Ayer estuve investigando, a raíz de un comentario de un lector coruñés (gracias, Roberto), sobre las venturas y desventuras del alcalde de la ciudad, Javier Losada, dentro de la web social. Vaya por delante que no pretendo en ningún caso en esta entrada significarme a favor o en contra de un alcalde cuya gestión desconozco en detalle, sino hablar de una cuestión más de fondo de la que este caso es solo un botón de muestra: ¿es posible el diálogo político en la red?
Las circunstancias específicas del caso pueden leerse en medios como La Opinión Coruña, Xornal de Galicia o El País: el alcalde se ha convertido en blanco de la ira de las asociaciones antitaurinas por su aparente defensa de una fiesta a la que habitualmente acude, y por un criterio de reducción de gastos que le llevaban a, por ejemplo, suspender un festival de rock mientras mantenía el cartel de la feria taurina (tampoco tengo ningún interés en entrar en la discusión sobre si toros sí o toros no en esta entrada). El alcalde es, además, un ferviente usuario de la web social: tiene blog, página en Facebook, canal en YouTube, galería en Picasa y Twitter, y aunque desconozco si los actualiza personalmente, al menos mantiene en ellos un tono muy directo y personal. Ante tal circunstancia, los defensores del abolicionismo taurino han tomado literalmente por asalto las páginas que el alcalde utiliza para comunicarse con la ciudadanía, y responden de manera cansina y persistente a toda actividad en las mismas con constantes mensajes de reproche, impidiendo todo viso de comunicación o diálogo.
La primera premisa es clara: en realidad, no estamos preguntándonos si es posible el diálogo político en la red, sino haciéndonos una pregunta más de fondo que alude a la falta de madurez de la democracia: si realmente es posible el diálogo político (y basta con escuchar las noticias, asomarse a la prensa o leer crónicas parlamentarias para comprobar que, tristemente, la respuesta es no). Pero más allá de este tema, ¿dónde surge el problema específico de la red? El diálogo en la red es posible, como podemos comprobar en muchas páginas bien administradas – ésta, modestamente, entre ellas – pero exige precisamente eso, una cuidadosa gestión de la participación. En una página, a partir de determinado nivel de visibilidad, es imprescindible eliminar trolls babeantes, obsesos que llevan la contraria a todo lo que se expone, argumentos ad hominem, insultos, amenazas, off topics que aprovechan la mínima para llevar el tema a su tejado, spam variado o astroturfing que pretende simular reacciones masivas ocultándose tras varias identidades de manera más o menos sofisticada. Descuidar la gestión de estos temas en función de una presunta libertad mal entendida implica dificultar la comunicación, enrarecer el ambiente, desincentivar la participación más valiosa y terminar favoreciendo la llamada «teoría de las ventanas rotas«, del que hemos hablado ya en otras ocasiones.
Visto así, el problema se reduciría a una buena gestión de la participación en estos foros, a un buen community management. Sin embargo, ¿donde surge el problema? Pues que si ya resulta polémica la gestión de comunidades en una página de temática ordinaria, cuando tocamos la política, la cosa se complica mucho más aún. En política, todos los temas anteriormente citados se elevan a la máxima potencia: los trolls no solo son habituales, sino prácticamente constantes. Es bien sabido que el astroturfing (incluso coordinado desde alternativas políticas contrarias), los insultos, los argumentos ad hominem o los off topics se vuelven moneda habitual. Pero sobre todo, surge una prevención adicional: ¿puede un político aplicar las acciones normales de gestión de comunidad que aplicaría en una página dedicada a otra temática? Cualquiera puede borrar un comentario de un troll, un insulto, un off topic o un ataque de astroturfing: eliminarlo, o incluso, si persiste en su actitud, bloquear al infractor de la política de participación.
