¿No es una monada?

ImagenLa primera pista de que Nintendo había encontrado una mina de oro con su Nintendogs la tuve hace ya algunos meses de manera completamente empírica, cuando me fui a comprar algo al MediaMarkt de Majadahonda con familia, y mi hija se pasó como quince minutos colgando de una Nintendo DS de demostración mientras yo, que había oído mencionar el juego pero no lo había visto en funcionamiento, veía como le silbaba, hablaba y hacía caricias con el stylus a una maquinita de doble pantalla…

Ahora, al leer este artículo de Wired, «Good Nintendog!» en el que se detalla la experiencia del columnista con su hija de seis años y sus virtual pets, y ver que se han vendido ya más de cuatro millones de unidades (y contando) del jueguecito en cuestión desde que se puso a la venta en Japón en Abril del año pasado, veo que efectivamente, mi intuición era correcta.

Los orientales son expertos en llegar a las emociones humanas a través de cosas como el diseño de productos. La aparente inexpresividad de una «Hello Kitty» contrasta profundísimamente con los desmesurados ojos de un dibujo Manga, pero ambos apuntan al mismo sitio. Grabadas en mi subconsciente están escenas de mi tierna infancia viendo con la boca abierta a mi prima llorando a lágrima viva delante de «Heidi» o de «Candy, Candy», ambos de factura japonesa. Con Nintendogs, la consola se convierte en una auténtica experiencia emocional, en la que el niño desarrolla vínculos afectivos con figuras con las que puede jugar, acariciar, educar, dar órdenes (ver Flash) y que, sin embargo, dejan de dar la lata y no mordisquean zapatillas ni tiran la tierra de las macetas en cuanto el niño se cansa y cierra la consola. Todo ello rodeado de un entorno web en el que te puedes relacionar con otros usuarios, rellenar los papeles de adopción o apuntarte a newsletters para conocer novedades.

Como uso del marketing emocional, una verdadera jugada maestra.

12 comentarios

  • #001
    Carlos del Val - 23 marzo 2006 - 10:58

    Es asombroso que algo como el Tamagochi avanzado tenga tanto tirón, la diferencia entre la vidioconsola esta y la realidad es algo muy importante, que no se juega con seres vivos, con el jueguecito si se cansa el niño lo apaga y almacena junto al resto, pero con el animal no te puedes cansar, requiere compromiso y responsabilidad.

    Lo mejor si quieres un perro será empezar con el juego y si te aficionas te compras un perro.

    Un saludo

  • #002
    Nadow - 23 marzo 2006 - 11:35

    «Lo mejor si quieres un perro será empezar con el juego y si te aficionas te compras un perro.»

    Yo creo que el efecto seria contraproducente ya que el niño si se estusiasma demasiado ten por seguro que por mucho que le intentes hacer comprender que un perro de verdad requiere un compromiso y que hay que cuidarle durante unos 15 años etc etc.
    el niño se limitará a decir «Si, si, si…lo cuidaré, lo prometo…lo prometo..» y si los padres ceden… tarde o temprano empiezan los conflictos…porque se dan cuenta que un perro no es como aquel tamagochi que tenian hace 6 años y que ya no saben ni en que cajón está…

  • #003
    swaze - 23 marzo 2006 - 11:44

    lo malo es cuando se le acaben las pilas al cacharro…

    sinceramente, a mi el nintendog nunca me ha gustado, lo encuentro muy aburrido, pero reconozco y en esto si que me engancha en que es una maravilla de la programacion, eso de que le silbes y venga, o que soples a la pantalla y salgan burbujas de jabon… es simplemente espectacular, y que como bien dices, los chinos saben muy bien manejar a su antojo y semejanza las emociones.

    saludos

    swaze

  • #004
    Cynthia - 23 marzo 2006 - 12:01

    ¿De verdad soy sólo yo? ¿A nadie le parece terrible que los niños empiecen cada vez a jugar con cosas virtuales? Prefiero que el cachorro rompa mis cosas, pero que su respuesta afectiva (y por ende la interrelación con mi hijo) sea verdadera y no una programación computacional.
    Lindo jueguito para niños japoneses que deben estar encerrados en departamentitos de 1×1 debido a la sobretecnologización (y costos elevadísimos) de su estilo de vida.
    Lo siento, pero más que maravillarme, me entristece.

    Saludos cordiales

  • #005
    Gorki - 23 marzo 2006 - 12:03

    Lo de ¡quiero un perro!, lo he tenido que soportar en mi casa durante muchos años.

    La mejor solución es prestarse voluntario a cuidar el perro de cualquier pariente que tiene un viaje o cosas por el estilo. Llega el perro y todos felices, el primer dia no hay problemas por ver quien le saca a pasear. El problema comienza al cuarto dia y al sexto no quiere sacarlo ni tu mujer.

    Motas el número para que quede bien fijado en la memoria de todos, y cuanda aparezca el ¡Quiero un perro! lo recuerdas.

    Es el método de la vacuna descubierto por Pasteur, hay quer aplicar vacunas de recuerdo cada 4/5 años.

  • #006
    AMRS - 23 marzo 2006 - 12:31

    Gorki, eso mismo pasó en mi casa :-)

  • #007
    j - 23 marzo 2006 - 12:59

    «Daddy, what are those two dogs doing?»

  • #008
    Diohbioh - 23 marzo 2006 - 16:14

    Oh, Diohbioh, es lo que nos faltaba. Otra forma de educar a los niños en el disfrute sin necesidad de responsabilidades.

    Así, cuando tenga 30 años, no se querrá ir de casa por no tener que bajar la basura, hacer la cama o fregar los platos. Ni encontrar un trabajo por no madrugar.

    ¿Lo próximo? La NintenSex. Para no tener que aguantar a tu pareja cuando se pone pesada. Para no tener que acompañarla a la compra, o a ese museo al que le apetece tanto ir. Y, además, no te tienes que quedar abrazado a la consola después de eyacular.

    Mucha gente necesita aprender a disfrutar de la vida. De la de verdad.

    db.

  • #009
    Allyenna - 23 marzo 2006 - 16:44

    Aunque yo prefiera un perro o un gato real, y ni de lejos esto sea un sustituto, la verdad es que suple bien la funcion de un rato de diversion, y en mi caso, que vivo sola, me da algo compañia teniendo en cuenta que no puedo tener mascotas en casa.
    Y es adictivo xDDD En vez de la unica vez necesaria, acabas sacandolos a pasear hasta 5 veces y jugando con ellos siempre que puedes…

  • #010
    José Luis - 23 marzo 2006 - 18:16

    Sí, a mi me parece también una señal más de la estupidez humana.

    Tengo la suerte de vivir en un lugar donde los niños sienten emociones reales, no virtuales, y donde sus relaciones con otros no se dan en función de la conectividad del cacharro, sino en función de los amigos que encuentran en la calle.

    Pobrecitos niños urbanitas cuyo contacto con la realidad consiste en la playstation y sus parientes.

    Añoro los tiempos sencillos y auténticos.

    Saludos.

  • #011
    Gorki - 23 marzo 2006 - 19:07

    Sabe alguien donde venden la NitenSex, ¿admiten Paypal?. Lo poneis de un atractivo ….

  • #012
    LUNA - 23 marzo 2006 - 22:34

    A mi no me gustan especialmente los videojuegos, creo que he llegado tarde y soy un poco mayor para eso. Pero tenías que verme con el nintendo de mi sobrino, intentando hacerle aprender al perro su nuevo nombre y enseñarle a saltar.
    Toda una experiencia, vaya

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