Ayer mientras volvía de Barcelona en el AVE pude mantener una larga conversación telefónica con Andrés Gil, de ADN, acerca del copyright, su problemática, su evolución y las distintas visiones que existen al respecto. Hoy, varios de mis comentarios aparecen recogidos en «Copyright» (ver en pdf), un artículo a doble página.
Mi visión sobre el tema es clara y la he reiterado en muchas ocasiones: no es cierto que el entorno actual no se pueda proteger el copyright. La esencia del copyright, que es el derecho del autor a percibir una remuneración cuando se hace un uso de sus obras con ánimo de lucro, prevalece perfectamente. Lo que ha aparecido es un mecanismo que permite que las copias se hagan de manera inmediata y sin ninguna necesidad de intermediarios, lo que lleva a que el papel de éstos pierda valor: si los intermediarios de la creación cultural, no los artistas, quieren ingresos, deberán reencontrarse con esa generación de valor, porque hoy en día no aportan ninguno, y a cambio de eso, no es lógico que se les pague.
Existe una desmesurada cantidad de demagogia alrededor de este tema: si se retiran intermediarios del espacio entre un artista y su público, y además esos intermediarios se llevaba en torno al 90% del precio final del producto, tanto artistas como público tienen que estar mejor, no peor: se ha posibilitado un acceso directo entre ambos, se ha reducido la distancia, se han eliminado filtros arbitrarios en el proceso, y necesariamente se tienen que posibilitar nuevas formas de generación de ingresos. Criminalizar las descargas no interesa a nadie más que al que ya no aporta valor haciendo con menor eficiencia lo mismo que las descargas hacen: llevando las obras al publico. Es de todo punto absurdo y estúpido criminalizar las descargas: no son ni buenas ni malas, simplemente, son. Son parte del entorno, y hay que aprender a vivir con ellas, porque no es posible erradicarlas ni van a desaparecer, Por otro lado, no son malas: lo mejor que le puede pasar a un artista a día de hoy es ser líder en las listas de descargas… si lo es, sabe que económicamente no le irá mal, al igual que pasa con el cine. Las descargas aportan un público que en la mayor parte de los casos no iba a adquirir la obra, pero que al acceder a ella, pasa a formar parte del fenómeno social que la rodea, y que termina generando un negocio mayor. Si consultas las listas de descargas todas las semanas verás que las películas que aparecen allí son invariablemente las más taquilleras: todo productor desea verse en esa lista lo más alto posible.
Si se quieren reducir las descargas, la receta es clara: desarrollar alternativas que rivalicen con éstas en cuanto a propuesta de valor. Las descargas no van a desaparecer, siempre habrá personas que no iban a gastarse ni un céntimo en una obra y que seguirán utilizando la descarga como método de acceso a ella, pero cuanto más baje el precio de la obra en el canal directo (con costes variables mínimos), más se reducirán las descargas. Si recortásemos el precio de modelos como iTunes o Spotify a una décima parte de lo que son actualmente (algo que reflejaría mucho mejor el verdadero coste variable de esos canales), muy poca gente descargaría de otros canales, e Internet tendría una consideración mucho más parecida a la que tiene la radio: la radio no genera ingresos directos que hagan ricos a los artistas, pero contribuye en gran medida a la generación de negocio para éstos, y todos están como locos porque sus obras suenen ahí. El artista no hace negocio EN la radio, sino CON la radio. Internet es como una radio, pero mucho mejor en sus posibilidades, y acabará teniendo un modelo sumamente parecido al de ésta.
Mi padre tenia una biblioteca aceptable. Cuando deje de leer tebeos y novelas del oeste, comencé a leer todo lo que mi padre tenía en su biblioteca, despues con mayor desahogo económico comencé a comprar libros por mi mismo.
Gracias a aquella biblioteca adquirí el gusto por la lectura,Por supuesto nada pagué a los autores por leer aquellos libros, de hecho, es como si los hubiera hecho una copia ilegal de los mismos.
