La industria discográfica y el obsoleto sistema de derechos de autor no para de demostrar su incapacidad para adaptarse a los tiempos que vivimos, y la más que evidente necesidad de una reforma radical.
Hace poco, los amantes del jazz nos encontrábamos con una de esas noticias deprimentes y absurdas que dejan patente la estupidez humana: una enorme colección de grabaciones de jazz de los años ’30 en posesión del National Jazz Museum, la Savory Collection, queda enterrada en medio de un proceso legal que impide ponerlas a disposición del público, ante la imposibilidad de localizar a los herederos de los derechos de autor y de identificar los contratos que, en aquella época, no recogían la posibilidad de la grabación y distribución de copias.
Otro ejemplo: la Electronic Frontier Foundation (EFF) da cuenta de una deliciosa iniciativa de Musopen para recaudar en torno a once mil dólares necesarios para contratar a una buena orquesta y producir grabaciones libres de derechos de obras de Beethoven, Brahms, Sibelius y Tchaikovsky, cuyos derechos de autor expiraron obviamente hace tiempo, pero no así los de las grabaciones que circulan actualmente. Que existan innumerables grabaciones disponibles de elevada calidad pero sea preciso volver a grabarlas para que una música compuesta hace tantos años sea finalmente libre es una prueba más de hasta qué punto el sistema de derechos de autor actúa como un permanente grillete sobre la creación cultural.
Pero claro, qué se puede esperar de una industria que no duda en afirmar, siguiendo sus cifras, que un sitio como The Pirate Bay ha generado daños económicos por valor de cuarenta y seis veces el dinero que existe sobre la faz de la tierra… cuando oigas cifras provenientes de la industria, ya sabes lo que tienes que pensar.
Sin duda el sistema de copyright tuvo su momento en la historia, pero ha quedado ya tan obsoleto como el censo enfitéutico. La propiedad intelectual es el ámbito en que la realidad va tan, tan, tan por delante del Derecho, que hace tiempo que éste la perdió de vista. Y, ya que hablamos de música, aquí resulta más apropiada que nunca la famosa cita de Lennon: «Music is everybody’s possession. It’s only publishers who think they own it». Un saludo, Enrique. Felicidades por tu libro.
En fin, otra vez arrimando el ascua a la sardina que interesa, y mal. Lo de la orquesta es una demostración práctica de que todavía no queremos enterarnos de la diferencia entre ***la obra*** y su ****ejecución o interpretación****. Las obras (es decir, los manuscritos originales de los autores fallecidos hace siglos y a los que se puede acceder libremente sin que nadie nos cobre por ello) están libres de derechos. Las ***interpretaciones*** o ejecuciones concretas de esas obras, no. Si quieres grabar una sinfonía de Beethoven estás en tu perfecto derecho: aprendes a tocar la flauta, la trompa y los instrumentos restantes, te juntas con tus amigos y grabáis un disco. Y luego, si lo queréis regalar, pues albricias. Es perfectamente legal, nadie te lo impide.
Pero ay, si todo fuera tan fácil… Los músicos, especialmente los intérpretes clásicos eternamente ninguneados en nuestro país, no viven del aire y tienen la malísima costumbre de comer todos los días. Y sí, dan conciertos. Pero también graban discos, y tienen derecho a cobrar por su trabajo de meses en la creación de una grabación que perdurará décadas, qué le vamos a hacer.
Los conservatorios de todo el mundo están llenos de estudiantes y profesores que pasan ***muchos*** años de su vida dedicándose a chorradillas tan aparentemente irrelevantes como ésta. ¿11000 dólares para grabar el qué, exactamente? Con 11000 dólares no se paga ni a mi abuela tocando la pandereta… a menos, claro, que consideremos que los músicos deben dedicarse a otra cosa y ser eternos amateurs que no tienen derecho a vivir de su profesión. ¿Sois realmente conscientes del ****enorme**** capital humano, de la cantidad de meses e incluso años que es necesario invertir para producir grabaciones como (por poner un ejemplo clásico) las grabaciones de Deutsche Grammophon? Aunque claro, si lo que queremos decir es que es exactamente lo mismo escuchar a la banda municipal de Jaramillos de los Pimientos que a la sinfónica de Berlín dirigida por un gran maestro pues entonces yo ya me callo. Pues sí, entonces ni 11000 ni 1 millón de dólares: por 500 euros os contrato a la banda de mi pueblo y os graban un Dvorak que lo ibais a flipar.
#1: a famosa cita de Lennon: “Music is everybody’s possession. It’s only publishers who think they own it”.
Huy sí, que se lo digan a Yoko Ono, a ver cómo iba a pagar ella su lujosísima vivienda en pleno corazón de Manhattan (vivienda donde también habitó el señor que pronunció tan revolucionaria frase). Si es que mola mogollón ser revolucionario de salón, está claro. Los jipijos no tienen fin.
p.s. supongo que la orquesta será china y que laburará 12 horas al día sin descanso para grabar todo el repertorio deseado en menos de una semana. «Oye, Chian Lu, me grabas 1812 de un tirón y dile al de los platillos que le pegue más fuerte, que con lo que le pago ya puede». Porque echando cuentas así muy por encima, y teniendo en cuenta que el número de intérpretes que hacen falta para interpretar una inmensa mayoría de las obras sinfónicas del repertorio clásico, con la ridícula cantidad de 11000 dólares no sé exactamente a qué montón de esclavos van a contratar.
Y siguen sin bajarse del burro…
http://www.heraldo.es/noticias/detalle/la_oferta_para_ver_peliculas_internet_crece_para_los_usuarios_espanoles.html
Clavadico al Blockbuster: los mismos precios (o más caros), las mismas restricciones absurdas (24 horas de alquiler por ej), DRM… Luego que la peña se lo baja de la mula.
Pregunto: si alquilar una película online cuesta entre 1,5 y 3 euros, y teniendo en cuenta que la mayoría de nosotros no vemos películas solos sino acompañados (pongamos entre 2 y 4 personas), ¿de qué «burro» exactamente se tienen que «bajar»? ¿No pediais que «se adaptasen al mercado» y a «las nuevas tecnologías»? Vaya por dios, se adaptan, pero en el fondo lo que queréis decir es que en lugar de pagar 50 céntimos por persona para ver una película, el grupete ultrarrevolucionario de salón de los 4 amigos que se juntan para ver una peli sigue prefiriendo verla por la patilla, porque la patilla será siempre mucho más barata que el eurete y medio que te cobran esos fascistas explotadores. Eso sí: las telepizzas y las cervezas sí se pagan, y a precio de oro, oiga.
Si pago canon por poder hacer copia privada (y aunque no la haga, y varias veces) ¿por qué voy a pagar por algo que no llega ni a la categoría de copia, sino a la de mera visión online en uno de esos portales?
No es que se hayan bajado del burro, es que ni han visto lo burros que pueden llegar a ser.
Enrique, si me demuestras que los derechos de autor de Sibelius «expiraron obviamente hace tiempo» te invito a una mariscada.
A.: 100% contigo, y expresado con muchísima gracia.
Yo, o mejor dicho, la compañía en la que trabajo, tuvimos que pagar a Yoko Ono 100,000 USD por la utilización de la canción «God» en un CD promocional para una campaña de publicidad del VW Golf. Los restantes 11 autores cobraron 53.000 € entre todos. Es decir, ella 20 veces más que el resto. Eso si es ser hippy y comprender bien que son los derechos de autor.
Ah! y en español se escribe Chaikovski ;)
A.
aunque «muy bien» explicado creo que simplificas y mezclas los conceptos (voluntariamente) y eso no hace que sea mas cierto…
Los que estamos en contra del actual copyright y toda esa pesca no pretendemos que los musicos y demas vivan del aire o sean eternos amateurs…Simplemente no no s parece correcto,justo,apropiado o como se quiera decir, este panorama y por eso se critica; que la solucion no sea sencilla no significa que este bien como está.
(me hace gracia el tono en que te refieres a las descargas como una especie de orgia de gratuidad perversa…por cierto, a mi me encanta el cine y por eso veo mucho yo solo en mi casa, casi a diario)
La verdad es que creo que si que empiezan a darse cuenta del potencial. 1 euro por una peli es más que razonable, por ese dinero no me molesto en buscar y bajarme nada.
Voy a probar un servicio de esos y ya veremos.
En cuanto a las maniobras para que los fondos del Jazz museum no se puedan publicar son sencillamente repugnantes.
y la idea de grabar los conciertos, aunque cuesten 11 millones y no 11.000 es la reostia, voy poniendo pasta.
#7: está bien que al menos reconozcas que no quieres pagar. Algo es algo ;-) No sé qué hariais si mañana mismo el famoso canon desapareciera: os quedariais sin excusas. Ay. El revolucionarismo dospuntocerista jipijo tiene sus límites, I know.
#11: ;-) Aun con todo, tiene gracia, porque el que empieza mezclando churras con «meninas» (y no es la primera vez que lo hace) es el propio Enrique en su post original. Porque efectivamente, la legislación de derechos de autor, la cuestión de las obras huérfanas, la vigencia de estos derechos y la disparidad entre las diferentes legislaciones de un país y otro, etc. etc. etc. no tiene NADA que ver con el tema de no saber (o no querer) distinguir entre la creación de una obra y su ejecución pública o interpretación, entre otras cosas. Lo de los 11.000 dólares para formar una orquesta «de calidad» (???) que grabe obras (¿cuántas?) del repertorio clásico (que oye, lo mismo pués grabar a un Corelli que a un Rachmaninoff que a un Mozart, que total notas musicales sólo hay siete, pa tanto no será) suena, sintiéndolo mucho, a broma de pésimo gusto, por no decir a insulto a la inteligencia de cualquiera capaz de apreciar mínimamente la exigencia de una empresa así.
Por cierto, que yo también soy muy cinéfila: siempre caen entre una y dos pelis al día. Casi todas, todo sea dicho, compradas en Amazon UK a una cuarta parte del desorbitado precio que pagaría por ellas en España.
Propongo que quien sea propietario de derechos de autor, lo declare y pague a Hacienda anualmente 0,01€ por obra en concepto de impuesto sobre la propiedad, y que si nadie paga por una obra, pase a ser considerada de dominio público,
Con ello se evitaría lo que existe en la actualidad, que es la existencia de multitud de obras «huérfanas», que son obras que teóricamente son de alguien, pero se desconoce al dueño, con lo que no se pueden reproducir ni mostrar en público.
Ese es, (entre otras), uno de las mayores injusticias de la actual legislación de derechos de autor, que defiende derechos de personas inexistentes, privando con ello a todos de la posibilidad de conocer esas obras sin dueño.
# 006 A. … aquí no te has lucido nada :-(
«Pregunto: si alquilar una película online cuesta entre 1,5 y 3 euros, y teniendo en cuenta que la mayoría de nosotros no vemos películas solos sino acompañados (pongamos entre 2 y 4 personas), ¿de qué “burro” exactamente se tienen que “bajar”?»
Respondo: si alquilarla en el videoclub cuesta prácticamente lo mismo y hay un soporte, una tienda, empleados, fabricantes, intermediarios, distribución, etc., etc. … y luego la ves en casa tu solo o con toda la familia (la del videoclub también, sí) … ¿por qué coño intentan cobrar lo mismo por una peli online que les cuesta 0,0000???€?, ¿eso es adaptarse al mercado??????.
De ese es exactamente el burro del que se han de bajar -si quieren, claro- porque como sigan con esos precios abusivos se van a morir de asco sin necesidad de que «los ayude» nadie.
