Ramón Muñoz me cita en su artículo en El País titulado «¿Ciberactivistas o ciberdelincuentes?» (ver en pdf), en el que recoge las dos corrientes de opinión existentes en la red al hilo de los ataques de denegación de servicio desarrollados por Anonymous a una serie de páginas que lograron el más que dudoso honor de poner de acuerdo en sus protestas a varios miles de internautas de todo el mundo.
Me reafirmo plenamente en la opinión que di en su momento tanto en esta página como en el diario Público o en Expansión: los ataques de denegación de servicio organizados de manera genuina, es decir, con ciudadanos de carne y hueso que intentan entrar a la vez en una página determinada, son un método de protesta completamente legítimo. El hecho de que ahora no sean delito y dentro de unas semanas vayan a pasar a serlo no es más que una estupidez irrelevante: no hay cosa que más desacredite a un Estado que promulgar leyes cuyo cumplimiento es imposible, y capturar a los cientos o miles de ciudadanos, muchos de ellos fuera de nuestras fronteras, que se ponen de acuerdo para lanzar un ataque de denegación de servicio como protesta organizada es completamente inviable. En caso de convertirse en delito, la siguiente generación de herramientas que se distribuyan para este tipo de ataques incluirán metodologías de ofuscación de la dirección IP. Y en cualquier caso, si es delito, sigue siendo una estupidez. La mayoría de los métodos de protesta conocido actualmente fueron delito las primeras veces que se pusieron en práctica, pero su persecución resultó imposible o impracticable. Miles de ciudadanos entrando a la vez en una página web es una perfecta manera de protestar.
Las voces discordantes que apelan a la libertad de expresión están siendo, sencillamente, timoratos digitales. No entender que la defensa de un derecho determinado puede justificar el que una página esté caída durante horas es querer ser más papista que el papa, negarse absurdamente a luchar y plantear unos daños colaterales prácticamente inexistentes. Mucho menos hay que plantearse que la imagen pública de cierta sociedad de gestión haya «mejorado» lo más mínimo por culpa del ataque, o que los hayamos convertido en «víctimas»: mira, no. No ha ocurrido. Eran la entidad más odiada de este país, lo siguen siendo, y lo seguirán siendo aunque se tumbe su web mil veces. En un ataque de denegación de servicio como los planteados no existen daños reales más allá de un perjuicio de imagen, uno económico o una leve incomodidad que se soluciona en breve. Nada comparado con lo que está al otro lado de la ecuación. Por supuesto que se originan molestias, pero es que sin originar molestias de algún tipo, es imposible protestar. Aspirar a que toda protesta respete estrictamente las normas de convivencia y haya que organizarla pidiéndolo previamente por favor es, simplemente, no entender el concepto de defensa de unos derechos. Y es precisamente esa actitud timorata la que permite a Ramón Muñoz escribir un artículo como éste, en el que presenta a una comunidad internauta dividida en torno al tema, carente de unidad y de criterio.
Dejémonos de medias tintas y de cogérnosla con papel de fumar, y defendámonos contra las agresiones como tenemos que defendernos: jugando en casa. Los ataques de denegación de servicio son una forma de protesta perfectamente razonable y con un planteamiento muy proporcionado. No hay violencia, no hay apenas daños colaterales, se limita la protesta al protagonista de la misma… es como una sentada pacífica, pero en versión digital. Lo normal será, además, que este tipo de métodos de protesta adopten una naturaleza global: que sean precisamente internautas de otros países los que participen en protestas en un país determinado, para cortocircuitar así leyes absurdas que pretendan perseguir lo que no puede ser perseguido. Como se pretendieron perseguir muchas otras cosas en la historia de la defensa de los derechos civiles, y como se pretenderán perseguir muchas más: infructuosamente.
Aceptemos la realidad: aquí no hay perversos delincuentes, ni adolescentes ociosos, ni piratas informáticos… aquí hay ciudadanos normales y corrientes defendiendo sus derechos. Como debe hacerse siempre que son amenazados, o serán sistemáticamente pisoteados una y otra vez. Menos papel de fumar, menos timoratos digitales, y más aprender a ejercitar dignamente la defensa de nuestros derechos.
