A veces es bueno revisitar los enlaces recopilados en un tema determinado para poder visualizar la evolución del discurso asociado al mismo.
La mal llamada «piratería», entendida como la muy necesaria adaptación de la gestión de los derechos de autor al medio digital, es uno de los temas que proporcionan una visión más radical en su evolución.
Una breve recopilación de noticias recientes nos llevan, por ejemplo, a leer cómo un actor y director, Kevin Spacey, afirmaba ayer que el principal factor de cara a la reducción de la piratería sería poner las películas en el mercado en múltiples formatos a la vez, en lugar de la tradicional y hoy en día absurda práctica de utilizar ventanas de explotación sucesivas en cine, vídeo, pay-per-view y televisión. Del «solo en cines», al «consume como quieras».
La afirmación sigue la línea avanzada desde hace ya muchos años por quienes afirmamos que los problemas de la industria de los contenidos están, en realidad, generados por la propia industria de los contenidos y su inadaptación al nuevo medio: son las propias estrategias de la industria las que provocan la generación de una escasez artificial que, en último término, supone el principal motivo que estimula la existencia de las descargas irregulares. Las descargas estaban, como muchos nos hartamos de decir en su momento, provocada por la propia industria, por sus esquemas caducos y por su dialéctica agresiva y sin sentido, y su solución no estaba en perseguir, criminalizar, insultar o cambiar leyes: estaba en que la industria evolucionase.
Descargas que, además, a pesar de toda la tinta que generaron en su momento, de todos los cambios legislativos absurdos e inútiles que determinaron y de todas las mentiras que tuvimos que escuchar procedentes de la industria, no dañan a las ventas de música, ni de libros, ni de nada. La evolución de la corriente de pensamiento en este sentido es clara y contundente: tras años de inútiles bloqueos, leyes escritas al dictado de la industria y esquemas progresivos de castigo, hoy sabemos que la tan traída y llevada «piratería» no solo no perjudica a la industria del entretenimiento, sino que además, el propio discurso está radicalmente pasado de moda: el único factor capaz de hacer disminuir las descargas irregulares ha sido el desarrollo de más y mejores alternativas para la descarga regular.
Las descargas como tales no van a desaparecer nunca, pero tampoco van a perjudicarte: siempre habrá un cierto porcentaje de personas que en ningún caso iban a gastarse dinero en acceder a tu producto que escogerán para ello un canal irregular, pero que precisamente por haberlo hecho pueden contribuir a dar difusión y a poner en valor el producto al que acceden. Ser líder en las listas de descargas es todo un triunfo, un reconocimiento mejor que cualquiera de los premios que la industria te puede otorgar, porque el verdadero problema no está en las descargas, sino en la oscuridad. Hoy, tras varios años de evolución del discurso, sabemos y podemos escuchar ya en boca de actores, directores, productores y revistas de la industria que el principal problema de los contenidos no es liderar las listas de descargas, sino no estar presentes en ellas.
Sí, han tenido que pasar catorce años desde Napster. Pero finalmente, aunque algunos no se hayan enterado aún, el discurso ha terminado por cambiar.
(This post is also available in English in my Medium page, «‘Piracy’: at last, signs of change in the entertainment industry«
Me da la sensación de que aquí estás pecando de excesivamente optimista. En mi opinión, se trata de opiniones minoritarias que tendemos a magnificar precisamente por coexistir con un discurso mayoritario esencialmente monolítico que bajo la bandera del «copiar es robar» sigue queriendo dar pasos hacia su sueño húmedo confeso, que es el de poder perseguir y demandar judicialmente no a servidores o páginas webs, sino directamente a los usuarios que descarguen.
En Europa, por el momento, no lo han logrado. E incluso están teniendo que dar pasos atrás, siendo la abolición de HADOPI el más reciente, que no el único. Pero en Estados Unidos, la persecución al usuario es la norma. En la misma Francia, el usuario puede verse multado hasta con 1500 euros por descargar.
Y en España venimos barruntando desde hace tiempo una modificación legislativa pensada para permitir la persecución civil del usuario que descargue. Y eso son palabras mayores.
Y ojo, que a la larga yo coincido plenamente contigo en que la industria del copyright no puede ganar esta guerra. Pero hasta que eso se les meta en la cabeza -lo cual requiere, seguro, un cambio generacional que aún está lejos de producirse- nos van a dar muchos, muchos, pero que muchos disgustos.
