Ya estoy en mi tercera habitación, si esto sigue así, en unos días más conoceré todo el hotel. Casualidades de la vida o simple mala suerte, el hotel en general la verdad es que está muy bien, pero en la primera habitación, me cambiaron de repente sin dar demasiadas explicaciones – o dándolas, pero en chino (nunca mejor dicho). En la segunda, de repente apareció una gotera en una esquina y dejó de funcionar el aire acondicionado, así que vuelta a empaquetar y a trasladarse. Como cada vez que te cambian te piden mil disculpas, te mandan a alguien que lleva las cosas de una habitación a otra, y te llevan a una habitación mejor, ahora estoy en una especie de suite japonesa con un cuarto de baño donde se podría jugar un partido de futbol sala, y una televisión plana de bastantes pulgadas. Mañana me imagino que me tocará la suite presidencial o algo así… Menos mal que Internet en este hotel es llegar y enchufar, no hay que darse de alta en ningún sitio ni nada, porque sino esto de escribir iba a ser como la búsqueda del Santo Grial…
A mi me irritán los cambios. Cuando consigo tener todo en el sitio que creo que debe estar, zas: volver a hacer la maleta, lo peor. Admiro tu paciencia…otros se habrian cambiado de hotel.