Manuel Gimeno, de la Fundación Orange, me pidió que escribiese el capítulo de Ciudadanos para el informe «10 años eEspaña», al que di un tono bastante duro y que titulé como «España: una década de transformación ciudadana inacabada«. Tanto el informe completo de los 10 años como la edición de 2010 del Informe eEspaña están disponibles en pdf en la página web de la Fundación Orange.
Ya he descargado el PDF de tu artículo Enrique, en cuanto pueda lo leo, seguro que tratas temas interesantes, como siempre. Gracias por compartir estas cosas ;)
La relación de argumentos que explican la situación actual de Internet en España me parece sesgada: creo que se sobrevaloran algunos factores y faltan otros. Pero, admitiendo que la selección de los que yo escogiera también sería sesgada, me abstendré por prudencia de estirar de ese hilo.
De todas formas, dado que el artículo no incluye propuestas concretas de mejora a la situación actual, me suscita una duda que quisiera compartir.
Es un hecho objetivo, como se señala al principio del artículo, que:
«En la actualidad, una parte significativa de la sociedad española se mantiene todavía al margen de la red, pero no debido en su mayoría a problemas de naturaleza económica o cultural, sino por puro y simple desinterés».
También es objetivamente cierto que durante los últimos diez años, algunos «han alimentado el desarrollo progresivo de un ciberactivismo digital», incluso por encima de los niveles de países en los que Internet tiene un mayor desarrollo.
Una conclusión sería pues que los ciberactivistas están teniendo poco predicamento entre el público en general (ese casi 50% que todavía no se conecta a Internet, aparte de los millones de conectados que no se alzan en armas (¿tal vez, porque no se sienten agredidos?)).
Supongo que hay más de una interpretación plausible. Por ejemplo:
– Se trata de una parte de la sociedad digitalmente iletrada (habría que alfabetizarles) o anestesiada (por tanto, no relevante).
– Los enemigos que se enumeran en el artículo son demasiado fuertes (La fábula sobre el campesino mongol que Zizek reseña en su último libre sería entonces aplicable).
– Los ciberactivistas no convencen más que a los ya convencidos. Cuando un mensaje no interesa al público, la conclusión más razonable no es descalificar al público, sino concluir que el mensaje no es tan interesante como pretende o que el mensajero no convence (a evaluar).
Además de otras que cualquiera puede añadir. ¿Cuál sería entonces el diagnóstico? ¿Cuáles las propuestas de futuro?