Pero ¿qué implica llevar a cabo esas acciones en el ejercicio de la función pública? ¿Puede un político borrar el comentario de un posible elector, o bloquear completamente su participación en un foro determinado? La respuesta, sin duda, es compleja. Bloquear a un ciudadano es algo que, dentro de las reglas del juego democrático, decididamente «no suena bien». Suena a «ostracismo digital», a exclusión, a no respuesta a demandas que se asumen genuinas independientemente de la actitud mostrada. El político que aplique gestión de comunidad, será sin duda objeto de duras críticas y podrá llegar a sufrir un importante desgaste. Sin embargo, no hacerlo implica renunciar al diálogo y a la comunicación política en la red. En otros países, en democracias que yo me aventuraría a considerar más maduras que la nuestra, la respuesta también dista mucho de estar consolidada, aunque sí se han dado pasos claros como la eliminación del llamado hate speech, todo aquello que conlleve insultos graves, amenazas, racismo, discriminación, machismo o, en general, todo aquello que implica abiertamente una actitud contraria a la ley y a la convivencia.
¿Mi opinión, por supuesto completamente discutible? La red alberga a un buen número de personas incapaces de mantener en ella una actitud digna y que permita la participación madura. El comentarista bloqueado no iba a ser en ningún caso un votante, y merece claramente el ostracismo digital como consecuencia de su actitud. El que atenta contra la democracia no es el que aplica gestión de la comunidad, siempre que no convierta dicha gestión en el ejercicio de la censura, sino el que impide la comunicación llenando el foro de insultos, off topics o basura en general. En el juego democrático está el derecho de manifestación, pero no el de manifestarse violentamente o el de impedir la convivencia. En muchos sentidos, hablamos de hacer lo mismo en Internet. Y el desarrollo de una actitud clara en ese sentido es indispensable para el desarrollo de actitudes maduras y responsables que faciliten la entrada del juego democrático en lo que será su soporte más importante en el futuro: la red.
Me ha encantado el post y lanza un interesante debate que para mí debe llevar a políticos y resto de ciudadanos a reflexionar sobre nuestra bajísima tolerancia con lo que no compartimos. Etiquetamos muy rápido a la gente con los topicazos de izquierda/derecha rojo/facha… Y así es muy difícil debatir, aunque puedo presumir (en mi reducido entorno virtual) de conocer buenos ‘discutidores’, con los que habitualmente no coincido en sus análisis pero a los que respeto y me respetan.
Perdón por el rollo y todo un honor comentar aquí.
Un saludo.
Excelente comentario. No creo en la regulacion sino en la educacion. Si la sociedad es mas culta el debate sera mejor. Perdon por la brevedad y las erratas pero la Bb es lo que quiere.
Pues yo creo que si deberían eliminar trolls, etc etc de sus medios en la red. Creo que cada uno en su casa debe mantener un orden y respeto entre todos. En el caso de los políticos pues deben tener un poco mas de manga ancha y permitir criticas aunque sean muy ácidas.
En mi blog, que no actualizo apenas porque simplemente no me apetece, solo tengo una regla: el que me toque las pelotas le borro su comentario y que vaya a chillar a otro lado por libertad de expresión o lo que le salga de dentro.
Respecto a Javier Losada creo que debería salirse de tanto digital media e internet y ponerse mas a lo que los Coruñeses queremos. Paco Vazquez, alcalde desde 1983 hasta 2006 elegido seis veces consecutivas por mayoría absoluta, ni tenia twitter, ni blog ni zarandanjas. Losada nunca ha conseguido sacarse el peso de ser comparado con Paco Vazquez.
Totalmente de acuerdo con el post. Hay comentarios cuya gravedad no está en que no aporten, sino que restan a la comunicación establecida y faltan el respeto. Ya estamos servidos de desafección política como para arruinar los posibles diálogos en red.
Una buena solución es eliminar el anonimato en la red. Por eso me gusta Facebook. Nombres reales propician evitar comentarios offensivos. La transparencia total es el camino, pero requiere de mucho tiempo y madurez/evolución social (civilización).
Tomando el caso de Javier Losada como ejemplo, no creo que estemos hablando de conductas personales impropias ni de conductas organizadas inadecuadas sino sencillamente de una manifestación digital espontánea. Como cualquier manifestación ocupa un espacio que tiene a priori otro uso (la calle/los comentarios) para reivindicar unos derechos y, en este caso, unas respuestas.
