Se me había olvidado reseñar este artículo de prospectiva, «Negocios de ciencia-ficción«, publicado en el Emprendedores de Septiembre, y en el que Rafael Galán me cita, resultado de una agradable entrevista matutina en el salón de casa en el que tocamos temas como almacenamiento, agentes inteligentes, recomendación, conectividad, ubicuidad, virtualización, dispositivos y muchas más cosas que se han acabado quedando fuera del artículo pero que algunas tenían su miga…
Lo del reproductor de olores via Internet es uno de los poster-childs de los batacazos de las punto-com del 2000. No recuerdo el nombre de la empresa, pero sencillamente, la idea fue acogida por el publico como una solemne gilipollez.
Igual es que la idea se anticipaba a su tiempo, pero yo hoy sigo pensando que lejos de ser un emprendimiento del futuro, es una solemne gilipollez. Salvo en el caso que vendas perfumes por la red, no le veo chicha, y comprarse un accesorio para el ordenador solo para eso, pues como que no…
Por otra parte, el articulo poco habla de avances en quimica (mira a tu alrededor, todo es quimica, desde los plasticos hasta el champú) y en medicina… Aparte de eso, pues bien.
Evidentemente en el artículo no se pueden abarcar todos los avances que nos deparará el futuro, pero es una muestra significativa de posibilidades que ofrecen las TIC’s. Probablemente no todas ellas posibles pero a buen seguro en buen número de ellas, porque las tendencias son las que marcan el futuro y estas ya las encontramos en la sociedad de hoy en día.
Un saludo
Respecto a la realidad virtual que habla en el articulo, actualmente tecnicamente es totalmente viable a nivel grafico-visual y auditivo. . El gran problema es el hardware todavia tendrian que ser mas rapidas las tarjetas graficas y los procesadores.
Second life podria llegar a convertirse en Matrix pero faltarian los otros sentidos.
Todavia queda mucho a nivel de tacto, gusto. El olfato tambien es algo que se estan haciendo cosas.
Uno de mis gratos recuerdos de cuando estuvimos en los parques temáticos de Orlando fue experimentar cómo oído y olfato complementan y potencian la experiencia visual del «usuario».
Los altavoces ya van de serie en los ordenadores (junto a los micrófonos), ¿no?. ¿Para cuándo cartuchos olfativos como los de impresión?
Si algunos viven bien de la tinta, cuasi regalando las impresoras, y otros hacen dinero con los ambientadores de salón, baño, coche…, ¿podremos disfrutar mañana de noticias, documentales, películas, conciertos… «olorosos»?