Descargas pagadas, sí. Descargas que permitan que todos los profesionales de la industria de la cultura, entretenimiento etc, puedan cobrar por su trabajo, sí. «Piratas» aquellos, que se benefician o distribuyen, sin pagar por lo obtenido, NO (sea una copia, o cincuenta). Aquellos que destrozan riqueza porque sí («que pague otro, yo no pago porque soy el más listo del barrio») penalizados por la ley como el que roba una manzana del puesto del barrio. Chorizos, ni uno, ni el mundo físico, ni en el digital.
Olvidas entre las causas de la existencia de la pirateria el sobreprecio del producto. La calidad de la musica y el cine ha descendido mientras el precio ha subido de manera desorbitada. Si el precio no se corresponde al valor de lo que se vende, ¿no es logico que el consumidor no lo quiera pagar?
Estamos ya en la fase en la que Netflix y otras punto-com están empezando a producir sus propios contenidos (como la exitosa House of Cards, precisamente de Kevin Spacey), y los comercializan al nuevo estilo (todos los capítulos de una temporada disponibles desde el primer día en Internet). No veremos esta clase de cosas en las viejas empresas como la cablera USA Comcast, que en lo único que piensan es en mantener el viejo modelo el mayor tiempo posible (por ejemplo, no permitiendo que se contrate su servicio de contenidos por Internet a no ser que se tenga contratado su caro servicio de TV por cable, lo cual es una absurda manera de perder clientes).
Por supuesto, siguen sin poder acabar con la mal llamada piratería, pero la batalla más interesante de los próximos años va a ser la titánica lucha comercial entre los viejos productores de contenidos, y los nuevos (Netflix, Amazon, Google). Van a ser los nuevos los que se lleven el gato al agua, precisamente porque van a ser los que aprovechen las ventajas de Internet.
Este nuevo fenómeno, las punto-com produciendo contenidos, va a dejar al descubierto la hipocresía de los neoluditas. Asistiremos al espectáculo cómico de ver que nos dicen que unos productores de contenidos son buenos (Comcast), mientras que otros son malos (Netflix).
Los grandes colosos que dominaban el planeta antes de que ocurriera el gran cataclismo que inclinó el eje de de la tierra terminaron pagando el precio de su gran éxito.
La enorme especialización les hizo muy exitosos, pero también muy dependientes de un entorno que un buen día varió.
La llegada de Internet para la industria de contenidos culturales ha sido como el meteorito que inclinó el eje de la Tierra y acabó con los dinosaurios.
O te adaptas, o mueres y das paso a una nueva generación de criaturas exitosas.
La industria de la cultura ha negado la nueva realidad, está anclada en el pasado convencida de que los cambios pueden ser revertidos o encauzados según sus propios deseos, pero intentar cambiar la realidad es una batalla perdida. Los cambios no solo no disminuirán sino que irán en aumento. El progreso tecnológico no puede ser detenido por mucho tiempo. Simplemente se están suicidando.
Estoy de acuerdo en que la industria cinematográfica o de contenidos no se sabe adaptar a los tiempos, pero no creo que sea el único factor. La exhibición ha mostrado también un comportamiento de maltrato al cliente final que hace que la experiencia del cine pierda puntos frente a las alternativas, cada vez más baratas, de cine en casa.
Ahora las salas de cine son digitales (pronto 4K), triamplificadas y lo que quieras, pero reducen personal hasta el límite (en Yelmo hace años que se trabaja con menos gente de lo que antes denominaban «la cobertura esqueleto»), creando colas, salas sucias y convertidas en comedores, prisas para salir o entrar, etc. Se presiona al cliente para que se fidelice, para que compre palomitas, bebidas o chocolatinas obligándolo a comprar las entradas en el bar y otras muchas técnicas de «Escuela de negocios en inglés». Perdone el tonillo, Sr. Dans, pero no puedo ver delante a los elementos que, basándose en carísimos másters de nombre rimbombante destrozan una maravillosa industria con el único argumento del máximo beneficio.
