Jaime Dueñas, del diario colombiano El Tiempo, me envió por correo electrónico unas cuantas preguntas acerca de la llamada «infoxicación», y las publicó el pasado día 11 (gracias por el enlace, Miguel), bajo el título «Infoxicación: un ‘mal’ necesario» (ver en pdf).
Estoy de acuerdo con la descripción de la nueva realidad de la información bajo ese término, pero no descarto una evolución de la mano de un software de búsqueda más potente. Los buscadores actuales, (o debería decir el buscador de Google), han mejorado mucho pero les queda mucho por mejorar. No estaría mal que comprendieran una petición compleja realizada en lenguaje natural, y que comprendieran los textos escritos que exploran. Para mí todo ello se trata de un simple problema técnico que está lejos de ser resuelto, pero que algún día se resolverá. Por ello, la infoxicación es un concepto que encaja en el momento actual y que lo define perfectamente.
Realmente me siento a veces infoxicado. Tengo una lista de pendientes donde tengo una ristra de cosas de las que me quiero informar y no tengo tiempo material para hacerlo,(y estoy jubilado), los temas van de descubrimientos científicos, por ejemplo en que consiste el «grafito» por lo que les han dado el premio Nobel de física a los rusos (¿O era de química?), a como funcionan unos programas para el manejo de Facebook desde WordPress.
Ahí va la lista creciendo poco a poco, pero de forma imparable, a partir de temas que me encuentro en mi e-,ail, en Twitter, en FaceBook, navegando, leyendo un post que me remite a otro sitio etc etc.
No obstante para mi es una enfermedad benigna, se que nunca voy a vaciar la pila de cosas, pero prefiero ser consciente de lo que ignoro, a simplemente no saber ni que existen esos temas.