El «asalto» a los medios digitales del alcalde no es obra de trolls o elementos sin educación ya que este asalto esta siendo, salvo excepciones como siempre, educado y hasta irónico: nuestra famosa retranca gallega. Y manteniendo la analogía con la teoría de las ventanas rotas, Javier Losada, al dejar pasar el tema sin darle respuesta real (sabemos como se las gastan los políticos para no contestar) o saliéndose por los cerros de Ubeda, no ha hecho más que amplificar la manifestación.
Para poder «conducir» su red social, su blog,… hay que tomar direcciones claras en lugar de intentar siempre nadar con la ropa puesta: una respuesta clara hubiera podido evitar unas preguntas constantes además de entregar una arma absoluta para calificar de off-topic los comentarios relacionados con la corrida con un «el tema ha sido claramente contestado en aquel post, hagan el favor de responder en el mismo».
He aquí el principal obstáculo a la moderación de la conversación por un político: usan medios con formato 2.0 cuando en realidad sólo les interesa la versión 1.0 en plan «he venido a hablar de mi libro».
Buenas tardes,
Soy un convencido de que todo aquel que se manifieste de manera altisonante y ofensiva contra otra persona, más allá de ser legitima su opinión, debe ser excluido de toda participación en un debate o foro, y ya no solo por los ataques directos que pueda tener contra algún miembro o gestor de alguna comunidad, donde incurre en delitos contra el honor y la reputación, si no también por la incomodidad y fastidio que puede generar en los demás miembros o participantes del foro que desean y mantienen siempre un comportamiento alturado en este tipo de debates sean o no políticos.
#005 Guerson Meyer
¿Nombre reales en Facebook? ¿Por qué cres que los nombres son reales? Creo que estas confundido, conoces a alguien que se llame Vaca Sinaia http://www.facebook.com/vacasinaia
Estoy completamente de acuerdo. De todas formas, al contrario que el comentario nº 1, creo que existe demasiada «mal entendida» tolerancia en lo que a ciertos debates se refiere. No todo el mundo está autorizado para hablar de cualquier cosa; y no todo el mundo tiene el mismo nivel educativo/sociológico/cultural como para que su opinión cuente igual que la de su vecino de al lado.
Simplemente creo que hay ciertas opiniones que no deben ser consideradas como válidas a la hora de evaluar ciertos asuntos.
El post propone precisamente la arista más difícil de la democracia: valen todas las opiniones? valen todas las formas de expresar la opinión? En cuanto a lo segundo, sin duda creo que deben mantenerse las formas de respeto y educación, y, aun siendo flexible con el «estilo» del oponente, no deben aceptarse insulto ni vejación. Coincido con #002: educación frente a regulación.
En cuanto a lo primero, no lo tengo tan claro. Es admisible en democracia una opción política que niegue la democracia? El bloqueo digital de quien disiente por expresar opiniones marginales, por mucho que yo discrepe de esa opinión, creo que emponzoña la red. Abre la puerta a la censura en función del contenido.
El tema es delicado, opino que nadie deberia censurar los comentarios de otro y menos en blogs políticos, pues pienso que los partidarios de la abolición de los toros, tiene el mismo derecho a expresarse que cualquiera, pero eso no les da derecho a monopolizar el diálogo y reconozco que es muy fácil bloquear una conversación con los métodos que describes.
Mi solución pasa por dos listas de comentarios una moderada, llamada «Los mejores cometarios» y otra no, la primera aparece al pie del post y la segunda se accede haciendo clik en «Todos los comentarios» En la primera establecería los diálogos y si viene al caso intervendría, mientras que en la segunda aparecerían por orden de llegada todos los comentarios. Los comentaristas que perturban el buen orden de la conversación, los marcaría como molestos y solo aparecerían en la segunda lista, cuanto mas creciera esta lista más sería evidente su actitud antidemocrática, mientras que el resto, los razonables, aparecerían en ambas. Una gestión de listas negras podría desviar a una lista o a otra los comentarios, de forma automática para IP/nicks conocidos y manual para las desconocimos.
