Desde Evernote me pidieron una pequeña entrada para su serie «Evernote y yo» como celebración su quinto cumpleaños, y ayer la publicaron bajo el título «Evernote y yo: ¡Enrique Dans le desea a Evernote un feliz cumpleaños!«. Soy usuario devoto de su aplicación desde hace muchísimo tiempo: no soy especialmente sofisticado, utilizo sobre todo las listas de puntos simplemente para tomar notas en reuniones en mi ordenador, tablet o smartphone, pero es una de esas aplicaciones que siempre está ahí, estés en el dispositivo que estés, y funcionando a prueba de bomba. Ya he perdido completamente la cuenta de los dispositivos desde los cuales he utilizado Evernote.
Aparte de esa estabilidad y confiabilidad multiplataforma, quise destacar la buena ejecución del modelo freemium: Evernote obtiene unos ratios de conversión de usuario gratuito a usuario de pago muy superiores a los habituales mediante el sencillo método de dar al usuario lo que espera, un producto útil, y esperar a que ese usuario, tras un tiempo de uso gratuito y tras la constatación de que la aplicación le resulta muy útil, decida pagar. No hablamos de prestaciones especialmente limitadas, de un diferencial elevado con el producto premium ni de constante presión sobre el usuario, sino simplemente de una forma correcta y adecuada de entender el negocio apelando al sentimiento de sostenibilidad en el usuario: si esta aplicación te gusta, quieres que sea sostenible, lo que da lugar a una cierta complicidad entre usuarios y empresa. Además, mencioné la arquitectura de plataforma, que le permite ofrecer muchas más prestaciones gracias al dinamismo de la comunidad de desarrolladores – no utilizo, seguramente, ni el 5% de las posibilidades que ofrece la trompa del elefante – y la actitud proactiva de la compañía cuando la contactas para lo que sea, como cuando hace unos meses les pedí que explicasen estos elementos de su estrategia en mi clase del International MBA en IE Business School.
En el fondo, he hecho el papel de usuario satisfecho. Que es, sin más misterio, lo que soy.
Evernote + libros de texto en creative commons = revolución en el aula.
Todo está cambiando, y lo que cambiará… :-)
Yo soy de los que empecé por freemium, y me decidí por la de pago, entre otras cosas, porque me parece que se lo merecen. 40 euros al año no pagan el rendimiento que le saco a esta pedazo de herramienta.
Tengo sentimientos encontrados con Evernote. Lo uso desde que Google descontinuó Google Notebook.
Para recoger información y clasificarla está bien, pero el siguiente paso, convertir las notas en conocimiento organizado es claramente mejorable. ¿Alguna recomendación de algún heavy-user?
Decir que tu mente puede llegar a despreocuparse de todos, absolutamente todos los quehaceres del presente y del futuro, por muy lejano que éste sea, parece cosa improbable; que uno puede vaciar su mente de todo quehacer o pensar, teniendo la seguridad de que en pocos segundos puedes retomar el control desde el inminente presente hasta tu más lejano devenir, se asemeja a un improbable sueño, pero, es una formidable realidad.
Son tres las cosas imprescindibles para que tu entendimiento esté relajado y solamente se mantenga enfocado en el asunto que tu desees:
OmniFocus (Nadie lo ha superado)
Evernote (Nadie lo ha superado)
Mi agenda (Pienso que nadie la superará)