Educación absurda, mi columna en Expansión

Educación absurda - Expansión (pdf, haz clic para leer)Mi columna en el diario Expansión se titula «Educación absurda» (pdf), y está inspirada en la gran mayoría del sistema universitario español que conozco salvo muy escasas excepciones, fundamentalmente en todas esas instituciones en las que no es obligatorio o ni siquiera habitual que los alumnos evalúen a quienes les imparten clase y donde no se da importancia alguna a las puntuaciones recibidas, donde los puestos de muchos profesores están garantizados para toda su carrera profesional sea cual sea su desempeño en la función docente, donde los incentivos y la motivación brillan por su ausencia, y donde la mentalidad más funcionarial y los sistemas burocráticos más absurdos impiden un correcto desarrollo del proceso formativo. Los resultados no pueden ser más claros.

A continuación, el texto completo del artículo:

 

Educación absurda

España tiene un serio problema con la educación. Gastando más dinero y poniendo menos alumnos por clase que muchos países de su entorno, nuestro país ha conseguido unos ratios de fracaso escolar y un desempleo juvenil que superan todos los récords.

¿Qué elementos fallan en el sistema educativo español? De manera inmediata, y salvo excepciones, podemos señalar a la falta de responsabilidad. Muchísimos profesores carecen de responsabilidad sobre el producto educativo: la evaluación de la calidad de la enseñanza es prácticamente inexistente, no se usa, no es obligatoria o no se tiene en cuenta en absoluto. Un sistema que ofrece estabilidad en el empleo al profesor independientemente de la calidad y resultado de su docencia es inherentemente perverso. Los temarios y metodologías tienden a la obsolescencia, porque la ausencia de evaluación y competitividad elimina los incentivos. En un escenario de cambio tecnológico, el contraste se vuelve insoportable.

Pero además, las propias estructuras administrativas dan lugar a una enorme ineficiencia: hace poco vi cómo a un alumno de Ingeniería le negaban la posibilidad de hacer prácticas en una empresa, “porque no tenía completados la mitad de los créditos”. A otro, en Publicidad, le tramitaron su solicitud, pero le previnieron de que si hacía prácticas en su primer curso, “no le contarían como créditos”. En un mercado de trabajo disfuncional y con un porcentaje disparatado de paro juvenil, desincentivar el trabajo en prácticas a los alumnos de cualquier nivel es de tal irresponsabilidad, que merecería un despido sumarísimo.

La universidad española, salvo honrosas excepciones, no prepara a los alumnos para trabajar. Lo que hace es generar en ellos una actitud tan funcionarial como la que tienen la mayoría de sus profesores y trabajadores. Un desastre que no se cambia maquillando los planes de estudio. Es preciso modificar mucho, mucho más.

40 comentarios

  • #001
    Eloy Asenjo - 19 julio 2013 - 09:16

    Hola Enrique,
    Te sigo desde hace tiempo y eso será por algo.
    Al ver este artículo no puedo negar que estoy bastante de acuerdo con tu análisis, pero es un análisis demasiado generalista porque hay centros y docentes que no cuadran dentro del mismo.
    Por otro lado hay algo que nunca me gusta en los artículos que leo (de quien sea): el no ofrecer soluciones o reflexiones que hagan llegar a conclusiones que puedan aportar.
    Como no voy a ir en contra de mis principios te pongo una solución que sería muy urgente adoptar.
    Hay que desligar la educación de la política. Ahora mismo tenemos un ejemplo muy claro; se va a aprobar la LOMCE, y ya la oposición ha dicho que la va a derogar en cuanto llegue al poder: es decir que en menos de 8 años tendremos una nueva legislación que será ya la n-ésima desde la LOGSE.
    Una Ley sobre Educación ha de durar un mímino de 25 años para poder evaluar su bondad o maldad, pues es imposible medirla si no hay alumnos que hayan vivido todo el sistema. Durante esos 25 años habrá que hacer análisis para corregir lo que vaya siendo evidente y con ello mejorarla; pero ningún país puede sobrevivir educativamente con cambios legislativos que no duran más allá de una o dos legislaturas.
    Un saludo

  • #002
    Berto López - 19 julio 2013 - 09:18

    Totalmente de acuerdo con el fondo del artículo, Enrique.

    Ahora bien, dicho esto, es un reto idear un sistema que pueda garantizar una evaluación razonablemente objetiva por parte de los alumnos. Pero eso no quiere decir que no sea necesario afrontar ese reto.

    Un saludo,
    Berto

  • #003
    Fernando - 19 julio 2013 - 09:25

    Me pregunto, ¿que pasaría si España estuviese en América Latina?… Record de paro juvenil…

  • #004
    José Luis Portela López - 19 julio 2013 - 09:26

    Solo añadir un dato real mas. Yo estoy en la ultima fase para sacarme el doctorado, es decir tengo el DEA y estoy escribiendo la tesis. Os puedo asegurar que se necesita contratar a alguien durante 9 meses para que te resuelva todos los temas burocráticos, administrativos y demás tonterías para poder leerla, y como se te pase un plazo (que no avisan cuando comienzan ni terminan) se te retrasa todo un año mas. Si le preguntais a cualquiera que haya pasado por esto, os dirá que es peor que hacer la investigación y escribir la tesis…

  • #005
    Antonio Castro - 19 julio 2013 - 09:33

    Sin duda es una de las muchas cosas que habría que cambiar y sin duda algo muy importante, pero no es lo único. En realidad, lo que señalas obedece a vicios de toda la vida y ahora aparecen problemas nuevos. Actualmente existe un exceso de oferta de personal cualificado y están recurriendo a rebajar la calidad de la enseñanza para abaratar costes. La máquina de preparar personas es cara y produce mucho más de lo que luego son capaces de usar. La educación debería ser un derecho pero está totalmente orientada a la salida profesional. Por eso cuando las salidas profesionales escasea la máquina educativa cruje por todas partes. El problema no esta en la entrada de alumnado, ni en los profesores sino en el tapón que se organizó a la salida. En un sistema de amiguismos y enchufísmos el exceso de preparación se convierte en un problema para aquellos que están disfrutando de una vida acomodada sin apenas hacer nada. El problema de los profesores no es que sean como tú los pintas, es que los convierten en eso.

  • #006
    Alberto M - 19 julio 2013 - 09:35

    No podría estar más de acuerdo. Llevo años comentando en mi entorno, que la mala situación de la educación en España no es tanto una cuestión de dinero, y si de método educativo y obsolescencia de los contenidos de cada materia.

    Uno de los aspectos cruciales en la enseñanza (en mi opinión) es despertar la curiosidad del alumno y en mi caso y en el de la mayoría de los alumnos de mi promoción esto no se produjo en ningún momento durante todos los años que estuvimos estudiando la carrera.

    Posteriormente realicé un Master en Marketing en una escuela de negocio y mi experiencia no pudo ser más positiva. Tanto los profesores como el método de enseñanza han conseguido que, pasados varios años desde la finalización, siga empleando los mismo razonamientos que aprendí en mi día a día en la empresa.

    Necesitamos un cambio de modelo ya!!!