Que alguien me explique como puede ser delito poner una dirección web en tu navegador e ir a ella. Es absurdo completamente, o la redacción del artículo incluye la utilización de herramientas específicas o, entonces, navegar será ilegal.
Estoy contigo en que el ciberactivismo es un arma social aceptable como forma de protesta, como lo es, la huelga general, o las pitadas en los desfiles y añado, que qué van a hacer los jueces si lo penalizan, cuando se acuse a un señor, que lo único que hizo fue entrar, o intentarlo, en una página web, o es que está prohibido entrar en la página del Ministerio el día y hora que desee.
¿A cuanto puede ascender la multa que le pongan a un ciberactivista por su parte alícuota en los daños causados?, porque espero que ningún juez mande a la cárcel a nadie por semejante acción, donde además habría que demostrar mala fe en la acción de cada uno por separado,y que mo se ha producido una extraña coincidencia.
Sin embargo, en este caso concreto, la acción me parece legal, pero estúpida, pues tirar las poco visitadas páginas del ministerio de Cultura y de la SGAE puede ser divertido, ja, ja, ja, pero el daño o molestia que produce a sus «propietarios» es nulo, o te crees que porque tires por unas horas esas webs, vana destituir a la Sinde del ministerio o al Bautista de la SGAE, ahi siguen en sus puestos a pesar del «exito» de la ciberprotesta.
Una actitud así, tiene sentido si lo ejecutas contra páginas como la de eBay o del Banco de Santander o la mismas de Weblog SL,, donde estas caídas tiene sensible repercusión económica, pero hacerlo en una página que no vende nada y lo único que consiges, es que no informe durante un rato, es como hacer la Huelga General en la SEAT que anda metida en ERES para mandaar a los obreros a su casa por exceso de producción, una inmensa idiotez.
Además, lo creas o no, le SGAE ha pasado a ser para muchos españoles, que ciertamente no pasan a leer estas páginas, víctima de las iras de unos niñatos que bajan música sin pagar a sus autores, no porque sea verdad, sino porque así lo dicen sitios donde esas personas si leen como por ejemplo es El PAIS. Así que vuelvo a decir, que este ciberactividad, es una victoria pírrica y que como sigamos ganado batallas así, nos podemos ir preparando para lo peor.
Las mentiras y la mala fe de Muñoz son muy comentadas desde hace tiempo. Otra cosa es saber a ciencia cierta cuanto le pagan (ya se sabe quien) por su «trabajo»… Además, parece ser que los sobres alegres podrían estar circulando ahora mas que nunca por todas partes pues los tiempos se aceleran.
Muñoz comienza su artículo intentando dividir a la gente y proponiendo calificar a los ¿agentes sociales? que se mueven en la Red como ciberdelincuentes. La pregunta inicial que titula el artículo es tan falsa como el resto. Falsas opciones criminalizadoras.
¿Ciberactivistas o ciberdelincuentes?
Propongo este título: ¿La protesta es por defender en Internet las libertades individuales o las colectivas?
Cito una de sus venenosas perlas: «La disputa se amplía porque hay quienes consideran que la legitimidad de estas ciberprotestas depende de los fines que persigan. Pero, ¿quién decide cuándo están justificados?» En otras palabras, lo que sugiere es que para los llamados ciberactivistas el fin justifica los medios.
Lo que hace Muñoz aquí (un «berlusconiano» disfrazado de periodista de izquierdas) es lo que hacen en las dictaduras (de izquierdas o derechas). Se descalifica a aquellos que denuncian los abusos y se les califica como asociales, delincuentes, etc. (es la historia de siempre).