Ellos mismos.
Joder, que perra con lo de los 11000 € !!!!!
Si es porque el mundo es la mierda que es y por los impresentables que nos gobiernan, porque este tema se puede hacer por 0 € (añadidos).
Y no estoy de coña. Hay grandes orquestas (no charangas de pueblo) como son las orquestas nacionales, que están pagadas con los dineros públicos, y que lo mínimo que deberían hacer es grabar X temas clásicos cada año para ponerlos a disposición del dominio público.
Eso sí que sería potenciar y difundir la CULTURA y no otras coñas marineras (oído cocina, Sinde y homólogos/as).
#013, Gorki me uno a tu propuesta … a ver si así también dejan de comparar de una vez las propiedades intangibles con las tangibles.
Yo, para 2 cosas tangibles de las que soy propietario, me paso toda la vida pagando por ellas y me las pueden expropiar cuando parezca oportuno. Otros, sin embargo, se pasan toda su vida únicamente cobrando por sus propiedades intangibles y sin venderlas ni desgastarlas; tampoco conozco ningún caso de expropiación. Casi-casi lo mismo, ¿no?
Hablando de «estupideces» … ¿qué es esto?:
La SGAE rentabiliza su base de datos: ahora vigila los bares para Mediapro
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/sgae-rentabiliza-base-datos-ahora-vigila-los-bares-mediapro
» La base de datos de la SGAE cada vez es más rentable. Dos nuevas sociedades, Mediapro y AGEDI-AIE (que agrupa a los productores de discos y a los artistas e intérpretes, no a los autores), se han apuntado a ella y los inspectores de la organización de Teddy Bautista ya trabajan para éstas.
Para la primera, los inspectores comprueban qué establecimientos ofrecen fútbol de pago y si lo ofrecen de manera legal o ilegal. Para la segunda, se pide aproximadamente un 30% más en las tarifas.»
Yo flipo $-(
Para A, deja de decir tonterias y de mezclarlo todo. Si los cantantes quieren comer, que toquen en los conciertos, creo que las personas normales no viven de su primer trabajo toda la vida de rentas, sino que tienen que partirse la espalda dia a dia para que a fin de mes los que estan en las alturas les roben un dineral, y encima tener que aguantar a piojos vertidos de limpio llorar porque no pueden comprarse otro chalet.
Personalmente conozco el caso de un coro de aficionados, aunque bastante buenos ya que hasta han cantado obras para las altas esferas, que quisieron tocar GRATIS una opera, creo, de un tio que lleva fiambre mas de 300 años, la sociedad esa que te paga por escribir aqui les queria cobran 6000€ por actuacion, al final tuvieron que desistir de la gratuidad y cobrar a la gente, 6000€/por el numero de plazas.
¿Ver por la patilla una pelicula en casa por streaming?, no pagas tu la conexion de internet ¿verdad?, seguro que te la pagan sin rechistar, sino no dirias semejante chorrada, para tener una conexion decente tienes que soltar una buena morterada, estes con el proveedor que estes.
POR FAVOR, antes de comentar y segun lo que se comente, que sea logico, y no desde el pulpito de la iglesia, que ver los delitos de los demas es facil.
PS: yo pagaria gustoso por ver las peliculas que fueran, y yo quisiera, si hubiera un buen streaming en españa, pero ni hay uno bueno, ni la emision es todo lo buena que deberia ser. Para eso prefiero bajarmelas por el p2p y tenerlas con bastante mejor definicion.
Para A: niego la mayor. Yo no creo que los intérpretes deban tener derechos de autor. No los necesitan y nunca los necesitaron, siempre se les pagó por su trabajo, que es dar conciertos, y también hacer grabaciones si les contratan para ello (o si quieren promocionarse).
Lo cierto es que los derechos de autor se inventaron para los autores. Antes de los derechos de autor, a un escritor no se le pagaba nada cada vez que alguien imprimía su libro, ni tampoco cada vez que alguien interpretaba su obra de teatro, como mucho el primer editor le pagaba algo a la entrega del manuscrito. Asimismo, a un compositor tampoco le pagaban nada cada vez que alguien daba un concierto con su música.
Esto de los derechos de autor se ha desbocado, ahora tiene derechos de autor hasta el gato de la vecina. Intérpretes, herederos, editores, traductores, entidades de gestión, toda clase de intermediarios… esto ha acabado siendo una maraña infumable y eterna por culpa de la cual millones de obras descatalogadas se pudren en bibliotecas y museos, sin llegar a ser nunca publicadas de nuevo.
No nos vengas con la excusa barata de que los intérpretes tienen que comer, cuando resulta que a todos y cada uno de esos intérpretes se les pagó por su trabajo cuando lo hicieron. Ya que estamos, ¿también comen los muertos? ¿Elvis vive?
Unos derechos de autor que no tengan una duración corta, y que no se apliquen tan sólo a los autores, son sólo un acto de parasitismo social. Cuando el fontanero te arregla las cañerías este cobra sólo una vez, cuando hace el trabajo. No se pasa toda la vida cobrando, él y sus herederos, hasta 70 años después de su muerte, por unas cañerías que arregló cuando la guerra de Cuba.
Si al trabajo de todos se le aplicasen las mismas reglas que se le aplican al vuestro, la economía sería un desastre, todo el mundo estaría arruinado pagándole derechos a todo el mundo. Si el sistema económico funciona es precisamente porque con todos los demás NO se siguen esas estúpidas reglas. Con todos los demás la regla es que el que no trabaja no cobra, y no vale como excusa el decir que hace 25 años hiciste un trabajo cojonudo.
Vives en una casa sin haberle pagado nunca derechos de autor a los albañiles. ¿No te da vergüenza el disfrutar de esa casa sin haber pagado nunca derechos de autor por ella? ¿Y la ropa que llevas? ¿Cuándo le pagaste derechos de autor a los obreros textiles? Sin duda albañiles y obreros recibieron su salario, igualito que los intérpretes, pero ¿acaso alguna vez los albañiles y obreros recibieron derechos de autor?
#A.
Lo de los 11.000 € reconozco que resulta bastante poco para contratar una buena orquesta pero toda esta maraña de irregularidades alrrededor del dichoso tema de los derechos de autor ya cansa y resulta desalentadora para cualquiera.
Las gestoras han hecho de esos derechos un negocio de extorsión sobre otras empresas en beneficio propio y no de los autores que son simplemente la excusa para sus abusos, nada mas, lo del canon no tiene nombre y encima parece que debe ser lícito para mantener a un monton de gente que no hace nada.
Ya esta bien de tanta hipocresia, ni el todo gratis ni el todo vale, Spotify o Amazon son medios para conseguir música y cine a un precio razonable, pero que no me expolien con el canon ni con unos derechos de autor que solo son los derechos de unas gestoras a cobrar por todo y hacer negocio explotando a los artistas y a otros negocios.
Krigan, sólo quería recordarte que las obras artísticas pueden copiarse pero las cañerías no. Lo digo por si lo quieres tener en cuenta en tu razonamiento.
Aquí se están mezclando dos conceptos, uno es los derechos de autor, que remuneran la creación de la obra, y otros son los derechos de reproducción o mechanical rights, que remuneran la ejecución. Los derechos de autor son del autor, pero los de reproducción son de quien financia lo que se está reproduciendo (copias, para que nos entendamos). Así si la discografica A le paga al autor B para que componga una canción que intepretará C, por cada copia vendida A cobrará sus derechos de autor, B cobrará sus derechos de reproducción y remunerará a C según lo que hayan acordado.
Para los directos, A cobrará sus derechos de autor y quizás si han acordado algo mas es algo y C si va por libre el resto, o si va de la mano de B lo que tengan acordado.
Seguramente un interprete de musica clasica no cobre por copia vendida, seguramente cobre por asistir a sesiones de grabación (a no ser que sea un crack y pueda negociar cobrar por volumen de ventas), pero la editorial que invierte mucho dinero en grabaciones de calidad, su unica opcion para recuperar la inversion es la venta de copias.
El prospero negocio de la cultura con sus principales protagonistas las casas discográficas invierten poco y generan enormes beneficios de los cuales muy poco o nada viene invertido en la cultura. todo va para los bolsillos de los especuladores mas grande de la historia humana.
Personalmente no conozco un caso donde alguna casa discográfica ha donado o invertido en los centros populares de culturas como bandas musicales municipales, escuelas de música y canto de los barrios pobres del mundo.
la cultura del barrio es el manantial de donde salen los principales movimientos culturales en todos los ámbitos de la cultura no cuentan con el apoyo ni de las multinacionales casas discográfica ni con la grandes casas editoras porque simplemente la cultura es un grande negocio para ganar grandes cantidades de dinero y tener grandes influencias en las carreras de los buenos talentos.
Enrique…¿tú has renunciado a cobrar derechos de autor de tu libro de papel hecho de árboles talados? ¿Nos lo puedes demostrar de alguna manera que no sea un link?
Gracias.
Estoy con Krigan: también niego la mayor, es un enorme error atribuir derechos de autor al ejecutante. Se le puede retribuir de muchas otras formas.
Para A: lo siento, pero intentar mantener con respiración asistida una industria acabada es inútil. Los autores tienen muchas otras formas de ser retribuidos por su trabajo, el sistema de derecho de autor es simplemente uno de ellos, que se basó en la copia física, cuando ésta era algo valioso. Ahora ha dejado de tener sentido. Cuando se inventó el motor de explosión, seguramente se le acabó el negocio a quien criaba y vendía caballos para los carros de caballos. Cuando se inventó la cámara fotográfica digital, se le acabó el negocio a las tiendas que revelaban carretes. Cuando se inventó el frigorífico, se le acabó el negocio a los neveros que traían nieve y hielo desde la montaña, en sus mulas. No entender que la realidad avanza y que el Derecho es sólo una de las posibles formas de organizarla, es no entender nada. Siento la misma predilección que tú demuestras por la música clásica, aprecio las interpretaciones de los grandes, y muy al contrario de lo que afirmas, la música no morirá, al contrario, encontrará nuevos cauces de expresión, siempre los encontrará. Porque no hay nada más inmaterial y universal que la música. Eso es lo único que quiso decir Lennon.
#22: «Seguramente un interprete de musica clasica no cobre por copia vendida, seguramente cobre por asistir a sesiones de grabación (a no ser que sea un crack y pueda negociar cobrar por volumen de ventas), pero la editorial que invierte mucho dinero en grabaciones de calidad, su unica opcion para recuperar la inversion es la venta de copias.»
Menos mal que alguien sabe de qué va la cosa.
#19: «Si al trabajo de todos se le aplicasen las mismas reglas que se le aplican al vuestro…»
¿Mande? Yo ****trabajo**** todos los días para comer (con contrato por obra, por si te interesa, es decir: hago mi trabajo, cobro por él y hasta luego lucas, como la inmensa mayoría de currantes del mundo editorial), con la desventaja de que soy una autónoma pelada y no funcionaria o asalariada fija de un gran instituto, así que si mañana meto la pata o les apetece dejar de darme curro, dejo de cobrar y me quedo en la puta calle sin un derecho ni medio. Fin.
#TonyTux: «Si los cantantes quieren comer, que toquen en los conciertos».
Cuando entiendas la diferencia entre Britney Spears y un primer violín de una orquesta sinfónica, volvemos a retomar el diálogo. Hasta entonces sería inútil.
«¿Ver por la patilla una pelicula en casa por streaming?, no pagas tu la conexion de internet ¿verdad?, seguro que te la pagan sin rechistar, sino no dirias semejante chorrada, para tener una conexion decente tienes que soltar una buena morterada, estes con el proveedor que estes.»