  • #007
    Juan Peset - 19 julio 2013 - 09:59

    Parafraseando a Fermat, diría que no has puesto en el artículo todos los problemas de la universidad española por falta de espacio…

    A mi modo de ver, otro de los factores del bajo rendimiento docente es que los profesores (tengo la sensación de que un número significativo de los mismos) simplemente ven la docencia como un MAL NECESARIO para poder investigar. De este modo, a menudo un investigador puntero se ve obligado a impartir asignaturas básicas, lo cual, comprensiblemente no le motiva en absoluto y busca todos los mecanismos posibles para esquivar dicha tarea o minimizar su impacto en su labor investigadora.

    Debería segregarse, al menos en lo que concierne a las aignaturas de contenido más básico y menos «actual», el cuerpo docente del cuerpo investigador para optimizar estructuras y resultados en ambos campos. El sistema actual sencillamente contrata personal en base a su capacidad investigadora (y recordemos que, en general, dicho personal no tiene ninguna clase de formación en pedagogía) para tareas docentes. Por poner un símil futbolístico en estos días de fichajes, equivale a un club que ficha a un delantero centro y lo acaba haciendo jugar de portero!!!

    De la retribución mejor no hablamos…

  • #008
    Gorki - 19 julio 2013 - 10:03

    Mientras en este pais el alumno valore más conseguir un título que adquirir unos conocimientos, no se puede dejar que los alumnos evaluen a los profesores, porque no los evaluarán por lo que enseñan o dejan de enseñar, sino por que proporci´çon de alumnos suspenden o aprueban.

  • #009
    Francisco Collado - 19 julio 2013 - 10:10

    Saludos.

    El ultimo párrafo está clavado. Salí de la facultad sin experiencia ni prácticas reales, y cuando pasé a despedirme de los catedráticos, me dí cuenta que no me habían preparado para emprendedor, sino funcionario (sus palabras dichas en aquellos despachos parecían un chiste de Forges). Y es lo que soy, funcionario. Pues el temario dado era más de una oposición que de un investigador I+D.

    La duda es «…salvo honrosas excepciones». Me gustaría conocerlas para informar a mis alumnos y que no comentan los mismos errores que yo.

  • #010
    cm - 19 julio 2013 - 10:52

    hola a todos,

    Llevo siguiendo este blog desde hace algunos años porque en general me parecen acertadas e interesantes las opiniones que aparecen.

    Respecto a esta entrada tengo que decir que me parece excesivamente simplista. El trabajo del profesorado universitario, en la universidad pública española, que es la mayoría, se basa, fundamentalmente, en las labores docente y en las labores investigadoras. El sistema de evaluación del profesorado, que posibilita ascender en la carrera docente, da un mayor peso a los logros investigadores y considera los logros docentes cumplidos prácticamente con cubrir una cierta carga docente. Ni que decir tiene que para alcanzar los logros investigadores se necesita muchísima más dedicación que el porcentaje de tiempo que el estipulado en el Reglamento universitario. Este es el perverso sistema que tenemos en España el Personal Docente e Investigador (PDI) de la universidad pública. Supongo que debe ser una consecuencia de querer que las universidades asuman una parte importante, excesiva en mi opinión, del peso de la investigación del país. Así no es necesario invertir en Centros de Investigación. Llegados a este punto, me gustaría plantear una cuestión: ¿el papel fundamental de la universidad es formar o investigar? porque en este país se lleva demasiado tiempo queriendo matar dos pájaros de un tiro.

    Por otra parte, ya estoy harto de esa cantinela casi mantra: «los profesores universitarios: esos vagos apoltronados» Hay muchos así, ciertamente, pero también otros muchos que intentamos hacer nuestro trabajo dignamente, a pesar de que para llegar a ello hemos tenido que sufrir una carrera de unos 10 años con salarios de risa y contratos temporales, a pesar de que en las aulas tenemos que lidiar con alumnos más pendientes del móvil que de lo que se está contando en el encerado, a pesar de que cada dos por tres nos encontramos con entradas como esta en la se nos insulta de forma tan injusta, una vez más.

    ¿y a mi quien me motiva?

    saludos, tristes, pero saludos

  • #011
    cm - 19 julio 2013 - 11:01

    ah! otro dato que creo interesante: llevo desde 2001 en la universidad, como único trabajo y fuente de ingresos, y aún no he igualado mi último salario en una modestísima consultora.

  • #012
    Monse - 19 julio 2013 - 11:04

    Soy docente, no tengo estabilidad en el empleo, pero sí auténtica vocación de enseñanza y preocupación continua por mejorar las herramientas y recursos de aprendizaje que pongo a disposición de mi alumnado para guiarles en su aprendizaje. Dicho esto, creo que la segunda proposición no es en absoluto consecuencia de la primera. No es la inestabilidad en el empleo la que va a mejorar la calidad de la enseñanza, sí la responsabilidad, la motivación, la selección del profesorado con criterios de excelencia y el consecuente reconocimiento social de su labor. De acuerdo con el fondo del artículo: tenemos que cambiar, y hay que evaluar, no solo la función docente, sino también el sistema en si mismo, pero si conseguimos que los mejores en cada materia y con auténtica vocación sean los que se dediquen a enseñar, mejor vincularlo a una estabilidad suficiente que te despreocupe de temas como ¿a dónde me tocará ir este año? ¿me llamarán?

  • #013
    Israel Pérez - 19 julio 2013 - 11:05

    Gorki, no es que los alumnos valoren más conseguir el título que la adquisición de conocimientos (en general), sino que saben, con honrosas excepciones, que es lo único que van a conseguir. Han renunciado, como yo en su momento, a adquirir conocimientos útiles para conseguir un trabajo, así que lo único que queda es el título.

  • #014
    Osqui - 19 julio 2013 - 11:26

    1.-Todo el mundo sabe que hacer «prácticas» es un eufemismo de trabajo precario y mal pagado que no suele tener ninguna continuidad. Así que haciendo «prácticas» no creo que se solucione demasiado lo del paro

    2.-La evaluación del profesorado por parte del alumnado puede ser una buena herramienta más, pero es un arma de doble filo: como en cualquier democracia, la opinión de las masas (y si éstas no son muy maduras) puede ser fácilmente influenciable

    3.-Propuestas, propuestas, propuestas!!!

  • #015
    Fernando - 19 julio 2013 - 11:27

    Totalmente de acuerdo Enrique.
    Hace años el centro formativo en que trabajo estudió la posibilidad de ofrecer formación reglada (influenciados por la «titulitis») y era tal el número de normas, requisitos e imposiciones administrativas y absurdas tanto en cuestiones de programas formativos como de profesorado que se optó por seguir impartiendo formación libre, no oficial, pero válida para aprender y trabajar que es lo que los estudiantes (y sus padres) quieren.
    El tiempo y la industria de que se trate acaban dando la razón a quien forma para desempeñar labores profesionales y no a quien forma para eliminar temporalmente números de las listas del paro.

  • #016
    PEDRO - 19 julio 2013 - 11:36

    Enrique creo que te has quedado corto criticando el sistema educativo en general y el universitario en particular. Yo terminé la carrera en el 2001 y tenía clases que eran al dictadillo. Como oyes. «En la empresa podemos encontrarnos con cuatro tipos de…», «con cuatro qué?», «tipos», «ah vale». «Bueno pues continuo, cuatro tipos de…».
    Así eran algunas clases. Eran bastante de coña la verdad. Vale, de eso hace años pero no veo que la mentalidad haya cambiado sustancialmente.
    También recuerdo, estudié Administración de Empresas, que en toda la carrera nos darían… no sé… alrededor de 10 casos prácticos. Cuando digo caso práctico es una fotocopia que apenas se veía, de 1 cara, sobre un éxito empresarial que nos decían que la leyéramos porque podía caer en el examen. Eso hace un total de unos 2 casos prácticos, 2 hojitas, por año.
    Vamos, que salí de la universidad casi como entré, eso sí como una baseee (como se suele decir) que me sirve para… poco.

