Llevaba tiempo con ganas de escribir sobre esto, y algunas entradas recientes con cierto nivel de polémica me han vuelto a animar a ello: me refiero a las discusiones en la red, algo para mí muy ligado a la propia esencia de este fenómeno de tanta pujanza en el que nos hallamos metidos y que se ha dado en llamar blogging.
De lo que hablamos, realmente, es del desarrollo inductivo de una netiquette, un código de conducta para los comentarios en blogs, una auténtica «blogetiquette» que, en realidad, no tiene nada de nueva, sino que proviene en directa herencia trasladada pelo a pelo del bagaje de normas desarrolladas en foros y listas de correo, con las que tenemos ya abundante familiaridad, hasta tener a sus arquetipos listados en comics.
El primer problema de este tipo de medios es el recurso a la expresión escrita. Realmente, intentad imaginaros alguna de las polémicas recientes en este blog (no porque sea egocéntrico, sino por hablar todos de lo mismo) si todos sus participantes hubiesen estado sentados en una mesa de un bar imaginario: el comentario de una persona sobre si mi página era o no un prodigio de fealdad, o sobre si estaba bien mencionar a un determinado personaje en una de mis columnas habría estado, sin duda, acompañado de su dosis de ironía, con mayor o menos grado de gracia, y habría desencadenado una respuesta por parte de otros contertulios, que seguramente habrían distado mucho de tener una actitud enfadada o arisca. En los comentarios de un blog, o entre entradas de diferentes blogs, como lo que buscamos es la eficacia comunicativa de la palabra escrita, determinadas actitudes se magnifican, y el resultado suena bastante más virulento de lo que realmente es.
Desde mi punto de vista… aquí no ha pasado NADA. Y digo NADA, en mayúsculas, porque lo creo de verdad. Ambos ejemplos han sido discusiones en las que, en general, ha predominado la educación y el intercambio de argumentos más allá de un par de exabruptos de personas que «pasaban por allí» y que creo tienen muy poca importancia en el contexto global. Ambos hilos me parecen positivos en cuanto a las posibilidades que proporcionan de formar una opinión en el lector, y en ambos casos creo que ha habido un intercambio inteligente de posiciones por parte de personas con opiniones interesantes.
En uno de los casos, el primero, he llegado a ver entradas en blogs por ahí en los que se decía que «jo, vaya cabreo que se agarró Enrique…», o «que divo, no te puedes meter con él…» Pues mire usted, no es eso. Ni por asomo. Cabreo, ni el más mínimo. Te puedes meter conmigo lo que estimes oportuno. Eso sí, si me parece algo interesante, no esperes que me calle y dé la callada por respuesta. Simplemente, contesté a algo con lo que no estaba de acuerdo, y de donde creía que se podría extraer algo interesante. Es más, lo ridículo, fatuo y feo desde mi punto de vista habría sido ignorar una alusión directa y dejarla sin contestar. Habría sido como «pasar y despreciar» la opinión de alguien, como mirarlo por encima del hombro, algo que me precio de no hacer con prácticamente nadie. Si veo algo escrito sobre mi página, me parece interesante, pero disiento de ello, voy y lo contesto. Si otras personas se unen a la conversación, mientras lo hagan en términos educados, me parece perfecto, a más opiniones, más interés. Lo contrario, no contestar, es lo que habría indicado, desde mi punto de vista, una mala educación. En ningún punto de la conversación que surgió en ese tema me encontré atacado personalmente, y si fue así, me afectó muy, muy poquito (también es verdad que esto del blog te ayuda a desarrollar caparazón como a los galápagos), y me generó muchas más ideas positivas que negativas. Y espero que para otros participantes haya resultado igualmente fructífero.
En el segundo caso, se tocaba un tema como la política, que junto con preferencias religiosas y sexuales conforman esa «esfera de especial protección» en la que siempre resulta complicado entrar. Y aún así, la discusión me pareció perfectamente bien expuesta, con posturas identificables pero no ofensivas, y para nada preocupante en cuanto a escalada de acritud nivel dialéctico. Sinceramente, que todas mis preocupaciones sean cosas que al sacarlas de su contexto online, se convertirían en inofensivas conversaciones de café. Y me parece mucho más saludable que dentro de un blog o entre blogs haya conversaciones de ese tipo, que el que no las hubiese. Bienvenidas sean todas las discusiones, siempre que se recurra lo menos posible a cosas como descalificaciones personales, argumentos ad hominem y faltas de educación. Pero si el sufrir esas cosas es el precio que tengo que pagar por poder mantener esas discusiones, hasta casi me dan igual.
