El periodista colombiano Mauricio Jaramillo me pidió que participase en uno de sus Hangouts de Periodismo, titulado «Lectores y usuarios, ¿lo peor del periodismo?«, para el que me proponía revisitar una antigua entrada mía de noviembre de 2008, «La piel gruesa«.
La entrada en sí no me traía demasiados buenos recuerdos: representa el momento en que tomé la decisión de pasar a tener comentarios pre-moderados y de volverme mucho más estricto a la hora de restringir toda participación que pudiese ser considerada de alguna manera insultante. Vista con perspectiva, la decisión fue fantásticamente buena y, sobre todo, eficiente: de manera casi automática pasé a tener hilos de comentarios que aportaban mucho más, y sobre todo, que dejaban una sensación mucho más agradable. Privar a los trolls de la atención que pretendían obtener fue mano de santo: durante algunas semanas, todavía alguno aparecía patéticamente en los comentarios «solo para mis ojos» diciendo eso de «aunque solo lo leas tú, eres un tal y un cual», lo que me provocaba casi hasta ternura :-) Finalmente, desaparecieron. La experiencia de uso de la página no perdió nada, como sigue demostrando años después la vitalidad de una comunidad que genera una media de treinta comentarios por entrada, más los que surgen en sitios como Facebook, LinkedIn o Google+.
La discusión tuvo mucho interés para mí sobre todo por lo que supuso actualizar principios que entonces eran incipientes, y que ahora, en una época de mucha mayor madurez de la web social, parecen mucho más asentados: en el año 2008, uno se podía plantear con cierta preocupación si impedir determinados comentarios podía representar de alguna manera un atentado contra la libertad de expresión o contra aquellos que manifiestan una opinión contraria: ahora, en pleno año 2013, quienes disienten y creen ser objeto de algún tipo de censura tienen todo un amplio abanico de herramientas sociales a su disposición para que esta censura no tenga lugar, o si surge, que pueda ser denunciada y evidenciada. La idea de que la interacción en la red debe responder a los mismos criterios y normas de educación que rigen en la vida fuera de la red empieza, aunque lentamente, a tomar cierto cuerpo, y el avance de la tecnología va brindando cada vez una mayor oferta de herramientas para mantener la participación controlada: sistemas de rating basados en karma o en evaluación por pares, autenticaciones vinculadas con herramientas sociales de diversos tipos, sistemas de listas blancas o negras, etc. Las normas de educación son un conjunto de reglas que los seres humanos hemos de un modo u otro acordado como forma de regular la interacción, y su vigencia debe ser idéntica dentro y fuera de la red. Los comentarios son vitales en una página porque siempre hay alguien ahí fuera que sabe de un tema y tiene que aportar a él más incluso que quien escribió la nota original, pero quien carezca de la educación adecuada para participar… que no participe.
Para los medios, la cuestión sigue teniendo mucho de reto: gestionar los comentarios de una página personal tiene poco que ver, en cuanto a volumen y complejidad, con esa misma tarea en un medio de comunicación con un volumen de tráfico masivo. Y ahí es donde surge una tendencia para mí interesante: en muchos sentidos, estamos pasando de un «cuantos más comentarios, mejor», o incluso de un uso de los comentarios como métrica de éxito (lo que llevaba en muchos casos incluso a buscar la polémica en el titular o en la redacción de las noticias para tratar de provocar ese efecto), a una idea más centrada en la búsqueda de la calidad del comentario, en el aporte de puntos de vista o de información relevante. Del foro que muchos utilizaban para liberar su agresividad o sus frustraciones, al intento por construir hilos de conversación inteligentes. Como métrica de éxito para un contenido se han desarrollado toda una nueva generación de herramientas en redes sociales, tales como Likes, +1, retweets, etc. que requieren un compromiso mínimo por parte del usuario para mostrar su interés y colaborar a una eventual redifusión, mientras que el comentario se va convirtiendo, aunque sea lentamente, en un foro en el que intentar aportar.
