Que las cosas resultan más agradables con una buena imagen que las represente es algo que resulta escasamente sorprendente. La imagen gráfica forma una parte intrínseca de mi trabajo como profesor en muchos sentidos: cualquiera que haya asistido a una de mis clases o conferencias sabe hasta qué punto me baso en la imagen, hasta el punto que mis presentaciones suelen ser simples sucesiones de imágenes que tienen como función recordarme el guión del tema a cubrir y evocar temas de discusión, pero que en la mayoría de ocasiones no van acompañadas de texto alguno (lo empecé a hacer por comodidad para no tener que traducir los contenidos, pero continué así al comprobar que desde el punto de vista de comunicación, funcionaban incluso mejor). En mi trabajo en la web, en cambio, me limitaba a tener cierta intuición que me llevaba a tratar de ilustrar mis entradas de una manera lo más agradable posible, pero sin plantearme mucho más.
La evolución del blog a lo largo de diez años, sin embargo, no deja lugar a ninguna duda: al principio, las imágenes eran escasas, resultaba perfectamente normal escribir una entrada sin ningún tipo de imagen de cabecera. Después pasé a imágenes en un tamaño de unos tres centímetros, excesivamente rodeadas de texto, mientras las reseñas de artículos seguían sin tener ilustración. Ahora las imágenes, a las que cada vez presto más atención, suelen tener entre siete y diez centímetros, estar rodeadas de un generoso acolchado, con fondo habitualmente blanco o cuidadosamente enmarcadas, y con una maquetación que en general tiende a evocar, de manera completamente involuntaria, la de una revista.
El tamaño de las imágenes, tanto en mi página como en la mayoría de las que leo habitualmente, no hace más que aumentar de manera progresiva. Una imagen atractiva, relevante o evocadora con respecto a la temática resulta fundamental a la hora de obtener un clickthrough razonable en redes sociales como Facebook, Twitter o Google+, casi tanto como lo pueda ser un buen titular, y un número cada vez más importante de visitas provienen de este tipo de origen. De hecho, en el rediseño de página que estoy ahora mismo planteando con mis amigos de Blogestudio, tanto las imágenes como el espacio destinado a herramientas como Flipboard o Pinterest ganan bastantes enteros en presencia.
No todas las redes sociales dan a lo gráfico el mismo nivel de importancia. Un enlace de una página con imágenes en Google+ suele conllevar una captura y una representación satisfactoria de la misma. Facebook, en cambio, yerra en numerosas ocasiones a la hora de capturarla, además de otorgarle una representación más bien discreta en tamaño: en mi caso, no son pocas las ocasiones en las que me veo obligado a subir mis propias entradas como imágenes suplementadas con un enlace en lugar de hacerlo como enlace convencional. No me extrañaría que el tratamiento de la imagen en Facebook fuese una de las líneas de algún rediseño futuro de dicha red. En Flipboard, aunque la visualización suele ser muy vistosa, no existe la posibilidad de determinar cuál de las imágenes, en caso de haber varias, es escogida para representar la noticia, algo que seguramente cambiará con el tiempo. En Pinterest, lógicamente, la jerarquía se altera debido a su planteamiento: la imagen se convierte en protagonista absoluto, mientras que el enlace y el contenido de texto pasa a un segundo plano – aunque sea un segundo plano dotado de una notable eficiencia a efectos de tráfico.
La evolución de mi página no deja de ser representativa de la magnitud del desarrollo de la web gráfica como tendencia: como exponentes fundamentales. En mi caso, está Flipboard, de la que he hablado recientemente a raíz de su decisión de ofrecer sus revistas en la web, Google Currents, que también muestra mi contenido con apariencia de revista, y Pinterest, una red que, sinceramente, no deja de sorprenderme. Mi experiencia con ellas no puede ser más positiva: desde el día que Flipboard anunció su acceso desde cualquier navegador y dispositivo, el número de seguidores de mi publicación, Technology Readings, se ha multiplicado por cuatro. En Google Currents, orientada a dispositivos móviles, he superado ya los 2.500 suscriptores. En Pinterest, el tablero que dedico a la recopilación de mis lecturas tecnológicas, tiene casi 2.300 seguidores, el que dedico a mostrar las entradas de esta página algo más de 1.700, y el que dedico a recolectar los libros que voy leyendo, unos 1.600. Según las analíticas de la propia Pinterest, los tableros generan algo más de dos mil impresiones, con un alcance medio de mil personas diarias. Pero estos números, razonablemente discretos en el caso de una página dedicada a la tecnología, no ocultan las posibilidades de la red social con el crecimiento más rápido y la mayor conversión y relevancia de todo el panorama actual.