#006: ¿Has estado en alguna escuela de negocios? A lo mejor te sorprendías al ver que lo que se enseña ahí. Al menos en las que conozco yo, no es esa tontería de «la maximización del beneficio», sino la búsqueda y desarrollo de ventajas competitivas sostenibles. Sos-te-ni-ble, una palabra muy interesante. Estoy harto de escuchar tonterías sobre lo que algunos creen que explico en clase que vienen de personas que, curiosamente, jamás han pasado por ellas, y creen que nos dedicamos a explicar cómo explotar a los empleados, cómo putearlos mejor, cómo comernos a sus niños, y otras tonterías que nunca pasarían la prueba del más mínimo sentido común…
Sr. Dans:
Reitero mi petición de disculpas por el tono empleado. Nunca he estado en una escuela de negocios, solo en cursos, subcontratados, de motivación y formación. Y, después de trece años en la industria de la exhibición cinematográfica, lo que he visto ha sido lamentable.
Como en todas las cosas, los verdaderos profesionales lo son porque hacen las cosas bien. Pero mi experiencia me demuestra que las «técnicas» a que me refiero inciden, exclusivamente, en maximizar el beneficio a toda costa. Nótese que, en diez años, el precio de las entradas ha subido en torno a un 400% mientras el salario medio ha subido (corríjame el dato, se lo ruego) un 50% y las plantillas de los cines se ha reducido otro 50 o 60 por ciento.
En empresas concretas y sin generalizar (lo sé de primera mano) lo importante es, exclusiva y lamentablemente, obedecer, no pensar ni trabajar, ni proponer. Obedecer.
Ojalá, y se lo digo de corazón, la empresa en España aumente ese nivel de profesionalidad en la dirección que tanta falta le hace. En ese sentido su trabajo es encomiable, sigo su blog desde hace tiempo y sus temáticas e ideas no concuerdan con esa experiencia que no ceso de encontrarme (cesaba, ahora en el paro por no obedecer a ciegas y dedicarme al mobbing).
Lo último que me faltaba por ver era a a Peter Dans haciéndose defensor de la palabra «sos-te-ni-ble», cuando las empresas tecnológicas, a las que tanto defiende, tienen una capacidad de fagocitar y monopolizar que no se ha visto jamás en la Historia empresarial, muchas veces en base a una competencia totalmente desleal, como ya se ha puesto de manifiesto una y otra vez.
procedentes de la industria, no dañan a las ventas de música, ni de libros, ni de nada.
¿En serio crees que las fuentes a las que aludes son lo que un economista debería tener por «científicas? Hay que ser muy borrego para no darse cuenta de que si esas conclusiones fueran ciertas, entonces no habría problema que discutir. La industria daría empleo, pagaría bien a sus empleados, los autores – no sólo los «famosos»- tendrían un mínimo para vivir y además se mantendría la calidad de los productos y el segmento de obras independientes/de no consumo masivo se podría mantener. ¿Es que crees que para un tipo que monta un chiringuito web con publicidad engañosa la piratería existe? También él te va a decir que de todas formas el usuario final no habría ido al canal normal. Y por supuesto el usuario final también te va a decir que no existe.
Está claro que todo va hacia lo que ya se dijo en su momento: las tecnológicas intentarán sustituir a los sujetos tradicionales. Pero cuando el imbécil de turno se dé cuenta de que la librería de la esquina que hace 20 años le dio un empleo mientras se permitía estudiar ya no existe, y que parte de los impuestos de bienes inmuebles, salarios y seguridades sociales han acabado mediante un click en las Bahamas en vez de tributar para su pensión, veremos si eso hace tanta gracia. Veremos también si hace tanta gracia cuando la atención al público sólo sea posible mediante un correo y veremos qué dirán estas empresas tecnológicas cuando vean que sus modelos, en según qué países, siguen siendo pirateados y ya no les sea rentable.
¿Pasará como con el tema del reader?
#002 David, el problema es que determinados imbéciles no van a entender lo que dices porque ni saben de qué va la película, ni les interesa lo más mínimo. Simplemente escriben lo que los todavía más imbéciles quieren escuchar.
Pero bueno, como ya he dicho muchas veces: cada uno recoge lo que siembra, que dice el sabio refranero.
Ahí lo tenéis, en portada de El País lo que algunos ya dijimos hace como un mes por estos lares… No os quejaréis de las exclusivas, ¿no?