¿Alguien duda que fue buenos para el gremio de escritores y editores que yo leyera por la cara, todos aquellos libros?¿Habría habido diferencia si los hubiera leído bajándolos de Internet? Creen que hoy, ¿leería los libros de mi padre o me bajaría los que quisiera en Internet?
Enrique la entrevista para ADN, correcta.
La verdad, prefiero la información de tu blog.
He leido tu libro.
Me gustó un concepto clave del Capitalismo. En el libro dices algo así:
«El dinero que ellos pierden, algunas empresas privadas; se queda en el bolsillo de los ciudadanos, personas privadas.»
Y claro el dinero será gastado en otras cosas y en otras empresas.
Siempres ha sido así, independientemente de que estemos en una sociedad capitalista.
«Los bienes, productos y servicios esenciales, si no los hace o vende una persona o empresa, pues los hará o venderá otra».
Luego se podria hablar de Necesidad, Competencia, Etc.
En estos tiempos de España en los que las letras hipotecas, a una burrada de años, suben más que el sueldo. Pues la crisis va para largo.
Es normal que haya gente que haga cosas absoletas y haga cualquier cosa para seguir ganando lo de antes en tiempos en los que toca apretarse el cinturón.
Son tan inocentes o listos, según se vea, que hasta piden dinero a Google, para a ver si pica y les regala un trozo de pan… Esto me recuerda el cumplido del pobre: «Usted que puede».
Sus datos y cifras son bestiales y absurdas… Podrian empezar por ellos mismos y calcular que cada Español se descarga cerca de 10 peliculas al año y luego empezar a encontrar soluciones a su problema: ¡Que no es el problema de los Españoles, es su problema!
SALUDOS
«Hay una mejora en la lucha contra la piratería, que viene desde las leyes de patentes. La delimitación del concepto de propiedad intelectual es básico para el desarrollo de los países. De lo contrario, dejaríamos de tener escritores profesionales, y volveríamos al mecenazgo, a los artistas a sueldo de Gobiernos, iglesias y grandes patronos»
Estas cosas – viene del artículo, no son palabras de Enrique sino de Antonio María Ávila – son exactamente el tipo de argumentario falso y manipulador: las patentes son el instrumento más contrario a la innovación y más perjudicial para el desarrollo que se ha inventado. No es corto el número de académicos que lo afirman, incluso premios Nobel. Esta audiencia es conocedora del mal de las patentes de software, así que tiene una referencia. Pero que un señor diferencie entre estar a sueldo de un mecenas o a sueldo de Warner como una gran cota de libertad, resulta entrar en la demagogia. Son tantos los escritores que viven de «su trabajo»… precisamente puede que porque no pueden vivir de él son libres y no al revés. Y, además, ¿qué tendría de malo cobrar por pintar para una iglesia? ¿impide que pintes en tu tiempo libre? ¿entonces por qué es legítimo que a un artista le pague una agencia de publicidad por componer?. Los escritores profesionales brotan por las aceras, sí señor. Yo veo escritores profesionales por todas partes… Es más, supongo que este señor se referirá a escritores que son empresarios de sus obras, que son los libres, porque los otros están atados con contratos a sus editoriales.
Por terminar, Enrique, difiero contigo en tu versión del copyright. Pero eso es tema para otro día con unas cervezas. Digamos que soy partidario de la reducción de plazos hasta llegar a cero. Dominio público y ya.
Profesor, ¿tienen para usted la consideración de intermediarios los editores, traductores o libreros?, y en caso afirmativo, ¿de verdad opina que los mismos hoy en día no aportan valor alguno?.
Ante afirmaciones de este tipo, emitidas por alguien que dedica tanto tiempo a pensar en estos temas, solo cabe concluir que, evidentemente, se me escapa algo. O quizás simplemente son expresiones lanzadas en el calor de la argumentación.