Nadie podría quejarse de le dejar expresar su opinión, pero no conseguirían eliminar el diálogo y por otra parte, quien quisiera leer todas las opiniones podría hacerlo sin inconvenientes. Todo estaría por tanto sujeto a que mi gestión de deseables/indeseaables fuera acertada, pues si solo dejo los que son de cuerda,yo mismo me estaría poniendo el lazo al cuello, Internet no es boba.
Al igual que el medio ambiente físico, el virtual es un entorno con un alto riesgo de contaminación. Existen residuos que aunque contaminantes no son peligrosos, al menos a corto plazo. Sin embargo, ante la existencia de residuos altamente peligrosos (como el ejemplo que propone Enrique), en mi opinión, los cohabitantes de un determinado espacio web estamos obligados a normalizar, respetar y exigir que se respete el uso correcto del espacio que compartimos.
Enhorabuena por el post. Un tema que es necesario debatir.
Excelente post. Coincido con tus opiniones respecto a este tema.
Un placer conoceros en persona y compartir un café y una charla tan amena, y de nuevo, muchas gracias por firmarme tu libro.
Sigo con mis oposiciones… :-(
Un abrazo!
Que duda cabe que la presencia del alcalde Losada en la red supera lo normal: twitter, facebook, blog, picasa, youtube, etc… parece un atracón 2.0. Sin embargo, como dice muy acertadamente 1ppy al final la mayor parte de las veces es una forma encubierta de comunicación unidireccional: en el twitter no sigue a nadie y no responde a nadie, las fotos de picasa son del tipo «Javier Losada haciendo esto…», «Javier Losada haciendo esto otro…», vamos que o estás enamorado de él o eres periodista o sino te importan un comino. Los vídeos del youtube otro tanto.
Lo único que mantiene algo de interés es el facebook, donde responde de vez en cuando y el blog donde responde a las preguntas que le hacen pero de una forma extraña… publica posts que son una colección de respuestas a unas preguntas que desconocemos cuales son, por lo tanto estas entradas son una colección de frases del estilo «Martín . Me alegro de que puedan disfrutar de la plaza, con respecto a la luz ya estamos trabajando para solucionarlo. Un saludo.» ¿qué plaza? ¿que problema había con la luz? después de un par de entradas muermo de estas dejas de seguirlo a no ser que le hayas preguntado algo.
Con el tema de los toros, y como también acertadamente decía 1ppy, el problema es no mojarse. Losada, como dice mi suegro, es un «cagapouquiño», una persona que intenta quedar bien en todo momento y que nunca tiene una negativa en la boca o un no para nadie… todo es un «lo estudiaremos», «lo tendremos en cuenta», o un salirse por los cerros de Úbeda. Si quiere evitarse la marea que se le viene encima no tiene más que hacer una entrada en el blog y defender la fiesta de los toros si así lo cree oportuno y dejar que se concentren ahí los comentarios a favor o en contra.
Por ejemplo hace unos años le propusieron nombrar una playa de la ciudad como nudista, la respuesta… «lo estudiaremos» y así hasta hoy. Si no lo consideras oportuno mójate, da tu opinión, ten criterio, di que no y punto. En ese sentido la forma de hacer política de Paco Vázquez era totalmente la contraria, una actitud prepotente y chulesca pero con un criterio propio y personal que todo el mundo identificaba y cuyo resultado final era invariablemente una mayoría absoluta.
Jo, que chapa he soltado, pero como me toca de cerca el tema no me he podido aguantar…
Supongo que el problema no es mas que el reflejo de una mala educación democrática, un excesivo uso interesado de la comunicación unidireccional, yo digo esto y tu lo haces y no me interesa tu opinión.
Esta mala educación no es solo culpa de los politicos, pero hasta hace muy poco la bidireccionalidad solo se consideraba y todavía se considera que es necesaria en epoca electoral, despues cada loco con su tema…
El problema de la comunicación con el poder politico es que siempre hablan desde arriba nunca a nivel del suelo y por tanto nos tratan siempre con un aire de prepotencia que propicia la reacción dialectica violenta.
