En un entorno en el que los clientes pueden optar a la obtención de un producto de manera gratuita y esto, además, no puede ser evitado de ninguna manera, el movimiento de Napster tiene toda la lógica del mundo: los clientes, por ahora de Estados Unidos, pueden entrar en la página, y escuchar completamente gratis cualquier canción del catálogo de más de dos millones de canciones de la compañía, a cambio de ver publicidad. Por el momento, si entras desde fuera de los Estados Unidos puedes acceder a clips de treinta segundos, y aparece publicidad tanto en la ventana como en el reproductor.
La noticia (vía CNNMoney y FAQ de la compañía) incide en un factor fundamental a la hora de entender las relaciones entre un producto como la música y sus usuarios en el entorno actual: «usuarios» no necesariamente equivale a «usuarios que pagan». Resulta perfectamente posible desarrollar modelos de negocio en los que el usuario no paga, sino que es precisamente el motor económico del sistema, el que genera esa atención que pasa a ser la moneda fundamental en la economía. En un modelo de este tipo, los creadores son compensados económicamente por todos aquellos agentes que utilizan su producto para la obtención de un beneficio económico mediante una actividad con ánimo de lucro (una radio, televisión, bar, cafetería, o nuevos actores como Apple o Napster), pero los usuarios pasan a un papel diferente, en el que no pagan por disfrutar del producto más que cuando a dicho consumo se liga un esfuerzo determinado (conciertos en vivo, margen por una copa en un bar, visionado de publicidad en una página, etc.)
No es un modelo mejor ni peor, simplemente diferente, y mucho más acorde con el signo de los tiempos. No es necesariamente excluyente, es posible que haya gente que prefiera seguir pagando por la música para conservarla en determinados formatos, para acceder a determinadas calidades o para obtener determinados productos complementarios, pero en general, el destino de la música ve mucho más por ahí. Una actitud mucho más razonable que andar por el mundo enviando policías a pegar patadas en puertas para intentar descubrir si un usuario se ha bajado una canción.
una curiosidad, si escrives en castellano porque pones los tags en ingles? pura curiosidad… ;)
Estoy de acuerdo con que los modelos de negocio de la industria del entretenimiento tienen que evolucionar para modificar sus fuentes de ingreso, sin embargo no creo que la dirección adecuada sea a través de la atención de la gente mientras disfruta de alguna obra, veo dos probelmas en eso:
1. Es difícil identificar cuándo una canción o cualquier otra pieza de entretenimiento sirvió como incentivo para vender un tercer producto, por lo que podrían haber problemas para determinar cuando se tiene que pagar o no a los creadores.
2. Si nos centramos en esa fuente de ingresos, al final el ataque publicitario al que estaremos sometidos podría causar una dilusión a la efectividad de dicha publicidad, diluyendo así los beneficios a todos los integrantes de la cadena de valor, incluyendo a los creadores de las obras.
Saludos
@eduardo
Para el punto 1 se me ocurre:
el anunciante ya paga por poner su anuncio independientemente de si alguien compra o no; incluso se puede establecer una subasta tipo google-ads para cada canción de tal forma que los que más paguen sean los anuncio que salga; se puede cobrar un extra al anunciante por cada click que se consiga a través del anuncio.
El modelo google-ads pero con música. Seguro que no tan exitoso, ni como forma exclusiva de financiación, pero una forma más de explotación comercial.
Estoy de acuerdo con vuestros comentarios tipo Google Ads para la música. De hecho, si visitáis www.lastfm.com veréis que esto ya está en marcha y que cobra cierto sentido. Es decir, como usuario, he logrado ver anuncios de acuerdo con mi perfil.
Estoy también de acuerdo en que se puedan tener dos audiencias: una que paga, y otra que no. De hecho, creo que no es nada nuevo, pues estamos llenos de oyentes pasivos de la radio, en bares, que siempre tira de tomar discos prestados, o que sencillamente no les gusta la música pero algo sí consumen.
Pero hay una cosa de la que todo el mundo se olvida, y esto es el Broadcast. Desde que salió Internet se ha abordado el consumo on-line como «puedes elegir», «compras lo que quieras», etc… Los consumidores no sólo necesitamos la sensación de poder elegir, pero también la de que un crítico, locutor, comercial, lo que sea, en definitiva un experto, nos ponga las cosas de tal manera que piquemos en el anzuelo. Tradicionalmente en el sector de la música han sido las radio fórmulas las desarrolladoras de esta tarea, pero nadie lo ha hecho en internet. No sólo imagino softwares que de dejen hacer playlists creativas, que por supuesto está repleto de ellos, sino sites en los que se ofrezcan playlists hechas, o hechas por tí mismo con la ayuda de instrucciones de otros expertos, por supuesto hacer un preescuchas gratuitas, etc… Por qué nadie va en esta dirección de «enganchar» al cliente en tu portal?
Otra pregunta: por qué todas las preescuchas contienen sólo el principio de la canción? No os parece ridículo? Y si la introducción es muy larga?
Acabo de visitar la página de Napster y tienes toda la razón, los que accedemos desde fuera de los Estados Unidos no podemos escuchar mas de treinta segundos.
Es mas, he probado a comprar un disco y como accedo desde fuera tampoco me deja.
Lo veo totalmente absurdo
Puedes entrar a través de proxies. De todas formas, me imagino que será algo temporal.
Yo llevo viendo vídeos musicales y escuchando música desde hace varios meses de esta manera. Pero no solamente eso, también, trailers de películas con una buena calidad.
La página es http://music.aol.com/ para música y vídeos musicales, y http://movies.aol.com/ para trailers de películas.
Te tragas un poco de publicidad al principio, sobretodo, de Chevrolet, pero son 19 segundos soportables y ves el vídeo gratis, incluso a pantalla completa.
Este nuevo modelo de Napster se parece sospechosamente a Pandora.
esto esta muy bien