Los modelos se adaptarán, claro, pero en un entorno en el que todos pretendemos que la información fluya sin restricciones, la figura de un intermediario (un profesional) que aporte criterio, que coloque los libros en un escaparate, que convierta un manuscrito en un libro, será cada vez más necesaria. Aportan valor ahora y ese valor se incrementará en el futuro.
Eso de la conexión directa del «artista» (habría que empezar a limitar el uso de esta palabra que parece que vale igual para Bisbal y para Picasso)con su público es un concepto que empobrece el resultado.
De todas formas, y como siempre, es un placer leerle.
Un saludo
Excelente entrada, que razón tienes Enrique. A ver si les entra en la cabeza a toda esa gente que pretende lucrarse a base de llamarnos a todos delincuentes sin razón.
Enrique, en este caso estoy con Benedicto (#4): ¿de verdad consideras que un editor o un librero (por no hablar del traductor, que me parece más evidente) no «aporta valor»? Porque todos ellos son intermediarios stricto sensu, y sin embargo: cuando una persona que no sabe inglés lee a Dickens en castellano, por ejemplo, no necesita ningún contacto con «el autor». Ese concepto de la cercanía obligatoria entre autor y público es una cosa muy maleable e interpretable, porque en todo caso el contacto que tiene el lector español es con ***el traductor de Dickens***. Sobre esto ha escrito largo y tendido Javier Marías, es decir, sobre la ficción en la que todos nos instalamos cuando decimos «voy a leer a fulanito» y realmente no estamos leyendo a fulanito, sino al traductor de fulanito que ha recreado la obra en tu idioma. Tú no lees a Kundera: lees al traductor de Kundera. De hecho, en el mercado español Kundera en su idioma original tiene valor cero. Es la traducción y por supuesto la edición lo que le aporta «valor», exactamente igual que lo que ha aportado valor a tu libro en papel son los factores que ya has comentado con anterioridad, entre ellos el de poder contar con una distribución generalizada.
No me dirás que esto se puede negar ;-)
Hay que tener en cuenta que lo que cuenta es el empresario mas que el autor pues sin una estructura empresarial los autores no sabrían como llegar al público.
Por ello, es normal que las leyes protejan, ante todo, los intereses de los empresarios que hacen de nexo entre el público y los autores. Y, en este sentido, mientras mas grande sea la empresa intermediaria mejor pues se trata de garantizar la difusión de la cultura mediante un consumo ordenado que no deje de ser rentable hasta constituirse en una fuerza de la economía.
Sobre los autores se habla mucho en el sentido de que hay que protegerles pero estos suelen ser en muchos casos muy vocacionales y se conforman con poco pues están generalmente mas motivados por las vanidades personales que por el legítimo afan de ganar dinero.
Y yo me pregunto…..Los productos agrícolas también necesitan de esos intermediarios? también existe el tendero que pone sus hortalizas en sus escaparates.Este también es un trabajo que existe desde hace cientos de años, y aquí como en cualquier sector el intermediario es el que gana con el producto.Hablemos de los coches de caballos, carboneros de tren.Existen miles de trabajos que han tenido que reinventarse o morir, y ahora con internet pasara lo mismo que paso durante la revolución industrial. El problema viene cuando el que evoluciona es el pequeño y no el grande.
Parodiando a Darwin: Es lo que tiene la evolución……
Como usted dice, lo que hay que cambiar es el modelo de negocio. No hay problema: revise usted la web «ponga_aqui_lo_quiera.divx» y encontrará todas las series ordenadas y al alcance de un click. Cóbreme un precio razonable y yo lo pagaré con gusto por poder disponer de ellas. Pero bueno, esto ya lo dijimos la primera vez que accedimos a audiogalaxy hace ya muchos años, pero la industria discográfica fue incapaz de verlo. Lo mismo pasa con las películas: cierran los videoclubs y seguimos sin disponer de una alternativa. Ver una película me costaba menos de dos euros, y ganaba el que hacía el disco, el distribuidor, el autor, el del videoclub, el que le limpiaba el videoclub… Ahora la oferta para ver películas online de forma legal es ridícula, fragmentada y más cara. Que me lo expliquen estos señores del MBA.