Tienes totalmente la razón, es algo que se sufre cada día. En muchos foros o secciones de comentarios se da la situación en que se empieza hablando de un tema y se desvía mucho o se entra en el juego de ataques personales. Creo que una manera de conducir la conversación sin bloquear mas que lo claramente inapropiado es dar preferencia a los comentarios de valor, es decir, que los que no aportan nada al diálogo y lo impiden por acumulación pero no pasan la línea de inadmisibles, se vayan al furgón de cola. Poniendo por delante los comentarios que dan algún aporte y dejando al final, a la vista pero sin observar los de valor cero pero no negativo, se conseguiría una conversación fluida.
Otro filtro sería obligar a la gente a identificarse con su Facebook. De esta forma podemos conocer un poco mejor a quien trollea. Muchos trolls ni saben lo que son las nuevas tecnologias.
Segundo paso: Una base de datos para reportar trolls. Con 3 avisos te quedas sin «hablar» una semana. Con 5 un mes. Con 10 un semestre, etc…
Pensando en ideas de soluciones practicas, creo que si en cada comentario de una bitácora o de red social, las frases que se escriben se les realiza un búsqueda en catálogos PÚBLICOS de ontologias llenas de palabras votadas por los usuarios de cada país/cultura y consideradas por tanto como absolutamente negativas o de acuerdo a un histrograma de valoraciones ; creo que se podría automatizar la eliminación de al menos los trolls más burdos. Es muy importante que quede bien visible en la bitácora mediante algún icono el enlace a la ontología personalizada y pública que el propietario del website quiere para sí y para los que participen en su espacio. En cierto modo es aceptar publicar una lista de preferencias sobre lo que no nos gusta. Censura, prejuicios, preferencias de lo que nos no gusta,…¿dónde están los límites personales y sobretodo colectivos de cada uno de estos actos sociales?.Y no podemos olvidarnos del derecho de la libertad de expresión que es el suelo por donde se apoyan los anteriores términos y otros más. Este sistema no obliga a perder el anonimato porque se basa en lo que se escribe no en la identidad del escritor. Saber la identidad del autor no es garantía de que deje de comportarse en troll; simplemente conocer la identidad facilita el oprobio social pero no combate las frases soeces del troll. Este sistema al quitar las frases más burdas e insultantes, obliga a escribir más y más elaborado, empleando palabras más positivas (o al menos más valoradas colectivamente) en sus frases. Por ejemplo: el sistema puede quitar un comentario que solo contenga la palabra «estúpido» y dejar esta frase «estúpido, es la economía». La palabra economía es probable que no este dentro de ese catalogo de ontologías de palabras absolutamente negativas.
Pues yo creo que no hay que complicarse tanto, que este es uno de esos casos en los que se puede «nadar y guardar la ropa»:
El moderador/autor del blog de turno, político o no, al leer un post que se salga de las normas (que deberían estar documentadas claramente en la misma página de añadir comentarios), en lugar de borrarlo puede marcarlo con uno o varios tags: troll, astroturfing, etc.
Entonces al pie del artículo en lugar del típico link a los comentarios se ponen dos:
a) Comentarios moderados (todos los que no tengan ningún tag comentado)
b) Todos los comentarios (todos, los correctos y los marcados con tags)
Así el que molesta no puede ni quejarse de que «le están privando de su libertad de expresión», porque:
1) En la página de entrada de comentarios está bien claro en qué casos un comentario se marcará con algún tag.
2) Su mensaje no ha sido eliminado, simplemente está marcado.
Se puede hacer que el primer link sea el fácil de seguir, aparte que con el tiempo la gente se daría cuenta que para seguir una conversación seria hay que ir allí. Y a los que les vaya el morbo se pueden mirar el otro link.
En el caso del spam automático está claro que se puede borrar sin más miramientos, de lo contrario desborda el espacio de almacenamiento.
En mi modesta opinión el problema radica en la dificultad para moverse y posicionarse adecuadamente en la red. En el ámbito urbano es más fácil, todos sabemos a qué barrio se puede ir y a qué horas no. A veces, en lo cultural, nos interesa visitar lugares poco aconsejables pero que consideramos pueden enriquecer nuestra visión sobre un asunto. La máxima “donde fueres haz lo que vieres” tiene sentido si dispones de referencias válidas para orientarte.