Las tareas de moderación pasan a tener cada vez más una carga más importante de relevancia: ya no deben limitarse a eliminar los comentarios que infrinjan las normas, sino también aquellos que, sencillamente, no aportan nada. Todos los días borro un buen número de comentarios que simplemente aportan una frase de elogio o una crítica sin elaborar. Algunos de ellos son simplemente spam, otra de las plagas que parece ir lentamente corrigiéndose. Otros, simplemente, no aportaban nada. Los offtopics, salvo cuestiones excepcionales, también suelen caer víctimas de la moderación. La idea es buscar un aporte de valor añadido en los comentarios que sea susceptible de contribuir a la construcción de comunidad. Aquellas páginas de diarios o medios que no cumplen esas normas, tienden a convertirse en cloacas digitales con hilos repletos de insultos extemporáneos, en sitios que aportan muy poco, y que terminarán lógicamente por desaparecer. Quienes siguen midiendo su supuesto éxito por el volumen de paginas vistas en este tipo de hilos, van comprobando lentamente que la idea es muy poco sostenible.
Tres elementos fundamentales: política, tecnología, y sentido común. La política de participación, aunque nadie parezca leérsela nunca antes de escribir un comentario, tiene una importancia fundamental. Funciona como declaración de intenciones, como hoja de ruta de lo que el medio pretende que sean sus comentarios: hay que tenerla, debe estar a la vista, y debe sostenerse sin que el pulso experimente temblor alguno. A partir de ahí, la tecnología puede contribuir a muchas tareas, y la incorporación de herramientas que permitan mejorar el tratamiento y la calidad de la interacción tienen sin duda un gran futuro. Finalmente, sentido común, habitualmente el menos común de los sentidos: de poco nos va a servir, por ejemplo, implantar una política que haga descansar la responsabilidad de moderación de comentarios sobre el creador del contenido, si esos creadores de contenido están completamente saturados y no van a poder llevarla a cabo con un mínimo de calidad.
Es en aquellos contenidos que generan niveles de participación más elevados (y en ocasiones virulentos) donde el reto puede visualizarse mejor: en deportes, política, etc. tenemos campos de actuación en los que resulta fundamental pasar de hilos de cientos o miles de comentarios que nadie se lee antes de participar y que aportan más bien poco o nada, a modelos de interacción con una moderación mucho más activa que restrinjan aquello que no aporta, destaquen lo que sí lo hace, y envíen «a la nevera» sin pestañear a quienes infrinjan las normas. Entre una comunidad sana e interesante y una cloaca digital hay una distancia tan corta como el establecimiento de unas reglas claras y el respeto a las mismas. Lo demás, es alimentar cloacas digitales.
A lo sumo, asumo mi parte de culpa…como usuaria principiante en esto del on-line, eso si , procuro opinar sin ofender
Precisamente por eso mismo ya no me detengo a leer los comentarios de los periódicos digitales que frecuento.
Creo que el camino que se ha de seguir es precisamente el que comentas. Ya no solo porque les resta seriedad, si no porque pierden un añadido que les podría diferenciar de la competencia.
Actualmente los medios de información se enfrentan a la inmediatez que representan las redes sociales para distribuir información. No saben como afrontar ese problema (para su negocio) y tienen la solución delante de sus ojos.
Pongamos un ejemplo, soy espectador de un hecho importante y puedo grabarlo con el móvil. Ahora quiero poder distribuir esa información. Tengo un perfil de Twitter personal pero no tengo demasiados seguidores y tampoco los quiero. Si dichos medios me diesen la oportunidad de poder facilitarles dichos datos, ya fuera en los comentarios de una noticia relacionada o pudiendo cumplimentar un formulario, lo haría encantado, pero los actuales comentarios son una cloaca donde solo se intercambian insultos, frases «graciosas» donde se pretende demostrar lo ofendido y ocurrente que es uno y/o críticas respecto a errores que ha cometido el redactor ya sea en el escrito o con su carrera profesional, por lo que ahí la información cae en saco roto y tampoco hay métodos sencillos con los que hacerles llegar información relevante. Con lo que yo me quedo sin poder publicar el suceso y los medios se quedan sin una posible buena noticia.
Los medios deben gestionar ya este problema de comunicación. Los periódicos ya no son sistemas unidireccionales de información. Han de facilitar que los usuarios puedan comunicarse, ya sea mediante una sección de comentarios saneada o mediante formularios accesibles donde poder adjuntar información y adjuntos.
Entonces se puede trasladar la,percepción en torno a este blog en este preciso momento. :-)
Estoy participando en un proyecto muy interesante. Se realiza una valoración de la extracción de conocimiento de la tecnologia.
Es todo un reto, porque cuesta mucho valorar algo intangible sin utilizar indicadores financieros.