En cuanto al supuesto «perjuicio económico» enorme que habría sufrido la SGAE con estas «hazañas» no sabemos si reírnos o llorar. Reírnos porque tiene mucha gracia una tontería semejante. Y llorar porque nos toman por superimbéciles con la mayor naturalidad y tranquilidad… :o(
«El que por cualquier medio, sin estar autorizado y de manera grave obstaculizara o interrumpiera el funcionamiento de un sistema informático ajeno, introduciendo, transmitiendo, dañando, borrando, deteriorando, alterando, suprimiendo o haciendo inaccesibles datos informáticos, cuando el resultado producido fuera grave, será castigado, con la pena de prisión de seis meses a tres años»
De acuerdo a esta definición legal es evidente que en aquel acto al que se refiere el artículo de Muñoz no ha habido ningún tipo de delito ni posibilidad de que este existiese. Nadie, de manera grave, ha obstaculizado ni interrumpido el funcionamiento de ningún «sistema informático». Sencillamente, muchas personas, con el ánimo de llamar la atención, han intentado acceder al mismo tiempo a una web mal diseñada, mal construida y que no ha tomado las mínimas y elementales medidas de seguridad para poder responder a las peticiones de los usuarios mas «intensos».
No hay delito si un chino salta. Pero si 1300 millones de chinos saltan a la vez tampoco hay delito aunque con sus saltos provoquen el Apocalípsis.
En realidad, en el Ministerio de Cultura deberían dar explicaciones a los ciudadanos por lo ocurrido pues se han gastado mucho dinero del erario público en su web y lo que nos ofrecen no se corresponde en absoluto con lo que dicen haber invertido allí.
¿De donde ha salido ese personaje de ficción atravesado llamado Ángeles González Sinde? ¿Es que estamos todos sufriendo una pesadilla de la cual no podemos despertar?
http://www.sindescargas.net/dimision/Gonzalez-Sinde_criminaliza_a_los_internautas_files/shapeimage_4.png
González Sinde anuncia que el cierre de páginas web se iniciará en abril
http://www.adslzone.net/article4747-gonzalez-sinde-anuncia-que-el-cierre-de-paginas-web-se-iniciara-en-abril.html
Lo que es indudable es que hay una enorme desproporción entre la repercusión mediática del «ataque» y su absoluta inocuidad a nivel político. Mucho ruido y pocas nueces, vaya. Estoy de acuerdo en que hay que dejarse de medias tintas, precisamente por ello me indigna que la Ley Sinde se vaya a aprobar tranquilamente (seamos sinceros, a pesar de los ríos de tinta electrónica que ha hecho correr el tema en la red, su promulgación es el final de un insultante camino de rosas…)
Supongo que seré un «timorato digital», pero sigo pensando que los ataques DDOS y otras menudencias van a contribuir a justificar legislaciones encaminadas a restringir las libertades en la red (a decir verdad, este tipo de leyes iban a aparecer con ataques o sin ellos, pero no es lógico servirlas en bandeja).
Lo increíble de la historia, en cualquier caso, es que escuchas a la gente hablar de este tipo de acciones como si de grandes hazañas épicas se tratase: «¡he aquí el poder de las redes!», «¡los usuarios tienen la potestad de decidir sobre Internet!»… Humo. Son una «forma de protesta razonable», sí, e inútil también.
La verdad es que aunque lícita no ha servido para nada, como mucho a jorobado a unos cuantos técnicos que han tenido trabajo extra, como todas nuestras protestas por lo general no sirven para nada en este tema, el gobierno se ha lanzado a tumba abierta a defender la Ley Sinde, los abusos del oso baboso Teddy y a la industria americana del entretenimiento y eso no lo cambiaran porque unos cuantos españoles esten hartos de pagar por nada y de aguantar las chapuzas del inutil de Zapatero, es mas parece que se han «picado» con la ciudadania y se han propuesto hacer la suya cueste lo que cueste.
Lo que si pediría al PSOE es que quite la «O» de sus siglas que ya hace reir esa «O» de «obrero» y lo deje en PSE o bien PSAE «Partido Socialista Americano de España» aunque suene rarísimo seria mas real.
¿que digan que Ley se incumple por navegar por internet? esto empieza a ser una verguenza, una cruzada contra la libertad en toda regla. El gobierno como siempre demostrando lo patetico y partidista que se puede llegar a ser.