Todos somos iguales… dentro de la igualdad. No creo que la solución estribe en prohibir manifestarse en función del fondo o de la forma, distinto es vetar la entrada a quien sólo quiere impedir el fin mismo de la comunicación. Deberíamos de encontrar la manera de facilitar referencias válidas al navegante para saber en qué ámbito de igualdad se encuentra e impedir la impunidad del delincuente 2.0.
Yo, al menos, lo desconozco.
#19 Luis
Perfecto, un refinamiento de lo que más o menos decía yo en #11, no censurar, pero separar, churras de merinas.
Una posible solución, sería crear una o varias entidades independientes que etiquetase los trolls, insultos, spam, off topics y astroturfing.
Después el lector podría elegir mediante botones si ver todos los comentarios o eliminar a los trolls y el spam.
De esta manera nadie podría quejarse de ser censurado y el politico no podría ser reprochado por poner las etiquetas, ya que estas las pondría la entidad independiente.
Que os parece?
En mi opinión, es una apuesta muy arriesgada si no es que irresponsable, el hecho de que un político en funciones se preste a gestionar un sitio personal «facebook», «twitter»…
Seguramente no funcionará a los intereses esperados y supondrá dar luz verde a cualquier anónimo que desee increpar, causar caos o simplemente divertirse generando polémica. Es como un linchamiento público en el cuál, el ciudadano anónimo tiene todos los derechos y ninguna obligación, y el político está entre la espada y la pared, a la vez que es juzgado duramente por la opinión pública.
En resumen no creo que las redes sociales sean un espacio adecuado para tratar temas de política de forma oficial y menos aún con las partes implicadas.
Enhorabuena por el blog, Enrique.
Un saludo, amigos
Muy buena reflexión, Enrique. La conversación se rige, en general, por los mismos criterios y, efectivamente, en el caso de la política se produce una exaltación, organizada o no, que va en contra del propio debate y del entendimiento, que creo que es al fin y al cabo el objetivo de todo debate y que debemos salvaguardar de actitudes que, enarbolando el derecho a la libertad de expresión, lo que hacen realmente es pervertirla y denostarla. Creo que la línea entre opinión e insulto o ataque personal está suficientemente clara. Es, básicamente, una cuestión de buena educación y ‘fair play’.
Un saludo.
Creo que un tal Eduardo XIV matizó muy bien como algunos vemos el asunto comunicativo Losada/Vázquez. Y precisamente el «vazquismo» ilustra perfectamente lo que entienden por internet la mayoría de los políticos profesinales (sólo la mayoría?). Y como lo aclara muy bien, con 2 números mágicos, 1PPY.
Pero no resisto una tentadora pregunta (que conste que la entrada me parece perfecta!): los mítines y asambleas internas son unha vergüenza democrática (y no uso el adjetivo en su acepción ateniense, que era «elitista» y muy de actualidad): Ha de pasar lo mismo, con las asambleas virtuales?
«No te preocupes,camarada/compañero/»x» Fulanito, ese tema tan importante será tratado por la dirección del partido y se dará la respuesta adecuada», será un «comentario» de troll, de insulto (a la inteligencia del militante/votante/), de vivir «offreality», de cachondeosupino…?
En fin, Enrique y estimados comentaristas, los foros donde se «comenta» política(s), nacionalismo(s) (con su variante idiomática!) o asuntos religiosos varios suelen pecar de fanatismo (y algunos salimos corriendo), por que será?
Para poder crear listas negras de trolls y energúmenos varios que rondan por los mares de Internet y que perjudican seriamente la convivencia en algunos blogs y foros, deberíamos tener todos una IP fija para poder incluirla en esta lista u otro sistema con el que poder identificarnos unívocamente.
En lo referente a utilizar el nick de una red social para poder identificarnos tampoco veo que sea la solución: ¿vamos a dar todabía más porder a facebook y compañía para que funcionene como entidades certificadores de indentidad en la red?.
Como ya se ha comentado, creo que es un problema de educación y de respeto hacia los demás participantes en una conversación y como en la vida offline, creo que el moderador está en su pleno derecho de sacar fuera de una converación a aquellos individuos que no saben mantener las formas y el devido respeto al resto de los campañeros que participan en ella.