Mira pequeñín, soy bastante bastante viejuna y llevo viviendo fuera de casa desde los 17, con lo cual a lo largo de mi vida he pagado cienes y cienes de conexiones a Internet (mucho más barata en EEUU, por cierto, donde viví casi 9 años). Cuando tengas ganas de seguir soltando estupideces sobre mi vida, adelante. Además, explícame esto: ¿por el hecho de que tú pagues a un proveedor de servicios – Telefónica, vamos a poner – eso significa automáticamente que los creadores de la película en cuestión tienen que quedarse sin cobrar? Como ya pago a Telefónica…. pues no pago al que ha hecho la peli. De una lógica aplastante, vamos. hay que tener morro, chico.
Ah, y ya sé que os resulta muy difícil de entender. Pero hay quienes, trabajando como trabajamos en el mundo editorial, estamos en contra de cosas como el canon en todas sus modalidades, etc. Yo no tengo ningún interés en mantener esa estructura tal cual está, pero comprenderéis que el argumento de «si pago a Telefónica tengo derecho a bajarme 300 libros por la patilla» me parezca lo que es: una sandez de alguien que no sabe valorar lo que cuestan las cosas. Una cosa es el canon y otra muy distinto el derecho que me asiste a mí como autora a decidir qué uso pueden hacer otros de mi creación (derecho que aparentemente sólo asiste a quienes piensan como Enrique y los lectores del blog; los demás tenemos que aceptar sus directrices sí o sí). Si a mí no me da la gana que a los diez años la misma editorial siga publicando mi obra, tengo perfecto derecho porque así lo dice la ley a negarme a que la editorial exceda los límites del contrato firmado.
Oriol: el derecho de autor no tiene por qué ser pecuniario, puesto que la ley lo define en primer lugar como un derecho moral. Tú puedes renunciar a todo beneficio pecuniario si así lo deseas, pero retienes el derecho moral que te asiste a que tu obra no sea utilizada para fines con los que no estás de acuerdo (un músico tiene, por ejemplo, el derecho a negarse a que una de sus sea utilizada en un acto político con el que está en desacuerdo, por ejemplo).
Es lo que pasa cuando se mezclan churras con «meninas».
«…muy al contrario de lo que afirmas, la música no morirá, al contrario, encontrará nuevos cauces de expresión, siempre los encontrará»
Hmmmm ¿exactamente dónde he dicho yo que la música morirá? Más arriba alguien ha apuntado una estupenda solución para la grabación de un repertorio clásico que pueda ser puesto a disposición de toda la sociedad: las orquestas nacionales, pagadas con los impuestos de todos. Es una solución magnífica: se garantiza la universalización de la cultura y todo el mundo cobra por su trabajo. Idea que a mí me parece magnífica, por cierto. Lo que dudo mucho-muchísimo es que a los gurús del neoliberalismo (como el autor del blog) le entusiasmen mucho estas soluciones tan «socializadoras» («bolivarianas», podríamos llamarlas). En realidad sospecho que la socialización de la cultura les impora un pimiento, y que lo que en realidad se está discutiendo aquí es un cambio de paradigma en el que pasaríamos de estar controlados por los grandes grupos mediáticos a estar controlados por Telefónica. Ah, pero… espera… oh… ¡¡¡¡PERO SI SON LOS MISMOS!!! Y algunos todavía no se enteran.
#19: si dedicaras las mismas horas a difundir la cultura que dedicas a convencerme de que los círculos son cuadrados, la humanidad ganaría mucho. Lo cierto es que yo nunca he cobrado ni un céntimo por derechos de autor, así que toda la parrafada que me estás soltando sobre lo mala malísima que soy, o que me acuses indirectamente de que por mi culpa y los inexistentes derechos de autor que NO cobro hay miles y miles de obras que «se pudren» en las bibliotecas pues poco menos que me da risa. Verás: cuando tengas ganas de contribuir a la difusión de la cultura, coge un gran clásico que no esté traducido (los hay a miles, por cierto) y ponte a currar. A tres o cuatro horitas al día, seguro que en un año sacas algo decente. O ponte a trabajar en el Proyecto Gutenberg, que siempre necesita voluntarios. O colabora como voluntario en multitud de webs o páginas de asociaciones que no pueden permitirse pagar a un profesional (yo lo he hecho durante años: es sanísimo para la mente y el espíritu, créeme). O crea una iniciativa para crear una gran red de autores y traductores que quieran trabajar en otro modelo de difusión de la cultura (estilo Red Tlaxcala o similar). Y sobre todo: deja de quejarte de lo malíiiiiiiiiisimos que somos los demás, porque resulta que a lo mejor yo estoy más cerca de defender tus ideas de lo que crees, pero no me da la gana ser una demagoga neoliberal.
A: lamento que tengas que recurrir a comentarios impertinentes. Tratemos de mantener el debate en tono cordial. No presupongas de entrada que todos pensamos que Britney Spears es igual que un primer violín. El problema es que el sistema de organización económica actual de la creación artística está monopolizada por empresas que ven peligrar sus ingresos. Y no caigas en el error -yo sí te presupongo cierta inteligencia, por tus textos- de creer que este sistema es el único que hace posible la creación cultural, incluida la musical. De hecho, este sistema deja fuera del mercado al 90% de la creación, porque la industria no edita a autores a quienes no les augura éxito económico. Son criterios de rentabilidad empresarial y no de calidad musical. Internet sólo abre la posibilidad de que se multipliquen los creadores, y que compitan mediante el criterio de calidad. Así todos ganaremos. Internet no será el fin de autores y ejecutantes. El arte siempre se abre camino.
#31: «De hecho, este sistema deja fuera del mercado al 90% de la creación, porque la industria no edita a autores a quienes no les augura éxito económico. Son criterios de rentabilidad empresarial y no de calidad musical».
Completa y absolutamente de acuerdo, que es lo que llevo diciendo en este blog desde hace milenios. Pero es que vuelvo a lo que me hace tirarme de los pelos cada vez que surge el debate, porque en todas las discusiones se entremezclan cosas que no tienen nada que ver entre sí. Unas veces hablamos de «cultura» (sin definir, sin precisar, como si fuera algo… no sé, no se sabe muy bien el qué), y otras veces de «mercado». Y «cultura» y «mercado» no son lo mismo, ni tienen por qué serlo. La realidad es que, al menos en nuestro país, tenemos acceso a ***infinidad*** de manifestaciones culturales de forma gratuita o cuasi-gratuita. La inmensa mayoría de la «cultura» que se crea es de acceso gratuita. Pero claro: si partimos del supuesto de que «universalización de la cultura» y «ver la última de Harry Potter por la patilla» son conceptos equivalentes, tenemos el primer problema. Porque no lo son: Harry Potter es un producto comercial. Alguien ha tenido una idea, se ha molestado en crear algo (un bien tangible, por mucho que pretendan convencerme de lo contrario), y decide cómo y cuándo quiere conceder a los demás el acceso sobre su creación. Que Harry Potter sea o no cultura (a mí me encanta, por cierto) es otra cuestión, y es irrelevante en este caso. Dentro de todo el entramado de lo que llamamos «cultura», me atrevería a apostar a que más de un 90% de sus creadores NO viven de crear, o al menos no estrictamente. Yo tengo un amigo poeta que es vigilante en un parking nocturno y otra que trabaja en una fábrica de aluminios. Los dos reconocidos con diversos premios y los dos extraordinarios, los dos usuarios de las nuevas tecnologías para difundir su obra. Pero claro: se presentan a concursos y a veces les publican. ¿Y alguien pretende convencerme de que pagar 10 euros por su libro es un «abuso»? 10 euros que hoy en día se gastan en un bocadillo con cocacola en cualquier bar.
Por otro lado, yo que no tengo nada de neoliberal, no dejo de sorprenderme cada vez que se habla con tanto desdén de los «criterios de rentabilidad empresarial». Si yo voy al instituto en el que enseña el autor del blog, ¿qué ideas me van a inculcar? ¿Que es mejor socializar las orquestas nacionales y aumentar los impuestos para universalizar el acceso a la cultura, o que tengo todo el derecho del mundo a montar mi empresa y sacar el máximo beneficio económico posible con ella? Porque es que a veces la incoherencia me supera.
#032: solo los que pretenden defenderse mediante el «es que siempre ha sido así» no son capaces de entender que es perfectamente coherente ser profesor en una escuela de negocios y defender el revisionismo profundo de la propiedad intelectual. De hecho, la escuela de negocios en la que trabajo, modestamente en parte gracias a alguna aportación mía, lleva varios años caminando hacia un nivel cada vez mayor de apertura, y eso no hace que le vaya peor, sino mucho mejor, fíjate tú qué paradoja. De lo que se trata en una escuela de negocios es de enseñar a las empresas a que se adapten al entorno, y el entorno definido por un mundo conectado es, te pongas como te pongas, muy diferente al que había cuando todas esas normas que invocas tenían algo de sentido. Ahora, simplemente, hay que cambiarlas.
Me sorprende que nadie lo haya mencionado ya, pero el hecho de que una película se alquile por 3 euros y no por 0.5 es porque el autor solo percibe 50 centimos y el resto queda en intermediarios y servicios. Y no, el costo no es 0€ porque el servidor también paga ancho de banda, mantenimiento de equipos, raid’s de discos duros, etc…
¿Una orquesta por 11.000 euros? Pues depende de las obras que toquen, claro. No es lo mismo Schubert que Debussy. Muchos intérpretes clásicos solo tienen que ensayar algunas veces (los de ninguna son a precio de oro) y luego tocan. Para una orquesta de 12-15 personas normal con percusión, vientos y cuerdas pueden necesitar 2-3 días para aprender 6-8 obras.
11.000/15 = 733€ por cabeza. Entre 4 días (3 de ensayos y 1 de presentacion) = 183€/dia. Yo no se vosotros, pero yo cobro unos 60€ por día y me parece suficiente.
Ah! Y en los cálculos no he contado con el coste de la entrada, pero la usaremos para pagar el teatro en el que representamos.
Creo que con 11.000 puedes grabar algo pero no demasiado ambicioso. Eso si, si tiene que intervenir un productor de alguna discográfica el precio no baja de 50.000.
———
Siempre lo he afirmado y seguiré. El problema no son los intérpretes/músicos. El problema no son los usuarios/consumidores. El problema no es internet/medio. El problema son los intermediarios, discográficas, políticas, copyrights, patentes, etc…
Ernesto, las cañerías sí pueden copiarse, las fábricas de cañerías lo hacen todo el tiempo. Por otro lado, ¿y qué si las obras se pueden copiar? Estamos hablando de retribuir un trabajo, y la regla de seguir cobrando por lo que hiciste hace medio siglo es sencillamente absurda, incluso el seguir cobrando por lo hecho hace 10 años me parece excesivo, no digamos ya el hecho de que un heredero o una discográfica sigan cobrando por lo que otros hicieron.
A: Comparto algunas de las cosas que dices, y por tus intervenciones da la impresión de que sabes de lo que hablas, pero te aconsejaría el no utilizar términos despectivos del tipo de «jipijos» «revolucionarios de salón» y demás. No enriquecen en absoluto los razonamientos, y solo contribuyen a hacerte perder credibilidad.
Una vez dicho esto, me gustaría incluir una idea nueva en el debate. En muchas ocasiones, la gente que nos negamos a consumir los productos que publica la industria y recurrimos al P2P o a vías similares no lo hacemos solo por conseguir los contenidos gratis, sino porque sentimos que la industria se está claramente riendo de nosotros.