  • #017
    Gabriel Huecas - 19 julio 2013 - 11:42

    Hola Enrique,
    La primera parte del análisis me parece adecuada. No tanto lo que viene después.

    Comentas que «Pero además, las propias estructuras administrativas dan lugar a una enorme ineficiencia: hace poco vi cómo a un alumno de Ingeniería le negaban la posibilidad de hacer prácticas en una empresa, “porque no tenía completados la mitad de los créditos”. A otro, en Publicidad, le tramitaron su solicitud, pero le previnieron de que si hacía prácticas en su primer curso, “no le contarían como créditos”.»

    ¿Qué sentido tiene que un alumno, que está en primero o segundo, ya pueda hacer prácticas en empresa? ¿Qué va a practicar? Se le exige la mitad de créditos para que desarrolle una actividad relativa a su trabajo en la empresa. Un alumno que está en penúltimo o último año de carrera tiene bastante que aportar en una empresa. Un alumno de primero o segundo tiene muy poco que aportar, obviamente, en mi opinión.

    Y muchos alumnos en prácticas (v.g. los famosos ‘pasantes’ en abogacía) sólo hacen tareas administrativas que poco o nada tienen que ver con la carrera que están estudiando.

    Gabriel Huecas
    [Titular de Universidad]

  • #018
    Hiperion - 19 julio 2013 - 11:46

    #001 Eloy Asenjo

    Tienes toda la razón en tu recomendación… pero al mismo tiempo te equivocas: No sólo hay que desligar la educación de la política, sino de todo lo demás.

    Se supone que una democracia sana tiene separados los poderes ejecutivo, legislativo, y judicial. Por desgracia, en nuestro sistema, no soy capaz de diferenciar entre el ejecutivo y el legislativo (y me da la sensación de que el judicial empieza a peligrar).

    Si, se debe separar lo político de la educación… pero también de renfe, de los astilleros, y de todo. Debería despolitizarse todo lo que esta politizado (salvo el legislativo)

  • #019
    Luis Hernandez Peña - 19 julio 2013 - 12:09

    Con el auge de los MOOC, y el tirón en general que las universidades de prestigio internacional están dando a su presencia online, llegará un día no muy lejano en que las carreras universitarias se estudien online íntegramente. Con ello muchas universidades-dinosaurio se extinguirán.

  • #020
    Beatriz - 19 julio 2013 - 12:12

    España tiene un gran problema con la Educación, pero no de hace poco, desde siempre. Estoy totalmente de acuerdo con el artículo, que se enfoca más hacia la Educación en las Escuelas Universitarias, se puede decir que se toca un tema empezando por el tejado, que no debemos olvidar que también es muy necesario, pues de la formación recibida en nuestra Universidades se verá la calidad del servicio a los ciudadanos entre otras cosas. Antes de continuar quiero decir, que aunque se generalice puede que existan Universidades que lo hagan mejor, profesores implicados y con vocación, etc., pero observando como está la situación, es ALARMANTE.

    Yo comento desde mi ámbito, que precisamente es la Educación, soy docente de la etapa de primaria. La formación que se da a los futuros maestros es vital, son el futuro de los que entrarán en la enseñanzas básicas, y otras etapas, si no se les da una Educación y un Aprendizaje de Calidad, mal empezamos, si los profesores universitarios no dan ejemplo mal empezamos y así con una lista enorme que podría escribir. La BUENA formación Inicial de un docente es y posteriormente la formación permanente es parte de una garantía de tener buenos profesionales.
    La EVALUACIÓN es un requisito en todo Sistema Educativo y no es malo, es simplemente como van las cosas, que resultados estamos obteniendo, como funciona, se reflexiona y si hay que cambiar manos a la obra, pero en general hay un gran miedo, por ser evaluado, si hay miedo… quiero pensar que es porque se sabe que las cosas no se hacen bien?
    Se deben evaluar, los centros, los profesores, los programas, los materiales, todo, y actuar para mejorar y tener una enseñanza y Educación de Calidad. En cuanto a los cuestionarios en las Universidades, es verdad que se realizan con el mayor o menor rigor, pero el problema es que cuando llegan a manos de los que tienen que llegar…ahí se queda todo. No se hace nada. Muchos alumnos tienen miedo de hablar, porque piensan que suspenderán, otros hablan y no se les hace caso,…eso es otro gran problema.
    Si los que están «arriba» no dan ejemplo se mueven, se preocupen del sistema y de los programas de sus universidades, de los docentes, porque ellos lo tienen más fácil que las etapas inferiores de primaria y secundaria, ellos simplemente pueden no renovar al profesor y ya está, entre otras cosas pero no se hace. Es triste y decepcionante. Por eso, cuando un alumno de Universidad sale, termina, consigue su título,…y cuando llega a la realidad…no es nada comparado con lo que se ha «enseñado» en la carrera. Otra gran realidad. ¿Qué formación he recibido? ¿He pagado? si a la hora de la verdad no estás preparado o preparada.
    Podría escribir mucho sobre el tema, y no sólo de la formación inicial en las Universidades, sino de todo el Sistema Educativo que tenemos en España, me preocupa muchísimo, y yo desde mi ámbito y oficio, quiero dar todo lo que pueda para mejorar esto, porque aunque parece una gran utopía pensar que se pueda cambiar,..quiero creer que puede haber alguna posibilidad y que solo una persona no puede hacerlo, tengo muchísimas ideas.

    Como había comenzado mi comentario, «La Educación en España tiene un gran problema», y como alguien comentó no solo basta con decir lo que está mal, propongamos soluciones, ideas, yo tengo muchas y expondré algunas aquí:

    1.El Sistema Educativo tiene que cambiar totalmente, tomando ejemplo de los países que les va bien, comprometiéndonos todos los sectores a luchar por una buena educación que es el futuro y el bienestar de una sociedad democrática y libre, y por su puesto no se puede cambiar la ley cada cuatro y ocho años. Tiene que haber estabilidad en el sistema y eso sí, tras las evaluaciones y análisis retocar, reformar, mejorar.

    2. Cambio de mentalidad de toda la sociedad respecto a la importancia que tiene una buena calidad:

    -La visión de las familias con respecto a la escuela, la educación, profesorado,…

    -Compromiso, formación permanente y vocación de todo el profesorado. En las Universidades, que haya gente profesional y sean seleccionados de manera que demuestren su formación, eficacia,etc., para que se les exija a los futuros docentes un esfuerzo, buena formación…

    3. Los programas televisivos, que desprendan cultura y buena educación.

    Quizás, no esté dando las soluciones concretas, pero esto son alguno de los puntos que habría que ir empezando a cambiar. Este tema de la Educación es muy amplio, y si no se cambia la mentalidad, y el sistema no hay nada que hacer.

    Resumo en varias palabras lo que he querido transmitir con mi comentario hacia la Educación:

    MENTALIDAD-COMPROMISO-VOCACIÓN-RESPONSABILIDAD-CALIDAD

    y para finalizar, me gustaría decir una frase que vi en un artículo y que dicen mucho. » Las palabras convencen, pero el ejemplo arrasa».

