Efectivamente, como comentaba blogerenpracticas en la entrada anterior, hoy El País me cita en «Enterrados bajo miles de mensajes«, un artículo interesante de Antonio Jiménez Barca. Antonio y yo estuvimos esta semana pasada hablando sobre el tema un rato largo (y la mar de entretenido), y le gustó aquella clasificación que publiqué hace tiempo sobre qué hacemos con los correos electrónicos. Más madera a la discusión de si el e-mail es o no sostenible como modelo comunicativo…
¿No es curioso que quienes no cesan de pronosticar el fín del email sean personas que no sabrían vivir sin acceso a su cuenta de correo-e más de 24 horas? :-)
De momento el correo electrónico es la parte prioritaria y que más uso de Internet.
Además tiene el grado de interactividad que me gusta. Puedo leerlo desconectado, y contestarlo o no. Dedicando el tiempo que pueda o quiera.
Recibo más de un centenar de mensajes y no es difícil separar el grano de la paja.
Especialmente las listas de correo me parecen un gran invento que permite unir a personas de todo el mundo en torno a similares intereses.
También leí el artículo del País al que te refieres, y al hacerlo recordé que hiciste una presentación en unas jornadas de la Confederación Española de Cajas de Ahorros que se celebró el pasado mes de octubre en Zaragoza.
Yo era una de las pocas mujeres que asistíamos a estas jornadas, y recordé que cerrabas tu presentación con tu URL, así que aquí estoy echando un «vistazo».
Por lo pronto me he apuntado para recibir tus actualizaciones, pues estoy muy interesada en el tema de innovaciones en materia de comunicación y gestión del conocimiento, y todo esto en los ratos libres que deja la vorágine del día a día del mundo de la tecnología vivido desde el marco de la empresa privada.
-Puffffffffffffffffff…………..
A mi me encantaria prescindir.
-¿Por qué razón princesa?- pregunta un entusiasta.
-Porque hecho de menos todos los mensajes borrados(10.000&&&&&&&); odio la net, odio todos las contraseñas olvidadas, todos las cuentas de correos perdidas, todo lo escrito por mi, sobre lo que ya no tengo control. Y para terminar, echo de menos tanto y tanto la vida normal.
-Tu vida es como antes, pero un poco tecnificada.
-De eso nada, no es normal que cuando se me rompe algo en el mundo real, el material, el primer impulso irracional es volver a rehacer la acción como si estuviera en el word, y yo fuera el clip ayudante del programa. Pienso «no importa ahora lo rehago», y lo malo que me lo creo por una insignificacia de tiempo, y hasta hago el amago; y entonces joderrrrrrrrrrrr, «lo he roto». Y eso no puede ser normal.
-Es que no debes escribir tanto…
-¿Hay sicoterapia internauta, o de word al menos?
* & representa el infinito, que mi teclado no lo tiene tumbado.
*Bueno creo que limitaré a rellenar mis blogs en lo sucesivo, esto es como emiliar( jeje casi como emigrar)
Al menos con correos sabes que llega ( lo crees, interiorizado como comunicación por años)al menos es más romántico: lo guardar en el armario hasta decidir enviarlo( quita impulsividad incómoda) y no rompe la espalda.
Lo físico se abre( por curiosidad, aunque sepas es una pocilga)» Se han gastado papel…». No, esto es mentira, se abre por la esperanza tonta de ser personalizado, te regalan papel( ya es) luego decidess hacer collage…
Nada que ver con emilios, que es como escribir a una pared de roca. Cuando lo envias, la sensación de ser leido, es la misma en que el sobre suba por ariscos rocosos helados, y se deposite en el K2, se abra( estilo Hogwarts), y se clave en un palo.