Final del primer día en el Powerful Ideas Summit de Valencia, con interesantísimas charlas como la de Michail Bletsas, que se trajo bajo el brazo el OLPC que va a presentar en Davos mañana. Impresionantes las argumentaciones que hace defendiendo el proyecto, y el empuje y convencimiento que tiene acerca tanto en el diseño del aparato, cuidadísimo y estudiadísimo, como en la metodología empleada para su implantación, que tiene algo menos en cuenta al profesor de lo que tradicionalmente se ha hecho en este tipo de proyectos. Michail argumenta que el profesor es en este caso una fuente de restricciones y temores, mientras que el niño es capaz de autoenseñarse como, de hecho, hemos hecho la gran mayoría de los usuarios. John Perry Barlow, con quien coincidí en el taxi viniendo del aeropuerto, hizo una encuesta rápida entre los asistentes en la que preguntó cuántas personas sabían utilizar un ordenador – la gran mayoría de la sala – y cuántos habían recibido educación formal al respecto – poquísimos – como forma de reforzar el punto expuesto por Michail. El argumento me parece correcto incluso teniendo en cuenta que en su momento, el grueso de mi actividad docente tenía la responsabilidad de enseñar a utilizar herramientas informáticas a directivos: la tarea que creo fue eficiente con ese público de lo que John llamó «inmigrantes digitales» y que creo fue eficiente en la reducción de su ciclo de aprendizaje, fue algo que, en cambio, no puse en práctica ni con mi propia hija, a la que preferí casi «abandonar» delante de la máquina tras un par de explicaciones básicas… y funcionó.
Otro de los debates interesantes se centró en las cualidades del venture capital español frente a las de países europeos o los Estados Unidos: en general, en España las inversiones son más pequeñas, y con una mayor tendencia al intervencionismo en la gestión, de manera que no sólo resulta más dificil de encontrar, sino también de gestionar posteriormente, una razón que está provocando que la mayoría de los proyectos encuentren fondos para su desarrollo en instituciones extranjeras. Instituciones que, sin embargo, como señaló Julio de Castro, Vicedecano de Investigación del Instituto de Empresa, tampoco deben ser vistas como una panacea: no todos los proyectos son aptos para el tipo de requisitos que impone el recurso al venture capital, que demanda, entre otras cosas, unos rendimientos que muchos proyectos simplemente no cumplen ni deben cumplir, porque el interés de un proyecto no tiene porqué estar necesariamente ligado a rendimientos económicos estratosféricos.
La cena estuvo muy agradable, con intervenciones muy directas y discusiones vivas. Destacaron, en mi opinión, Francis Pisani, con quien tuve conversaciones muy interesantes que seguramente acabe llevando a alguna colaboración académica, Carlos Barrabés, a quien hacía tiempo que no veía y me actualizó de arriba a abajo en sus últimos proyectos, de los que contaré cosas con más calma porque me han parecido espectaculares, y Jorge Mata, que estuvo compartiendo su experiencia de serial entrepreneur y con venture capitalists.
Más tarde seguramente actualice más con las charlas de hoy…
Que las VC se metan en la gestion no es tan malo si aportan algo, o si el emprendedor en cuestion no se maneja muy bien en el tema de los negocios.
Me temo q en Espanya no abunda mucho el perfil de ingeniero con vision de negocio. Es mas, diria q abunda mas un perfil autocratico, en plan yo-me-lo-guiso-yo-me-lo-como, q suele resultar muy limitado a la hora de la verdad. En ese sentido ni me sorprende ni creo q sea tan negativa la tendencia q comentas.
Hay que ver como Michail Bletsas con que entusiasmo hablaba en Valencia de su ordenador, muy bien, me gusto.
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Espero ansioso que nos cuentes sobre lo nuevo de Carlos Barrabés