Por ejemplo, yo soy cinéfilo, y pertenezco a varias comunidades en las que se comparte contenido en HD. Pues bien, tengo contratado un servidor en el extranjero para garantizarme una linea con una capacidad de subida que me permita mantener los ratios que exigen esos trackers. Ese server me cuesta un buen dinero, que pagaría gustoso a la industria si me ofreciera un sistema «oficial» similar. Pues bien, eso no existe, y no es un problema de pagar o no pagar. Las alternativas que hay de ver cine por streaming con calidades pésimas, sistemas DRM totalmente intrusivos, sonidos patéticos y condiciones leoninas de ver la película en 48 horas o tener que pagarla de nuevo me parecen directamente un insulto. Y no soy el único que funciona así, lo de tener servers alquilados para estas cosas es habitual en los que descargamos cosas en HD (una película a 1080p con buena calidad ocupa 15 o 20 Gb).
Recuerdo un estudio hace un año en Xataka de sistemas online de cine de pago en España en que probaron 5 o 6. Varios no les funcionaron por problemas con los DRM, antivirus, incompatibilidades, etc. Los demás, aparte de carísimos, ofrecían calidades de screener, se cortaban, sonaban mal,… ¿Pero de que vamos? ¿Con que derecho se queja esa gente de que nos bajamos cosas de internet? ¿Y que vamos a hacer?
Otro ejemplo, los libros digitales. Yo tengo un Papyre y estoy dispuesto a pagar por los libros. ¿Donde los compro? No hay posibilidad de hacerlo en ningún sitio. ¿Libranda? Para echarse a llorar. De nuevo no es cuestión de dinero. Es cuestión de una industria que oferta unos productos totalmente absurdos, fuera de la realidad y ofensivos para cualquiera con dos dedos de frente.
Y repito que no es por el dinero, es que, en estos sectores, si quieres un nivel de calidad determinado, estás obligado a irte al P2P, que, increiblemente, produce contenidos de mucho más nivel que los que produce la industria.
#33… hmmm Enrique, explícame en qué momento defiendo yo el «siempre ha sido así» o el paradigma vigente, porque igual me conoces mejor que yo. Explícame igualmente cómo compatibilizas esa defensa de la «adaptación al medio» con tu legítimo derecho como autor a decidir cómo, cuándo y quién tiene derecho a acceder a lo que creas (tú mismo decides, libremente, que podamos acceder gratuitamente a los contenidos del blog, a que paguemos por tener acceso a una copia en papel de tu libro o a que consigamos de forma gratuita una versión libre del mismo; la cuestión es que lo decides tú, porque tú estás ejerciendo tu derecho moral de autor a que así sea). Es una incoherencia de tomo y lomo clamar contra los derechos de autor para después hacer uso (legítimo, insisto) de los derechos que te otorga la ley (y no hablo del sentido pecuniario, sino del derecho moral que te asiste como autor a negociar los términos de la distribución de tu obra como mejor te convenga). Tú has firmado un contrato con tu editorial, y lo habrás firmado (imagino) invocando los derechos que están reflejados en la actual LPI. De hecho, en tu contrato habrá una serie de cláusulas en las que se explicitan la forma de distribución y los derechos que te asisten como autor a decidir de qué manera se difunde tu obra, los porcentajes que te corresponde cobrar en función de las ventas, etc. etc. etc.
Lamentablemente, lo que ocurre es que los argumentos que yo utilizo no te convienen porque no son los de la industria (industria con la que colaboras y hasta firmas contratos, y en tu perfecto derecho que estás, conste), pero tampoco son los del «como ya pago a Telefónica, a mí qué me cuentas». Hay 255 matices de gris entre el blanco y negro. Lástima que en esta cuestión creas que quien no está contigo, está contra ti.
Saludos.
#26 Esa es la parte que me hace gracia. A los autores, e incluso a otros que no son autores pero también tienen derechos de autor, es frecuente que se les pague a tanto por obra producida, o un salario por tiempo trabajado (así cobran la inmensa mayoría de los intérpretes), y a menudo teniéndoles en precario, como es tu caso.
Sin embargo, se supone que la editorial que te paga a tanto por página traducida ha de cobrar derechos por esa traducción durante todo lo que dure tu vida, y otros 70 años más. Lo siento por la editorial, pero tu trabajo no vale tanto, vale lo que te pagan por él, pero no lo que la editorial pretende cobrar. Para el sistema de retribución que tenéis los traductores no se necesitan derechos de autor.
#35: lamento comunicarte que una vez transcurridos unos 5 años desde la publicación de una inmensa mayoría de libros, estos dejan de ser rentables y no generan ningún tipo de ingresos, ni en concepto de ventas ni en concepto de derechos ni en concepto de nada. Editoriales que se forren a costa de los célebres derechos de autor, poquitas poquitas (a poco que uno conozca el mundo editorial, porque hablar por hablar es muy fácil). Por otro lado, vuelvo a repetirte que no tienes que convencerme de que el sistema de regalías no beneficia a los autores, eso ya lo sé. Lo cual, naturalmente, no significa que tenga que aceptar por decreto tus ideas sobre cómo defender mis derechos. Faltaría más.
En cuanto a lo de las cañerías y si pueden o no copiarse (me da igual cañerías que patrones de ropa, conste). ¿Te suena de algo la palabra «patente»?
#33: Enrique, si en efecto hay que cambiar las normas, permíteme darte un buen tirón de orejas por haber elegido el medio más conservador y menos adecuado para empezar a dar ejemplo con la publicación de tu libro. Tenías tantas opciones… Poquitas, muy poquitas normas se van a cambiar así (venga, otro día hablamos de la chapuza de Libranda).
#30 Yo tampoco soy un demagogo neoliberal, entre otras cosas porque ni siquiera soy liberal, y no creo ser un demagogo. Obviamente cultura y mercado son cosas distintas, pero es que se nos dice que los derechos de autor, tal y como están ahora, son necesarios para que exista un mercado cultural, y eso es sencillamente falso. Más aún, son precisamente los actuales derechos de autor los que están impidiendo el desarrollo del mercado cultural en Internet.
En una cosa te doy la razón, y es que tú eres el parásito que no parasita. Los que están parasitando son otros, tú eres nada más que la excusa del parásito.
#36: Pedro, en la cuestión del cine hay algo muy curioso que casi nadie menciona. Se recurre al canon como justificación para bajarse películas cuando hey, ¡¡¡hay otra razón muchísimo más poderosa!!! Si yo quiero ver una película en mi pueblo, no puedo porque no hay cine. Tengo que viajar 25 kms. Cuando llego al cine, como vivo en provincias, sólo puedo ver películas dobladas. Es decir: un producto alterado que NO ES el producto original que el autor ha creado. Ésta y no otra es la verdadera razón de peso para recurrir al P2P, porque los cinéfilos en España estamos condenados a vivir en un puñetero desierto a menos que traguemos con el maldito doblaje. Como alternativa, claro, se pueden comprar películas en Amazon, pero despídete del subtitulado en español (a mí lo mismo me da, pero a la mayoría de la gente, no). Yo he intentado conseguir películas que, no siendo viejas, están descatalogadas hace años. Ni modo. ¿Solución? P2P. Y muy bien que me parece. Ahora, también tengo claro que me encantaría poder pagar a quienes han hecho posible que esa película exista. De Libranda, ni me hables :-) Lo de «jipijos» y «revolucionarios de salón» no es un insulto, conste. Si alguien se siente identificado, ya es otra cosa.
#34 Benjamin, lo de la «orquesta de 12-15 miembros» que tardan «2-3 días para aprender 6-8 obras» es una broma, ¿verdad?
«se nos dice que los derechos de autor, tal y como están ahora, son necesarios para que exista un mercado cultural»
Pero Krigan por Dios, que los cerdos no vuelan. Que digan lo que quieran. A cualquier persona con un mínimo de inteligencia se le puede presuponer lo suficientemente capaz de ver que esa justificación es una soberana chorrada. Lo cual no es óbice para reconocer que la ley tiene que reflejar aspectos cruciales como el derecho moral de autoría para evitar abusos. ¿Y quiénes son los primeros abusadores? Los editores que no ofrecen contratos, las editoriales que transforman obras sin el consentimiento del autor, las que compran traducciones que luego no publican (la ley dice que puedes recuperar tus derechos sobre tu obra transcurrido un plazo de tiempo), etc. etc. etc. Por eso, y no por otro motivo, existen los llamados «derechos de autor». Estáis tirando al niño con el agua de la bañera, como dirían en mi pueblo.
Alguna curiosidad,
– ¿Porque hay de tiempo hasta el 14 de septiembre para poner dinero? Si, ya se llevan tantos años esperando, no veo el motivo de poner una fecha límite tan cercana.
– ¿11.000 dólares llegan para contratar a músicos y hacer toda la música (o buena parte de ella) de Beethoven, Brahms, Sibelius y Tchaikovsky? Creo que no
– Ya hay grabaciones de dominio público dichos autores, como dicen en una respuesta al post
Archive tchaikovsky
¿Será que la orquesta de Cleveland (por ejemplo) no es buena?
– ¿Porque el registro DNS de musopen.com está privado y no podemos tener información de contacto? Si es una iniciativa 501k (es decir sin animo de lucro) y quieren difusión y supongo que transparencia, no es muy lógico que el registro del dominio sea privado.
No sé, quizás soy yo que siempre soy demasiado desconfiado …
#034, Benjamin, la iniciativa pretende grabar todas las sinfonías de esos 4 autores, así que no son 6-8 obras, son 22 y de bastante peso. La 9ª de Beethoven tocada por 15 músicos… en fin… que para mí que de 50 músicos no baja… salvo que quieras cutrez extrema, claro, entonces sí…
Si te haces las cuentas… yo apuesto por la Orquesta Sinfónica del Pozo del Tío Raimundo…
Una pequeña reflexión: ¿porque al autor de un libro, de una canción o de un cuadro se le deben pagar derechos de autor hasta que hayan pasado 70 años de su muerte y a otros creadores no? Ejemplo: al tipo que escribe un libro le pago por copia vendida, pero al que ha diseñado la portada o maquetado el contenido le pago un fijo al principio y a correr. Si un violonchelista interpreta a Shostakovich y se vende el CD, por cada copia vendida el autor cobra, la discográfica cobra, el interprete no cobra y el diseñador de la caratula tampoco. ¿Son menos creadores? ¿Sabéis que si yo pongo en un libro una foto de una escultura que está en un lugar público debo pagar a VEGAP? (p. ej. el Peine del viento de Chillida) pero si pongo una foto de las Torres Kio inclinadas en Plaza Castilla no le doy un duro al arquitecto. Un sinsentido.
#035 Krigan, si vas a entender lo que te dé la gana de lo que digo, se acabó la discusión. Por supuesto que las cañerías pueden copiarse, me refería (EVIDENTEMENTE) a que el trabajo del fontanero poniéndome la cañería no puede copiarse, el que ponga otra cañería la tendrá que poner, irremediablemente, en otro sitio y tendrá que REPETIR el trabajo (no copiarlo).
Pero una canción sí que puede copiarse, quiero decir, uno la compone una vez y el de al lado, como el primero no ande con cien ojos, le roba la partitura y ya tiene una copia de LA MISMA canción sin REPETIR el trabajo. De ahí los derechos de autor, es una forma de proteger al que hizo el trabajo frente al que simplemente lo copia, lo cual no tiene ningún sentido para el que te instala la cañería.
