Una muy buena entrada de Seth Godin, «How much for digital?«, apunta a un razonamiento que seguro que más de uno hemos hecho en alguna ocasión: ¿qué hace que los productos digitales, como por ejemplo una canción o un alquiler de película, tengan el precio que tienen?
Al hilo de la reciente fiebre de la mayoría de los grandes estudios de Hollywood por empezar a ofrecer alquiler de películas en la red a través de distribuidores como Apple y otros, con precios en torno a los $3 por película, más un dólar más por la versión en HD, llegamos a una lógica sumamente clara: los precios se establecen en función de lo que el cliente puede considerar «justo» o «razonable», una percepción que proviene de su experiencia anterior con el producto. Pero es aquí cuando entramos en la falacia: la experiencia anterior con el producto no era exactamente igual ni tan siquiera comparable, porque se trataba de un producto… ¡¡ANALÓGICO!! Y claro, como todos sabemos ya a estas alturas, ¿cuál es la diferencia fundamental entre uno y otro? Mientras el producto analógico debe ser producido mediante un proceso generalmente industrial y costoso, con exigencia de abundante inmovilizado en su producción, precisa de almacenamiento físico e incluso de gastos de eliminación de excedentes (impresionante documento: ¡cincuenta millones de dólares al año! se gastaba EMI en la destrucción de CDs sobrantes), el producto digital deja al margen muchísimos de estos costes: el proceso de producción es mucho más sencillo, no es preciso inmovilizado físico ni locales para su distribución, ni carpetillas de plástico, ni generación de copias, ni preocuparse de los inventarios, ni gastos de envío o manipulación, ni PLV… Realmente, la diferencia en costes es muy, muy grande a favor del producto digital.
Pero ¿qué ocurre? Que los ejecutivos de la industria, como ha ocurrido ya en muchas otras, mantienen sus referencias de precio conocidas y pretenden situar el precio final en magnitudes cercanas a lo que el cliente conocía, para así engordar sus márgenes todo lo posible con el brutal descenso de los costes. Ante tal barbaridad, el cliente reacciona dejándose querer por el atractivo del canal irregular, en el que el precio del producto es próximo a cero (no es cero si imputamos correctamente el tiempo necesario, los costes de ancho de banda, etc. que el cliente percibe en muchos casos como inexistentes). El resultado es que la industria desaprovecha la oportunidad de fijar un precio disuasorio para el canal irregular, pierde la ocasión de educar en el uso de sus productos a unos clientes atraídos por un precio atractivo en comparación con lo que constituía su referencia – Seth cita cincuenta centavos por alquiler de película como un precio que prácticamente eliminaría el incentivo del canal irregular – y estropea la posibilidad de crear un ecosistema económico creciente alrededor de sus productos. ¿Todo por qué? Por haber sido excesivamente avaricioso en el planteamiento inicial.
El mismo planteamiento es aplicable a muchas otras industrias. En las telecomunicaciones, se desaprovecha la oportunidad de crear un hábito para el uso de Internet en el móvil a cambio de unas ganancias efímeras a costa de una serie de usuarios premium insensibles al precio. En la música, el paso del vinilo al CD fue saludado con un fuerte incremento de precios, a pesar de que el proceso de fabricación se abarataba por un factor muy importante. De nuevo en la música, el precio fijado para cada canción o álbum se estableció por comparación con el mundo físico, reincidiendo en el mismo tipo de dislate. En el fondo, semejante comportamiento predatorio en precios provoca un desarrollo más lento del mercado y de los hábitos de los clientes hacia el mismo, y lo que es peor, supone facilitar el desarrollo de productos sustitutivos desarrollados al margen de la industria como ha sido el caso. Maximizar el beneficio inicial, frente a crear una plataforma que permita el desarrollo futuro.
«No es otra cosa que un necio, aquel que confunde valor y precio!»