Algunas de las aplicaciones/proyectos que has descrito seguro que han provocado un impacto en la organización de las personas que las utilizan. Pero casi no se ha percibido. En otras ocasiones ha habido una riqueza de contrastes con la yo he disfrutado muchísimo.
Lo que quiero decir es que un día, hace poco, pensé en complementar esa parte de análisis o valoracion de esas tecnologías, porque para mi, lanzar una tecnologia y valorar su impacto en el mercado van de la mano.
Es decir, que no solo se creo una tecnologia desde un punto de vista técnico. Pero este principio pareció tener su excepción cuando twitter nace sin modelo de negocio, y solo como sistema para comunicarse y recomendarse.
Si ahora tuviera que valorar el,potencial de dicha tecnologia, acordaría que su viralidad como potencial de comunicacion es su principal valor.
Como interviene una comunidad en este planteamiento? Pues no es un tema del que se converse habitualmente, pero en este foro existen personas que pueden aportar desde varias ópticas: el,que prueba la tecnologia, el que visualiza valor añadido, el que observa y comprende, el que entra en contacto porque no conoce pero quiere saber, el que tiene una visión, el critico constructivo, el que disente etc…
Hay comentarios que no buscan aportar un punto de vista diferente sino restar valor al blog, cuando existe una motivación ideológica detrás de ello no resulta fácil saber cuando se trata de un caso o de otro.
Te pongo un ejemplo que es el caso de uno de mis blogs: En él me dedico al noble deporte de opinar sobre temas muy diversos, y entre estos temas suelo dar rienda suelta a mi beligerancia atea, cosa que no sienta bien a todo el mundo.
En estos casos cuando alguien me ataca en los comentarios suelo conceder inicialmente el beneficio de la duda, incluso suelo entrar al trapo. En el 90% de las ocasiones suelo tener que cortar una discusión que podría haber ahorrado por no aportar absolutamente nada de valor, pero no siempre es así. También me ha ocurrido de tropezar con alguna persona que en su oposición de ideas ha sabido reconocer muchos de los aspectos más repugnantes de la religión. Personas que pese a ser creyentes han reconocido que sienten vergüenza por algunas de las actitudes de los administradores de la fe y que admiten que la religión debería quedar en el ámbito privado de las personas y muy alejado de las competencias proteccionistas del estado. Personas creyentes que lo son de verdad, y que no creen que Dios necesite favores sucios de los que dicen defender la imagen de La Iglesia. Son casos excepcionales, testimonios excepcionales que merecen mucho la pena y que cuesta descubrir. Personas que pese a estar equivocadas (eso creo yo) son sinceras y coherentes. Personas que me recompensaron por el beneficio de la duda que en su momento les concedí.
Enrique, en mi humilde opinión, tú no eres muy dado a entrar a demasiados trapos. Creo que el debate no es tu punto fuerte, cosa que se nota en los comentarios de tu blog y sobre todo en Twitter, pero tus artículos si que me gustan cada vez más, y creo que poco a poco te estás implicando emocionalmente en ciertas cruzadas ciudadanas de la defensa de ciertos derechos que están siendo pisoteados, lo cual te honra y mucho, porque hay gente poderosa a la que cada vez caes peor y necesitamos a más gente comprometida, gente como tú, templada en las formas, pero con sangre en las venas, y neuronas en su sesera.
¿Abrimos la caja de Pandora? Hace poco Pit se quejó de cómo iba la conversación, justificadamente en mi opinión:
https://www.enriquedans.com/2013/07/adblockplus-y-sus-acuerdos-economicos.html#comment-364971
Lleva ya tiempo habiendo una deriva hacia esta clase de excesos, tal vez todos deberíamos colaborar para que no se produzcan. Y el que no colabore…
Observador, ¿tú qué opinas?
Cada uno habla de la feria según le va. Como comentarista habitual de este blog, no puedo menos que felicitarte por la forma que tienes de moderar nuetra participación. Pero, (siempre hay un pero), creo que eres demasiado temperamental frente al insulto personal, en muchos casos me asombra lo facil que es que entras al trapo, basta decir que si te paga Apple, para que saltes. Si admites un consejo, dejalos, ellos solos se descalifican.
En cuanto el problema de la moderación, creo que es un problema que tenéis un puñado muy pequeño de privilegiados. En 5 años de bloguero y con mas de 3.537.750 post leidos, (ya lo se, una ridiculez para tí), no he conseguido màs que dos tristes troll que me dieron algo de lata unos 5 dias en conjunto. Envidia me das que hasta tienes neoluditas que te leen asiduamente.