Que estos derechos de autor tengan mayor o menor duración o que tengan o no compensación económica son debates aparte (y coincido en que hay muchísimo que mejorar). Pero estos otros debates no pueden servir para negar ninguna mayor, es decir, para negar los derechos de autor, que son los derechos del que ha creado la obra a que los demás no puedan hacer lo que les dé la gana con ella. Te recuerdo que los derechos de autor son el soporte para cosas como la GPL o las licencias CC. Cargátelos y te cargarás todo eso también, no sólo a la SGAE.
#035, Ernesto … efectivamente, muchos de los que no estamos conformes con los derechos de autor ACTUALES, no es que estemos a favor de la anarquía absoluta.
Parece estar claro que hay un problema de depredación por parte de editoriales, discográficas, etc., es decir, de las industrias de contenidos y será necesario resolver ese tema para bien (justo) del autor. Ahora bien, considerando siempre que el usuario/cliente no tiene nada que ver en todo ese enredo y, por tanto, no debe sufrir ninguna consecuencia derivada de lo otro.
¿Qué pasa con la propiedad tangible? … que yo me hago una casa y la registro en la propiedad, es mía y nadie puede apropiarse de ella alegremente, pero no por eso tienen que «pagar peaje» todos cuantos vivan o pasen cerca de ella, ni cualquiera que le saque fotos, ni cosas similares durante ¿50?, ¿70?, ¿2000? años.
Esta es la parte más aberrante de los derechos de autor actuales: que quienes pagan (pagamos) mayormente sus consecuencias somos directamente los usuarios/clientes de dichos productos e, indirectamente, se le está haciendo un flaco favor a la CULTURA.
«Esta es la parte más aberrante de los derechos de autor actuales: que quienes pagan (pagamos) mayormente sus consecuencias somos directamente los usuarios/clientes de dichos productos e, indirectamente, se le está haciendo un flaco favor a la CULTURA.»
Sí y no. Los derechos de autor son, en origen, un mecanismo de protección para defender al autor de los abusos ***de los intermediarios*** (editores, discográficas, etc.). No son, y nunca deberían ser, un arma arrojadiza que se utilice contra los usuarios/consumidores/clientes de las obras creadas. Y está bien centrar aquí el debate, pero no a costa de cargarse el principio de autoría y más concretamente el derecho moral de todo autor a decidir cómo, quién, cuándo y por qué medios quiere distribuir su creación. La formulación del derecho de autor en nuestra LPI es clara, porque de lo primero que habla no es de derechos pecuniarios ni de regalías, sino de derechos ****morales****. Ninguna editorial, ninguna discográfica, tienen derecho a apropiarse de obras ajenas y, sin haber invertido ni un solo euro, enriquecerse a costa del trabajo ajeno.
Si consiguiéramos centrar el debate en este campo, habríamos adelantado mucho. Porque el concepto de derechos de autor en su dimensión económica se ha transmutado en algo que nunca debió ser, gracias a un sistema de explotación ridículo donde los únicos beneficiados son los intermediarios (que sí, que yo reconozco que son los que se arriesgan y los que adelantan la pasta, pero que muy pocas veces comparten sus beneficios, y si no que se lo digan a los innumerables creadores que han visto cómo otros se enriquecían a su costa con contratos leoninos y trampas varias). Os sorprendería saber la cantidad de editoriales que ni siquiera cumplen con los aspectos esenciales de la LPI (por ejemplo, trabajar con contrato, algo que cae por su propio peso).
El problema es que muchas veces, los que de un modo u otro nos dedicamos a «crear cultura» (llámese X) nos sentimos injustamente atacados (y muchas veces insultados) por quienes no crean nada y no hacen más que exigir que se «respeten» sus derechos y libertades, pero son incapaces de ponerse en la piel del otro. Yo tengo claro que un lector no es un mero accesorio o una cifra más: yo traduzco para que lean otros, y otros leen porque yo traduzco. Respetar mi profesión supone respetar también al máximo a los destinatarios de mi trabajo, pero creo que tengo derecho a exigir el mismo respeto sin que se ningunee mi labor, o sin tener que aguantar insultos y desplantes de parte de quien nunca ha pegado palo al agua.
Si vuestro objetivo es atacar sin ningún tipo de distinción el concepto global de autoría, estáis librando la batalla equivocada. Porque cargarse eso supone cargarse la primera y más importante libertad de todo aquel que quiera poner el fruto de su trabajo a disposición de los demás, sea cobrando por ello o no.
#48: No creo que nadie esté poniendo en duda el derecho moral de autor. Todos estamos discutiendo acerca del alcance que debería darse, de lege ferenda, a los derechos económicos, a los derechos de explotación. Ahí discrepamos unos y otros. Hay quienes consideran que la propiedad intelectual -en su vertiente económica- está sobreprotegida por nuestro ordenamiento y quienes defienden el sistema. Tristemente, la sobreprotección no se produce en el primer estadio -cuando el titular del derecho es el autor- sino en el segundo, una vez que lo ha transmitido al operador del mercado que tiene la tecnología para la explotación: fijar la obra en soporte material, reproducirlo y venderlo. Lo que yo sostengo es que este esquema económico funcionaba antes. Ya no. Antes, el autor necesitaba del editor. Sólo el editor tenía la tecnología para la fijación, reproducción y distribución de lo que no era más que una idea (texto, combinación de sonidos, etc.). Ahora ya no es así. La tecnología permite al autor explotar por sí mismo sus derechos. La posición mantenida por la industria no es más que el intento de prolongar una situación de monopolio del mercado. Por eso la legislación de propiedad intelectual debe cambiar. Ya no tiene sentido el esquema de protección ideado a finales del XIX. La ley no es algo sacrosanto. Es un invento humano, que evoluciona con la historia. Muchas leyes han nacido, servido, y desparecido. Y el motor impulsor del cambio es siempre el mismo: se cambia lo que ya no sirve.
A., creo que aparte de los comentarios que has dado y seguirás dando, quizá deberías además crear un blog para defender tus puntos de vista sobre el tema, pues creo que en tus aportes de hoy y de otras ocasiones dices varias cosas interesantes.
Por otro lado, como idea que me viene a la mente en este momento, debo decir que los comentaristas de este blog escriben muchas valiosas opiniones sobre los diferentes temas que plantea Enrique y sería interesante que alguien las sistematizara. Es una pena que los debates terminen sin una conclusión final que resuma las aportaciones dadas. Ciertamente no conozco ningún blog que tenga una especie de «gestor de conocimiento», pero éste podría ser el primero. No olvidemos que aunque la red aparentemente lo recuerda todo, lo hace de una manera desordenada, lo que provoca que muchos valiosos comentarios simplemente se conviertan en palabras que recordamos hoy y que olvidamos mañana. Así como existe el libro de Enrique, podría existir el libro de los lectores de Enrique, basado en muchos de los aportes que todos los días se escriben en esta bitácora.
«La tecnología permite al autor explotar por sí mismo sus derechos».
Completamente de acuerdo contigo, Manuel, con esta frase y con tu comentario en general. Se enfrentan claramente dos modelos: la autogestión cooperativa frente a la explotación tradicional de las grandes corporaciones. Lástima que en algunos casos (y no miro a nadie) la teoría vaya por un lado y la práctica, por otro ;-)
#A.
Siempre he pensado que el enfrentamiento que estan provocando los intermediarios entre clientes y creadores para protejer su negocio es en el fondo el problema, el todo gratis no existe porque de entrada NADA es gratis, el ciudadano paga por todo, ahora hay un todo vale con tal de recaudar por parte de los intermediarios que no es mas que una extorsión encubierta.
Los derechos de autor aunque lícitos y positivos no se tendrian que mantener mas allá del tiempo de actividad del artista y por supuesto considero una zafiedad la compra venta de esos derechos.
Con lo del canon se les ha visto la piel de lobo a los lobbis culturales, estan abusando de su poder y de los medios de que disponen para castigar a otras industrias y a los clientes de sus productos, debería abolirse el canon digital y echar a los actuales directores de las gestoras, que acumulan demasiadas actuaciones irregulares para poder confiar en su buena fe.
Internet se esta cargando a los intermediaros porque Internet es el mayor intermediario que existe y puede con todo hasta con ministras compradas y presidentes sumisos.
#39 En efecto. Entonces, ¿por qué mantener los derechos de autor más allá de los 5 años?
#42 No se puede nadar y guardar la ropa, ni tampoco jugar con 2 barajas. Una de dos, o no hablamos de dinero, y entonces el mercado es irrelevante, o sí hablamos de él, y entonces tenemos que hablar del mercado, porque ahí es donde vas a vender.
No se puede andar criticando el «gratis total» y al mismo tiempo pretender que no se habla del mercado. Si hablas de costes y de que los autores tienen que comer estás hablando del mercado, que pretendas negarlo es absurdo.
¿Derechos morales? Lo siento, esa parte de los derechos de autor no tiene nada que ver con el mercado, y precisamente por eso no son cuestionados en Internet, nadie pretende negarle a un autor la autoría de su obra, ni cosas parecidas. De lo que estamos hablando es de los derechos de explotación, así que no nos confundas la velocidad con el tocino. El derecho exclusivo de reproducción (copia) es un derecho de explotación, no un derecho moral, y no porque lo diga yo, sino porque así lo dice la propia ley.
Los derechos de explotación que conocemos, los que tú defiendes, no son nada más que un árbol muerto y podrido, algo enorme que está en medio del camino, algo que tan sólo se utiliza para obstaculizar la marcha de la sociedad hacia el futuro. Si el p2p consigue acabar aunque tan sólo sea con el 10% de tanta podredumbre, mil hurras por el p2p.
#A. Además de saber de lo que hablas, demuestras un verdadero interés por la cultura. Algunos parecen confundir calidad con cantidad, aunque es «su» problema.
Que los autores o «sus» derechos sean culpables de no poder disfrutar de ciertas obras, es como decir que los agricultures son culpables de que no podamos comer «ciertas» verduras.
#53, ¡¡Viva el p2p¡¡, ¡¡Almodóvar, Sabina¡¡, ya no haceis falta¡¡.
#047, PPPerez, afortunadamente, las emociones no son «tangibles».
#46 En ningún momento he dicho que los derechos de autor deban ser completamente abolidos. Yo hablo de reforma, no de abolición. En cuanto a las copias, siempre vas a poder encontrar trabajos que puedan ser copiados. No el de fontanero, pero sí otros, ya mencioné a los fabricantes de cañerías. Para que te quede más clara la idea, el maíz no existe en estado salvaje, es una planta desarrollada por los agricultores americanos, y probablemente les llevó generaciones desarrollarla. Sin embargo, llega un agricultor español, planta una semillita, y ya tiene más maíz, sin haber hecho nunca el trabajo de desarrollar la planta. En cuanto al trigo, sí que existe en estado salvaje, pero las variedades que se cultivan son diferentes, también obtenidas por selección artificial.
También podríamos mencionar la rueda, la escritura, el transistor… hay millones de transistores en los chips que componen nuestros ordenadores. Tal vez fue patentado, pero los derechos de patente duran «sólo» 20 años desde el registro de la patente, y el transistor se inventó en 1947. Ni tú ni yo hemos pagado nunca derechos de patente por los millones de transistores que hay en nuestros ordenadores, pero sí que pagamos derechos de autor por libros, películas, o canciones hechas en 1947.
