Google anuncia que podría estar dispuesto a ofrecer al menos 4.600 millones de dólares en la subasta de espectro radioeléctrico que la Federal Communications Commission (FCC) debe celebrar antes de Enero de 2008, siempre que se cumpla una condición que obligue a los adjudicatarios a alquilar un tercio del espectro obtenido a otras compañías dispuestas a utilizarlo para ofrecer servicios de acceso a Internet a alta velocidad en competencia directa con los existentes accesos vía cable o línea telefónica. Eso permitiría a los clientes utilizar software y equipos de su elección sobre redes competitivas y abiertas, algo que corresponde en este momento a una clara demanda social.
La petición fue remitida al Chairman de la FCC, Kevin Martin, por el CEO de Google, Eric Schmidt. La semana pasada, AT&T cargó contra Google por demandar estas condiciones, afirmando que la intención de la compañía era desvalorizar la subasta para así obtener una porción de espectro a precios más baratos, privando al erario público de unos sustanciosos ingresos (se prevé que la subasta podría generar en torno a los veinte mil millones de dólares). Por el momento, aunque las condiciones delineadas por la FCC la semana pasada no incluyen específicamente las condiciones solicitadas por Google, sí incluyen una provisión, la de open access, que garantiza que los usuarios podrán adquirir los dispositivos inalámbricos y el software que deseen y utilizarlo sobre las nuevas redes, que podría considerarse que cumple parcialmente lo solicitado por Eric Schmidt.
En cualquier caso, plantearse un escenario en el que compañías de Internet compiten con las empresas de telecomunicaciones de toda la vida para ofrecer directamente servicios de conectividad al público resulta, como mínimo, bastante provocativo. En este caso, el movimiento de Google parece una maniobra brillante: poner mucho dinero encima de la mesa con el fin de convencer a la FCC para que posibilite una wireless web mucho más adecuada, competitiva y, en resumen, más como todos sabemos realmente que debería ser si no estuviese en manos de unas operadoras que han sido claramente avariciosas e ineficientes en el desarrollo del modelo. El desarrollo que plantea Google proporciona a la empresa, sin duda, acceso a muy interesantes modelos y oportunidades de negocio, pero también genera un escenario con más elección y libertad para unos clientes que llevamos tiempo queriendo que las redes inalámbricas se desarrollen en virtud de su verdadero alcance y posibilidades.
Me suena a una postura muy prepotente,que condicionen su presencia en la subastaa que se hagan las normas a su gusto. ¿Qué ocurre si una vez cambiada la norma, deciden no presentarse, porque para qué comprar, si opueden alquilar solo lo que necesiten a los que han comprado?.
Justo los pasos que Tim Harford cuenta en su libro «El economista camuflado» en el capítulo «Los hombres que no conocían el valor de nada»…
Lo siento pero no puedo estar de acuerdo con esta afirmación:
«que posibilite una wireless web mucho más adecuada, competitiva y, en resumen, más como todos sabemos realmente que debería ser si no estuviese en manos de unas operadoras que han sido claramente avariciosas e ineficientes en el desarrollo del modelo.»
Existen muchas operadores, se trata de un mercado abierto, con libre competencia. Si el servicio dado por las operadoras actualmente no es bueno y hay alternativa, siempre puede llegar otra operadora y dar ese servicio fantástico que todo el mundo está esperando y quedarse con todo el mercado.
Más bien me parece que empresas como Google pretenden convertir la red en una «comodity» y que las operadoras se limitaran a dar conectividad en unos servicios que sólo se diferenciarían en el precio. Los servicios de valor añadido los darían entonces los Google de este mundo sobre esas redes de terceros comoditizadas.
Lógicamente las operadoras intentan diferenciarse y dar servicios de valor añadido, para indignación de los Google y Microsoft, que preferirían verlas dando exclusivamente transporte de bits.
El modelo que vaya a triunfar, si el de Google o el de los telcos lo dirá el mercado. Pero lo que no me parece de rigor es que Google pretenda influenciar en el regulador para que legisle en su beneficio.
Más me gusta la otra idea: si tanto le parece a Google que la red no sirve de nada, que se convierta en operadora para dar ese servicio fantástico que todo el mundo desea, y que las operadoras no dan por maldad. El mercado le dará la razón. O bien puede que Google se transforme en una operadora más y termine convirtiéndose en un clon de los que actualmente ve como enemigos.
Atentamente