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/08/23/actualidad/1377272049_738995.html
Imagino que la noticia se la habrán inventado esos malos periodistas que no dicen la verdad, ¿eh, Krigan? Lo curioso es que sean los mismos que sacaron a a luz el tema del espionaje… Anda, despertad que estáis haciendo el ridículo continuamente.
¿O acaso sí es criticable lo que hacen los Gobiernos pero no el hecho de que las empresas tecnológicas cobren por mirar hacia otro lado?
A ver que decís ahora… Imagino el siguiente argumentario kriganiano: «¡es que les obligaban!»
El circo debe continuar… Menudos payasos estáis hechos.
Quienes son las discograficas Hollywood y demas ? son los que tienen la pasta los medios, contratan a los mejores expertos que encuentren por el planeta no hay barreras de dinero, y la simpatia de los poderosos actuales, osea los Googles Microsoft Apple etc … estan explorando si ha quedado algo o nada para naide tras la devastacion, tras la desertizacion y convertir el mundo de los contenidos en un ambito inerte, imagina como estaran los demas ahora, los que no pertenecen a la industria y llevan tantas decadas que les gustaria entrar sin conseguirlo por falta de medios … mientras tanto esto da paso a que el espionaje, la intromision en la vida del ciudadano y el robo privado de informacion se apodere de todo, en el nuevo contexto resultante
Observador:
Ya, claro, tendríamos todos que hacer caso de tus «sostenibilidades», que consisten en cosas que no funcionan, pero que si funcionasen serían la hostia de sostenibles. Lástima que no funcionen.
14 años desde Napster, cambia el discurso, bien, ahora…¿cuál es la estrategia que debe seguir la industria cultural para adaptarse al nuevo escenario digital?, ¿alguien lo sabe?, ¿existe realmente tal estrategia?, ¿si existe, dónde está?, ¿deberán pasar otros 14 años?, ¿aguantará la industria cultural otros 14 años?
#007: Tampoco he asistido a ninguna escuela de negocios y también admito tener algunos prejuicios con escaso fundamento sobre las mismas.
Pienso, por alguna razón, que nadie con verdadero conocimiento enseña a otro a hacer un negocio. Yo creo que es más rentable aplicar uno mismo ese conocimiento a su propio negocio que compartirlo. Las franquicias sí son escuelas de negocio. Te lo dan casi todo hecho.
No digo que lo que se enseña en las escuelas de negocio sea inútil, apenas tengo idea de lo que se enseña, sino que el conocimiento impartido será en mi opinión de una eficacia muy limitada por la naturaleza competitiva de los negocios. Tampoco es que existan muchas alternativas para la formación de los futuros negociantes así que el interés por esta formación está garantizado. Menos da una piedra.
Solo digo que en el mejor de los casos podrían enseñarnos a evitar los errores más comunes, pero en este tema creo que se pueden cometer, y de hecho se cometen, muchísimos errores incluso en empresas punteras con muchos años de éxito a sus espaldas, y no hay recetas mágicas, ni fórmulas para el éxito, ni verdadera ciencia.
Sospecho que incluso habrá empresas que han tenido mucho éxito durante muchos años, haciendo las cosas al revés de lo que se predica como deseable en estas escuelas de negocios.
Lo que hay, son las explicaciones a posteriori del porqué algo fracasó.
Puede que esté totalmente equivocado sobre todo esto y no sé si mi opinión (acertada o no) será compartida por alguien más, pero es como yo veo este tema.
#012 De lo que yo hablo ya ha demostrado su sostenibilidad durante décadas. De lo que tú hablas todavía no. De lo que tú hablas intenta buscar una sostenibilidad en base a horadar el modelo típico. Es como hacer miles de agujeros en una tubería antigua y decir: «¿ves? no era sostenible». Conclusión a la que sólo un payaso de tu nivel podría llegar.
Llevamos diez años intentando ver la «sos-te-ni-bi-li-dad» del nuevo modelo y de momento nada. Lo único que ha traído son monopolios, desvíos masivos de dinero y menor empleo.
