Según cálculos de IBM, el ser humano generó, desde el principio de su historia hasta el año 2003, unos cinco exabytes de información, cinco mil millones de gigabytes. El año pasado, generamos aproximadamente ese mismo volumen de información cada dos días. El próximo año, lo generaremos aproximadamente cada diez minutos.
Localizaciones de GPS de teléfonos móviles, Likes de Facebook, transacciones de comercio electrónico, imágenes de cámaras de vigilancia, mensajería instantánea… Un claro ejemplo de hasta qué punto la tecnología puede superar nuestra capacidad para utilizarla.
(adaptado de «Big data or too much information«, un artículo muy recomendable de Smithsonian.com)
Estamos todavía aprendiendo cómo capturar estos datos, dónde se generan, qué forma tienen y qué posibilidades nos ofrecen. Nos queda muchísimo que aprender sobre cómo analizarlos, una disciplina en la que veremos muchísima innovación a todos los niveles. Las empresas que sean capaces de interpretar todos esos datos de una manera que tenga sentido y, sobre todo, con la actitud adecuada, serán capaces de generar una gran ventaja competitiva. Las que no lo hagan, o peor, las que se dediquen a perseguir y acosar a sus clientes mediante un mal uso de estos datos, desaparecerán.
En pequeño y en pobre, yo, con el objeto de estar bien informado, cree con mis seguidos en Twitter una red de expertos ojeadores que me suministraran links sobre los temas de mi interés.
El resultado es espectacular, todos los días tengo links de altísima calidad a temas de mi máximo interés. Solo un pero,….. no tengo tiempo de estudiar todos esos documentos, tengo una «infoxicación» grave. Se que tengo un montón de joyas en esos enlaces, pero he de resignarme a tomar solo las que pueda abarcar, ni una más.
Ese es el problema, todos tenemos hoy más información que capacidad de análisis.
Yo todos los dias analizo lo que ponen, conocidos y desconocidos en Facebook, gracietas y demas de todo tipo y vaya tela, lo menos 10 gigas diarios, en fin … y ahora mas en serio aunque lo anterior es verdad, tambien es totalmente cierto que la gente se pasa el dia «produciendo datos» y cada vez consumiendo menos real, el consumo real es un valor en bajada, asi como el invento de la tele fue un potenciador extremo del consumo cada dia veo mas internet como un obstaculo para el consumo, el usuario recibe impactos impactos y venga impactos publicitarios dirigidos pero al mismo tiempo ahora es usuario activo, es un usuario distinto, y toda esta barbaridad de produccion y recepcion de informacion, anula al consumidor, el usuario consumidor decrece y es un consumidor que desea menos productos cada vez menos y menos variedad de productos necesita.
El futuro es como ese documental donde unos chavales de Costa de Marfil se pasaban el dia con su portatil rodeado de su tribu, su selva y no necesitan mas, ni tantos supermercados ni nada, su portatil su Google y Facebook, conectado a internet que se financiaron como pastores o similar … que envidia de vida sana
Como diría House: ¡¡Cuánto porno repetido!! ;-)
Ahora en serio, es absolutamente inimaginable para una mente humana convencional, abstraerse a semenjantes cantidades de información… Creo que el calentamiento global es debido al calor generado por los metabuscadores!!!
De acuerdo con Gorki y claro con Enrique. Aun muchos siguen pensando que toda la informacion esta a un clic de distancia, y que con ello tienen resuelto sus problemas o pueden ya tomar decisiones. En el futuro necesitaremos ingenieros de la información, personas que entiendan muchísimo de analítica web, tecnologías y de empresa. No se si la solución es tener ahora mismo profesionales con formación en Business Intelligence, que necesitas estudiar para entender y analizar la Big Data?
Las que no lo hagan, o peor, las que se dediquen a perseguir y acosar a sus clientes mediante un mal uso de estos datos, desaparecerán.
