Enrique Dans

Ya estoy de vuelta en Madrid después de un puente entre Coruña y Oporto, con una pequeña paradita en Salamanca. Recordaba Oporto de hace no muchos años como una ciudad muy bonita pero en un estado de conservación bastante flojo, y me ha llamado mucho la atención ver lo bonita que está ahora, con un montón de calles y monumentos restaurados, una impresión general completamente distinta a la de la vez pasada. A pesar de ser un puente con tan solo día y medio en Oporto, el tiempo cundió un montón, nos dimos unos paseos turísticos la mar de majos – subiré fotos en cuanto tenga un ratito -, di una conferencia en la que yo al menos me sentí la mar de a gusto (una buena crónica en portugués y algunas fotos en el blog del evento), vinieron a verme mi mujer y mi hija (me habían visto «en diferido», pero nunca en vivo), me bebí unas cuantas Super Bocks que me supieron a gloria, y nos pegamos una sesioncita de spa esta mañana en el hotel de esas que le dejan a uno con las pilas recargadas para lo que sea. Al volver hoy, aparte de comprobar lo mal que está la cartografía de TomTom de Portugal, paramos en Salamanca, y tuvimos tiempo de entrar en la Catedral a ver Ieronimus, un paseo por las torres medievales de verdad muy recomendable, la forma más «intensa» de disfrutar de un paseo en una catedral (si además te coincide un coro ensayando justo cuando estás viendo la nave central desde las alturas, ya la cosa es de experiencia mística). Y para terminar de redondear la cosa, nos tomamos una Guiness bien tirada con su trebolito y todo en el Irish Rover.

Más enseñanzas del viaje: que la Nikon S6 no es como su primita mayor, la D70. Mientras la impresionante batería de la D70 me da para no llevarme ningún tipo de cargador para un puente largo y tener una confianza razonable de que no me quedaré colgado, la S6, con lo que tira de la batería su enorme pantalla, empezó a dar muestras de agotamiento la noche del sábado, y feneció definitivamente estar tarde en Salamanca, donde terminé haciendo fotos con el BlackBerry (sorpresa, por cierto, la calidad de la cámara del BlackBerry Pearl… luego colgaré algunas fotos de la catedral de Salamanca). Además, la D70, recordando un tema que comentábamos no hace mucho, tiene un conector mini-USB la mar de estándar que permite descargar fotos en cualquier ordenador, mientras que la S6 tiene un absurdo conector propietario que, como todo lo propietario, no hace más que molestar y es, decididamente, una muy mala decisión. Las ventajas del USB son innegables: que se lo digan a mi hija, que descubrió en el hotel que el cargador del BlackBerry podía perfectamente usarse para recargar su iPod.

Finalmente, tras el preceptivo atasco en la entrada de Madrid, ya estamos en casita, preparados para empezar una semana que se anuncia movida…