Delia Rodríguez, de Soitu, me pidió mi opinión sobre los sistemas de invitación en la web, y ayer publicó un artículo titulado «Te invito a que trabajes gratis y otras técnicas del marketing 2.0«. De los ejemplos que menciona, no llegamos a hablar sobre la traducción de Twitter, que para mí es un caso completamente diferente a los otros, y en cuya apreciación de aparente «engaño» no coincido para nada con Delia: una empresa que ofrece un producto de uso completamente gratuito, y que solicita voluntariamente a algunos de sus usuarios que colaboren en las tareas de traducción. Un caso de voluntariedad completa, en el que nada obliga a participar, donde no hacerlo no conlleva ningún tipo de pérdida de nada ni perjuicio, y en donde quien decide hacerlo no lo hace, seguramente, «a cambio» de un símbolo en su página, sino motivado por el hecho de participar en un proyecto que aprecia (al menos mi caso es así: participo en el proyecto en la medida de mis posibilidades – Nivel 2 – y lo hago simplemente porque me gusta el producto, me cae bien la empresa y estoy encantado de colaborar si puedo y me ofrecen una forma cómoda y sencilla de hacerlo).
A continuación, el texto completo del mensaje que intercambiamos sobre el tema:
Los sistemas de invitación se usan para muchas cosas distintas, no tiene mucho sentido mezclarlos, y pueden tener sentido o no en función de eso mismo. No tiene nada que ver un sistema de beta cerrada por invitación como el que usa Google para Wave (o usó anteriormente para Gmail y otros productos), que se utiliza principalmente para controlar el acceso, la carga de los servidores y el funcionamiento en general del producto; con un sistema de invitación como el de Tuenti, que lo que busca es evitar la presencia de «electrones libres» en la red haciendo que todo el que entra tenga como mínimo una conexión con otro miembro. Lo único que tienen en común los sistemas de invitación es que pueden ser utilizados para crear una carestía artificial, un elemento de escasez que puede servir para generar interés en el producto, proporcionar una cierta imagen de exclusividad, o generar buzz (si solo unos pocos tienen invitación, te aseguras de que lo contarán cuando así sea, y vas generando un rosario de gente que menciona el producto con explicaciones de cierta calidad).
Por tanto, poco que ver:
- Google Wave: la beta cerrada por invitación se usa para probar el producto a diferentes niveles de carga, y poder ir corrigiendo errores en un entorno controlado. De hecho, tiene todavía bastantes errores, a un nivel que sería inaceptable si no fuese una beta cerrada. A una beta cerrada se le perdona casi todo, porque los que están dentro tienen claro que están «probando» el producto, ayudando a la compañía a convertirlo en realidad, a escalarlo, etc., y además tienen una actitud positiva porque en cierto sentido «agradecen» el privilegio de la invitación. Además, los que reciben la invitación lo comentan, lo cuentan, presumen de ello, y dan sus impresiones a veces muy detalladas del producto, ayudando a generar buzz.
- Tuenti: el sistema de invitaciones obedece a un intento por tener una red en la que las relaciones sean reales, respondan a relaciones de verdad. Lo normal es que entres en Tuenti porque un amigo te envía una invitación, y eso hace que cuando entras, seas su contacto automáticamente, no tienes que andar buscando amiguitos: empiezas por ese amigo o amiga y por su red de contactos, y te haces tu red en paralelo con las relaciones que tienes fuera de la red. El sistema de invitaciones se encarga de regular, dando pocas a cada miembro, que no se utilicen de manera indiscriminada con personas a las que conoces poco o no conoces (existe un cierto porcentaje de personas que piden invitaciones en foros, etc. a personas que no conocen, pero es reducido), porque además, en cierto sentido, la red considera relativamente «responsable» de las acciones de una persona (dentro de un orden, por supuesto) a aquel usuario que en su momento le invitó a entrar.