Luis y Gorki, parece que hemos pensando en cosas parecidas. A lo mejor no es necesario para un blog como éste, pero para uno de índole política o que estén en una situación similar respecto a los comentarios, podría ser una buena solución.
Buen artículo, aunque disiento en algunas partes… Desde el momento que un político se expone a internet y lo maneja como un «instrumento político», valga la redundancia, está invitando a la ciudadanía a que le pregunte, se queje y proteste.
La campaña «Quéjate a Javier!»(véase FB) es un perfecto ejemplo de un alcalde que no hace caso a una parte muy representativa de la sociedad local, y es que el 73,2% de la población de la ciudad rechaza la financiación pública de la feria taurina (http://www.laopinioncoruna.es/coruna/2010/07/08/coruneses-dicen-corridas-toros/400569.html). Mientras tanto este representante del pueblo se dedica a defender esta inversión, a sabiendas que es una actividad que no gusta a la ciudadanía. Y no hablamos de danza o teatro, sino de un espectáculo violento, sea tradicional o no.
Por ello creo que se ha saltado de la típica recogida de firmas o manifestación en las calles a la manifestación virtual, al «asalto» de las redes sociales como forma de protesta organizada. El caso del alcalde de A Coruña demuestra que sirve, al menos para obtener repercusión mediática y centrar la atención en un tema, las corridas de toros, que en Galicia sólo aparece en verano, y esto está cambiando…
Además, al revés de lo que ocurre con muchas quejas que se realizan por otras vías, como los propios registros municipales, las quejas en internet se visibilizan y se hacen públicas, otra forma más de la efectividad del método.
Muy interesante tu post. Participo de lo que dices. Es complicado para un político estar en social media porque se vuelve más vulnerable. Es complicado renunciar a la visibilidad que le proporciona. Supongo que con los años lo utilizarán como cualquier otro tipo de profesional. Y desde luego el community management debe ser distinto. Al final la clave está en ser transparente de qué reglas de juego establece cada uno en su propio medio, que pueden coincidir con el pensar general o no, y que cada visitante puede opinar si esas reglas son o no aceptables para él, y aceptarlas o rechazarlas lo mismo que acepta o rechaza su contenido.
La red es un canal más, y si no respetas las reglas y los derechos de los demás, por supuesto que puedes y debes ser excuido de este canal/vía de discusión.
Si el citado alcalde diera ruedas de prensa en directo (en un salón de actos por ejempo) en vez a través de otros medios digitaes… ¿crees que a estos exaltados «antitaurinos» se les permitiría la entrada? Se convertirían en personas «non gratas» y no volverían a pisar ese salón de actos. No confundamos libertad con «hago lo que me da la gana impunemente», y nos escondamos tras palabras como Neutralidad, anonimato, etc…
La expulsión del maleducado o del simple pesado es lo mismo que se hacía cuando los adultos expulsaban al menor que interrumpia las conversaciones sin respetar los tiempos y los modos. Hecho cada vez menos frecuente en la actualidad, de ahí las sopresas de algunos.
#05 Proponer eliminar el anonimato en la Red es un disparate que ya he leído antes en algún otro sitio. Sin la posibilidad de anonimato no habría ni democracia ni libertad en Internet. Y, mientras la gente común se vería obligada a identificarse de manera permanente (como si tuvieses que llevar el DNI tatuado en la frente) los poderosos, los ricos, y los «expertos» podrían tranquilamente saltarse este control (como ocurre en todos los países en los que existe censura para la Red).
#19 Estoy de acuerdo en que muchas veces sería mejor evitar la eliminación de un comentario y, a cambio, que el autor del Blog lo identificara de alguna manera con una advertencia para el lector tal como tu indicas. En realidad, creo que si un comentario no es violento, desagradable para el lector, u ofrece algún tipo de información irresponsable no debería ser necesariamente eliminado (otra opción, rara vez contemplada, es la creación de un espacio al margen enlazado en donde se publicaran todos los comentarios eliminados para aquellos que quisieran leerlos).