#012 Krigan, un negocio es sostenible si todas las partes de la cadena participan del éxito o del fracaso de la venta del bien/servicio. En el caso de la piratería online el negocio es insostenible porque no hace participar, por definición, a quienes invierten en la creación de los contenidos. Si existe Juego de Tronos es porque suficiente gente está suscrita a un operador de cable que traslada parte de sus ingresos a la productora. Si todos cortan el cable se acaba el negocio, no solo de HBO sino también de los piratas. Otro tanto sucede con los ingresos de taquilla que son los que hacen posible la financiación de películas, no la calderilla que aún representa internet.
Las eternas cifras en rojo de los servicios de streaming de música, el lobby fallido de Pandora en EEUU para no pagar royalties, la auto-exclusión de Spotify de artistas con material nuevo, te demuestran que esta apuesta aún no tiene las cifras necesarias para hacerse atractivas a toda la cadena y falla en remunerar adecuadamente a los músicos. De hecho, el streaming es un buen negocio como baúl de recuerdos, un nuevo canal para que las discográficas obtengan aún más dinero con ropa vieja, pero no sirve para sostener una industria musical con nuevas producciones.
Enrique miente una vez más en esto, el discurso no ha cambiado ni mucho menos y los músicos se siguen quejando:
http://www.newyorker.com/online/blogs/sashafrerejones/2013/08/how-will-musicians-survive-in-the-spotify-era.html
http://thewip.net/contributors/2013/08/music_industry_killed_by_pirat.html
El problema subsiste y seguirá igual hasta que se forme un modelo de negocio realmente auto-sostenible en la red y que sirva para todos, sin parasitar la taquilla ni las suscripciones de cable ni mucho menos dejar en la indigencia a los músicos.
Hasta ayer nomás una correlación no era una causalidad pero el discurso cambia totalmente cuando se defiende la piratería y ahora la piratería depende de eliminar o no las ventanas de distribución del cine. Este debe ser el consejo más idiota que puede darse en este momento: pon en riesgo ingresos seguros de hasta un billón de dólares por producción, para ver si llegamos a los 3 o 4 millones online, porque lo que más temen las franquicias de Marvel, Walt Disney o el poder de ventas de nombres como Tom Cruise, Quentin Tarantino o Will Smith es la oscuridad. Parte de la premisa idiota de que Hollywood no sabe cómo marketear una película y necesita de Google para salir de la oscuridad. Reduzcamos entonces todo al exitoso modelo español de «Carmina o Revienta» a ver si Tarantino también convence a su mamá para que actue en su película.
La prueba irrefutable para Enrique de la viabilidad de esto es la opinión del protagonista de “House of Cards” -que convenientemente no se dio en cines-, sino que se trata de una serie que Netflix financió para hacer marketing de su negocio de suscripciones. Incluso para que funcione el marketing, Netflix se cuidó muy bien de reservar su COPYRIGHT para ser solo esta plataforma y no Amazon, ni Itunes, ni ninguna otra, la que tuviera la distribución, EN EXCLUSIVA, de su serie en internet. Y esto, usar una serie como producto looser, y además aplicar el modelo de distribución legal más restrictiva posible, es la fórmula que Enrique recoge hoy para la industria.
Creo que hay que tomar con mayor cuidado los testimonios de parte (porque de eso se trata, de promocionar Netflix), y darse cuenta que la idea no es siquiera replicable. Los propios canales de Google son un fracaso en comparación a os productores de la industria tradicional y su modelo de negocio tampoco resulta alentador, ni siquiera para los que llegan a recibir un subsidio de la misma Google.
#10. La noticia es espeluznante, aunque no tiene cabida en este post.
He estado siguiendo las redes y veo cómo los ciberutópicos la silencian. Todos a leer a Eugeny Morozov. Genius!! Era tan previsible…Y sé que Enrique es lo suficiente inteligente como para entender la gravedad de la noticia y tener interés en un intelectual de la talla de Morozov.
Guste o no guste, con leyes o sin leyes, la pirateria va a seguir. ¿Por qué no buscar la forma que la piratería reme a tu favor?.
Microsoft, lo hizo, miró hacia el otro lado, mientras todos copìabamos sus programas. Aquello hizo que se convirtieran en estándares de facto y han ganado, (incluso con Balmer), una inmensa fortuna. Si no lo hubieran hecho, si hubieran perseguido a saco la copia de sus programas, los usuarios nos habríamos pasado a LINUX en masa y habría perdido pues hubieramos impuesto Linux tambien en el trabajo, donde Microsoft si cobra por las licencias.