El uso de imágenes y la importancia del diseño gráfico es cada vez mayor, y no se limita a ser una consecuencia del incremento de ancho de banda disponible: los dispositivos móviles, a pesar de su teórica limitación de consumo de ancho de banda, tienden a privilegiar incluso más las imágenes en términos de clickthrough. Las infografías adquieren cada vez más protagonismo. Las plataformas centradas en la representación gráfica no dejan de crecer. Por la razón que sea, mientras las revistas en papel se hunden de una manera cada vez más evidente, la web está dando un protagonismo cada vez mayor a estéticas cada vez más próximas a las de las revistas de papel: desde una Flipboard que directamente hereda su metáfora, hasta blogs y páginas corporativas que parecen inspirarse claramente en ellas. En la web, cada día más, una buena imagen vale más que mil palabras.
(This post is available in English in my Medium page, “Words and pictures: the magazine metaphor and the rise of the graphic web«)
No puedo estar mas de acuerdo. En nuestra blog, lo tenemos muy claro también. Estamos empezando y entre los bloggers, nos repetimos como un mantra, «añade una imagen destacada», después de casi 50 entradas en dos meses, ya nos sale automático, pero como tu mismo comentas, cuando ves el resultado en diferentes redes sociales, de una misma entrada, es cuando notas que el trabajo está bien hecho y es muy limpio.
No recuerdo en que página, o revista o blog, leía una vez que la comunicación a través de imágenes o gráficos es mucho mas potente y fácil de recordar que la comunicación escrita u oral. Sin lugar a dudas, el auge de las infografías o las redes sociales basadas en imágenes, así lo demuestran.
Buena entrada y enhorabuena por tu trabajo.
Buenos días Enrique, un placer leerte y poder utilizarte cómo fuente de evangelización en el trabajo.
En lo que comentas de Flipboard, sobre la selección que hace automática de imágenes a veces erronea, enlazo al recurso de ayuda dónde muestra cómo indicarle que imagen ha de mostrar.
http://dl.dropboxusercontent.com/u/84795419/flipboard-rss-feed-spec.html
Sobre lo que comentas de infografías, …. OK que funcionan mejor que otros recursos pero 1 handicap que hay que tener en cuenta en el empleo de infografías realizadas en imagen es que no están optimizadas para dispositivos pequeños, por tanto hay que pensar ya en infografías responsive o al menos conocer las limitaciones.
Gracias Enrique por tu blog,
Si me permites Enrique un consejo, yo usaría para tus entradas una imagen que ocupase todo el ancho del texto, de tal forma que no quedara texto alrededor de ella. Pruébalo y verás el cambio.
#003: Estoy en ello. Está incluido en el siguiente rediseño :-) Gracias!
Varias razones, desde mi punto de vista:
1- Tecnología web, las antiguas tecnologías web no permitían desarrollos tan visuales, todo tenía que ser más sencillo;
2- Ancho de banda, como comentas;
3- Facilidad de uso de herramientas TIC, antes sólo las usaban unos pocos, ahora cualquier persona con un mínimo de interés es capaz de hacer virgerías con las imágenes; y sobretodo
4- El cerebro humano es más visual que textual, entiende más rápido una imagen, la retiene mejor, … y además se puede comunicar más con una imagen en menos tiempo que con un texto.
Como destaqué en un tuit: escribir es transmitir en una dimensión, dibujar es transmitir en dos dimensiones, y si le añades tiempo/movimiento tienes la tercera dimensión.
Así las películas, animaciones, videojuegos, … nos atrapan tanto.