Gastos de PLV sí que tienes, pero esta vez el «Lieu de vente» es una web o un móvil. ;)
La clave para el precio de un producto digital es la que mencionas. Tiene que ser competitivo con su sustitutivo y generar una satisfacción similar. El sustitutivo de una película en HD en España es ir al emule, grabar el CD y ponerlo en tu DVD (o compartirlo en red). Si lo que cobras por el contenido es competitivo con este esfuerzo, venderás, sino, no.
Pregunta a tus clientes: 5$ o emule? Si el precio es tan bajo como para no merecer la pena el esfuerzo, lo comprarás. Y dentro del esfuerzo tiene mucho que decir el sistema de pago y la facilidad del mismo. Creo que el 0,5€ que apunta Godin es poco, pero 0,99€ empieza a estar bien para mucha gente…
A medio plazo, veremos donde acaba. Oferta y demanda mandan!
Eso de codicia lo puedes aplicar al precio de las lechugas, de la mierda de coches que hoy en día se venden, de los pisos, etc.
El sistema capitalista es lo que tiene, que se basa en la codicia y en la ley de la oferta y la demanda, que es la ley que define el precio del bien, que aunque no haya estudiado un MBA me sé eso de que el precio es la intersección entre la curva de oferta y la curva de demanda.
Kiki, no estoy nada de acuerdo. El sistema capitalista, como tu dices, es la forma más eficaz de evitar que los empresarios busquen ganar dinero a costa de cualquier precio.
En un sistema libre toda transacción solamente ocurre si las dos partes están de acuerdo. Como ejemplo la venta de peliculas que Enrique comenta. Es cierto que no hay opción: todas son caras. Automaticamente el mercado libre ha creado alternativas para evitar pagar el precio propuesto y parece que los ofertantes están ajustandose a la situación.
¡Larga vida al sistema capitalista! :-P
Nacho
Blogoscopio Sociatico
Me ganó Joey por la mano, pensaba utilizar el mismo dicho, “No es otra cosa que un necio, aquel que confunde valor y precio!”.
¿Qué diablos tiene que ver lo que te cuesta producir una cosa, con el precio en que lo pones a la venta?.
Pero como apunta Joey, hay otros problemas. ¿Como me van a cobrar los 0,5 €? Si tengo que rellenar un extenso formulario y dar mi número de tarjeta, a lo mejor prefiero el P2P y librarme de todos esos engorros.
Yo, con solo que me pidan que me registre gratuitamente, no entro en una página web. Usaría muchos productos de pago si Telefónica, que es mi proveedor de ADSL, se encargara de facturármelos junto a la cuota de enganche, pero si cada uno pretende cobrar sus centimillos por separado, es un lío carísimo de gestionar y molesto para el cliente.
Creo que en gran parte los mercados municipales han fracasado, porque nos hemos acostumbrado en los hipermercados en hacer una única cola para pagar los variados productos de todas las secciones que hemos comprado.
3# Yo no digo que la codicia sea mala. La codicia es la fuerza que mueve al sistema capitalista. Sin codicia no hay capitalismo. No es ni bueno ni malo, simplemente es lo que mueve el sistema. El capitalismo se mueve por la codicia, no se mueve por la justicia o la solidaridad o , esos valores no son propios del capitalismo per se aunque pueden llegar a ser estrategias para ganar más mercado, como rebajar los precios de la comida para que compre más gente, no con afán de que la gente se beneficie. Si el mercado de música no es «libre» y es un cartel pues ya vendrá un competidor nuevo que lo saque de enmedio.
Pero vamos, que un profesor de un MBA se meta con la codicia es para mear y no echar gota.
#4 Y todo lo que quieras, pero yo estoy a punto de registrarme en Rapidshare (a 6 euros al mes) tan sólo por poder descargar pelis HD a una velocidad razonable.
Si cuesta 6 euros al mes la distribución, las productoras puede ponerlo a 12 euros y hacerlo más fácil (sin molestos gestores de descargas). Con eso ganas 6 euros al mes por pelis que la gente se está bajando gratis. Yo diría que eso es un buen negocio. A no ser, claro, que quieras seguir cobrando 18 euros por copia, un precio que no se sostiene con la tecnología actual.