¿Por qué no buscan la forma de ganar dinero con el cine, contando con que la piratería va a existir, en vez de embarcarse en guerras que tiene perdidas de antemano?.
No es solo Microsoft quien ha ganado fortunas poniendo la piratería a favor, tambien lo ha hecho la industria del videojuego, que ha superado en facturación a la del cine en pocos años.
si hubieran perseguido a saco la copia de sus programas, los usuarios nos habríamos pasado a LINUX en masa y habría perdido pues hubieramos impuesto Linux tambien en el trabajo
Chiste español del día patrocinado por Gorki.
Mario:
¿Qué cadena? Netflix produce y comercializa House of Cards y otras series, no hay ninguna cadena. Netflix, a diferencia de Comcast, cubre todo el territorio USA, y está también en otros países. En series TV, te da lo mismo si la gente sigue yendo al cine por ser una experiencia social no replicable en Internet, las series nunca se han proyectado en los cines. La guerra aquí es entre los obsoletos métodos de distribución televisivos (repetidores, cable, o satélite) e Internet. Es una guerra entre llegar a un área geográfica concreta, o llegar a todo el mundo. Entre poder ver lo que quieras, cuando quieras, y en la cantidad que quieras, o tener que esperar a que el programador de la cadena tenga a bien poner lo que quieres ver, y encima tener que programar la grabación si la hora o el día no te vienen bien. Un solo episodio cada vez, faltaría más.
No hay color, y como no lo hay los dinosaurios como Comcast, que solo aspiran a que todo siga igual que antes de Internet, se van a llevar un tortazo de órdago. Ahora que las punto-com han empezado a producir sus propios contenidos, lo que va a importar es lo que siempre debió importar: cuál es la tecnología superior. El resultado creo que es más que previsible.
Observador:
Ya, bueno, pero el caso es que tus sostenibilidades AHORA no están funcionando. Vaya empeño en aferrarse a los fracasos.
Sobre Prism: avisa cuando tengas una noticia que diga que no las obligaron. Sigue siendo cierto que Google demandó al gobierno USA para no tener que entregar nuestros correos, y que a día de hoy ningún juez ha fallado a favor de Google en esa demanda.
#17 Anónimo:
Sí, hombre, ahora va a resultar que lo que hacemos es silenciar las novedades sobre Snowden y Prism. Oye, que los partidarios de que se publique todo somos nosotros, no el gobierno USA, sus amiguitos, y los primos de turno que se creyeron que esto era para luchar contra el terrorismo.
Observador:
Algunos silencian la ayuda de Google, facebook, etc…Y no es el caso de Enrique.
#021 Krigan
Sí, yo también conozco casos de ladrones de bancos que cuando les pillaron acabaron diciendo que el jefe de la banda les había obligado… Un poquito lento fue Google denunciando, ¿no crees?
Pregúntate dónde acabó el Jefe de Seguridad de Facebook, o sobre qué se habló en aquella mítica cena entre los directivos tecnológicos y Obama, de la que os he puesto varias veces la foto del brindis…
Lo de hacerte el tonto ya no cuela, Krigan. Aunque en parte sigas siéndolo.
Observador:
Google denunció 2 meses antes de que apareciera Snowden. Además, solo espiaban a terroristas, ¿verdad?
¿Decías algo de hacerse el tonto?
20 – Krigan
¿Es decir sólo importa cuando esos punto-com producen sus contenidos?
Recuerdo que desde 2004 mucha gente común empezó a producir sus contenidos para distribuirlos gratuitamente en el naciente YouTube y en el P2P Kazaa, webseries propias que por alguna razón nunca lograron desplazar a Hollywood.
Actualmente mucha gente de muchos países hispanoparlantes (incluyendo Sudamerica y Guinea Ecuatorial)sube sus contenidos independientes a los Yonkis, pero la gente sigue empeñada en consumir la basura estadounidense;
el discurso de la piratería es «quiero ver basura estadounidense de Disney, AMC y Hollywood y puntos-com (estadounidenses también; todos sabemos que las producciones europeas, inglesas y Asiaticas ni le importan a nadie) por Netflix ó P2P» ignorando mejores contenidos producidos en su región.