  • #021
    PEDRO - 19 julio 2013 - 12:17

    #017 Vale Gabriel, lo que dices podría tener sentido a bote pronto. Si estás en primer curso y no tienes conocimientos no tiene sentido en principio ir a una empresa. Ahora vamos con la tozuda realidad. Yo soy licenciado y será por lo poco que me enseñaron en la universidad o por lo que sea pero en todos, repito en TODOS los trabajos que he desempeñado he tenido que empezar de cero. Es decir, lo que he aprendido en la universidad apenas me ha servido. Dicho de otra forma, siempre me ha dado la sensación de que cualquiera de fuera, con una pequeña formación como la que me daban a mí, podría hacer mi trabajo sin necesidad de pasar por la universidad.
    Dicho esto, y sabiendo que hay trabajos y trabajos, y todo depende del contexto concreto en que te encuentres, propongo una idea.
    ¿Porque no aceptar, asimilar, y potenciar que la enseñanza y la empresa (prácticas) se complementan?
    Es decir son dos caminos que se cruzan, se mezclan, se retroalimentan y se potencian el uno con el otro.
    Es decir que las enseñanzas de la universidad las llevas a la empresa y las de ésta las llevas a la universidad y las compartes con tus compañeros, como también podrías compartir con tus compañeros de trabajo de tus prácticas lo que aprendes en la universidad.
    Es decir que sean dos partes de un todo y que el alumno aprenda de las dos fuentes y a su vez pueda aportar a ambas lo aprendido.
    Eso no supone ningún coste pero si un cambio de mentalidad muy importante. Quizá en 2050…

  • #022
    Anónimo - 19 julio 2013 - 12:56

    Un par de observaciones:

    «Muchísimos profesores carecen de responsabilidad sobre el producto educativo: la evaluación de la calidad de la enseñanza es prácticamente inexistente»

    Trabajo en secundaria en la pública, es cierto que no es el nivel del que se habla, pero también tenemos la amenaza de la evaluación o control político como nos tememos que sea. He tenido clases de 30 alumnos donde asistían 3… He tenido clases donde sería necesario expulsar al 80 % del alumnado para poder empezar a impartir (y me refiero a la educación básica de que el chaval se siente en su sitio y se calle) He tenido clases donde he citado a lo largo del curso al 100% de los padres consiguiendo hablar con uno…en el supermercado y de casualidad. Siendo mi contrato con la administracion para impartir la asignatura X me ha tocado dar la Y (este año, el siguiente la Z con lo cual no merece la pena especializarse en ella). Siendo un profesor de la asignatura X y no de pedagogía terapeútica he tenido alumnos con síndrome down (con seis cursos de desfase), rumanos que no hablaban español, chinos que chapurreaban, diabéticos a los que he tenido que atender…Ratios al límite.Con estos mimbres hablarme de que me tienen que evaluar suena a cachondeo.

    Por otro lado no se habla de evaluar al alumno, (no me refiero a la nota que le ponga en mi asignatura)¿Qué tal si el equipo educativo evalua al alumno como estudiante en conjunto y decide que no es apto para estudiar, anulándole de paso la matrícula?

    «Un sistema que ofrece estabilidad en el empleo al profesor independientemente de la calidad y resultado de su docencia es inherentemente perverso.»

    Solo es una cara de la moneda. Hay otra parte. Esa garantia laboral permite que te plantes y no tragues con las presiones de los comisarios políticos en que se ha convertido la inspección y en la que intentan convertir la dirección. Los inspectores exigen un porcentaje de aprobados bajo la amenaza del papeleo burocrático. ¿Cómo apruebo al 50% de esa clase en la que solo aparecen tres alumnos? ¿Cómo apruebo a un alumno que se limita a esperar a tener dieciseis para irse del centro y te deja exámenes en blanco y no trae ni libreta porque le pesa?

    Esa estabilidad ha permitido rechazar auténticas estupideces como el plan de calidad en Andalucía, un plan que aparte de burocracia inútil pagaba por aprobados al peso. El plan se vendía al estilo de «apuntate que no tienes nada que hacer nada este año y son 600 €». Como apestaría que el 70% de los centros de secundaria lo rechazo, y eso que año tras año hubo que ratificarse en el no (curiosamente los que aceptaban no lo volvían a votar).

    «Pero además, las propias estructuras administrativas…»

    Por suerte o desgracia, ese tema no lo fijamos los profesores. Es más ante la cantidad de cambios que se producen de un año para otro he dejado de dar consejos sobre lo que podían hacer mis alumnos al acabar la etapa en la que tenía la suerte de darles clase (ciclos que un año convalidan al siguiente no, cursos que puntuan hoy si, mañana ya veremos)

    También está el problema de como evaluar, he sido alumno en la UNED y me pedían evaluar asignaturas que no daba, asignaturas que tenía convalidadas y asignaturas en las que solo iba al examen. ¿Quién coño ha diseñado eso?

    Y el problema de evaluar al evaluador. En secundaria los «ejpertos» son los inspectores (no pisan el aula), los pedagogos (no pisan el aula), los profes universitarios de ciencias de la educación, tampoco pisan el aula de secundaria. Y todas sus idioteces educativas se basan en que el alumno estudia, es educado y los padres se interesan. No me jodas, así es perfecto …hasta que entras al aula. La ultima vez que pedía ayuda a inspección/pedagogía me remitieron a un panfleto publicado por la «hunta de Andalucía» sobre down donde se justificaba tenerlo en el aula. Oiga, si de tenerlo en el aula ya me he enterado, lo que quiero es saber como le imparto clase porque la plaza que me preparé iba sobre la asignatura X en secundaria, no iba sobre down y mucho menos iba sobre tercero de primaria que es al nivel que el pobre chaval tiene.

  • #023
    francisco - 19 julio 2013 - 14:22

    estimado Enrique
    tras casi 20 años full time en la universidad española, la única solución que veo viable es el cheque educativo, es decir que los famosos 7000 euros que paga el estado por alumno vayan a las manos de los alumnos no de las universidades y de este modo puedan escoger donde pagar con ese cheque….con este sistema ya veras como se ponen las pilas para no perder alumnos

  • #024
    Luis Felipe Prieto Vara - 19 julio 2013 - 14:44

    La Educación Como Compromiso.

  • #025
    David - 19 julio 2013 - 14:50

    Enrique, tú eres profesor. ¿Qué haces diferente a los demás? Las clases magistrales son una pérdida de tiempo. Se aprende cuando se hace. Las clases magistrales de los MOOC son la misma pérdida de tiempo, pero por Internet. Menos clases y exámenes y más proyectos.

  • #026
    Vlad - 19 julio 2013 - 15:22

    Hola Enrique y demas que vayais a leer este comentario.
    A modo de ejemplo os voy a contar una pequeña experiencia personal.
    Soy ingeniero de telecomunicaciones e hice Erasmus en Francia. A la vuelta le comenté a mi profesor de Redes de Ordenadores que en la escuela en la que estuve la asignatura consistía básicamente en un curso de CCNA ( para los que no saben lo que es es una certificación del FABRICANTE por excelencia de equipo de red y cuesta unos 1000€ y un año obtenerla) a lo que mi profesor me contesto que desde Cisco ya se lo habían ofrecido pero que se negaron porque para dar las clases tenían que sacarse la certificación CCNP, y que como son ingenieros de telecomunicaciones les parecía una ofensa.
    Creo que este pequeño ejemplo muestra hasta que punto llega la irresponsabilidad en el sistema educativo español. Para qué esto se arregle tiene que desaparecer toda una generación de funcionarios inadaptados a los tiempos en los que vivimos.
    P.D. : Para entrar en mi escuela se necesitaba un 7,9 en selectividad, ahora no son capaces de cubrir las plazas.