No sé por qué un blog es diferente a cualquier otra obra. ¿Una película en la que el director admite escenas grabadas por cualquiera al azar? ¿Un libro con capítulos aleatorios? ¿Un cuarteto de cuerda en que se permite intervenir con los timbales a quien lo desee? De modo que moderación no tiene nada que ver con censura; simplemente cada uno presenta el contenido que quiere ofrecer, con la colaboración de quien el autor estima que contribuye a transmitir el mensaje que se pretendía. Esa es mi opción, por supuesto que hay otras.
El uso de la aprobacion en los comentarios no se si definirlo como algo bueno o como algo malo. Por una parte se tiene la certeza de que el autor va a leer esos comentarios y que tu opinion le va a llegar, pero tambien dificulta la comunicacion entre los distintos comentaristas. Una de las ventajas de Internet es la inmediatez, e introduciendo una verificacion «humana» hacemos que se ralentice la comunicacion aunque se garantiza cierta calidad.
Pero lo de la calidad tampoco es algo cierto. ¿Que ocurre si el administrador decide autorizar ciertos comentarios que esten en su linea de pensamiento y omitir aquellos que perjudiquen a sus argumentaciones? Es como los debates televisados de ciertos canales de television en los que todos los tertulianos tienen identicas ideas politicas. Aunque cada cual tiene derecho a publicar en su pagina lo que le de la gana no deja de dar cierta sensacion de injusticia.
Hay que plantearse la funcion de los comentarios en un blog, si son feedback para el autor o para los lectores, y si es feedback para el autor exclusivamente ¿que necesidad hay de que sean publicos?
#008: No, como digo en mi entrada, eso ya no puede pasar. No es posible. Si en este blog o en cualquier otro se censurasen los comentarios que perjudicasen a mi línea de pensamiento, estos aparecerían inmediatamente en Twitter o en cualquier otro sitio, y además se añadiría el plus del «descubrimiento», dandole aún más relevancia. Ese efecto puede ocurrir en la televisión, pero ya no en internet.
Visito este blog desde hace varios años y la calidad de los comentarios siempre ha sido bastante alta en comparación, por ejemplo, con la que tienen los de diarios tan conocidos como El País o de blogs con una también larga trayectoria como Alt1040. Si en esta calidad ha influido o no la moderación activa de comentarios, habría que determinarlo, pero yo creo que mucho más ha tenido que ver la alta calidad de los posts y el que Enrique no sea dado a la respuesta agresiva o grosera o a la indiferencia absoluta.
En los últimos tiempos, lo único que ha alterado la tranquilidad del debate ha sido la presencia de un comentarista que lleva el pseudónimo de Observador, cuyas polémicas intervenciones seguro que son conocidas por toda la gente que frecuenta este blog. Sus opiniones, sin embargo, han ayudado a evitar que el debate se estanque, porque con el paso del tiempo las voces disidentes se estaban apagando y eso de ninguna manera resulta saludable para una buena y fructífera discusión. Lo que sí le pediría a Observador es que deje de lado cualquier descalificación de tipo personal, que sea más amable a la hora de exponer sus ideas y que participe no solamente cuando esté en contra de algo sino también cuando esté a favor, porque si no da a veces la impresión de que su oposición a los criterios de Enrique es simplemente por llevar la contraria, lo que supongo que de ningún modo es así.
#005 Opino que siempre me ha parecido bastante paradójico que se generen subtemas secundarios a partir de otros principales. A mí me da exactamente igual como se exprese alguien, mientras me ponga datos objetivos sobre la mesa. No me importa cómo lo diga si me demuestra con datos fehacientes que lo que dice se sustenta en algo más que su imaginación. Hace mucho tiempo que Observador escogió el contenido a la forma. Pero vamos, que si tanto os preocupa intentaré abstener mis descripciones -que no insultos- para no herir vuestros ojos algodonados. Pero diría que es más sencillo usar la ruedecilla del ratón y evitar leerme…
#10 Si te fijas, cuando Dans escribe sobre nuevo soft o hardware y demás temas puramente tecnológicos, generalmente no escribo nada porque sé que ese es su ecosistema y soy consciente de que sabe de qué habla. Pero cuando se sale del estanque tal cual rana exploradora (esto no es un insulto, es una metáfora…) y se pone a escribir sobre temas que son mucho más relativos, pues obviamente voy a intentar dar otros puntos de vista, sobre todo cuando tengo datos que no concuerdan con lo que él cuenta. Recuerdo, además, que muchas de sus entradas van acompañadas de otras descripciones que yo podría llamar también insultos.