Me ha interesado bastante eso de descargar una peli HD por 4 dólares (menos de 3 euros), pero he ido a la web de iTunes, y lo primero que me dice es que no encuentra iTunes en mi ordenador.
El DRM apesta, parece que no quieren que nos gastemos el dinero en sus productos. En fin, yo a lo mío. Me daré de alta una cuenta premium en Rapidshare, y las productoras no verán ni un duro. ¿De verdad son así de estúpidos?
Se apunta en la anotación que las discográficas están perdiendo una preciosa oportunidad de aprovechar una revolución tecnológica que les permitiría ofrecer un producto mejor a un precio sustancialmente más bajo, lo cual permitiría incrementar el volumen.
En cambio, están ofreciendo el producto a un precio artificialmente alto en relación al coste con el objetivo de engordar los márgenes. No obstante, creo que hay un punto importante que hace que la primera estrategia sea difícil de conseguir y es la imposibilidad de cambiar de manera radical de un sistema al otro. Este cambio es un cambio progresivo que lleva a un cambio de mix de ventas a lo largo de muchos años. La consecuencia de ello es que si se quiere mantener los ingresos decrecientes (pero importantes) y que dan el volumen histórico de los discos en formato analógico, no se pueden desmontar las estructuras existentes. Y estas estructuras tienen que ser casi las mismas independientemente de que por el canal tradicional se venda el volumen x (máximo histórico) o x/5 (que podría suceder pongamos en 10 años). Por tanto, aunque el coste marginal de las ventas digitales es casi 0, tienen que cubrir de manera creciente una infraestructura de costes fijos que dista mucho de cero.
En el corto plazo, para las discográficas es mucho más rentable intentar mantener artificialmente el statu quo que adaptarse al nuevo mercado. No lo he estudiado, pero sería interesante saber qué costes fijos tienen que soportar las discográficas. Imagino que ya tendrán muchos costes externalizados y lo que habría que ver es el compromiso que tengan con los proveedores y distribuidores de los distintos canales.
Esta situación me recuerda, salvando las distancias y en otro orden de magnitud, los problemas que tuvieron las grandes líneas aéreas con la llegada de los operadores de bajo coste y la venta de billetes por internet.
Me parece que confundes la distinción analógico/digital con soporte físico/virtual. Los CD fueron el primer soporte digital que se popularizó para la música, pero seguían siendo físicos. La tienda iTunes y sus variantes venden contenidos en soporte virtual.
«el producto digital deja al margen muchísimos de estos costes: el proceso de producción es mucho más sencillo, no es preciso inmovilizado físico ni locales para su distribución, ni carpetillas de plástico, ni generación de copias, ni preocuparse de los inventarios, ni gastos de envío o manipulación, ni PLV…»
Y lo que todo esto significa no? menos puestos de trabajo, por ejemplo.
Estoy de acuerdo con su artículo, Sr. Dans. Pero matizando.
En el tema de las telecomunicaciones no tanto. El servicio de ofrecer música y cine es un negocio maduro, aunque el «envase en el que se nos ofrece» se vaya modernizando y facilite su copia ilegal, mientras que el servicio de «internet móvil» (Dios dijo: «Hagase Internet Móvil haya donde haya cobertura telefónica para móviles» Y el Internet Móvil se hizo.) es un servicio novedoso o nuevo.
Por lo tanto, internet para todos a un precio para todos en los móviles no creo que sea posible sólo por amortizar los gastos de investigación y desarrollo en la nueva tecnología y los costes basados en crear la red. Todos ellos costes fijos que no dependen del número de servicios o productos vendidos y que hay que recuperar.
Además que la introducción de nuevos productos siempre sigue el mismo proceso. El ciclo del producto comienza por muy pocos clientes, pioneros y early-adopters, que están dispuestos a pagar más que el resto de la gente por el nuevo producto. Eso les da un sentimiento de superioridad, de liderazgo, de exclusividad que es lo que buscan una parte de esos usuarios. Y las empresas logicamente deben explotar esa sobredisposición a pagar, es su deber para con sus accionistas.
