Vía Gapingvoid llego a este artículo interesante en la BBC, «Business bites the blogging bullet» sobre un tema que yo he tocado de manera abundante en artículos y conferencias recientes, y también «en modo práctico»: la interfaz entre las empresas y la blogosfera, el interesante momento en que las empresas despiertan de ese «sueño metafísico» kantiano y caen en la cuenta de que todas esas páginas ahí fuera son personas – clientes, trabajadores, detractores, simpatizantes, apóstoles, analistas, etc. – que hablan de ellos, que conversan sobre ellos y sus productos o servicios. El artículo incide en ese nuevo enfoque de las Relaciones Públicas corporativas como una disciplina en la que es necesario «desaprender» mucho de lo visto hasta ahora, y empaparse del funcionamiento de las nuevas herramientas que nos ofrece el entorno.
Menciones a diversos ejemplos de influencia negativa en la blogosfera británica (supermercados como Tesco o Sainsbury’s) e internacional (el «Dell Hell» de Jeff Jarvis), y algunos ejemplos positivos de la mano del propio Hugh Macleod (Stormhoek y English Cut). Interesante como lectura introductoria acerca de los peligros de ignorar lo que Internet cuenta de tu empresa, y de las posibilidades de generación de buzz e imagen positiva cuando ese tipo de factores son contemplados y la empresa se mete en la conversación.
Lo cierto es que como consumidor cada vez es más raro que compre algo valioso sin previamente ver las opiniones de otras personas sobre el producto en cuestión. Sin duda, los blogs pueden actuar como un acicate para que las empresas mejoren sus productos y servicios; es más fácil comprar algo si lees que tal usuario del producto recibió un buen servicio o que el producto funciona como se supone que debe hacerlo.
Yo ya no hablaría solo de contrastar un producto en Internet, sinó de la ‘tecnoinfluencia’ que puedes llegar a hacer para que el mercado se mueva de un lugar a otro dependiendo de que lo que diga Internet.
Por ejemplo, destinos turísticos, o gadgets. Estoy seguro de que las ventas del iPod frente a clones de este aparato, vienen influenciadas por el constante machaqueo en Internet sobre el iPod, ya sea por sus características, como por complementos… la cuestion es estar hablando de el constantmente. Al final se crea una moda a la que nadie quiere escapar.
No mirar en Internet que es lo que piensa el usuario de tu empresa, o hacia donde va el mercado, es un error que muchas empresas empiezan YA, a pagar caro.
Este tema es facilmente enlazable con el que abriste del ‘Tancredismo’.
Ivan: con el cambio de escala, con el crecimiento salvaje de usuarios (lectores y blogueros activos) la idea «Internet dice» como algo global, único, con voz definida, es cada vez menos clara. El mérito de los blogueros «top», su influencia, o el de los amigos a los que concedes tu confianza es la referencia principal. Y si eso no es posible (no todo el mundo puede saber y opinar de todo. No siempre vamos a encontrar críticos independientes) te queda revisar los blogs de la empresa o de los empleados, que pueden engañar alguna vez, pero no todo el tiempo, no en cientos de post. No se puede simular la vida diaria de una empresa, no se pueden simular las anécdotas todos días.
Puede ser difícil encontrar críticas sobre todos los productos y servicios, pero a lo mejor encontramos cosas sobre las personas que los producen o prestan…