Tim O’Reilly contesta con una nueva entrada a la primera oleada de comentarios en su página y en muchas otras acerca de su Bloggers’ Code of Conduct, que está también en proceso de revisión en Wikia. Algunos de los temas en discusión son muy interesantes (obviamente para aquellos que decidan superar el primer escalón de «enmienda a la totalidad» y piensen, como yo, que hay mucho de positivo en que estos temas sean sometidos a discusión pública).
Vale la pena darle una lectura.
> I have to confess that we didn’t put as much thought into the images as we should have. We were a little rushed by the timing of the New York Times story,
¿Ves uno de los principales problemas? Si lo importante fue el titular más que pensar seriamente sobre la idea.
Lo que leo allí es más (especialmente con «The mechanisms I proposed may not be the right ones, but I am convinced that the goal is worthwhile. Let’s figure out the right way to reach it.») una retracción más que una mejora de la propuesta anterior.
Sí, en el objetivo podríamos estar todos de acuerdo, pero la semejante giro indica que los críticos (entre ellos yo, casi espantado hasta con los badges: http://mnm.uib.es/gallir/posts/2007/04/11/1045/ ) no estaban mal encaminados.
O sea, me parece todo un argumento para justificar o disfrazar semejante gatillazo. Además las razones del «rushing» son alucinantes: la discusión ética supeditada a los tiempos del artículo de un periódico.
Me encanta O’Reilly, pero cony, me parece que ha meado muy fuera del tiesto, y encima no lo reconoce abiertamente. Ni Kathy Sierra parece que estaba de acuerdo.
Hacer lo que queráis ¡No faltaba más!. Pero si es posible, no deís la vara.
Enrique,
Gracias por las reflexiones de estos últimos posts al respecto, aunque creo que este asunto, ni Tim OÃ?ÅœReilly va a conseguir que se tenga que poner de acuerdo los millones de internautas en seguir decálogos de conducta cuando ni la Ley es capaz de hacerlo, estando al final la norma como siempre adaptándose a la tecnología, cosa que como sabemos no van a la misma velocidad. Como mucho, sirve para esto, reflexionar en Blogs como el tuyo, dónde estamos y a lo que estamos llegando, y todo lo que nos queda por recorrer.
Un saludo,
Mi duda es si esa reflexión no lleva haciéndose ya desde la propia aparición de internet… De hecho las conclusiones, las normas que debían «regular» las relaciones entre los internautas, tenían (tienen) un nombre… la nettiquete, y son totalmente vigentes. Se ha venido aplicando a las BBS, a IRC, al correo electrónico, a foros, y ahora a los blogs.
Quizás por eso me parece como medio absurda la propuesta de ponerle de nuevo un nombre, preparar un badge y listar 6 normas, como si de un novedoso y comprometido manifiesto se tratara. Al menos impropio de un ¿gurú?
¿La discusión? Claro, bienvenida sea. Pero quizás no era necesario todo el teatrillo, no crees?
Un saludo.
Tu limpia, limpia, que algo queda y además mientras limpias no faltas a los demás.
La idea no son más normas o menos normas. La imposibilidad de adoptar un código de buenas maneras no denota el fracaso principal del tema.
El fracaso es anterior: el tener que solicitarlo.
No es necesario. No hay que establecer un punto intermedio entre unas normas desarrolladas de forma abstracta y consensuadas y el aplicarlas sin antes consensuarlas, que es lo provoca un debate esteril.
La idea de que los dueños de un blog tengan la facultad o no de moderar las entradas de comentarios que atacan a las personas y no a las opiniones, sólo tiene que ver con que se valore, a nivel privado, lo Derechos Humanos más elementales. No es necesario, gracias a Dios, meter más normas o más organismos judiciales que el propio y maduro críterio.
Mi indignación proviene de que esto se discuta como algo referido a la libertad o a la censura. Es absolutamente rídiculo el estado de relativismo al que nos lleva la tolerancia entendida como ausencia de conflicto por que una de las partes cede a todo.
La intolerancia de los tolerantes al no aceptar que si poseemos unos mínimos criterios éticos universales, deja todo espacio ganado a la libertad en manos de los que tienen más fuerza: física (la posibilidad de mandar docenas de comentarios indignantes), en número (juntarnos varios para hundir un site) o quien conoce las herramientas para atacar sitios o lugares.
La falta de reacción del blogger nos pone ante la presencia de la fuerza bruta para no ser tachado de censor. Esa es la coacción moral: hagas lo que hagas eres quien digo que eres: un divo pletorico desde tu egocentrismo.
La aparición de normas es un fracaso en el modelo de convivencia.