  • #027
    Cristina - 19 julio 2013 - 15:25

    Por aquí, algunas experiencias que estoy teniendo. Estoy en un curso impartido entre la universidad católica de Chile y la universidad de stanford. Lo hago a través de internet y es gratuito. Trata sobre la toma de decisiones estratégicas. Ademas de la influencia que recibo de otros estudiantes de otros países, me sorprende gratamente el planteamiento. El director del programa, es el que establece «tips» claves para empezar a desarrollar y darle forma a lo que se requiere aprender. Ayer me tuve que sentar y reflexionar seriamente sobre el tema. Con dos videos de 3 minutos cada uno, se consiguió un avance en el planteamiento y visión de un proyecto emprendedor. Esos tips que hacían pensar, eran a su vez el hilo conductor de lo que requería aprender. Muy bien gestionado.
    Eso significa, que aunque los niños aprendemos a base de repetición y observación, como adulta me estimula ese pensamiento creativo que me obliga a replantear. Nos obliga a pensar. A pensar como como hacer las cosas. :-)

  • #028
    Vlad - 19 julio 2013 - 15:31

    Hola Juan Peset
    Quieres decir que los que tienen que dar clases son los que menos entienden de la materia? Y dejar que los que saben investiguen? Porqué a mi me han enseñado desde pequeño que alguien que sabe de algo es alguien que es capaz de enseñárselo a un niño pequeño.

  • #029
    Jose - 19 julio 2013 - 15:51

    En primer lugar, indicar que no he podido leer los comentarios anteriores por falta de tiempo, así que pido perdón por si me repito.
    Le sigo desde hace mucho tiempo y me encantan sus post, pero en este caso ha caído en algunas cuestiones que deben ser matizadas. En primer lugar, habla de «Gastando más dinero y poniendo menos alumnos por clase que muchos países de su entorno, nuestro país ha conseguido unos ratios de fracaso escolar y un desempleo juvenil que superan todos los récords», lo cual no se donde lo saca. Si se refiere a los datos de la OCDE, esos se refieren a enseñanza primaria y secundaria, y para nada a las Universidades, donde la situación es completamente distinta a la que indica. En estas, y se lo digo como Profesor Titular en una de ellas (de bastante antigüedad y tradición, casi 500 años) lo que la escasa financiación nos está llevando es a un aumento en el número de alumnos por clase que multiplica lo exigido según el Plan Bolonia, donde la atención personalizada al alumno que se exige en dicho Plan es imposible por falta material de horas y espacio (cuando se tienen del orden de 70 alumnos por grupo o más, ya me contará). Ese panorama es desconocido en Universidades de nuestro entorno, siempre que por ese entorno se piense en Francia, Alemania, Holanda, etc., donde el número de alumnos por clase es muy bajo y permite otro tipo de enseñanza distinta a la que ahora podemos dar.
    Por otra parte, usted indica: «¿Qué elementos fallan en el sistema educativo español? De manera inmediata, y salvo excepciones, podemos señalar a la falta de responsabilidad». Para empezar, esta afirmación coloca en la picota a la mayoría del profesorado español, y eso es tremendamente injusto. Al contrario de lo que indica, le digo por conocimiento de causa que es mucho mayor el número de profesores responsables que intentan dar una enseñanza lo mejor posible a sus alumnos que los que no, así que la excepción es justo la contraria a la que usted indica. No debe olvidar que en el proceso de enseñanza hay dos partes, alumno y profesor, y el fallo, cuando lo haya, no siempre viene del mismo lado. Luego indica algo que no tiene mucho fundamento, el hablar de evaluaciones docentes. Tengo mucha experiencia en el tema y le puedo decir que ese parámetro es muy difícil de evaluar. A ver… ¿cómo lo haría usted? ¿Por encuestas entre el alumnado? En mi Universidad, y en general en mi región se hacen, son obligatorias para todo el profesorado, y las notas suelen ser altas, (medias de más de 3.7 sobre 5). ¿Según el número de aprobados? Eso sería muy injusto y además podría llevar a situaciones en las que interese aprobar como sea a los alumnos para obtener una nota alta. No es nada fácil. En mi experiencia, la mejor evaluación está al corregir exámenes, ver lo que el alumno ha recibido de lo enseñado y si es capaz o no de plasmarlo sobre el papel (con 70 alumnos, si hago los exámenes orales durarían semanas). Y según lo leído, obrar en consecuencia. Somos muchos los que lo hacemos así, y cuando uno se da cuenta que algo falla, se pone manos a la obra para corregirlo.
    Más cosas: «Un sistema que ofrece estabilidad en el empleo al profesor independientemente de la calidad y resultado de su docencia es inherentemente perverso. Los temarios y metodologías tienden a la obsolescencia, porque la ausencia de evaluación y competitividad elimina los incentivos». Este es un mantra muy repetido contra el funcionariado. Se vende la imagen de que por ser funcionarios nos da todo igual, que pasamos de todo, trabajamos un par de horas y damos la misma docencia de hace 20 años. Pues sí, así era… pero entre el profesorado que venía del franquismo, fundamentalmente. Yo he sufrido profesores de ese estilo, y muchos con poca formación y que uno se preguntaba cómo es posible que sean profesores (evidentemente, generalizar también es injusto en este caso, donde también conocí profesores buenísimos). Pero afortunadamente esa generación da sus últimos coletazos, se están jubilando y nos los estamos quitando de encima. Los profesores jóvenes no son así. Suele ser gente que ha dedicado mucho tiempo y mucha carrera a la investigación, que han(hemos) salido al extranjero, que hemos visto lo que se cuece fuera… y que nos hemos quitado los complejos tan típicos de nuestro país. Y que intentamos hacer las cosas bien porque nos gustan, porque nos gusta dar clase y porque disfrutamos investigando, porque nos gusta leer las revistas científicas y estar a la última, y llevar las novedades de nuestro campo, siempre que sea posible, a nuestros alumnos. Y eso le aseguro que se hace y mucho, por lo que usted dice no tiene fundamento. Además, un profesor cuya plaza pende de un hilo es blanco fácil para la corrupción (aprobados al hijo de, sobrino de, etc..) por mor de no perder el trabajo, y por otra parte, alguien así no se arriesga en la investigación, porque en ese terreno, lo que sobre el papel es muy bueno, en la práctica puede no funcionar… y que eso ocurra tras varios años de esfuerzo, no pudiendo alcanzar los objetivos (algo por otra parte muy habitual en Ciencia).
    Sobre la cuestión de las prácticas, poco tengo que decir, solo que siempre es mejor que el alumno tenga una mayor formación antes de enfrentarse a ellas. Quien le pueda enseñar o guiar en las prácticas puede tener vicios adquiridos y realizar de forma incorrecta funciones u operaciones que en la Universidad habría aprendido mejor, pero es algo donde no le voy a rebatir, debido a la amplia casuística que puede existir.
    Por último, usted indica: » La universidad española, salvo honrosas excepciones, no prepara a los alumnos para trabajar. Lo que hace es generar en ellos una actitud tan funcionarial como la que tienen la mayoría de sus profesores y trabajadores». No me puedo creer que usted haya escrito algo así. La Universidad no puede preparar a los alumnos a trabajar, puesto que cada trabajo es un mundo. Lo que si hace la Universidad es preparar a los alumnos para que tengan las herramientas de pensamiento, estratégicas, de conocimientos y de adaptación para poder trabajar en lo que sea. En la Universidad no es posible enseñar las cuestiones concretas de cada trabajo, eso es algo que se va aprendiendo, y además durante muchos años. Leo mucho esta cuestión y veo mucho desconocimiento, pero no lo esperaba de usted. Lo de generar actitud funcionarial.. tampoco lo comparto y no lo entiendo además.
    Lo que le he leído hoy es un ataque frontal, que se suma a algunos otros, contra la Universidad española. La cual tiene muchísimas cosas que mejorar y que optimizar, pero que no es tan desastre como se quiere hacer ver, algo que afortunadamente nuestros licenciados y doctores nos enseñan cada día, cuando son recibidos con los brazos abiertos en países «de alto nivel» para desempeñar su labor profesional, ya que en este país somos tan pobres que no somos capaces de ofrecerles esa oportunidad.
    Un saludo, y espero seguir leyendo sus fantásticas entradas al blog, de las que disfruto mucho, así como disfruté hace unos meses leyendo su libro. Aunque hoy, lo siento, pienso que se ha equivocado, no se si por desconocimiento, malas fuentes o por algo más.