Cuando los costes antes mencionados se vayan amortizando de manera importante y cada vez más gente haga uso del producto, los precios se irán ajustando a los costes variables (los costes asociados al número de productos vendidos / servicios prestados) e irán bajando. La recuperación de los costes fijos iniciales pierde fuerza con el paso del tiempo.
Así que es cuestión de esperar y bajará el precio del «internet móvil». Apostaría por ello.
Concluyendo, por las razones mencionadas, creo un error comparar productos «maduros» que llevan mucho tiempo en el mercado con productos novedosos que están siendo introducidos por primera vez.
A ver si lo he entendido: Las empresas intentan ganar el máximo dinero posible en lugar de ganar menos haciendo algo («crear un ecosistema nosequé») que pueden hacer igual en el futuro.
¿Y?
El perro ladra, el gato maúlla, las empresas ganan todo lo que pueden,… en fin, nada que un profesor no sepa… ¿O no?
Totalmente de acuerdo con Lucas778, y añadiría que por supuesto que esto frena el desarrollo de los mercados y los hábitos de los usuarios.
Esto ha sido así siempre en todos los mercados, y lo seguirá siendo porque la empresas, por muy flexibles que sean, no pueden mutar de repente.
En las empresas se pueden hacer esfuerzos persiguiendo cambios, y a veces liderados por personas especialmente sensibilizadas con ese cambio, pero los cambios culturales y de negocio de la magnitud a la que obligan las TIC no se adoptan de un día para otro.
Enrique, te has obcecado con la industria de los contenidos, le criticas por hacer cosas que es la regla número uno de los negocios, obtener cuanto más beneficio posible ¿o es que tú cobras por tus conferencias teniendo el cuenta el «ecosistema» que puedes crear a tu alrededor? ¿y el Instituto de Empresa, que cobra una pasta por cada master, también lo hace teniendo en cuenta esas reglas?
Te repites, tu discurso es monótono y aburrido, te has obsesionado por una industria que tiene sus miserias como cualquier otra. A ver si para el año nuevo hablas de las irregularidades de las farmacéuticas, o de los precios de los alimentos, o de las fluctuaciones de la bolsa y pasas página de una vez con la industria de los contenidos.
Ahí va un artículo titulado «Digital Distribution isn’t free»: http://www.news.com/8301-10784_3-9829862-7.html?part=rss&tag=feed&subj=NewsBlog
Que como dice el artículo, el ancho de banda no crece de los árboles, y aunque no haya soporte físico, sigue haciendo falta publicistas, editores, ingenieros, músicos, actores, directores, guionistas, electricistas, carpinteros… para hacer una película, y con 0,50€ eso no se paga.
Hay una cosa que está clara, yo tengo un videoclub en el que con un bono puedo alquilar 2 películas durante 48 horas por 2,5€, y si quiero me las traen y me las recogen de casa.
¿Voy a pagar 3-4 euros por una película descargada, comprarme un apple-TV, explicarle a mi mujer el tinglado y rezar porque no se corte el ADSL?…. ¡amos anda!
Está claro que aquí los productores de contenido quieren que paguemos hasta por respirar y sacar todo el dinero que puedan, pero para eso existe el capitalismo y la ley de la oferta y la demanda… que al final suele poner cada cosa en su sitio.
En relación a lo que decía Marcelo (#10), toda reconversión supone un cambio en los puestos de trabajo, pero por la misma razón, tendríamos que seguir usando carbón en las chimeneas, para no perder el oficio de carbonero…. ¿lógico?. El progreso o desarrollo tecnológico es imparable, y el problema no viene por él sino por los que no se adaptan a los cambios y siempre quieren mantener el «status-quo» de toda la vida.
Alegría para todos, que ya queda menos para el 10 de marzo… ;-) (a ver si dejamos de oír tonterías todos los días de los políticos)
Un saludito
P.D: Enrique, te animo a hacer un post con las promesas electorales de los políticos y sus ejecución real post-electoral (eso si que dará miga…)
Quedamos expectantes a las reacciones de las discográficas y distribuidores, pues nadie ha sabido o podido aprovechar ese hueco de mercado que mencionas.
