De lo mejorcito que he leído últimamente en cuanto al apasionante tema del blogging corporativo lo cuenta Luis Rull en su entrada «¿Quién es David y quién Goliat: General Motors (blog) vs. New York Times (Friedman)«. En su entrada, Luis comenta el reciente affaire entre el NYT y el gigante automovilístico norteamericano, que debería dar una indicación a todo directivo y, sobre todo, a todo responsable de comunicación corporativa, acerca de como van a venir dadas las cosas en el futuro. La historia es la siguiente: Thomas Friedman, autor del comentadísimo «La Tierra es plana» y editor del NYT, publica un artículo en el periódico acerca de la actitud de GM con respecto a cómo la compañía sostiene la dependencia de los Estados Unidos del petróleo «de la misma manera que un traficante de drogas lo haría con los adictos al crack». El artículo está disponible aquí para suscriptores, o reproducido en esta página. Para ver una muestra del tono del artículo, basta con leer su primera frase:
«Is there a company more dangerous to America’s future than General Motors? Surely, the sooner this company gets taken over by Toyota, the better off our country will be.»
La compañía se siente atacada (que raro, ¿no?) y responde al periodista con una carta al periódico, pero además, dadas sus dudas acerca de que la carta sea publicada al completo, inserta además esa respuesta en el blog corporativo, Fastlane, titulada «Hyperbole and Defamation in The New York Times«. A partir de ahí, Friedman vuelve a responder en su página del NYT con «GM – Again» (página para suscriptores y artículo reproducido en otra página) con frases como
«Steven J. Harris, and his colleagues denounced my argument in a formal statement and on G.M.’s corporate blog»
y añade más argumentos, a los que la compañía responde rápidamente en el blog, en la entrada «The Times – Again«.
El tema específico lo detalla Luis, que se dedica al tema del corporate blogging profesionalmente y sabe bien de lo que habla, mucho mejor que yo, vale la pena leer su entrada. Yo me quedo con el significado de un intercambio de opiniones entre una compañía y un medio, y la diferencia que supone para la compañía poder responder al medio en igualdad de condiciones, con una voz propia. ¿Se puede considerar igualdad de condiciones el intercambio entre un periódico con una tirada descomunal y un blog corporativo? A efecto de peso mediático, obviamente no, pero sí cabe pensar que vamos a un punto en el que todo aquel interesado en ver la reacción de una compañía ante algo así se dirigirá de manera inmediata al blog corporativo de la misma, a ver qué tienen que decir. Toda una nueva dimensión en la comunicación corporativa, en la forma de hablar de las emrpesas, etc. ¿Quién tiene el poder? El NYT, que habla a través de un editor y tiene un altavoz enorme para difundir sus opiniones, o GM, que además de tener su blog, tiene la decisión sobre dónde inserta o no inserta millones de dólares en publicidad?
Me hago la misma pregunta que Luis: ¿qué ocurriría en España en un hipotético enfrentamiento entre un periódico y una gran compañía? Por supuesto, hoy en día la compañía se arrugaría y respondería, si es que responde, con el método tradicional de la carta al medio, porque en general eso del blog les sigue sonando a onomatopeya de batracio. Sería raro, además, un ataque tan directo proveniente de un medio, porque en España, en general, la prensa – con muy honrosas excepciones – procura no ser demasiado dura en sus expresiones con aquellos que les garantizan las lentejas en forma de publicidad (yo mismo he vivido en ocasiones recortes de mis artículos por considerarse peligrosos hacia los intereses de según qué compañías anunciantes del medio – no daré detalles). El resultado de semejante equilibrio entre intereses de unos y otros es un escenario mucho más «versallesco», menos fiel a la veracidad de la información, y menos libre para la opinión que el que puede existir cuando ese equilibrio se ve alterado por otros órganos de comunicación y otros estándares informativos.
Este episodio (gracias, Luis) se va directo a mis clases del Programa Superior de Comunicación Corporativa, y seguramente, a algunos sitios más…
NOTA: La ilustración está tomada de la portada de «The corporate blogging book«, de Debbie Weil, que por cierto contiene un prólogo de Bob Lutz, Vicepresidente de GM e impulsor personal del blog corporativo, Fastlane, en el que sigue escribiendo habitualmente.
«eso del blog les sigue sonando a onomatopeya de batracio»…
Bueno, no tiene por qué ser un blog. Puede ser cualquier medio de difusión y distribución de contenidos accesible por cualquier persona con acceso a la red. El «blog» es, y perdona que use el término, la moda, el formato que ha empujado que los contenidos se personalicen, se dicten cronológicamente, etc. pero lo que verdaderamente importa es el mensaje o lo que vostros llamáis «la conversación».
Pensar que esa «conversación» solo puede llevarse a cabo efectivamente desde un «blog» es no ver más allá de lo que tienes a medio metro de las narices, pienso yo.
Es España, como ya ha pasado, simplemente la gran compañía retiraría su publicidad del Medio que le ha «agredido». Para muestra lo que pasó con Telefónica y El Mundo cuando Pedro J habló del affaire de Alierta.
Es evidente que los blogs sólo aportan un pequeño adelanto tecnológico (no son más que webs con interface de edición sencilla con unas cosas raras llamadas comentarios y etiquetas), pero el uso, la concepción de la relación que se establece con la audiencia, lo cambia todo.
