En el número de este mes de PC Actual, ya en los quioscos, un artículo de tono divulgativo sobre el fenómeno del spam, titulado «Conviviendo con la basura» (pdf, 6.34 Mb.) Orígenes, historia, medios utilizados para su envío, evolución futura del mismo y de los métodos empleados para atajarlo, similitudes con lo ocurrido en otros medios de comunicación…
En el fondo, el artículo responde a una inquietud muy clara: mientras para muchos usuarios el spam representa casi un problema del pasado, que hoy en día se reduce a eliminar manualmente dos o tres mensajes al día mientras unas cuantas decenas son interceptadas por un buen filtro, para un número sorprendentemente elevado de usuarios digital, el spam supone una lacra espantosa que provoca una enorme disminución de la propuesta de valor de un medio de comunicación como el e-mail…
Me hace gracia las similitudes con otros medios que comentas. En mi caso la publicidad en el buzón de correos no me molesta especialmente, lo miro porque suelo estar pendiente de cartas y tal cual deshecho lo que no me interesa. En el caso del teléfono es harina de otros costal. El solo hecho de levantarme para cogerlo y escuchar a un malpagado currito intentado venderme tal o cual producto me pone en modo HULK.
Lo más indignante es cuando preguntas de donde han obtenido tu número y el muy imbécil te responde que de la guía telefónica (por supuesto no reconocen que tienen bases de datos) cuando mi número no aparece en tal guía (y pocos colegas lo tienen). Al final he pasado de cabrearme y he decido reírme un rato, cosas del estilo «espera un momento que ahora se pone» y dejar el teléfono abandonado unas horas mientras seguía haciendo mis cosas, o por último activar el contestador gratuito y grabar un mensaje al estilo de «Digame… oye habla más fuerte… se te oye mal….puedes repetir… … Esto es un contestador automático y tu.. TU ERES UN PRINGAO»
Y puede ser que el correo sea algo del pasado. Muchos de tus post, si hacemos un agregado, llevan a la conclusión de que el correo es algo pasado de moda.
El spam profesional, el automático, incluso podría decirse que cuasi delictivo es una gran molestia. El spam de la vía pública lo tenemos tan asumido que hasta empieza a formar parte del floclor (por cierto, qué requeteguapa está la Longoria en las paradas del autobús, ¡lo que saben hacer los pros del maquillaje y la fotografía!).
Peeeeeero el spam que proviene de amigos y compañeros, sí que me molesta mucho y me avergüenza. Me molesta porque le hacen el caldo gordo a los spammers (propongo traducirlo por mierdosos) profesionales. ¿cómo le haces entender, sin que se ofenda, a la compañera de trabajo que te gusta o a tu querida madre que los emails que anuncian desastres o posibilidades de enriquecimiento y solicitan reenvío masivo o lo de los transplantes de riñones o hígados, no son sino basura que hay que ignorar?
Otra cosa son los email graciosetes con vídeos, fotos, cuestionarios, archivos adjuntos, etc. A más número de «>», más pardillos en el cc. ¿Es que nunca se va a dar cuenta la gente de que el spam es un método de control de voluntad que los poderosos llevan usando desde que se inventó la imprenta?
Cualquiera que haya leído «la Fundación» con un poco de atención habrá aprendido que detrás de cada acción insignificante hay una gran pared llena de cálculos… a buen entendedor, buena sombra le cobija.
¡Salud, Enrique!
P. D.: ¿conocéis spamcero.com 10minutemail y spambox.us? vienen bien de vez en cuando…
A mi me gusta recibir spam, ya he podido alargarme el miembro , mantenerlo erecto,conseguir medicinas, conocer chicas y por último y es lo que me encanta hacer grandes negocios en países africanos como Nigeria!.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que comentas Enrique, pero también tengo que decirte que en mi bandeja de Spam se cuelan algún que otro mail que me interesa, por lo que todos los días dedico un par de minutos a revisarla y siempre encuentro algo de interés.
Un saludo, Phoenix
En realidad es molesto, pero los filtros hacen su trabajo. El problema es que «ni son todos los que están, ni están todos los que son», así que se nos cuela spam en la bandeja de entrada y algún mensaje al que sí has dado tu consentimiento en la carpeta de spam.
Sin embargo, aunque es molesto, es algo con lo que hay que aprender a convivir. Es como si quisiéramos matar a cada pobrecito cartero comercial por colarse y llenar nuestros buzones reales de mierda (aunque fuera del portal haya un buzón para publicidad).
Puede que a veces sí haya publicidad interesante, pero a mí no me interesa alargarme el pene, porque primero debería cambiarme de sexo. Y no estoy por la labor…
Muy bueno el material, gracias Enrique por compartirlo. En Argentina, el tema del «analfabetismo» tecnológico alcanza índices preocupantes.
Preguntabas en el material: – ¿cuántas personas conoces que se encuentren en un nivel de alfabetización tecnológica tan sumamente bajo como para alimentar los bolsillos de los spammers contestando a uno de sus peligrosos mensajes?. Respondo desde mi experiencia: – ¡Mucha!
Por eso creo importante y adhiero aquí, que al menos en mi lugar… más que en ningún otro, «el secreto, la verdadera esperanza, está en el desarrollo de una cultura adecuada».
El spam es nutritivo si no se te indigesta…. Lo curioso es que nadie denuncia a las cartas que te llegan al buzón de casa y si te llega a tu buzón electrónico… no veas la que se arma…
Un gran tema y que bueno que lo hayas tocado, coincido con la opinión de Pablo Bongiovanni, en Ecuador sucede lo mismo, la gente se alegra al encontrar SPAM en sus buzones, es alimento para el ego, así lo sostienen. Falta mucho por hacer.
A mi, más que el spam, que recibo un montón, pero que más o menos se va filtrando, me molestan las llamadas de publicidad al teléfono fijo o al móvil, o los mensajes publicitarios al móvil.
¿Estaremos a un paso de los sms basura?
Chic@s, no sé que pasa conmigo que no suelo tener tantos problemas con el spam. Quizás convendría resaltar que también debemos tener cuidadito con lo que hacemos con nuestras direcciones de correo y con los lugares en las que las ponemos o facilitamos. Un saludo, gracias.