Las copias no te dejan ver el bosque. Poco importa si hablamos de fontaneros o de fabricantes copiando las cañerías originalmente desarrolladas por otros. Estamos hablando en ambos casos de retribuir trabajos, y un sistema de retribución que sea excesivo es tan malo como uno que sea demasiado parco. Para más inri, el autor suele ser precisamente el que menos dinero se lleva. ¿Por qué? Pues porque en realidad su trabajo no vale tanto.
Si los propios escritores aceptan cobrar un euro por libro vendido, ¿por qué habría yo de pagar 15 euros por un libro electrónico? Y si el escritor firmó con una editorial que pone la edición electrónica a 15 euros, ¿por qué habría yo de pagar por la incompetencia del escritor? Entre intermediarios codiciosos y autores con síndrome de Estocolmo estoy literalmente harto de que haya tanto incompetente pretendiendo que yo pague el precio de su incompetencia.
#51 Yo no creo que la cosa vaya entre esos 2 modelos que dices. Amazon es una empresa bien gorda, pero un autor puede publicar en la tienda Kindle la edición electrónica de su libro, cobrando el 70% del precio del mismo, eligiendo el precio mientras no supere 10 dólares, sin necesidad de ponerle DRM, y sin hacer una cesión exclusiva de derechos a Amazon.
También puede publicar por su cuenta, eso está claro, y ello refuerza su posición negociadora. Amazon no está ofreciendo el 70% porque sea una hermanita de la caridad, y ni siquiera es la empresa que más porcentaje ofrece.
#53: Krigan, siempre que debato en este blog contigo me doy cuenta de que adoptas una postura absolutamente inflexible. En realidad, contigo el diálogo es imposible: estás subido en tu particular burra y no admites que nadie tenga ideas distintas a las tuyas. En primer lugar, te equivocas de cabo a rabo cuando dices: «¿Derechos morales? Lo siento, esa parte de los derechos de autor no tiene nada que ver con el mercado».
Verás, te copio el texto de la LPI, que lo deja MUY clarito aunque algunos no queráis enteraros:
***************
CAPÍTULO III
Contenido
Sección primera
Derecho moral
Artículo 14. Contenido y características del derecho moral
Corresponden al autor los siguientes derechos irrenunciables e inalienables:
1. Decidir si su obra ha de ser divulgada y en qué forma.
2. Determinar si tal divulgación ha de hacerse con su nombre, bajo seudónimo o signo, o anónimamente.
3. Exigir el reconocimiento de su condición de autor de la obra.
4. Exigir el respeto a la integridad de la obra e impedir cualquier deformación, modificación, alteración o atentado contra ella que suponga perjuicio a sus legítimos intereses o menoscabo a su reputación.
5. Modificar la obra respetando los derechos adquiridos por terceros y las exigencias de protección de bienes de interés cultural.
6. Retirar la obra del comercio, por cambio de sus convicciones intelectuales o morales, previa indemnización de daños y perjuicios a los titulares de derechos de explotación.
Si, posteriormente, el autor decide reemprender la explotación de su obra deberá ofrecer preferentemente los correspondientes derechos al anterior titular de los mismos y en condiciones razonablemente similares a las originarias.
*******************
POR SUPUESTO, Krigan. Por supuesto que los derechos morales del autor tienen que ver con «el mercado» y con la manera en la que una obra puede explotarse, empezando por el derecho ****moral**** que le asiste al autor a retirar una obra del comercio (así lo dice la ley). Porque supongamos que yo mañana creo una obra y firmo un contrato porque, como el autor de este blog, decido que lo mejor para que mi obra se difunda es firmar con una gran plataforma editorial en lugar de utilizar otras vías. Supongamos que esa plataforma editorial incumple los terminos del contrato, o introduce en mi obra novedades que yo no he autorizado, o vende los derechos de traducción sin mi consentimiento. Me asiste el derecho ****moral**** a decir «no» y a retirar mi obra del mercado. Me asiste también el derecho moral a decir «no» si la editorial se niega (hay editoriales que se niegan) a incluir mi nombre en la obra en cuestión o sustituirla por otro, etc. Y todo ello es causa de invalidez de un contrato.
«Los derechos de autor se tienen que reformar». Veamos… ¿tú eres autor? Porque creo que los primeros que tenemos algo que decir sobre la futura reforma de los derechos de autor somos, precisamente, los autores. Como por tu comentario se evidencia que NO sabes cómo funciona el mundo editorial y se entreve que desconoces el funcionamiento de cosas tan básicas como un contrato de edición, para qué te lo voy a explicar si te niegas a aceptar que partes de un presupuesto equivocado. El derecho de autoría TIENE que ser ilimitado en el tiempo, porque es *****la única defensa***** del autor contra los abusos de los grandes. El derecho de explotación de la obra TIENE que estar en manos del autor mientras éste esté vivo (más interesante me parece a mí debatir sobre qué ocurre a la muerte de éste).
Por último, cuando preguntas por qué deberías pagar 15 euros por un trabajo que «no vale tanto», dejas tu postura muy clara. En realidad, volvemos a lo de siempre (y no es sólo que en su día no supieras quién es Javier Marías, que tiene delito): que vosotros decidís quién, cómo, en qué términos y bajo qué condiciones tenemos que trabajar los que queremos aportar nuestro granito de arena al mundo de la cultura. Pues no, gracias.
p.s. cuando dices que «pagamos derechos de autor por canciones de 1947», ¿podrías ponerme un ejemplo? Porque yo (personalmente, yo) te puedo jurar que jamás he pagado ni medio euro ****a nadie**** por esas canciones. Pero igual vivo en otro mundo.
Te pongo otro ejemplo de cómo el derecho moral de autoría puede afectar a la explotación de una obra concreta. Firmas un contrato de traducción. Traduces el libro y haces la entrega. El editor se empeña en introducir determinadas modificaciones con las que tú no estás de acuerdo porque crees que alteran irremediablemente la traducción (ya sea porque te parece que alteran el sentido del texto, o por la razón que sea). Por contrato, te asiste el derecho (lo mismo que le asiste al editor el derecho de rechazar tu traducción, conste) a decirle al editor que no aceptas los cambios. Y puedes negarte a que TU traducción se publique. Naturalmente, esto no afecta en nada a la obra original: basta con que el editor busque a otro traductor y la obra saldrá publicada igual. Pero el autor NO PUEDE explotar comercialmente tu traducción por una cuestión ****moral****. También puedes (como reconoce la LPI) pedirle al editor que tu nombre no aparezca: «ok, acepto tus revisiones pero quiero que la traducción sea anónima». Es tu ***derecho moral*** decidir en qué forma se te relaciona comercialmente con esa traducción. Y podría ponerte infinidad de ejemplos más de cómo el derecho moral puede afectar a la explotación de una obra (un director de cine que se niegue a que su película se proyecte doblada, por ejemplo).
#53: «Los derechos de explotación que conocemos, los que tú defiendes,…»
Me ***cansa**** muchísimo que leas lo que te interesa o que te inventes las cosas. Indícame ****exactamente**** en qué parte de todo el rollo que llevo escrito hasta ahora he defendido yo «los derechos de explotación que conocemos». Te digo, te repito y te requeterrepito una vez más que yo trabajo con un contrato por obra y que cobro UNA VEZ por mi trabajo, lo cual desmonta todas tus teorías conspirativas sobre cómo los malvados creadores impedimos que personas como tú podáis acceder a la cultura y nos estemos enriqueciendo mientras tanto. Fin. Que no puedo defender algo que jamás me ha afectado porque ****YO NO COBRO REGALIAS****.
Por otro lado, resultaría muy curioso conocer los términos del contrato de edición que han firmado los diversos autores dospuntoceristas con grandes grupos editoriales, porque a lo mejor (y digo que sólo a lo mejor) nos llevábamos todos una sorpresa. Me sorprendería muchísimo muchísimo saber que el modo de retribución por ventas de esas grandes editoriales ha cambiado de repente y que ya no pagan anticipos, ni hacen liquidaciones anuales por ventas, ni… vamos, que sólo por curiosidad. Pero claro: es MUY fácil arremeter contra algo de lo que encima uno se beneficia y encima decir que los malos somos los demás.
Aunque déjame que te pregunte una cosa: ¿estáis proponiendo acaso limitar el derecho del autor sobre su obra a un período de tiempo de, por ejemplo, 5 años? Es decir: ¿que yo escribo un libro y a los 5 años, CUALQUIERA podría hacer uso de mi creación para obtener beneficios económicos de la misma? Si esa es la idea (porque sospecho que por ahí van los tiros) no sabes la alegría que le vas a dar a todas las grandes editoriales de este país (esos intermediarios que taaaaaaaaaanto criticas), que están DESEOSAS de no tener que volver a negociar ni una sola vez con los autores de las obras de sus catálogos. Lo curioso es que sois tan «antisistema» que todas vuestras propuestas (las que leo y las que me imagino) no hacen más que fortalecer el sistema que tanto criticáis.
Los contratos de edición tienen una validez de X años. Pasado ese tiempo, el autor tiene derecho a llevarse su obra donde le dé su regalada gana: a otra editorial, o colgarla en Bubok si le da la gana, o regalársela a sus vecinos. Está en SU DERECHO. Y nadie, ni siquiera ese gran grupo editorial al que le encantaría seguir forrándose a costa de un autor que ya no cobra nada, podría impedírselo. Y ahora me entero que no, que lo que vosotros queréis es que pasados X años, la obra pase a ser… ¿de quién? ¿De «todos»? Vamos hombre, por favor.
Si es que cada día se lo ponéis más fácil a los dinosaurios….
No se donde escuché algo curioso pero cierto, los intérpretes y grupos musicales jamás han ganado tanto dinero como hoy en día. No obstante, son los grandes monopolios discográficos los que ven menguada su rentabilidad. ¿Como es posible? De los discos viven las discográficas, de los conciertos los cantantes. Hoy día el público gasta más dinero que nunca en actuaciones en vivo y mucho menos en material discográfico del que el autor ve un porcentaje ínfimo, menos de lo que ven los campesinos por sus hortalizas cuando se venden en los grandes supermercados. Las batallas legales por todas estas fortunas son inevitables, pero… de ahí a que los amantes de la música defiendan a capa y espada y en contra de su maltrecho bolsillo, los intereses de grandes compañías multimillonarias…
Enhorabuena por tu blog, Enrique.
Un saludo, amigos
Para A: bueno, si el diálogo resulta imposible conmigo, no sé qué haces que sigues dialogando (4 mensajes seguidos además). Yo, por el contrario, no tengo esa opinión de ti.
Citas 4 ejemplos de cómo el derecho moral puede afectar al mercado: que el autor quiera retirar la obra, que la editorial no quiera incluir su nombre en la obra, que el autor no admita las modificaciones hechas por el editor, y que el director de una peli no admita que esta se proyecte doblada. Sin duda son ejemplos que vemos día a día en el p2p, ¿no?
Los malvados internautas se empeñan en mantener en el p2p obras que sus autores han decidido retirar del mercado (no conozco ni un sólo caso, ¿y tú?), se empeñan en eliminar los títulos de crédito de las pelis (por el contrario, los ripeadores los respetan, al diferencia de las cadenas de tv), también se empeñan en hacer modificaciones a las obras (insertando escenas en una peli, ¿qué ripeador ha hecho jamás eso?), y también hacen doblajes no oficiales (salvo con escenas sueltas y con propósito satírico, ¿qué internauta ha hecho jamás eso?).