  • #030
    David - 19 julio 2013 - 17:02

    #0026 Vlad, yo también soy ingeniero de teleco. Las certificaciones de fabricantes no son para la universidad. Mejor prácticas con redes o simuladores de sw libre.

  • #031
    astur - 19 julio 2013 - 17:14

    No es que haya que desligar la educacion y al politica sino que simplemente el estado no debería tener planes educativos ni regular la educación, sino ha de ser la propia gente libre para educar a sus hijos como crean conveniente.

  • #032
    PRESIDENT MAO - 19 julio 2013 - 23:44

    Yo estudié la carrera de Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid, y fue el peor error que he cometido en mi vida: aulas masificadas (hablamos de doscientos alumnos por clases), horarios demenciales, una carga lectiva imposible de acomodar en días de 24 horas (te obligaban a apuntarte a no menos de una docena de clases ‘optativas’ para cumplir con los créditos que imponía el plan de estudios), instalaciones tercermundistas, profesores que dejaban las clases en manos de interinos o becarios (y cuyo control de asistencia consistía en que nos comprásemos SU libro, y así nos ahorrábamos el ir a clase, porque todo lo que decían ya estaba allí), prácticas inexistentes (para que os hagáis una idea, el Practicum lo hizo mi clase en las oficinas del Defensor del Pueblo, y nos tenían toda la mañana leyendo el periódico porque no sabían qué hacer con nosotros, mientras los funcionarios con plaza fija se tomaban pausas de una hora para el café)… Mi consejo para los futuros padres es que enseñen a sus hijos a poner ladrillos o servir mesas, porque la Universidad, tal y como está ahora, es una fábrica de parados. Eso, o emigrar, que ya sabemos las tres salidas profesionales que hay en España: tierra, mar y aire.

  • #033
    Pit - 20 julio 2013 - 02:37

    #029 Jose, con todos mis respetos, tú razonamiento es una muestra más de la gravedad y profundidad del problema. No importa que los resultados de las Universidades españolas sean objetivamente pésimos, no importa que los ratios de investigación sean bajos, ni que el prestigio internacional escaso. Las cosas deben seguir básicamente como están y la evaluación, y la rendición se cuentas, algo engorroso e injusto para los profesores y las universidades mismas.

    Puede que conozcas el diagnóstico que se hace la Comisión de expertos, todos ellos catedráticos de universidades españolas. Si no es así, re recomiendo que lo leas: http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/dms/mecd/servicios-al-ciudadano-mecd/participacion-publica/sistemauniversitario/propuestas-reforma.pdf

    Me permito destacar algunos párrafos

    » algunas disfunciones actuales de las universidades españolas tienen su origen en una inadecuada identificación (u ordenación) de esos sectores del público al que debe servir»

    » La universidad debe estar al servicio de la sociedad, no de si misma.”

    «el actual gobierno de las universidades favorece que los colectivos que las integran, parte interesada y decisoria a la vez, pugnen por sus intereses inmediatos… con frecuencia los procesos de decisión están teñidos de corporativismo»

    «La primera condición para mejorar la calidad del Sistema Universitario Español es reconocer que es muy insuficiente: la falta de universidades españolas de excelencia es incontrovertible»

    «el 57,6% del PDI funcionario tiene una actividad investigadora nula o casi inexistente»

    «el sistema de acreditaciones de la ANECA se transformó enseguida en una simple condición para la promoción del acreditado en su propia universidad” … “ha acentuado la tradicional endogamia de las universidades»

    Proponen » incrementar el número de plazas de profesores ayudantes “con una ocupación de plazas muy limitada en el tiempo y absolutamente improrrogable»

    Y mucho me temo que si hubiéramos incluido expertos extranjeros el diagnóstico habría sido más duro.

    Y no estos «sabios» no son los únicos en la universidad española que creen que debe cambiarse de arriba abajo. Yo mismo conozco muchos profesores universitarios cuya opinión coincide básicamente con lo expuesto por Enrique: la universidad española no funciona porque no hay incentivos para ello, más bien al contrario.

  • #034
    Carlos Ripoll - 20 julio 2013 - 11:57

    La mayor parte de artículos de este tipo suele estar basado en opiniones y en pequeñas experiencias personales como las que cuenta Enrique en su artículo. Creo que estos temas merecen comentarios más fundamentados (sin ánimo de menospreciar las opiniones de Enrique, que son respetables como las de cualquier persona). Os recomiendo leer análisis más elaborados sobre la situación del sistema educativo para formaros una opinión propia y más fundamentada. Es cierto que hay muchas cosas mejorables y que queda mucho camino de recorrer, pero tampoco podemos tirar por tierra el trabajo de las últimas tres décadas.

    Lo que se comenta del nivel de gasto me parece cuestionable (me gustaría conocer las fuentes). En el ámbito de la educación superior comentar que la Universidad ETH Zurich tienen menos de 20.000 alumnos y un presupuesto que es superior al de todo el sistema universitario de la Comunidad Valenciana (que puede dar servicio a casi unos 180.000 estudiantes).