Aparte de esto, nadie se fija en que Observador es de los que más enlaces con datos añade cuando escribe intentando dar fuentes. No, en eso no, claro.
Me consuela saber que ya tengo comprobado que estos debates surgen cuando ya se han ido acabando las argumentaciones para defender según qué posturas, cuando entran en conflicto determinados dogmas personales con otros, etc. El tema de PRISM mismo viene muy bien para entender que no hay dogmas perfectos. Lo que no se puede hacer es sesgar esa crítica y criticar solo a un actor cuando todos están involucrados, por ejemplo. Eso ya es un sesgo que huele bastante mal en cuanto a la objetividad de cómo se toman las cosas.
Esa objetividad ha ido desapareciendo en el criterio general, sobre todo en este tipo de blogs de geeks, nerds, technos y demás. Podría decir que no, y que todos tenéis un criterio de puta madre, pero no sería verdad. El criterio que estoy viendo en determinados temas es totalmente… Ah, wait, que no puedo describir… Ehm… Un segundo, que voy a por el diccionario… ¿Inestable?
De todas formas, os aconsejo una cosa: las formas cambian, son mutables, cualquiera la puede obviar mediante la subjetiva ruedecilla de un ratón. El contenido sí que difícilmente cambia y ese con el tiempo es el que persigue y pide cuentas.
Es como si yo ahora fuera a una Oficina de Desempleo y dijera: ¿Sabéis qué? Los geeks, nerds y demás tecnopinadores piensan que si no te adaptas debes desaparecer (curioso cuando a ellos les llamaban hace años desadaptados), y ese se está convirtiendo en uno de sus dogmas preferidos. Ese dogma es MUCHO MÁS insultante que cualquier palabra que haya dicho Observador en este blog. Y si pensáis que no, haced el experimento con gente que ni siquiera entre en Internet.
Pero vosotros a lo vuestro…
Me imagino la cantidad de tiempo cuantitativo y el de calidad que robara el trabajo de moderador en um soplo blog. No me imagino con 2 o 3 blogs!!
Observador:
La disidencia es bienvenida, porque si no, esto sería un monólogo entonado a coro. Pero las formas también cuentan, y lo que hacen es degradar el mensaje, no mejorarlo. En consecuencia, te agradezco tu decisión. No queremos que dejes de escribir, ni tampoco darle a la ruedecita.
Krigan,
A mi me resulta mucho más enriquecedor el contenido de los posts de Observador, a pesar del tono irónico e insultante ocasional, que tu tono correcto pero de contenido habitualmente prepotente, y sin embargo nunca se me ha ocurrido pedirte que lo cambies. Y no voy a hacerlo esta vez tampoco.
Asier:
Si el insultado fueras tú, ya me gustaría ver cuál sería tu reacción.
#008: Enhorabuena por tu comentario, lo has ‘clavao’.
Hace un par de años tuve el ‘honor’ de ser considerado todo un troll en el foro sobre una aplicación para editar y organizador textos electrónicos. El moderador del foro es el propio autor de dicha aplicación.
A los pocos minutos de colgar mi primer comentario en dicho foro, en un hilo en el que se discutía sobre la posibilidad de que el autor sacase una versión para smartphones, y básicamente la gente le hacía la pelota para que lo hiciera pronto, yo criticaba al autor por no considerar esa opción y que otros llenarían ese espacio que el no quería ocupar. Se lo tomó mal y dijo que ya estaba entrando otro, troleando (trolling) por su foro y diciéndole lo que tiene que hacer sin estar cualificado. Sus fans incondicionales se me echaron encima con el mismo argumento.
Se ha devaluado el significado de la palabra troll que yo entiendo que originalmente debió significar algo así como un persona que quiere hacerse notar opinando al margen del hilo en cuestión o mediante críticas claramente ofensivas.
Enrique, te animo a investigar y a escribir sobre la evolución del concepto de troll. Me consta, por los comentarios que leo en tu blog, incluyendo una crítica puntual pero directa que hice a un artículo tuyo, que tu ‘umbral’ para censurar o considerar a alguien un troll está claramente más alto que la persona a que me he refierido antes.