Para mi la solución es sencilla: identificarse con el eDNI. ¿No estamos hablando de iniciativas políticas? ¿De participación ciudadana digital? Pues que todo aquél que quiera participar como ciudadano, que lo haga. Tanto para aportar como para insultar, pero con su nombre verdadero por delante. ¿Cuantos trolls se atreven a dar la cara sin la protección del anonimato?
Estoy con #11, #19, #22. Un debate siempre es posible administrando correctamente el foro para que quien intente gritar o imponerse violentamente sea silenciado y permita el diálogo a las personas que realmente quieran debatir. Las dos listas son una gran idea porque por un lado permiten el debate, y por otro permiten auditar si se están censurando opiniones legítimas y no solo ruido.
En cuanto a la presencia digital de los políticos, muchos de ellos (entre por lo que he visto incluyo a Losada), están en las redes sociales por estar, porque les han dicho que es necesario, pero no comprenden o no utilizan el medio como el resto de los usuarios. Losada solo atiende un buzón de sugerencias. Política 1.0 en un medio 2.0.
#8 Gorki: pues todos de mis humildes 500 amigos en Facebook usan sus nombres reales. Claro siempre habrá aquellos que no, pero eso se puede solucionar pronto. Quizás con el eDNI
#32 quisiera llamarte por tu nombre, pero preferiste el anonimato. Cual es el valor agregado de usar anonimato? ninguno y nuestro dialogo por este medio seguro será de poco valor, ya que estoy escribiendo a algo o alguien sin saber quien es o que background tiene, intenciones (troll??) etc…
Realmente no veo la correlación entre evitar el anonimato y la caída de la democracia. Que una votación sea anonima, no significa que la participación ciudadana en partidos politicos o en eventos sociales tenga que ser anónima, o si? También se pueden realizar encuestas anónimas en internet y en papel. Comentar en blogs y dar opiniones fundadas usando anonimato…me parece algo poco serio y que no genera un dialogo constructivo. O que opinas Mr. Anonimo?
Espinoso pero muy interesante tema. Coincido en la necesidad de moderación de un foro político para que este sea utilizable, pero comprendo que la moderación es muy probable que sea mal entendida por nuestros políticos, y se use no solo para eliminar intervenciones claramente incendiarias, molestas o inútiles; sino también para eliminar aquellas que no «interesen» al político de turno, o cuya respuesta sea dificil o inconveniente.
Tened en cuenta que estamos en un pais en que los políticos huyen de debates que no estén encorsetados, se niegan a responder preguntas en ruedas de prensa, entran por la puerta de atras a los actos públicos para evitar a los periodistas, e incluso se graban ellos mismos sus videos y los mandan a las cadenas de televisión para que los emitan sin tocar nada. ¿Es planteable que gente con una concepción tan unidireccional de los medios va a ser capaz de tener una presencia con fundamento en espacios con espíritu 2.0?
El post va directamente a la raiz de muchos de los problemas que nos encontramos, ya no sólo en los social media de los políticos, si no de cualquier medio que trate de usar la opinión como herramienta de diálogo. Incluso en todos las ediciones digitales de los distintos periódicos, el astroturfing es la regla común, en vez de la excepción.
Como apunta el #5, opino que mucho de ello está provocado por el anonimato. La gente se comporta de ese modo de forma generalizada, es un fenómeno sociológico. Esconderse en la masa, camuflarse en el anonimato,espetar desde donde la responsabilidad se diluye o desaparece, cualquier cosa para hacer y decir lo que no se tiene valor a hacer o decir en primera persona. La trazabilidad de los comentarios de un usuario de un medio por parte de otros usuarios sin duda ayudaría. La identidad digital, bien entendida, también.
Así mismo, el nivel cultural influye sobre manera. A modo de reflexión, y en cierta forma de confirmación, personalmente no he encontrado este tipo de comportamiento en linkedin. ¿Será casualidad?
Un saludo a todos
El diario Público obliga desde hace unos meses a registrarse (con muy pocos datos) para publicar comentarios. De esta sencilla manera han desaparecido casi todos los indeseables que pululan por el resto de webs y blogs, que los hacen ilegibles