    Por si a alguien le interesa el tema os dejo un enlace a un documento del Ministerio de Educación con datos sobre el Sistema Universitario Español:

    http://www.mecd.gob.es/dctm/sue/datos-y-cifras-sistema-universitario-espanol.pdf?documentId=0901e72b814eed28

  • #035
    Sara de Urrutia Escudero - 20 julio 2013 - 12:13

    Buen post Enrique, aunque ciertamente matizable. Con mi última experiencia formativa tengo unos datos algo distintos. En mi universidad se evalúa todo y al finalizar cada cuatrimestre nos hacen encuestas sobre el grado en general y sobre cada profesor en particular. En los dos años que llevo, se ha cambiado la metodología de muchas clases y hemos sido los alumnos los que hemos forzado el cambio. Los exámenes son duros de verdad pero vamos muy preparados porque no paramos de investigar, realizar trabajos, participar en seminarios con grandes profesionales y tener mucha práctica aplicada a la teoría. Yo desde luego estoy encantada. La diferencia es que es una institución privada y los alumnos somos de algún modo CLIENTES. En la pública, como en todo lo público, el politiqueo manda más que la calidad y así nos va que para encontrar una universidad española en el ranking mundial te tienes que ir al puesto 150. Una lástima teniendo en cuenta todo el talento que hay en España. En mi caso hablo de una universidad on-line con profesores jóvenes pero muy preparados y con una visión de la enseñanza bien distinta. A mis 40 años y con otra carrera a mis espaldas puedo decir que la diferencia es notable y que universidades como esta provocarán un cambio tarde o temprano. No necesitas nota, nadie te persigue para estudiar, la responsabilidad es sólo tuya y, aún así, los resultados son excelentes porque hay mucha motivación. Se podrían hacer muchas mas cosas, por supuesto, pero de cual quier modo, y teniendo en cuenta la falta de tiempo de muchos de los alumnos, es impresionante el nivel que te encuentras. En España empieza a existir esperanza y las nuevas tecnologías están preparando el camino. Como apuntaba otro lector, hoy en día hay infinidad de cursos onliine gratuitos de las universidades más prestigiosas del mundo realizados por profesores que creen en este cambio en las estructuras clásicas del conocimiento. Muchos jóvenes están viendo el cambio pero otros muchos necesitan una buena guía para acceder a esta nueva cultura de la formación. En este sentido, somos muchos padres, profesionales e informadores los que deberíamos asumir la responsabilidad del cambio y de llevar esa información a las nuevas generaciones porque la mayoría de las veces el cambio tiene que venir desde la propia base de la sociedad, desde los que queremos ver esa nueva estructura. Como muy bien comentaba otro lector, encontrar alternativas y difundir las esta en nuestra mano. La solución esta en nuestras manos.
    Un saludo a todos,
    Sara de Urrutia

  • #036
    Enrique Dans - 20 julio 2013 - 12:30

    #035: Por supuesto, Sara, hay excepciones, y este artículo no habla de ellas. Para empezar, mi experiencia este año, el primero de toda mi vida en el que he dado clase a nivel universitario, ha sido buenísima, enormemente positiva, con alumnos muy motivados y con metodologías prácticamente idénticas a las que utilizo en IE Business School, pero no lo menciono en el artículo porque sería un poco «visite nuestro bar». Las universidades privadas, aunque muchas naciesen para aprovechar ese hueco que surgía entre el paso poco exitoso por la Selectividad y el «quiero estudiar esto», son las que más margen de mejora están teniendo, porque están sujetas a normas y procedimientos por lo general más flexibles. Pero no son representativas, ni pueden considerarse como tales: lo representativo de España, y el sitio en el que España se juega el futuro, sigue siendo la universidad pública, y a ella se refiere fundamentalmente esta columna (en la que por supuesto, respondiendo a otros comentaristas, hago un ejercicio de generalización y de pintora a brochazos que solo puede ser entendido por quienes hayan tenido alguna vez que expresar ideas sujetos a un límite de trescientas malditas palabras).

  • #037
    Osqui - 20 julio 2013 - 12:53

    Lo que está claro es que,si bien todo el mundo está de acuerdo en que las cosas no funcionan, no todo el mundo está de acuerdo en cómo deberían funcionar.

    He leído comentarios donde alguién promulgaba la educación ajena al estado (¿en plan cabañitas hippies en el campo?), otro que consideraba que las certificaciones de Cisco tenían que ser la referencia en su sector (¿perdoneee?)…en fin.

  • #038
    Jose - 20 julio 2013 - 15:06

    #33 Conozco el informe, por supuesto, me lo he leído entero y ese pdf lo tengo en el escritorio de mi PC. Muchas cuestiones de las que apunta ese informe son ciertas y acertadas, otras no tanto, puesto que el perfil de la comisión (donde creo recordar que 3 de los 12 miembros no quisieron firmar las conclusiones por no estar de acuerdo) tenía un determinado tinte ideológico que influye en sus conclusiones. En esto, como en muchas otras cosas, siempre se intenta acercar el ascua a su sardina. Paso a comentarlo los puntos que me indica, antes de nada advirtiéndole que al estar dentro de la Universidad conozco muy bien lo que pasa, y que se que hay muchísimo que arreglar. Si de mi anterior comentario se desprendía que no pasa nada, no es así, no me explicaría bien, solo que el post del Dr. Dans era demasiado ofensivo, cogiendo partes ciertas con topicazos y lo que es peor, generalizaciones donde ni yo ni muchos de mis compañeros nos podemos ver reflejados.
    Paso por tanto a comentar por orden lo que usted dice:

    – En el primer punto, yo tengo claro que debemos servir a la sociedad en general y a los alumnos en particular. Si en ese parrafo se intenta dejar ver un alejamiento de la Universidad de ciertos sectores sociales, como la empresa privada, le indico que esto es un juego de dos partes, y que no siempre la culpa va a estar en la Universidad. Lo que falta es comunicación y publicidad, algo que mi Universidad lleva tiempo intentando mejorar, publicando quienes investigamos en ella, que hacemos, que estamos dispuestos a hacer, para que la empresa privada, en función de sus necesidades, pueda colaborar con nosotros. El camino opuesto es en muchos casos imposible, puesto que el secreto industrial nos impide saber que se hace realmente dentro de una determinada fabrica, que procesos usan de verdad, los detalles (que no vendría nada más para el diseño y mejora de sus proceso). Pero claro, no olvidemos que estamos en España, donde la industria en general escasea, y solo en ciertos ámbitos va bien (y normalmente en esos ámbitos hay buena colaboración con la Universidad). Si en ese párrafo se intenta decir que la empresa influya en los contenidos, se equivoca. Por ejemplo, cada banco querrá que se explique a los titulados sus sistemas de gestión y trabajo, lo cual es imposible, además de poco práctico, porque reitero que en un aula de 50 alumnos puede haber 50 profesiones o destinos profesionales distintos, luego lo concreto haría más mal que bien a los alumnos.

    – Si la comisión ha dicho eso, debería matizarlo y aclarar qué es estar al servicio de la sociedad… creo que la formación, en muchos casos de buen nivel como ahora se está viendo, que reciben nuestros graduados (sin olvidar nuevamente que también depende de los propios graduados) es un buen servicio social, porque para eso está la Universidad.

    – En eso estoy de acuerdo, y es algo que en mi entorno siempre decimos que hay que cambiar. El gobierno universitario debe estar constituido por profesionales de la gestión, al igual que por lo que tengo entendido ocurre en Francia (un cuerpo de funcionarios, muy importante esto último, que sea designado para la gestión de centros y campus universitarios). Lo mismo habría que hacer con Juntas de Facultad y Departamentos, donde las batallas campales que yo he vivido son tremendas. Una forma de resolver eso sería mediante la homogenización de los criterios de selección de plazas a nivel nacional y por áreas, evitando que sean los Departamentos los que confeccionen los baremos. En ese campo no puedo discrepar porque es una laguna tremenda a resolver.