A ver…que hay que tener cierto cuidado con los argumentos, que se nos pueden volver en contra:
Porque también usando el mismo argumento se podría decir lo contrario; es decir, que el hecho de que una cosa no sea delito, no significa que puede hacerse, o que sea conveniente o moral hacerla. Esto no haría más que llevarnos a la antigua «Ley del Oeste», que no es más que la ausencia de ley, momento en el cual todo se convierte en un «sálvese quien pueda» o «cada uno a su bola» que suele desembocar en la ley del más fuerte, o del más rápido, o de vaya usted a saber qué (dependerá de las circunstancias). De hecho para eso están las leyes, para intentar crear unas reglas del juego comunes para todos, y para dar seguridad jurídica a los ciudadanos.
Puede que a usted le parezca una estupidez irrelevante lo que es o no es delito, lo que está recogido en una ley o lo que no, pero le aseguro que al juez no se lo va a parecer, en el caso de que usted o alguno de ustedes lo tengan delante.
Craso error para un académico e investigador confundir deseos con realidades. La realidad es que no son miles de ciudadanos que se movilizan y toman conciencia para bloquear unos determinados sitios Web, son unos cientos de activistas-geek que a través de Bonets y otra herramientas realizan DDoS. Mientras tanto, nuestro gobierno y la mayoría de gobiernos del mundo van cerrando el círculo para una Red hipercontrolada y nada neutral. Como en la pacificación del antiguo y lejano Far West con la llegada de los sheriffs, jueces y casacas azules, al final los indios recalcintrates masacrados o confinados en reservas y Buffalo Bill en el circo entreteniendo al personal.
C’est la vie, mon ami :-)
En mi Post te dediqué una leve crítica, pero sin ánimo de barrenar en la herida porque eres una persona inteligente y siempre he confiado en que terminarías viendo las cosas con mayor claridad.
http://www.ciberdroide.com/wordpress/nula-reaccion-de-los-medios-ante-la-permanencia-de-sinde/
Me alegro mucho de que seas uno de los que ha dado el paso de llamar a las cosas por su nombre. ¡Bravo! con un par Enrique, ahora sí que estamos hablando el mismo lenguaje.
La renovación del gabinete ha sido una escabechina, pero Sinde sigue al frente. El pacto con el PNV esta firmado y no queda ya capacidad para evitar que la ley salga adelante y que se aplique porque se aplicará. No pidas nada a los políticos. Tanto los políticos como los medios de comunicación lo interpretan como un signo de debilidad, me parece que acabas de darte cuenta de ello.
A un tramposo no se le puede vencer en la siguiente mano jugando limpio. Te hará una trampa diferente. Lo mejor es empezar con un gesto claro, levantarse de la mesa y romper la baraja.
Es mejor dejar las cosas claras y ser conscientes de que los internautas estamos todos en el mismo parco para evitar que nos hundan uno por uno y sin hacer olas, porque eso es lo que pretenden y los medios disimulan bien, pero ya sabemos de que parte están.
Se acabó el juego limpio. Empieza la desobediencia civil.
Este Ramón es ese cuya independencia y profesionalidad es reconocida internacionalmente, ¿no?
Enrique, a todo lo que escriba que el vocero este, ni caso, como
El tribunal de la UE parece que tambien ha decidido atacarles….
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/21/navegante/1287647829.html
Es una medida imposible de aplicar.
¿Cómo se puede probar que un ciudadano accede a una página web para boicotear en lugar de por interés?
Incluso si prueban que algiuen secunda en un foro de internet una manifestación de este tipo, ¿Pueden culpar a un ciudadano de acceder a una página web?¿Por qué no culpar a la propia web afectada por no tener un portal más potente que permita más usuarios?
En este caso bastaría con tener un portal que sólo permita 2 usuarios, hacer un par de declaraciones agresivas en un foro, y enseguida podríamos multar a quien quisiéramos. A priori parece una ley absurda que no puede ser aplicada, salvo bajo criterios subjetivos y de conveniencia de las instituciones.