#020 Krigan, las webs piratas no pagan al productor de lo que comercializan, de eso se trata el negocio y esa es la cadena que no se cumple. Si tus webs piratas pagasen al estudio no solo no serían piratas sino que contribuirían al financiamiento de las películas, música, etc – que es por cierto lo que se espera de un canal como internet.
Es Enrique quien trae la distribución online por Netflix de House of Cards para argumentar que las ventanas cinematográficas sobran. Si esta te parece una lógica chapucera reclámale al maestro.
Respecto a la serie te repito que Netflix lo que quiere es programación exclusiva (no visible en Appstore ni Amazon ni en BRD) para promocionar su servicio. Blockbuster también financiaba películas para reservárselas y distribuirlas en exclusiva. Si te parece una lógica chapucera proponer las eliminación de ventanas y al mismo tiempo rescatar el modelo de distribución más cerrado que pueda uno imaginarse, nuevamente reclámale al maestro.
Usar una serie para promoción de un negocio paralelo no es lo mismo que hacer series para que se financien en un mercado normal. Si Carrefour compra vinos y los etiqueta con su nombre para venderlos por su aniversario, hay que ser muy iluso para concluir que Carrefour es ahora una vitivinícola y va a quebrar al resto de viñedos europeos. Es más o menos esta misma tontería la que estás diciendo sobre las tecnológicas y los contenidos.
Lo más cerca que ha habido a este intento no está en Netflix sino en Google con sus fracasados canales propios para YouTube. Dos años después de haber cacareado que iban a quebrar a todo el mundo son ellos mismos los que están cancelando canal tras canal y hasta hay productores que rechazaron el dinero de Google porque no les era negocio. Las tecnológicas son tan malas creando contenidos como Hollywood tratando de impulsar plataformas en internet.
Cada cual debería dedicarse a lo que mejor sabe hacer. Si las tecnológicas quieren jugar a los productores y perder dinero en Google Channels, o Hollywood quiere jugar a la tecnológica y perder dinero en Hulu, pues allá ellos. Al final lo que sucede es que ambos se necesitan y el consumidor necesita de ambos.
Por cierto, antes de Snowden, cuando su identidad como fuente era todavía secreta, tanto Larry Page como Zuckerberg mintieron descaradamente diciendo que ni siquiera sabían ni habían oído hablar de PRISM, es decir, negaron todo. Solo luego de que se identificó Snowden tuvieron que admitir que sí sabían y sí estaban metidos. Enrique por supuesto que calla y no opina sobre estos hechos porque no se condicen con su visión beatífica de las tecchies.
Mesosoma:
Está claro que los contenidos creados por los propios usuarios tienen su lugar, y es importante. Ahí está Youtube para demostrarlo. En cuanto a los contenidos profesionales de vídeo (pelis, series, documentales, etc), el dominio USA es abrumador. Esta es la realidad, guste o no.
Mario:
Puedes creerte o no que gran parte de la mal llamada piratería en Internet es un problema de desabastecimiento del mercado. iTunes, la Kindle Store, y Netflix están ahí, contradiciendo la máxima facilona de que no se puede competir con el gratis total.
También el éxito de House of Cards está ahí, y no es la única serie de éxito que ha producido Netflix. ¡Vaya! ¡Parece que las punto-com también pueden producir series de éxito! Ya me explicarás porqué pensaste que esto es imposible, y más si tenemos en cuenta que los canales TV se han pasado toda su vida produciendo parte de los contenidos que emiten (series incluidas), a menudo con gran éxito.
La tan famosa cadena tuya no es que haya sido rota, es que ha desaparecido. Netflix, por supuesto, no va a hacer ningún caso de lo que digas, va a seguir produciendo series, cada vez más, por la sencilla razón de que eso le da beneficios y le permite reducir su dependencia de una industria de contenidos que lleva ya 14 años ciega a la realidad. Este es el verdadero riesgo para la industria, la piratería nunca lo fue. El verdadero riesgo es que alguien, cansado de las incompetencias ajenas que afectan a su negocio, sustituya al tontito que no se entera.
Pues nada como el último discurso de Kevin Spacey para ver cómo algunos si están evolucionando
http://youtu.be/P0ukYf_xvgc