No, no tiene nada que ver. Da igual que acoses o no a tu cliente (en el sentido «tradicional»). El tema es que, de momento, sin protección regulada no hay una competencia real, sana, en la que se pueda hacer inversiones, porque el usuario, como es lógico, va a tirar al menor valor (eso cuando tiene). Además, por lo que estoy leyendo, parece que cada vez el usuario promedio le otorga menor valor a la calidad. Lo curioso es que haya quienes esperen que sea igual o mayor que antes… Es sonrojante…
Hombre, sí es cierto que te puedes hacer el simpático, el buenrollista (como se ve con algunos) y quizás tengas más feedback, pero luego, la única realidad, es que, por mucho que te adaptes, tienes, actualmente, muchas probabilidades de desaparecer porque lo que no es sostenible es invertir mucho tiempo y dinero para solo crearte problemas. Entonces igual decidimos todos hacernos profesores y comentaristas del mundo geek.
Pero tú sigue con tu película de buenos o malos… Y si eso, cuando den las próximas cifras del paro, también se lo metes a los malos de siempre.
Demasiada información, pero también una información hueca. Mas bien zarandeados por posibilidades cuyas virtudes son difíciles de concretar mas allá de una funcionalidad sin sentido.
Creo que este incremento de datos generados por los usuarios, proporcionará en los próximos años una gran baza a las empresas para conseguir acercarse a lo que el cliente quiere. Lo peor que puede ocurrir es que acabemos sorprendidos al ver que hay tendencias mayoritarias que rocen el absurdo(dado que hay criterios y criterios …)
“Big data or too much information“.
Va a ser la segunda. Un claro ejemplo es esta misma entrada.
Las empresas que sean capaces de interpretar todos esos datos de una manera que tenga sentido y, sobre todo, con la actitud adecuada, serán capaces de generar una gran ventaja competitiva. Las que no lo hagan, o peor, las que se dediquen a perseguir y acosar a sus clientes mediante un mal uso de estos datos, desaparecerán.
Este final ha quedado un poco de estilo profético-bíblico. Parece del Levítico o Deuteronomio.
A ver si algunos se arrepienten, ya que el final está cerca…
:-)
Tenemos tanta información que internet, por saturación de la persona, puede llegar a tener los días contados por increible que parezca.
1) Una búsqueda de Big Data en Google Trends http://www.google.com/trends/?q=big+data&ctab=0&geo=all&date=all&sort=0 aparte del creciente interés del término, nos muestra de dónde vienen las búsquedas: Bangalore, Chenai, Seul, San Francisco, Singapur… donde se ubican los mayores parques tecnológicos y se cuece el futuro.
2) Google ha sacado hace bien poco BigQuery https://developers.google.com/bigquery/ con capacidad para analizar bases de datos con «miles de millones de filas».
3) No perderse el impacto de BigData en educación, con sistemas que analizan montañas de datos que proporciona la plataforma de e-learning y personalizan los deberes de cada alumno http://schoolofone.org/concept_keyfeatures4.html
…justo esta semana estábamos comentando este tema en clase http://ciberconta.unizar.es/leccion/introduc/485.HTM
La evolución no es unidireccional. El exceso de cualquier cosa necesita de intermediarios (políticos, técnicos, sacerdotes…) y los intermediarios acaban por creerse imprescindibles…con 10 mandaminetos llega un moisés, con 10 megamandamientos…que necesitaremos?
Yo creo que lo que se impone es una nueva «Edad Media» en la cual la religión será la tecnología y la Iglesia los Social Media. Lo que no sé es como será el Renacimiento…yo por si acaso no dejaré que caiga el tejado de la casa familiar en el pueblo, no sea que tengamos que volver.
Creo que a partir de ahora, va a ser más importante generar software que seleccione la información que queremos en función de los criterios, que crear contenidos. De hecho cuando creamos contenidos a veces es más importante la accesibilidad a los contenidos que el contenido en sí.
Leyéndote, recuerdo que el ser humano solo conoce el 10% de la potencia o capacidad de su cerebro. Creo que estamos corriendo demasiado rápido y la adaptación de nuestro cerebro, no, aunque esté capacitado.
Acabo de leer entradas tuyas que tenía atrasadas y veo que lo de los emoticonos es más frtecuente de lo que yo recordaba.
¡Que mala memoria la mía!