la capacidad neuronal de muchos empresarios en España. Algún dia habrá que hacer un debate en serio y en profundidad sobre la baja calidad, en general, de la clase directiva en España. Somos muchos los que, en algún momento de nuestra vida laboral hemos querido innovar en nuestra empresa (siempre por supuesto por iniciativa propia) y nos hemos encontrado como respuesta esa frase tan terrible, tan española de «a ti no te pagamos para pensar, te pagamos para obedecer». Ese sentido radical de la jerarquía como valor supremo es una de las cosas que constriñe la innovación en nuestro pais, nos encanta lo de «donde hay patrón no manda marinero» cuando muchas veces la reflexión que habría que hacer es la de aquella máxima del Cid de «que buen vasallo si tuviera buen señor»

  • #022
    Grego - 3 octubre 2013 - 20:04

    Etoy bastante deacuerdo con lo que cuenta pedro.
    Tampoco creo que la innovacion sea costosa como dicen en otros comentarios,lo que si es cierto que cada dia es mas dificil intentar destacar.Para innovar hay que ser creativo.

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