    – Ese párrafo se deja llevar por la moda de los rankings, los cuales es importante saber como están hechos. Por ejemplo, en el ranking Shangai aparecen cosas tan paradójicas como que en los países donde la enseñanza es de mayor calidad, como Corea o Finlandia, en las etapas anteriores a la Universidad, no hay Universidades entre las 50 primeras,siendo esos puestos copados por Universidades de tipo privado norteamericanas, además de otras públicas como las alemanas, suizas, etc. En esos rankings se mide todo, y aquí en España tenemos muchos lastres para tener Universidades bien situadas. Uno de ellos, el principal, la baja financiación. Comparemos lo que se gasta en Alemania, lo que la industria mete de forma altruista (supongo que con excepción de impuestos) en las Universidades y veamos lo que se hace aquí. Y luego, consideremos que pasa con la Investigación, donde el factor económico es vital. Una vez hechas todas estas consideraciones, al párrafo que usted indica habría que añadir los por qués. Pero cuidado, no digo que solo sea eso, hay mucha gente que no cumple su labor como es debido.

    – Si eso es así… siendo además una obligación por parte del profesorado… ¿qué estaban pensando nuestros jefes (en una palabra, las autoridades políticas? Es vergonzoso ese dato, a mi me sonroja, porque soy de los enamorados de la investigación, capaz de despertarme un sábado como hoy a las 7 de la mañana porque soñando se me ha ocurrido una reacción o aplicación nueva… En mi campo los que no investigan son los menos, porque además quedan señalados (ya sea viendo su ausencia en sus despachos, ya sea viendo como se les aumenta la carga docente en virtud de la Ley Wert, pasando de 24 a 32 créditos). Como digo es una obligación que todo el profesorado debemos cumplir, y que sobretodo en las nuevas generaciones que venimos por la llamada vía investigadora, no me cabe duda que continuaremos hasta que nos dejen (no olvidar que en los últimos años el recorte de dinero para investigar está haciendo que haya mucha gente que no investiga por falta de fondos, no por no querer). Pero considerando esa obligación, sabemos que el ser humano funciona mejor con estímulos o incentivos que por obligación. Un estímulo sería lo que apunta aquí el Dr. Dans, que no seamos funcionarios y a la calle. Eso tiene un peligro, la corrupción, la presión de las altas esferas para hacer ciertas cosas que como funcionario uno se puede negar, pero siendo contratado y dependiendo el empleo de hacerlo o no es más difícil. Además, una base importante de la investigación es el largo plazo, el poder arriesgar y no perder tu empleo porque una idea buena sobre el papel acabe sin funcionar. Otra forma, los premios por investigar. Pero ahora ese premio es una subida de 900 euros al año por cada 6 años de investigación, la cual no parece realmente un estímulo. Es un tema a trabajar. Pero sobretodo, ese porcentaje mejorará cuando cierta generación de profesorado (la de la Transición, con sus debidas excepciones) pase a mejor vida (jubilación) y sus puestos los ocupemos los jóvenes que venimos de la vía investigadora, que hemos hecho postdoc, que publicamos 4-5 artículos por año, que no tenemos miedo de hablar con la empresa..etc.

    – Las evaluaciones de la ANECA, bien hechas, no deberían ser problemas. Las de mi área han demostrado ser duras, no las pasa cualquiera, al menos en los dos primeros años de existencia. Luego me cuentan que aquello se ha convertido en casi una romería, como la promoción a catedráticos de gente que no tiene los méritos adecuados. Eso hay que mejorarlo sí o sí. En el informe plantean la vuelta a la habilitación de Pilar del Castillo… método bastante poco operativo, e incluso injusto, ya que como siempre, dependía de quien estuviese en el tribunal, siendo beneficiados siempre candidatos afines.
    Sobre el tan comentado tema de la endogamia, hay mucho que decir. La endogamia como tal no tiene por qué se necesariamente mala, ni tampoco buena. Dependerá de las personas que sean contratadas. Si la persona es eficiente, capaz, tiene buena formación y es trabajadora… ¿cual es el problema? El problema sale con quienes no lo son, y en ese caso ¿qué más da que sea de fuera o de casa? Es un cero a la izquierda que hay que reconducir al camino del trabajo y la dedicación. También, en este tema, hay que contar con qué infraestructuras, laboratorios, despachos y estructura del profesorado tenemos en las Universidades. Está claro que cuando los investigadores se organizan en grupos, donde además se nos exige que sean cada vez más grandes para disminuir el número de peticiones en las diversas convocatorias de proyectos nacionales, la llegada de gente de fuera pone algunas dificultades. La primera, la disciplina de grupo, trabajando juntos se avanza y se saca el proyecto adelante, los francotiradores solitarios están condenados al fracaso. Luego, para el que no se quiera integrar en un grupo, está el problema de los laboratorios… ¿qué pasa cuando estos ya están ocupados y sobresaturados de profesorado y becarios trabajando (como ocurre en mi caso, algo que vivo día a día)? ¿qué oportunidad tiene ese nuevo profesor? Esto queda superado en los casos de la nefasta endogamia, donde la gente vuelve y se suele reincorporar en sus grupos, sin ningún problema en cuando a afinidad personal, disciplina de grupo y espacios, porque conocen la casa y saben lo que hay. Por supuesto, si vienen a hacer lo mismo de siempre, malo, pero sabe, hay muchos sitios y grupos donde la llegada de esas personas, ya formadas, nos ayudan a ver nuevos temas y a seguir avanzando.
    Por tanto, en este último aspecto, le digo que depende de las personas, y que son las personas las que lo hacen bueno o malo. Eso sí, casos del estilo hago una minitesis en dos años, me doctoro, me sacan la plaza de Profesor Ayudante (para la que los méritos son mínimos) y de allí en 3 años Profesor Titular, deberían estar prohibidos. Primero, ningún profesor universitario debería poder acceder al puesto sin haber pasado un mínimo de al menos dos años en el extranjero, y por supuesto, establecer unos criterios curriculares que exijan un nivel. Yo mismo, por venir de la vía investigadora, he pasado muchas evaluaciones (FPU, Beca Postdoc del Ministerio, Juan de la Cierva, Contrato Propio de mi Universidad asignado en función de la Evaluación en el Ramón y Cajal) que sin embargo alguien como el del ejemplo anterior no pasa.
    No caigamos en el error de comparar nuestro sistema con el alemán o británico, por ejemplo, aquello es otro mundo. Nosotros tenemos el nuestro y podemos y debemos optimizarlo y mejorarlo para que demos lo mejor de nosotros mismos.
    Un saludo.

  • #039
    Luis - 21 julio 2013 - 11:42

    ah! Enrique. Creo que te quedas muy corto.

  • #040
    Antonio - 22 julio 2013 - 11:52

    Me parece un artículo construido sobre la ignorancia (eso de decir «la mayoría del sistema que conozco …» ¿y lo que no conoce?), y sin desde luego aportar nada positivo. ¿Necesita un sistema de evaluación la universidad? Sí, pero ¿cuál? La nota de los alumnos? Número de aprobados? Nota media? Dígame un solo sisteme de evaluación que le diré como pervertirlo!

    El problema educativo en España se da en la Primaria. El mejor ejemplo son las mateméticas, para las cuales la mayoría de alumnos llegan incapacitados a la ESO.

    Por otro lado debería tener cuidado con los rankings que cita, porque no sé si se había dado cuenta de que es un ranking anglosajón hecho para anglosajones. Verbigracia, la mejor universidad alemana es la nº53 del ranking. Qué nos dice eso de Alemania??? Nada! Tampoco se dice cuál es el coste de estudiar en esas universidades de prestigio. Fácilmente será 4 ó 5 veces lo que aquí. Y en realidad nuestrs titulados no está 1/4 ó 1/5 de preparados.

    No se pueden tratar problemas tan serios de forma tan sesgada e incompleta.

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