- Clubes de venta privada: se trata simplemente de generar un sistema de expansión cualificado, que por un lado proporciona una cierta imagen de «club privado» (falsa, en realidad, porque obviamente cuantos más usuarios, mejor para la empresa), y por otro, permite una expansión activa. La función del sistema de invitaciones es, en este caso, puramente comercial
Me fastidian las personas como Delia Rodriguez, que opinan que somos idiotas y necesitamos de sus mensajes para evitar que no abusen de nosotros
Por qué no se dan cuenta que quien se apunta a una labor voluntaria sea para una ORG o para una empresa privada, lo hace como su nombre indica voluntariamente y que si de su trabajo se desprende una bien para la organización, no le importa en absoluto, y esto es aplicable por igual a los voluntarios de la Cruz Roja que es una ORG como los traductores de Twiter, los amigos del 6OO, los de los Ferrocarriles, o quienes contestan a encuestas de empresas privadas. Evidentemente sabemos que Twiter, SEAT, la Renfe o la empresa que hace las encuestas son privadas y se lucran de los esfuerzos de esas personas, pero NO LES IMPORTA, y no necesitan de ninguna Delia Rodriguez que les avise de ello.
Deberían entender que hay gente capaz de dar su trabajo y por qué no, hasta su dinero, si opinan que de ello se desprende algo bueno para los demás, independientemente de que como consecuencia de ello se lucren terceros y ello,.sin solicitar nada a cambio.
Si yo opinase que traducir Twiter es bueno para muchos y tuviera tiempo, lo haría, aunque de ello se lucre Twitwr, si pienso que mi recomendación hace que los demas acierten en sus compras, lo haré, aunque eso favorezca a las empresas vendedoras.
A ver cuando dejan de aparecer estos apóstoles salvapatrias y dejan tranquilos a quien son generosos, pero no tontos. .
Pues yo comparto la opinión de que Twitter puede más que de sobra pagar por unos traductores, por eso creo que no se debería colaborar de gratis con quien puede pagar por ese trabajo. Pero está claro que esto es sólo mi opinión, diferente de la de los que decidan colaborar.
Es cierto, no es lo mismo un caso como el de wave, donde los que estamos, hacemos con gusto de beta testers porque preferimos usarlo con fallos a no usarlo, que el tema de las traducciones crowdsourcing de twitter o facebook o lo de tuenti.
Tuve buena experiencia con gmail cuando salió al principio en 2004 y no me arrepiento de haber contribuido a crear buzz de spotify a base de invitaciones tampoco. Si el producto es bueno, voy a ayudarlo con el boca a boca y marketing «gratis». Sin embargo, si se trata de una eyaculación precoz versión beta que van a cobrar o que no voy a usar, entonces paso. No somos tontos. Es win-win, no aprovecharse de nadie.
Las traducciones… otro cantar. Hay muchos traductores cabreados con esto ya. LinkedIn lo intentó también y montaron grupos y webs de protesta. La recién creada Asociación Internacional de Traductores (tiene 2 semanas de vida) surgió a raiz de lo de LinkedIn pero seguro que se meterá también en contra de twitter.
Muy interesante. Gracias
Creo que el análisis de Enrique es, en general, bastante acertado. El único punto en el que discrepo en parte es el asunto de las traducciones. He colaborado ocasionalmente en traducir algún producto de software libre, pero me escuece cuando una empresa como Twitter, capaz de captar millones de dólares de inversores para su desarrollo, no reserva una mínima parte para contratar traductores, igual que contrata programadores. Aquí hay personas que dejan de ser contratadas por una empresa que puede permitírselo, por lo cual no me prestaría a participar.
Enrique, gracias otra vez por tus declaraciones. Es cierto que se nos quedó en el tintero el caso de Twitter (cosas de la comunicación por mail), algo especialmente relevante teniendo en cuenta que eres traductor… pero para eso están los blogs. He actualizado el artículo con tu opinión.
Un abrazo
Coincido contigo Enrique. En parte esto es como cuando la gente se queja que la television tiene programas mediocre, espantosos! Hombres, nadie les obliga a mirar television y ni siquiera a fijar un solo canal. Twitter, no obligo a nadie! El que lo hizo fue por voluntad propia, no ajena.