Como se dice en algún comentario y en anotaciones anteriores, este tipo de acción no es diferente a hacer una sentada, colapsar una ciudad simplemente circulando por el centro o, incluso, paseando. En otras palabras, no es diferente a una manifestación. Pero claro, las manifestaciones tienen que ser autorizadas por la administración (decisión sobre la que hay protección jurisdiccional). En mi opinión, lo mismo debería aplicarse para las acciones de marras.
La cuestión no es, por tanto, si poner una dirección web en tu navegador e ir a ella es algo inocuo. También lo es pasear por el centro de la ciudad. La cuestión es la concertación susceptible de paralizar una ciudad o una página web. Puede ser tan legítima como una manifestación, pero debe ser autorizada.
Unos cuantos apuntes:
Para efectuar un ataque DDoS con éxito no basta con convocar a cientos o miles de personas para que realicen peticiones en un determinado periodo de tiempo: este ataque sería muy poco efectivo salvo que la configuración o el hardware del «servidor víctima» fuesen bastante paupérrimos.
El éxito de este tipo de ataques se consigue mediante la ejecución de herramientas especializadas que efectúan un elevadísimo número de peticiones en un brevísimo periodo de tiempo (algo fuera del alcance de la capacidad humana a menos que toda la población China se ponga de acuerdo).
Estas herramientas se pueden ejecutar en un equipo propio o en uno ajeno mediante «botnets» (redes «esclavas»). Ambos ataques dejan patrones claramente identificables y que podrían servir de prueba en un litigio judicial; el problema radica en discernir si el ataque registrado en el equipo de la persona acusada se ejecutó bajo su voluntad o porque su equipo estaba bajo el control de una tercera persona.
NOTA: con el uso de una «botnet» lo suficientemente amplia se puede «enmascarar» el patrón de envío lo suficiente como para hacer complicada la identificación de aquellos equipos que forman parte del ataque.
Conclusiones:
– Un ataque DDoS tiene la complejidad suficiente como para evitar su comparación con una simple sentada: Si todos visitantes «únicos» de Enrique nos confabulásemos para tirarle la página visitándola en una hora dada es muy probable que el hosting que tiene contratado pudiese soportar dicho ataque sin problemas, y en el peor de los casos, tendría éxito durante solo unos minutos (hasta que los atacantes nos cansásemos de hacer peticiones).
– En un ataque con herramientas DDoS pero sin uso de botnets puedes identificar perfectamente a los responsables de dicho ataque a menos que su número sea tan elevado que pueda ser indistinguible de un ataque con una botnet.
– El ataque con uso de «botnets» es bastante discutible desde el punto de vista ético por la propia naturaleza del mismo: el uso de equipos ajenos.
Overflow, sabemos que un ataque DDos tiene víctimas colaterales, pero no hay que exagerar los perjuicios provocados. El programa que han distribuido es software libre y se han contabilizado millones de descargas. Podríamos estar ante un principio de toma de poder en Internet que siempre fue un medio pacífico pero que podría dejar de serlo si se empeñan en matar Internet. Sinceramente el resultado puede ser tremendo, pero morir arrodillado nunca fue una opción recomendable.
Webing! ¿La próxima revolución social?
«Ha nacido el Webing! No lo busquéis en Google o Wikipedia porque me lo acabo de inventar. No consiste en construir sitios Webs sino todo lo contrario: tumbarlos!! Desde luego, las redes sociales son cada vez más poderosas y peligrosas. Palabrita de frankenstein digital. Ke rule!!!