Miento, www.legalsounds.com y otras proveedores de contenidos mp3, en países donde la ley de protección de derechos de autor no está muy bien definida, las facilitan a 0,10$ por canción. Estos si se aprovechan la ocasión, pero su continuidad podría ser cuestionada debido a su situación legal.
www.Jamendo.com y otros como www.sellaband.com ofrecen al usuario proponer un precio justo. Su portfolio de artistas no es todavía notorio. Pero, y si consiguieran hacer firmar a unas cuantas estrellas mundiales… qué pasaría?
Curioso.
Pero ayer introduje en un foro una entrada en un formato similar.
Totalmente de acuerdo.
A ver … una cosa es el mercado y otra cosa es la visión de mercado.
La visión del mercado de la industria del entretenimiento (por definirla de alguna forma) es retrógrada … sólo es necesario ver sus actuaciones: gastar sumas inmensas en investigación sobre DRMs y derivados y en procesos judiciales contra la mano que les da de comer (los consumidores). Por otra parte (quizás más grave todavía) su soberbia y prepotencia les ha impedido ver como todo un mundo paralelo que iba avanzando imparable, el cual creían controlar, se les estaba escapando de su posible control sin remedio.
Y, esto, creo que es poco o nada discutible … es un hecho … y esta actitud actúa como freno para el desarrollo del propio mercado.
En el mercado libre impera la ley de la oferta y la demanda, por lo cual mercaderes y consumidores tienen voz y voto … peeeeeeeeeero, hasta esto lo han prostituido al crear bloques empresariales dominantes que someten los precios del mercado a sus propios intereses encareciendo los productos … y esto también es otro freno para el mercado.
Por último, esta equivocada visión del mercado les pasa factura. Han equivocado sus planteamientos y eso se paga tarde o temprano. Sólo ellos son los culpables de esta triste realidad … pero pagamos el pato todos.
En economía, no es una verdad absoluta que los precios vayan bajando a medida que aumenta la producción. El boom informático, p.e., despegó gracias a invertir el procedimiento y bajar substancialmente los altos precios de los equipos de entonces … los consumidores se tiraron en masa.
Es cierto que, luego (como es la tónica habitual del mercado), se pudieron abaratar más gracias a una mayor producción (u ofrecer más prestaciones por el mismo precio) pero, el desencadenante fue lo anterior y no esto último.
Lo que está claro es que, si un producto no se vende como rosquillas porque tiene un precio que los consumidores interpretan como caro (la pretensión ganar mucho dinero en poco tiempo), no quiere decir que ese producto sea inviable sin haber probado antes otras alternativas de mercado como la de ganar el mismo dinero en un plazo más largo de tiempo a cuenta de sacar el producto al mercado con un precio más razonable y con menor margen de ganancia … y esto último es lo que todavía no ha hecho la industria del entretenimiento. Prefieren ahorcarse con su propia soga antes de cambiar de estrategia y eso, a todas luces, es una falta absoluta de visión de mercado.
No saben comerciar, sólo saben amasar dinero.
Lo más triste es que, con esa actitud, están jodiendo un mercado que a todas luces posee un gran potencial.
Lucas, Pasaba por aquí y Ramón: simplemente NO. No es verdad que eso sea lo que hacen todas las empresas y lo que haya que hacer, y demostráis poquísima visión empresarial al decirlo. Una cosa es maximizar ganancias a corto plazo, y otra es ver a medio/largo plazo y crear hábitos para que esas ganancias sean mucho mayores en el futuro y los flujos de ingresos puedan durar además más tiempo, evitando la entrada de productos sustitutivos. Eso es lo que se hace en muchas industrias, pero tristemente ni en la de las telecomunicaciones ni en la de los contenidos. Y a eso me refiero en la entrada. La idea de que «una empresa tiene que cobrar en cada momento lo máximo que pueda por un producto producido con el coste mínimo que pueda» es de una miopía espectacular.