Siempre ha habido conversación. Pero ahora se hace a través de internet de forma real. Y es la primera vez que se trata con respeto a la audiencia. Y por eso es una gran oportunidad para que la audiencia se acerque y cuente lo que piensa.
Por otra parte, creo que hay ciertas recomendaciones específicas para el uso de los blogs. Si antes se entera el personal, antes lo aplicará y antes lo verá funcionar.
PS: Gracias, Enrique, por la glosa.
Como dice David, en España se utilizan medios más «punitivos». Al ejemplo que menciona se pueden unir varios con «El Economista».
Respecto a la opción blog vs web «convencional», estoy con Rogelio en que lo importante es que la compañía se da cuenta de que tiene formas de contestar, que son públicas y que no depende de que el diario le publique o no su «carta al director». El que hayan visto y optado por esa vía es lo importante, no tanto el formato. Si para conseguir más atención han optado por el blog puede ser una evolución de lo que hace unos años quizás habría sido un pop-up en la página corporativa.
Rogelio, es la interesante discusión que ya hemos mantenido otras veces: ¿tu ves de verdad al tipo de GM contestando al periodista del NYT en un foro? ¿Tendría el mismo impacto? Aparecería en Google con su permalink y sus comentarios? ¿Indexaría bien? Francamente, yo creo que es otra cosa, herramientas diferentes para fines diferentes. El foro es conversación, indudablemente, pero la visibilidad y el control del mensaje que el propietario del blog alcanza en una página «suya» me parece completamente diferente a la que tendrías en un foro. Y en una página web normal y corriente, me valen prácticamente los mismos argumentos, más el hecho de que habitualmente su edición y actualización no está al alcance de cualquiera. Sea por la razón que sea, creo que estamos caminando hacia una consideración cada vez mayor del formato blog como formato para determinados tipos de conversación en la red. No quiere decir que otros formatos no sean importantes, pero sí que sean diferentes.
Enrique, cometes el fallo – por otra parte entendible – de que cuando hablo de «otros métodos de distribución» consideres que estoy pensando en foros o cosas parecidas que me toquen de cerca por lo que haya hecho yo en el pasado o por conversaciones previas que hayamos tenido, pero no es el caso.
No discrimino al blog ni sus virtudes. Pero sí creo que, con tanto «visionario» que hay por la red últimamente, estén todos estancados en el blog como formato exclusivo para «la conversación» de marras. No creo que lo sea, pero sí creo que hoy no hay apenas nadie que sepa utilizar otra cosa.
Me extenderia pero me meto en temas NDA :-) y no, no es nada que yo esté cocinando en mi cocina, que demasiados cacharros tiene ya :-)
Será diferente en America. pero en Eespaña los blogs no tienen la más mínima repercusión mediática.
El ministro reponsable de Internet Sr. Montilla afirma en una entrevista ‘En realidad, en dicho motor de búsqueda [Google] sólo hay indexadas un 8% del total de las páginas existentes en español, es decir, el 92 por ciento restante esta invisible’..
Una autoridad en la materia, José Antonio Millan pide en su blog, en qué dato se basa, además lo solicita por escrito a la Secretaría del Ministro y dan la callada por respuesta.
¿Que repercusión ha tenido que un ministro mienta al personal? – Ninguna
Por si alguien no lo sabe. José Antonio Millán un gran linguista especializado en el mundo digital y su muy conocida y visitada página en Internet ha sido galardonada con el Premio Blasillo Huesca, otorgado por el Congreso de Periodismo Digital de Huesca, el más importante de esta materia de España.
Aficionado a la historia y la geografía, procuro poner en contexto lo que observo. Es la primera vez que leo que un diálogo como el referido por Luis y Enrique se ha desarrollado en un espacio muy significativo. Me ha resultado demostrativo de los cambios que se están produciendo en los diarios (manuscritos, impresos y digitales), que llegarán a muchos otros lugares de la comunicación, del hoy y del mañana. Creo que tienen poco que ver con la internet y las prácticas comunicadoras de hace cinco años, aunque algunos supieran ver entonces lo que iba a venir.
Pensando en España, hace no mucho se comentaban por aquí los cambios observables en una mancheta tan poderosa como la de El Pais. ¿Dentro de otros cinco años estaremos la mayoría en un mundo mucho más evolucionado que hoy solamente ven unos pocos? No lo creo; nos llevará más tiempo el que se entere «todo el mundo» de la sencillo que resulta hoy exponer ordenada y fundadamente nuestros puntos de vista a todo el que los quiera ver, leer o escuchar por juzgarlos relevantes y merecedores de su atención.
Ojeando páginas durante el fin de semana llego a un artículo sobre el documental «Who Killed the Electric Car?» en el Newsweek [modo impresión]. Aporta nuevos y enriquecedores datos y puntos de vista editados por alguien aparentemente ajeno la polémica entre «David y Goliat». Aunque es muy probable que haya una relación tácita en origen, deseo traerla explícitamente a esta conversación porque me parece muy ilustrativa de cómo internet facilita el que los ciudadanos hagamos cosas que antes no eran factibles, y a las que la edición personalizada del formato blog ha dado un impulso bárbaro, que llega hasta para montar «lobbies buenos» ;)