Tal vez yo resulte ser una persona inflexible y con la que es imposible dialogar, pero lo que me parece más bien es que has confundido derechos morales con derechos de explotación. Lo que los internautas hacemos es copiar las obras (el derecho afectado es el de reproducción), y algunos las suben a servidores de descarga directa o de streaming (Megaupload, Megavideo), en cuyo caso el derecho afectado es el de comunicación pública. Lo que tú llamas inflexibilidad es simplemente que no admito que nos digas que la Tierra es plana y que 2 y 2 son cinco.
Sí soy autor, dado que tengo un blog, pero pongamos que no lo fuera. Afirmar que los autores son «los primeros» que tienen algo que decir es una afirmación temeraria, dado que tales derechos de autor determinan, entre otras cosas, lo que los usuarios pueden o no hacer con las obras. Precisamente por la costumbre endémica de la industria de contenidos de ningunear a los usuarios es por lo que hemos llegado a la situación actual. Haz una ley sin escucharnos y tendrás una ley masivamente violada, por muy draconiano que sea el castigo, como ha pasado en Estados Unidos.
El derecho de autoría es, en efecto, ilimitado en el tiempo, y nadie está pidiendo que se cambie eso. El derecho de explotación no tiene porqué durar toda la vida del autor, y de hecho durante la mayor parte de la historia de los derechos de autor no fue así. En Estados Unidos, por ejemplo, el derecho de autor no empezó a durar toda la vida del autor hasta 1978, e incluso entonces no se aplicó la nueva duración con efecto retroactivo. Un autor nacido en 1900, que hubiese publicado sus 3 primeras novelas antes de 1923, siguió viendo a sus 79 años (es decir, en 1979) cómo no tenía ningún derecho de explotación sobre tales obras suyas. Incluso hoy día se aplica esa regla, un autor de 110 años (o la edad que sea) que haya publicado antes de 1923 no tiene en USA ningún derecho de explotación sobre tales obras.
En cuanto a los términos de tu trabajo, los determinas tú con tu editorial. Y después yo, si me apetece, copio tu traducción para uso privado mío, lo cual es perfectamente legal. Más aún, al margen de lo que diga la ley, es una falacia el confundir tus relaciones laborales con el hecho de que yo compre o no, o con el hecho de que yo copie o no. Yo no soy tu empleador.
¿Quieres un ejemplo de una canción de 1947? ¿O cuál es tu pregunta?
Y sí, defiendes los derechos de explotación tal y como están actualmente, curiosamente sin cobrar por ellos (¿en qué quedó todo el rollo de la traductora de Tolkien?). Si no es así, estaré encantado de oír tus propuestas para reformarlos.
En cuanto al libro de Enrique, está con licencia CC, lo cual supongo que vendrá reflejado en el contrato de edición. Nunca verás que Planeta cierre Bibliotheka.org por ese libro, ni que en Estados Unidos condenen a nadie a pagar 80.000 dólares por bajárselo del p2p.
Sí, en efecto, defiendo que los derechos de explotación no duren más de 5 años desde la primera publicación, y no soy el único, el Partido Pirata sueco, con su 7% de votos, defiende la misma duración. En cuanto a defender dinosaurios, estos son firmes partidarios de una duración larga, se oponen frontalmente a una duración corta, así que no soy yo quien defiende sus intereses.
«Citas 4 ejemplos de cómo el derecho moral puede afectar al mercado: que el autor quiera retirar la obra, que la editorial no quiera incluir su nombre en la obra, que el autor no admita las modificaciones hechas por el editor, y que el director de una peli no admita que esta se proyecte doblada. Sin duda son ejemplos que vemos día a día en el p2p, ¿no?»
Date un paseo por los principales portales de venta de libros en formato electrónico. En un buen número de ellos (lo he comprobado) se venden obras traducidas en las que se omite intencionadamente la autoría de la traducción (el libro, aparentemente, se ha traducido solo). Muchas de ellas, de colegas míos que tienen que avisar a estas avispadas empresas (porque no son ONG) de que están utilizando una traducción con ánimo de lucro para la que NO tienen ningún derecho de explotación. Y de ahí, muchas obras de estas características se «cuelan» en las redes P2P (las más de las veces, por puro desconocimiento y sin ninguna mala intención). ¿Resultado? Que gracias a un puñado de listillos que se aprovechan del trabajo de otros, la cadena del conocimiento sale perjudicada. Porque imagínate que yo estoy trbaajando en una tesis doctoral y,¡¡¡oh maravilla!!! gracias al P2P puedo tener acceso a todas las traducciones de la obra de Proust disponibles en castellano. Pero ¡ay! Ninguna de ellas incluye el nombre del traductor original, con lo cual la ventaja de que esas traducciones esté disponible en la red es académicamente nula. Leo, pero no sé quién tradujo lo que estoy leyendo (es un ejemplo muy específico, pero sirve para ilustrar por qué en el momento en el que se corrompe el principio de autoría empezamos a toparnos con problemas serios).
«En cuanto a los términos de tu trabajo, los determinas tú con tu editorial. Y después yo, si me apetece, copio tu traducción para uso privado mío, lo cual es perfectamente legal. Más aún, al margen de lo que diga la ley, es una falacia el confundir tus relaciones laborales con el hecho de que yo compre o no, o con el hecho de que yo copie o no. Yo no soy tu empleador.»
Claro, pero tú eres un lector que lo mismo que puede acceder legalmente a un libro traducido a través del P2P puedes ir a leerlo a una biblioteca. Para mí, el resultado es el mismo. Pero yo contigo no tengo ningún problema. Sí lo tengo con las empresas de distribución de contenidos que están surgiendo al calor de la introducción en el mercado de dispositivos de lectura que están montándose su negocio y lucrándose con materiales que ****no les pertenencen*****. A mí me encanta que puedas acceder a una traducción mía a través del P2P: para eso traduzco. Para que la gente lea. Lo que no me mola tanto es que otros ****se lucren**** a costa de mi trabajo sin haber dado palo al agua. Es distinto.
¿Puedes garantizarme que el contrato que en su día firmó E. Dans con su editorial no se ajusta a los términos actuales de la LPI, incluido todo lo referente al cobro por derechos de autor, porcentajes, anticipos, etc.? No, no puedes. Porque dudo mucho (que me corrija el autor si no es así) que Enrique le haya dicho a su editorial que se excluyan las cláusulas relativas a los derechos de explotación que todas las editoriales hoy por hoy incluyen en sus contratos. Después de todo, firmó con un gran grupo editorial para poder vender en El Corte Inglés, entre otras cosas. Y presupongo que parte de los ingresos le llegarán en forma de liquidaciones anuales, porque si su editorial no es una ONG, él tampoco.
Por último, os empeñáis en comparar la legislación estadounidense con la europea, cuando responden a realidades y mentalidades distintas. Hay un artículo muy interesante (http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=40) que puede utilizarse como base para el debate y que profundiza bastante en estas cuestiones. Fíjate en la descripción de las propuestas de Stallman y en la distinción que hace entre diferentes tipos de creación. Porque os empeñaís en comparar peras con manzanas: un libro, por su naturaleza, está más cerca de un cuadro que podemos ver en un museo (porque es una obra única, implagiable e irrepetible, por mucho que podamos imprimir infinitas copias idénticas porque lo que es idéntico es la copia, pero el original es ***excepcional****) que de una cañería. Vosotros queréis convertir los libros en cañerías; yo quiero evitar que se conviertan en cuadros de museo, en artefactos que cueste tanto producir y tengan un RoI tan pequeño que a nadie le interese producirlos. En el término medio está la virtud, pero de vuestro lado únicamente veo propuestas absolutamente radicales y muy alejadas del equilibrio necesario para respetar todas las posturas. Porque sí, como muy bien dices, yo negocio los términos de mi trabajo con mi editorial: pero no olvides que yo no traduzco por ni para ellos, sino para los lectores. Es una relación trilateral (por el momento), lo quieras o no. Los lectores/usuarios/consumidores hariais MUY mal en despreciar a quienes hacen posible que tengáis algo que llevaros a las manos.
En cuanto a que los derechos de explotación estén limitados a un período no superior a los 5 años, me parece contraproducente para la creación en general y, como te he dicho antes, tremendamente beneficioso para los morristas profesionales que quieran lucrarse a costa del trabajo ajeno. De todos modos, el tiempo dirá qué es lo que ocurre. En los últimos años la tendencia ha sido precisamente la contraria a la que venís preconizando: la precariedad laboral es cada vez mayor en todos los sectores creativos y los procesos de digitalización no se han traducido en una mejora sustancial de las condiciones de trabajo de nadie. Muchos vamos abandonando progresivamente el lado más «cultural» de nuestras profesiones para dedicar cada vez más tiempo a cuestiones meramente alimenticias. ¿Los perjudicados? Primero, los lectores, que cada vez reciben trabajos de peor calidad y realizados en condiciones cada vez más precarias. Y luego, claro está, la propia cultura.
#65 Evidentemente, la actividad de esas empresas no se puede permitir. De ser yo una de las víctimas, les metía una demanda por lo penal, y les cerraba el negocio. ¿Podrías decir el nombre de las que has detectado? Ahora bien, lo que se viola en tales casos es el derecho de comunicación pública, y el borrar el nombre del traductor no es el fin, sino un medio de encubrir el delito. Sigue siendo cierto que el mercado funciona a base de derechos de explotación, no de derechos morales.
Dado que no tienes problema con el p2p, ¿no hay un cierto choque entre esto y lo que predicabas en algunos de los mensajes que escribiste al principio de este hilo? A no ser, claro está, que tampoco veas ningún problema en que las grabaciones de Deutsche Grammophon se difundan por el p2p.
El contrato de Enrique nunca lo he visto, así que mal puedo garantizar nada. Tan sólo sé que el libro está bajo licencia CC, y con ello es suficiente.
La concepción anglosajona y la continental son lo mismo en la práctica, como señala el excelente artículo que enlazas, y adolecen por tanto de las mismas carencias y necesidad de reforma. Lo del derecho natural no se sostiene, dado que tal derecho nunca existió en ningún país del mundo antes de 1710. Sin eso, lo único que queda es la concepción utilitarista. Ir a lo práctico es precisamente lo que muchos defendemos.
5 años es un plazo suficiente para la explotación, es un plazo sobrado para recolectar la mayor parte de los ingresos que puede producir una obra. Vuestro problema no es el plazo (y menos aún si no cobras porcentajes) sino precisamente que funcionáis a base de derechos de autor, en lugar de funcionar a base de legislación laboral. Como ya señaló Manuel en su excelente #49, hay sobreprotección después de la firmita de cesión, y desprotección antes de la firmita. En otras palabras, desprotección del autor, y sobreprotección del intermediario.
Naturalmente, que no se os aplique el Estatuto de los Trabajadores, ni tengáis convenio colectivo, es el paraíso de vuestros patronos. Lo que necesitáis los traductores no es derechos de autor, es un sindicato y un convenio. Lo de reconocer vuestra autoría lo mismo puede venir en la ley que en el convenio. Lo importante es que, como colectivo, os han tangado, os hicieron creer que vuestro trabajo es una especie de propiedad, cuando resulta que es sólo trabajo, y el trabajo se protege con legislación laboral, no con leyes sobre una propiedad imaginaria.
