Sudores fríos me han entrado al ver en TechCrunch el anuncio de la vuelta de Boo.com, una de las ideas más estúpidas e irracionales de la década de los noventa y, consecuentemente, una de las primeras puntocom en quebrar en las primeras sacudidas del pinchazo de la burbuja.
La historia de Boo.com es uno de esos ejemplos que he utilizado en infinidad de ocasiones en clases y conferencias: lanzada a principios de 1999 como un sitio de moda y complementos, la web contravenía todos los principios de usabilidad y también los del sentido común. Por un lado, ofrecía una web en la que la carga de una simple página tardaba varios minutos y resultaba frustrante para cualquier usuario con dos dedos de frente. Por otro, su equipo directivo viajaba en primera clase, se alojaba en las habitaciones más caras de los mejores hoteles, e instalaba su call-center en el medio de Carnaby Street, una de las zonas más caras del mundo por metro cuadrado de oficina. Al cabo de seis meses, tras redefinir el concepto de burn rate puliéndose más de ciento veinte millones de dólares de algunos incautos venture capitalists, el sitio cerró dejando deudas a diestro y siniestro, y dando lugar a una de las más negras páginas de la desmesura en el management de empresas tecnológicas, uno de esos episodios que contribuyeron a dar mala fama a todo un sector.
Vuelve Miss Boo, y lo hace vestida de negro. Esperemos que no traiga con ella ningún gafe…
De entrada, la pagina temporal que tienen está maquetada con tablas, sin definir DTD, y la imagen principal (la fotografía de la chorva) es un gif de 65 Kb. La cosa promete.
Yo creo que la idea no era mala; se adelantó a su época. Ahora, con AJAX y banda ancha generalizada, sería el momento. Otra cosa es la cantidad de pasta que se pulieron. Quizás sea precisamente el momento de que vuelvan.
En la época buena de Internet, con consultoras de diseño con «consultores senior» de 25 años, una se esas consultoras me invitó a una fiesta coloquio. Salió el tema de Boo.com. Uno de esos «senior» se permitió el lujo de decir que el problema de Boo había sido de «exceso de visión de negocio» (cito textual).
Creo que mis comentarios al respecto de lo contradictorio de la afirmación no fueron bien recibidos, porque no me volvieron a invitar a ninguna fiesta más.
Jajajaja, que risa lo de «exceso de visión de negocio».
Yo me acuerdo cuando salío boo, y el buzz era enorme. Estuvo hasta en wired antes de salir. Y luego era un sitio super excesivamente diseñado y no duro nada. Es más 6 meses suena mucho, pero super sonaba y la expectativa antes de que abrieran era enorme.
Se ve que estan en eso otra vez.
Salon.com tiene en su archivo muchas historias sobre dot-com que fallaron asi como toda la euforia previa. Vale la pena dar un vistazo
http://www.salon.com/tech/col/rose/2000/05/19/den_boo/index.html
Ahora mismo está muy completa y es muy entretenida.