¡Claro, que la revolución es otra cosa!. Las revoluciones y la lucha de clases no son un duelo entre caballeros, invento noble y burgués por excelencia para dirimir las diferencias. Las revoluciones y las luchas de poder son otra cosa y la cultura obrera bien lo sabe. Por lo tanto, Carlos Sánchez Almeida, ilustre abogado, no se lo va a enseñar, y mucho menos a los ciberactivistas, herederos de esa cultura obrera en la era digital. El Webing! (tumbar webs) es, en consecuencia, una buena herramienta de lucha para los «sinpoder» en la era digital. Puede que sea, además de un «ilícito civil», un acto de mala educación. Pero, incluso en este último caso, sería de la «buena» y/o de la educación que necesitamos en la era digital. No es un juego de palabras. No. Pero es que quiero insistir en esto porque pertenezco –pertenecemos algunos– a una generación donde se le llamaba «buena educación» –con la que nos adoctrinaban y/o adocenaban– a lo que no era más que una «mala educación «. Pedro Almodóvar lo ilustra muy bien en su obra homónima. El relato de Pedro, como sabemos, se inspira en su infancia en el colegio, sus problemas con los curas, la represión, el fútbol, la hipocresía, la «deformación del espíritu», los acosos, las misas en latín, etc. Pienso, por tanto, que hacer «Webing!» (tumbar webs) es lo mismo que quitarse de encima esa «buena educación», que nos ha convertido en auténticos zombis, ante los cambios que nos proponen/imponen los poderosos. «Tenía que hacer “La mala educación” –decía Almodóvar–, «tenía que quitármela de encima, antes de que se convirtiera en una obsesión». Así, pues, quitémosnos de encima, de una vez por todas, esa «mala educación». Ahora, en la era digital, es de «buena educación» tumbar páginas webs y rebelarse contra los abusos del poder. Considero, en suma, que aún con la reforma de la ley, no sé muy bien donde está el delito que menciona tan ilustre abogado. Si acaso, habría que entenderlo como una nueva forma de manifestación y/o protesta en la red ¿o es que el paso siguiente será prohibir las huelgas y las manifestaciones?. Hay que asumir las paradojas de la tecnología neoliberal y seguir trabajando por la apropiación social de las mismas. Decir, por último, que gracias a las «gilipolleses», «estupideces» y «cobardías» de los revolucionarios que nos precedieron, el Sr. Sánchez Almeida es libre para decir todas las tonterías que quiera en nombre del poder.
#014 : Que bien que me leí todos los comentarios antes de decir nada.
Ya me parecía extraño que alguien no hiciera un llamado a la razón ( técnicamente hablando ).
Mientras gente tan profesional e independiente como el Ramón este siguen con sus tonterías, desde otros lugares del mundo vuelven a decir que los delincuentes no son los ciudadanos ni empresarios españoles:
http://bandaancha.eu/articulo/7550/europa-declara-ilegal-canon-digital-aplicarse-indiscriminadamente
Creo que aquí se está haciendo demasiada demagogía sobre el tema. A nadie se le está prohibiendo navegar por internet como dicen algunos, ni se está criminalizando el hecho de que de manera fortuita un servidor web se vea saturado por un volumen alto de conexiones concurrentes durante uno período concreto de tiempo.
Como muy bien se indica en el comentario 14, el uso de herramientas para sabotear un servicio web y dejarlo caido durante horas no es algo tribial que se consiga convocando a todos los «amigos del feisbus», aunque sean unos cuantos cientos de miles…si tenemos que comparar este tipo de acciones con lo que ocurre fuera de la web hagamoslo justamente: una sentada ciudadana delante de una empresa o fábrica podemos compararla con una conexión simultanea de varios miles de internautas sin el uso de herramientas, pero cuando utilizamos un software desarrollado específicamente para realizar un ataque de este tipo creo que la comparación deberiamos hacerla con aquellos que ponen silicona o palillos en las cerraduras para que no se pueda abrir un negocio que legítimamente tiene todo el derecho a hacerlo.
Las injusticias se tienen que resolver en los tribunales y no tomando la justicia por nuestra mano, si no, corremos el riesgo de volver al pasado y aplicar la ley del más fuerte. Si es necesario denunciemos la ley SINDE en el tribunal constitucional o en el tribunal de estrasburgo y dejamos en evidencia la ineptitud del gobierno actual, al menos en lo que se refiere a este tema.
No estoy de acuerdo con el señor Dans.
