David González me llamó para hablar sobre la posible vuelta de España a la llamada Lista 301, sobre la que he hablado en múltiples ocasiones, y sobre la actitud de una industria de contenidos que prefiere claramente – o incluso promueve activamente, como ya ha hecho en otras ocasiones – que nuestro país esté en esa lista como forma de presionar al gobierno para que la favorezca en sus decisiones. El pasado jueves publicó algunas citas de nuestra conversación en La Información bajo el título «La industria de contenidos prefiere regresar a la lista negra de la piratería para que Wert endurezca las leyes«.
Toda una demostración de hasta qué punto nuestro gobierno utiliza excusas triviales y absurdas para supuestamente justificar sus favores a una industria que en absoluto aporta una cantidad significativa al PIB de nuestro país, y que no puede además justificar en modo alguno dicha protección con una supuesta «protección de la cultura»: esto es negocio, solo negocio, nada más que negocio. No se defiende la creación protegiendo mediante leyes absurdas a quienes explotan a los creadores, y menos aún cuando las descargas jamás han sido un problema para la cultura en general, y menos aún para la cultura española en particular, que si algún problema tiene es precisamente su escasa presencia en las listas de descargas.
Jamás ningún país incluido en la Lista 301 ha sido sancionado de ninguna manera. No solo no han existido sanciones, sino que el solo hecho de plantearlas a países como China o Canadá resulta directamente ridícula e imposible de plantear. Pero la industria sigue utilizando esa lista, creada por ella misma en función exclusiva de sus intereses, como un ariete con que que supuestamente presionar a gobiernos como el español a aprobar leyes que atacan los derechos de sus ciudadanos. Un gobierno de idiotas, creando leyes idiotas que no van a solucionar nada, porque no había nada que solucionar, y que cuando viene la industria a amenazar con su lista 301, automáticamente aprueba sin discusión toda ley que le dicten. Demencial.
La ley Lassalle es una ley que debería llevarnos a promover, por puro principio de acción y reacción, la situación inversa a lo que supuestamente pretende: ante su aprobación, más descargas, más desobediencia civil, menos ventas. Si la industria de los contenidos lesiona tus derechos y convierte la red en un estado policial, protesta de la mejor manera en que puedes hacerlo. Si no quieren caldo, van a tomar dos tazas.
ACTUALIZACIÓN (17/06/2014): Un estudiante doctoral de la George Washington University, Gabriel Michael, confirma lo que ya todos sabíamos… la lista 301 es un chiste, y de los malos…
La ley Lassalle es una ley que no beneficia a nadie y perjudica gravemente a los usuarios de las tegnologías de la era de la información.
Los culpables de este supuesto perjuicio no son los usuarios, sino el propio avance tecnológico por convertir en algo caro e innecesario el sobredimensionado negocio de intermediación en la venta y distribución de copias físicas de obras sujetas a derechos de autor.
Este lobby cultural actua de forma organizada a nivel internacional y en connivencia con toda la castaza política del planeta con el objetivo de perjudicar el avance tecnológico de la sociedad.
Esto lo conseguirán en la medida en que la gente, ya cansada y aburrida de que la ignoren, se relaje y los deje hacer.
A los políticos les viene muy bien limitar el uso de Internet a los ciudadanos por ser el ultimo bastión de sus libertades. El problema es que todo el tejido productivo del país también se nutre de este esencial servicio.
Nos empobrecen culturalmente, económicamente y tecnológicamente. El calificativo que mejor les cuadra es el de asquerosos parásitos. Son una enfermedad social por la forma en que paralizan nuestro progreso. Actuar contra ellos es puro instinto de supervivencia.
Esto es lo que pasa cuando se tiene un gobierno títere, como el que tenemos en españa, que bailan al son que les tocan desde el imperio.
No estoy seguro de que si son realmente idiotas o solo lo fingen. Tan vez se hayan dado cuenta de que los consejos de administración de las eléctricas y los bancos no tienen capacidad suficiente para absorber el continuo flujo de exministros y están haciendo méritos para hacerse un hueco en el consejo de alguna gran empresa de la industria del entretenimiento.
Igual se piensan que después de todas las tocadas de webs que llevamos vamos a ir corriendico con los billetes en la mano, agitándolos y diciendo «tomad nuestro dinero, que nos sobra». Ya pueden esperarse sentados.
No existe una palabra adecuada para describir lo que son. He aquí una pequeña lista de las cosas que pasan a ser ilegales desde el mismo día en que esta ley entre en vigor:
– Tener contratada tele de pago, abonando religiosamente 36 euros al mes, y grabar una peli «para tenerla» (solo se permite si la grabación es temporal). Lo mismo si grabas la peli de una cadena en abierto.
– Comprar una canción en iTunes y pasarla a mp3 para meterla en el móvil. Lo mismo si la grabas de Spotify.
– Grabar una canción de un vídeo musical de Youtube. Lo mismo si la grabas de la radio.
– Copiar y pegar un artículo de una página web (salvo que la web sea Creative Commons o similar). Da lo mismo que lo hagas solo para uso propio.
– Y por supuesto, descargar del p2p pelis o canciones, lo cual hasta ahora ha sido perfectamente legal.
Como pueden ustedes imaginarse, esta ley no la va a cumplir NADIE. El canon lo siguen cobrando, faltaría más.
Dónde puedo consultar qué hay que hacer para montar tu negocio en otro país?