No sé. El comentario de LasPiedras suena sincero, pero cuando sintetizo el mensaje se me antoja que va de coña.
Buenos días,
Los españoles somos así, siempre intentamos mamar hasta que la teta no da más, y es un error!
Los artistas, deberían adaptarse a esta situación y sacar beneficio de ello. Por ejemplo, hay varios grupos musicales que se han hecho famosos gracias a Internet y despues van a los conciertos y ganan dinero con las entradas, ya que la gente si que está dispuesta a pagar por ello…
Lo que deberían ser capaces es de hacer versiones especiales, q no aparezcan en los cd’s, personalizar letras y otras acciones de este tipo, captando a su público fiel!
Un saludo a todos y gracias Enrique por tus entradas, dan mucho a comentar
Sergi Gil
La pregunta está cantada Enrique, ¿si los intermediarios como Planeta no aportan ningún valor, si es posible generar rentas en base a la economía de la atención que provee internet, si en tal contexto un autor puede rentabilizar el «contacto directo» con su público a través de nuevos modelos, por qué no aplicaste todas estas teorías a tu propia obra en lugar de evitar pre-publicarla tú mismo en este blog para beneficiarte a ti o a tu editor con la «atención» recibida?
En todo caso, si ante la estrategia de tu editor (contraria a la que propugnas) que cree que la pre-publicación en tu blog les hubiese generado menores ventas y hubiesen reducido su «nivel de apuesta» según nos contaste, por qué simplemente no los mandastes rodar y financiaste tú mismo, inclusive con nuestro propio aporte (yo no me negaría) como lectores de tu blog, o el de tus 100,000 seguidores, pidiéndonos 5 o 6 euros a cada uno en vez de hacernos esperar meses (en América) o mandarnos al fnac a pagar el triple.
Porque vamos… cuánto cuesta en realidad el soporte físico de «Todo va a cambiar» para un tiraje de 50000 ejemplares, ¿3? ¿4 euros cada uno quizá? Con sólo la mitad de tus seguidores ya tienes una utilidad bruta de 100,000 euros, puedes contratar directamente al corrector y al diseñador, tienes la edición prefinanciada, generas un ahorro efectivo para el consumidor (nosotros) y una mayor ganancia para el autor (tú mismo).
Si como señalas hoy, con el acercamiento directo del artista con su público que acabo de ejemplificar, «NECESARIAMENTE se tienen que posibilitar nuevas formas de generación de ingresos» (las mayúsculas son mías), no existió nunca riesgo alguno al publicar por tu cuenta.
Como premio mayor serías un verdadero innovador que no sólo hablaba de la red sino que también puso su fe en ella. ¡Vaya! Pero mientras tanto, nos dejas ante un tío que vende libros donde se les dice a otros que ya no deben vender libros.
PS. Nota que esta vez no he parodiado tu entrevista aunque ya conozco el truco para obtener una respuesta tuya. Luego comento la entrada propiamente dicha que es bastante debatible.
#10 Dubitador
Yo también «dubito», pero lamentablemente creo que LasPiedras va en serio. No obstante, y por si es coña, no seré yo quien entre al trapo y quede en ridículo.
Cada vez tengo más claro que lo que determinará la economía del futuro, al menos en lo que se refiere a la indistria del consumo de ocio y cultural, no será tanto el valor de la obra como la experiencia de usuario que se genere en torno a ella.
Saludos,
#10 #13 LasPiedras es un parodiante, y muy bueno además.
Y entonces, si para los artistas las dercargas es lo mejor que les puede pasar, porque estos no hablan claro y vimos, si mal no recuerdo, a Chenoa diciendo entre otros, que la música desaperecería dentro de poco. Con esta actitud llego a la conclusión de que son todos unos sinvergüenzas que lo único que quieren de los consumidores es sacarles los euros de donde sea y por lo que sea