#66. En el tema de la legislación laboral te doy la razón por completo. Pero reconozco que lo otro es un tema peliagudo y con muchas aristas. Ni siquiera éticamente me siento cómoda adoptando una postura tajante en uno u otro sentido. ¿Es ético bajarme vía P2P la última de Harry Potter? Yo estoy convencida de que no lo es(lo ético no siempre coincide con lo legal, y viceversa). O me voy al cine, o me espero a que la emitan por televisión, o me paso por Amazon y compro una copia a un precio más o menos decente, o la alquilo. Nadie me está prohibiendo el acceso a ese producto. Tampoco considero que estén lesionando mi derecho de acceso a la cultura si no quiero pagar por ver la peli. Pero tengo claro que no voy a pagar los casi 19 euros que me piden en cualquier tienda en España por una copia de la película. Lo mismo con las grabaciones de Deutsche Grammophon: estoy convencida de que para la calidad que ofrecen, no puede decirse que estemos ante un producto caro. Si lo divido por las horas de disfrute que me va a proporcionar a lo largo de mi vida, creo que es un regalo. Y si quiero escuchar música clásica de calidad sin pagar, pongo la radio, que es gratis. Pero si quiero disfrutar de algo en la comodidad de mi salón cuando me apetezca, proporcionalmente un disco de Deutsche Grammophon es infinitamente más barato que una lata de Cocacola.
¿Es ético bajarme una película que está descatalogada o que nunca llegó a editarse en España, o a la que no he podido tener acceso por ninguna otra vía? Aquí tengo menos dudas: hay «cienes y cienes» de películas que se financian con fondos públicos, proyectadas en festivales que también reciben fondos públicos, que ni siquiera llegan a estrenarse en las salas comerciales debido en parte a la desidia de las distribuidoras, o si se estrenan, se estrenan adulteradas (estoy de ver cine doblado hasta más arriba del moño). Incluso creo que en el caso de las películas que han recibido financiación pública, el ministerio de cultura debería facilitar el acceso a todas estas películas a precios muy asequibles e incluso, pasado el tiempo de explotación comercial de la cinta, de forma gratuita (en realidad TVE lo hace constantemente, programando películas que ha cofinanciado).
Ya lo he dicho otras veces, pero yo devoro cine: acudo a San Sebastián todos los años (a razón de 3 y 4 películas por día), soy devota consumidora de cine a través de Amazon (siempre que hay películas a 2 o 3 libras cae una saca) y considero que es un auténtico crimen que ninguna cadena española haya tenido el valor de programar la mejor serie de la historia de la televisión (The Wire, por si había dudas). Yo ya había tenido oportunidad de ver la serie cuando vivía en EEUU, así que no tenía dudas de si me iba a gustar o no. ¿Me la bajo enterita, o apoquino los 53 euros por la caja de las 5 temporadas que me pedía Amazon UK? En mi caso, apoquiné los 53 euros de la superoferta porque mi corazoncito me dice que a lo mejor HBO con mis 53 euros financia una diezmilmillónesima parte de su próximo proyecto. HBO se arriesgó, puso un montonazo de pasta encima de la mesa para crear una serie fantástica y tiene derecho a recuperar su inversión (incluso a ganar dinero). Pero claro: te vas a un portal de venta de DVD muy famoso en España de color amarillo y… hala. 31,99 euros POR TEMPORADA, y eso con un 20% de descuento. 32×5… pues echa cuentas.
¿Debe perseguirse a la gente por utilizar las redes de intercambio? En absoluto. Creo que la solución está en educar a la gente sobre el valor de las cosas y en evitar los abusos. Otra cosa es el tema de los nuevos listos que al calor de las nuevas tecnologías se están forrando a costa del trabajo de otros. Con esa gente, ni un ápice de compasión.
#67 Hay siempre una diferencia notable entre el precio al cual el vendedor obtiene un jugoso beneficio, y el precio que el comprador está dispuesto a pagar si no le queda otro remedio. Cuando hay competencia, el precio que se pone es el primero, porque si no el comprador se irá a un competidor que lo dé más barato. Cuando hay monopolio, y los actuales derechos de explotación son un monopolio sobre la obra, el vendedor puede poner el segundo precio, que es muy superior.
¿Qué ha pasado? Pues que el avance tecnológico ha roto el monopolio. Ya no puedes estar cobrando 20 euros por una peli en DVD cuando el usuario se puede hacer su propia copia a coste casi cero. Ante esta realidad, la industria ha tratado de reinstaurar el monopolio mediante represión, DRM, y campañas de «concienciación», pero nada de esto ha funcionado, ni funcionará.
Por ello el modelo de negocio ha de cambiar, ya no se puede basar en un inexistente monopolio sobre la obra, y la ley ha de reflejar este hecho si no queremos que la propia ley choque contra una tendencia económica fundamental. Esto puede gustar o no, pero es la realidad, y no es sensato legislar contra ella.
Las ventas de CDs se han desplomado, lo mismo que las ventas y alquileres de DVDs. En Estados Unidos los libros electrónicos son ya el 8% de las ventas y subiendo, claro indicador de que el libro impreso va a conocer un declive similar, y también una clara señal de que es posible seguir vendiendo copias a precios moderados, cosa que también iTunes ha demostrado con las canciones.
Se puede ganar dinero, incluso mucho dinero, en el nuevo mundo, pero es necesario hacer las cosas bien. Ponerle toda clase de trabas al mercado de Internet, para no canibalizar el viejo mercado de los discos de plástico y los árboles muertos, no es hacer las cosas bien. El viejo mercado se hunde igualmente, y la única alternativa es sustituirlo por uno nuevo.
En el nuevo mercado, los precios bajos no tienen porqué ser un obstáculo para los beneficios, dado que no sólo impone precios bajos, sino que también permite una gran reducción de costes, te ahorras la tienda, el distribuidor, la impresión, y el almacenaje, e incluso otros varios costes más. En el nuevo mercado, los escritores han de ser inteligentes precisamente porque las editoriales se niegan a serlo. La alternativa es que los clientes se bajen los libros del p2p, en lugar de comprarlos.
¿Remordimientos? Ninguno. ¿»Concienciación»? ¿Concienciar de qué? El cliente no tiene porqué estar «concienciado», cuando va al supermercado mira únicamente su propio interés, lo mismo que cuando va a una librería. Nunca un cliente compró buscando el bien del vendedor, sino buscando su propio bien.
Podríamos hablar largo y tendido de las oportunidades que ofrece el nuevo mercado, de libros que se dan gratis con anuncios insertados (Bookboon), de libros que se regalan para promocionar otros libros de la misma serie o del mismo autor (Baen Books), de libros del dominio público que se regalan para atraer clientela (Amazon), de libros que se dan gratis durante unos días para incrementar las ventas posteriores de ese mismo libro (Amazon otra vez).
Podríamos hablar mucho de todo esto, pero ¿para qué? En realidad, a la inmensa mayoría de los de la industria del libro no os interesa nada de esto. Tan sólo queréis que la cosa no se mueva, y nos habláis de «concienciación» cuando deberíamos hablar de cambio y adaptación al medio.
@Krigan querido, debatir significa intercambiar ideas: exponer las tuyas, intentar comprender que es lo que nos expone el interlocutor y por qué, reconocer si consideramos interesante alguna opinión ajena, e incluso modificar nuestro propio pensamiento si descubrimos que estábamos equivocados en algo. También consiste en ir incorporando nuevos argumentos a medida que avanzamos en el debate.
Además hay que intentar ser conciso.
Y definitivamente no consiste en tener una postura numantina, oponiéndome a todo lo que siquiera levemente parezca llevarle la contraria a mis ideas preconcebidas, repitiendo lo mismo una y otra vez.
Saludos veraniegos a todos.
A. muy interesantes tus argumentaciones. Lógico cuando se sabe de lo que se habla y no como cuando se opina de oídas.
Yo también soy bastante cinéfilo, no animo a la gente a bajarse screeners como Enrique Dans, y comparto absolutamente contigo la decepción porque ninguna cadena en abierto en España emitiera «The Wire», la mejor serie de la década.
Si quieres puedes echar un vistazo al artículo que escribí en mi blog sobre la misma el día que vi el último capítulo: Terminó The Wire
Rescato una frase de Krigan en #66: «os hicieron creer que vuestro trabajo es una especie de propiedad, cuando resulta que es sólo trabajo». Creo que ahí está encerrada la clave de este enorme debate. La expresión «propiedad intelectual» es una contradicción. El error comenzó en el XIX con ampliar el objeto del derecho de dominio a los bienes inmateriales, llamando al engendro «propiedad especial». Ninguna otra institución del Derecho privado requiere de forma tan esencial un sustrato material como el derecho de propiedad, precisamente por la facultad inherente de exclusión del tercero. Los esquemas del derecho de propiedad no funcionan cuando lo poseído es inmaterial, y de ahí derivan todos los despropósitos. La legislación de propiedad intelectual a partir de ahí no fue más que un intento bienintencionado de proteger a los que invirtieron dinero y esfuerzo en crear una industria editorial, y hay que reconocer que sirvió, como vehículo de difusión de la cultura.
Por cierto, os felicito a los dos, A. y Krigan. Magnífico y fructífero debate.
Saludos.
Que emocionantes la lectura… gracias a todos los que habéis escrito aquí.
Expongo aquí un ejemplo técnico.
1-Seleccionar a personas con una buena modulación de voz.
2-Decirles que lean todas el mismo texto al mismo tiempo que se graba.
3-Mediante UN PROGRAMA o técnica, mezclar las grabaciones y generar un texto perfecto con una voz nueva y perfecta.
4-Consultar a EXPERTOS hasta conseguir una voz nueva que recite un texto perfecto.
5-Hacerlo de DOMINIO PUBLICO
Posible realidad:
1-Elegir las mejores grabaciones de una obra Clásica y con o sin derechos de autor.
2-Mediante UN PROGRAMA O técnica….
….
No dudo de la inteligencia de quien lee esto para imaginar los siguientes pasos.
En fin, siempre hay alguien… Mareando la perdiz.
Ah… Por cierto, me gustaría ser el administrador de esos 11.000 Dolares.
Vamos a ver… por la coordinación de todo… Me corresponde, me corresponden…$$$
Y luego… y después…
Saludos.
Excelente A.
Nos cuentan que los derechos de autor son un «grillete para la producción cultural».
Y también por culpa de los derechos de los «tenderos» no podemos comprar en la calle.
Me suena el argumento en el que se justifican «ciertas» acciones en nombre de la libertad de los ciudadanos, acciones que curiosamente benefician a esos pocos que siempre están llevándoselo por la cara.
Yo me paso un año de mi vida construyendo una casa, independientemente de su resultado, supongo que será para toda mi vida (incluso descendientes).
Pero si durante un año escribo un libro, por qué a los 5 años no puede seguir siendo mio?. Claro, es de todos, pero en manos de los de siempre y con pleno derecho.
Por favor ahorrenle a la sociedad 11,000 dolares y escuchen gratis muchas de las mejores interpretaciones de la historia:
www.deutschegrammophon.com
«11,000 dólares necesarios para grabar una buena orquesta…», no puedo estar más de acuerdo con el título de esta entrada.
Un saludo.
Como músico, autor e intérprete, me fastidia sobremanera cómo estos defensores feudales de los «derechos» -que a fin de cuentas son económicos, no culturales ni humanitarios- pueden ser defendidos ideológicamente, y peor aún, a efectos prácticos y con leyes que apoyan la hegemonía del poderoso inversor pisoteando a los verdaderos artífices de la música: los musicos. Es acojonante ver cómo artistas de una talla inconmensurable son aplastados y abandonados por un sistema que genera ridículos cantantillos prefabricados, que ni siquera componen sus canciones. Y lo peor es que los demás, el «pueblo», sigue consumiendo ese tipo de veneno mental que es la mala música, aplaudiendo fantoches y destruyendo su capacidad artística y creativa. Todo un chollo para los verdaderos piratas.