No entiendo a qué se refiere con las pequeñas molestias. También los sindicalistas del otro día afirmaban causar «pequeñas molestias». Para quien causa los daños siempre los daños son ínfimos. Pero, si me parece fatal que echen silicona en una cerradura y no permitan que una tienda se abra, también me parece mal que no me dejen ver una página que yo quiera ver. Detesto la SGAE y todo lo que representa, pero mañana podrían ir contra una página que a mí me guste leer. ¿Solo es detestable el hecho si van contra lo que yo detesto? Hacer que una página caiga es igual que echar silicona en una cerradura para que no pueda abrirse. Es coacción igual a la que ejercieron los sindicalistas del otro día. La moral tiene que ser universal. Si no, no es moral.
#15 He intentado en mi mensaje minimizar cualquier juicio de valores de si los ataques DDoS son buenos o malos; simplemente he querido reflejar que en la dinámica de los mismos no suelen darse los factores que parece señalar Enrique en su mensaje, es decir, un numeroso grupo de gente que se coordina para «clikear» a un determinado servidor durante un periodo de tiempo dado (y en el ataque al Ministerio de Cultura sospecho que tampoco ha sido así).
La realidad es muy diferente: un reducido número de usuarios (o simplemente uno) puede lograr con las herramientas y conocimientos adecuados tirar una web cuyos recursos hardware no sean excesivamente elevados. Este hecho no permite hacer una analogía de los ataques DDoS como una especie de manifestación, o sentada, digital.
Recordemos que la propia Google sufrió en su día un ataque DDoS, y os puedo asegurar que para tumbar al conglomerado de DataCenters que en ese momento tenía Google es imposible hacerlo mediante una convocatoria on-line, aunque la misma reuniese a millones de personas (que es precisamente el número de peticiones que cada segundo el buscador de Google tiene que soportar, sin despeinarse, como algo rutinario).
#007 Tu has escrito: Porque también usando el mismo argumento se podría decir lo contrario; es decir, que el hecho de que una cosa no sea delito, no significa que puede hacerse, o que sea conveniente o moral hacerla. Esto no haría más que llevarnos a la antigua “Ley del Oeste”…
Y pregunto; ¿pero quien es aquí el Sheriff corrupto? ¿el que manda en la SGAE, la González Sinde o el propio ZP?
Se está hablando ya de la «PoliSinde» en Internet. Y los mas conspiranoicos creen que estos ataques han sido fomentados por ellos mismos para justificar la represión del internauta.
Pero hay cierta indignación cuando se van conociendo datos e historias. Pagamos un canon digital ilegal que solo sirve para favorecer a unos pocos de la SGAE y del «Clan Sinde».
Cayetana Guillén Cuervo cobra más de 60.000 euros al mes en TVE:
http://www.meneame.net/story/cayetana-guillen-cuervo-cobra-mas-60.000-euros-mes-tve
Entonces, sera delito, bloquear la pagina web de cualquier universidad el dia de publicacion de las notas de selectividad, la pagina de cualquier medio medio de comunicacion cuando ofrezca informacion de interes general , retrasmisiones online ….
Sera delito, ir a la pagina de unos grandes almacenes para comprar online
Sera delito como hace unos años , reunirse mas de 2 en cualquier sitio …
Porque como se diferencia que Xmil personas, quieren ver el concierto de fulano online o quieren boicitear el concierto.
Es increible el circo que se está montando. ¿Que va ser lo siguiente? ¿Que Ley se está incumpliendo al navegar por la red? Internet es uno de los pocos lugares donde hay libertad para manifestarse sin ser oprimido ni castigado por la sucia ley politica.
#022
En este caso seguramente casi que los tres que citas, en mayor o menor grado, pero eso no invalida mi argumento, que pretendía ser más general.
Después de ler tanto comentario me quedo con la entrada de Enrique (muy clara) y con mi derecho a «sentarme» pacíficamente sin autorización previa ninguna. Especialmente en un camino público donde unos matones me quieren cobrar un inmoral derecho de paso. Nadie me puede robar mi derecho moral a seguir sentado. Faltaba más que volvamos a ser disueltos por estar 3 personas en un mismo lugar de una acera (porque lo dice una «ley»)!