Consejo gratuito: no confundir avaricia con simple estupidez. Es peligroso, tal y como demuestra la situación actual de la industria musical / cinematográfica.
Solo por aportar un comparación de precios analógico-digital: ¿Qué pasaría si el correo electrónico costase más o menos lo mismo que el correo postal? O sea si por cada mensaje de email que enviamos tuviesemos que pagar unos, pongamos, veinte centimos de euro, ¿Quién lo usaría, y para qué?. ¿Sería internet lo que es hoy?.
Creo que el argumento es equivocado en lo que corresponde a las telecomunicaciones. Tiene sentido poner inicialmente el precio que los ‘early adopters’ estén dispuestos a pagar y reinvertir los beneficios en publicidad para ampliar el mercado. De hecho, la definición de mercado lleva implícito que el productor ponga los precios tan altos como los clientes estén dispuestos a pagar.
De hecho, ¿no pasa lo mismo en la moda? ¿Alguien pide a las marcas de alta costura que rebajen el precio para hacer más accesibles sus productos?
@bombix: nada que ver, me temo. En moda no hay ningún tipo de externalidades de red. En telecom las hay, y muy gordas, de ahí la conveniencia de favorecer su aparición. La definición de mercado no lleva implícita poner los precios más altos posibles, esa es sólo una de las varias estrategias posibles, y muchas veces no es la más adecuada.
Enrique, con el debido respeto. Si no hubiera externalidades, Zara no sería Zara. Las externalidades no serán idénticas que en los contenidos, pero son, creo.
De otro lado, tengo la impresión de que en las telecomunicaciones hay varios componentes con comportamiento distinto: hay externalidades en los contenidos, pero no tanto en las infraestructuras sin las que los contenidos no funcionan.
En cuanto a la elección de estrategias, ciertamente es una cuestión de elección; pero creo que encontraríamos ejemplos en los que no cobrar el inicialmente el precio más alto posible al principio ha sido precisamente la estrategia equivocada.
Los peligros de generalizar.
En fin, creo que tendríamos materia para discutir a fondo, más allá de los clichés y que eso sería sano.
Quizá podamos hacerlo.
@bombix: efectivamente es una discusión interesante. Por más que lo miro, no consigo ver Inditex como un caso de externalidades de red, más allá del efecto moda en el que precisamente se asienta menos que su competencia habitual (series cortas, fast fashion, etc.) Es un caso de éxito indudable, pero no por las externalidades de red, sino debido a otros factores. En el caso de Zara, además, se opta no por cobrar el precio más elevado, sino precisamente por lo contrario, de manera que el ejemplo, de apoyar algo, apoyaría más mis tesis que las tuyas… En telco, las externalidades son evidentes, de hecho es el prototipo habitualmente utilizado para explicarlas, y los efectos de lograr una popularización e implantación de un servicio determinado en el gran público son notables, porque apalancan precisamente esas externalidades.
en repuesta a Gorki que comenta: » Yo, con solo que me pidan que me registre gratuitamente, no entro en una página web. Usaría muchos productos de pago si Telefónica, que es mi proveedor de ADSL, se encargara de facturármelos junto a la cuota de enganche, pero si cada uno pretende cobrar sus centimillos por separado, es un lío carísimo de gestionar y molesto para el cliente.»
eso es imposible, Telefonica es tu proveedor de la linea de internet, no de los contenidos.. Dime tu, como se te cobraria de una compra que hayas hecho a un negocio de filipinas, donde no existe telefonica… entiende un poco como funciona la internet primero… si no quieres registrarte, pues tampoco abre cuentas bancarias, tarjetas, no pidas servicios, por que en todo los caso debes registrarte, dar tus datos etc etc.. la presencia anonima no es posible para hacer negocios por internet. analizalo.. piensa antes de escribir y TAMBIEN NO COMENTES, PUES ESTE BLOG PIDE PONER MINIMO TU NOMBRE Y EMAIL