Una de las mejores cosas de este blog es precisamente cómo se generan debates sin ningún tipo de censura. A cuerpo descubierto. Poca gente se atreve a eso. Mis más sinceras felicitaciones. ;-)
Aunque a nivel de comentarios de blog no me ha sucedido, hay que ser muy cuidadoso con la comunicación escrita online, más de una vez en intercambios de emails en las relaciones laborales lo que intentaba ser un primer email medio irónico o medio en broma o lo que podria haber sido una mini bronca en tono amistoso acabo con un toma y daca de emails a cual más agresivo y con más mala leche, hasta que al final te das cuenta que la cosa se está saliendo de madre.
Si, uno no se da cuenta de la cantidad de información que tienen los gestos y el tono de las palabras hasta que se mete en blogs o chats. (Incluso cuando conoces gente de otras culturas se nota, te falta ese 100% de comprension a pesar de entender el 100% de las palabras que dicen)
De todos modos hay un problema mayor, que es causa también de que se pierdan las maneras y el hilo de la discusión: Trollear es muy facil, es anónimo, es gratuito y solo te requiere abrir un tab más y dar un par de clicks. Por desgracia mucha gente suelta sus mal trabajadas opiniones «a pelo» y el resto de la gente se las puede tomar demasiado ens serio.
Yo soy partidario de expresar las discrepancias de forma rotunda, antes que caer en estúpidos consensos. Así pues, esa netiquette me parece útil siempre que sirva exclusivamente para evitar ataques ad hominem. Contra las ideas, siempre vale actuar.
En alguna ocasión, he manifestado que la fórmula de la participación es comunidad x discrepancia.
Me llamó la atención la primera «polémica», la del lenguaje de los niños. Sobre todo, por lo limpia y bien desarrollada que fue, en los dos post. Y por tu respuesta, cuando claramente estabas en minoría.
Cuando vi la columna en LD, y que nombrabas a Federico Jimenez Losantos, pensé «se montará lío». No importaba el mensaje de la columna, estaba seguro de que el personae desencadenaría una discusión obviando el mensaje de tu artículo. No puede seguir el blog en un par de días y hoy lo recupero.
Estot de acuerdo con alberto k. Yo no siempre estoy de acuerdo con lo que escribes, pero me gusta leerlo y poder opinar, y leer opiniones contrarias no censuradas. Sé que si doy una opinión más o menos razonada y de forma educada, no desaparecerán mis comentarios, aunque no apoyen las tesis del autor. Es lo que espero de un blog como herramienta de comunicación bidireccional. Para leer y no poder opinar, ya tengo los periódicos o la radio.
Hola
Sin lugar a dudas la persona de las que he leído y mas he influenciado en mi es Dale Carnegei. Es el mayor gurú del tema tan complicado e interesante como es el de «saber tratar a las demas personas». Os pongo un resumen breve de un capitulo de su libro «como hacer amigos e influir sobre las personas» que habla del tema de las discusiones. Creo que es mas interesante que cualquier cosa que pueda decir yo sobre esto.
DALE CARNEGEI.
Parte de su libro que habla sobre las discusiones
La única forma de salir ganando en una discusión es evitándola. ¿Por qué demostrar a un hombre que se equivoca? ¿Has de agradarle con eso? ¿Por qué no dejarle que salve su dignidad? No te pidió una opinión. No le hacía falta. ¿Por qué discutir con él? Hay que evitar siempre el ángulo agudo. Sólo hay un modo de sacar la mejor parte de una discusión: evitarla. «Si discute usted, y pelea y contradice, puede lograr a veces un triunfo; pero será un triunfo vacío, porque jamás obtendrá la buena voluntad del contrincante» Benjamin Franklin. Piense, pues, en esto ¿Qué prefiere tener: una victoria académica, teatral, o la buena voluntad de un hombre? Muy pocas veces obtendrá las dos cosas. «El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor» y un malentendido no termina nunca gracias a una discusión sino gracias al tacto, la diplomacia, la conciliación, y un sincero deseo de aprecia el punto de vista de los demás. «No debe perder tiempo en discusiones personales la persona que está resuelta a ser lo más que pueda, y menos todavía debe exponerse a las consecuencias, incluso a la ruina de su carácter y la pérdida de su serenidad. Ceded en las cosas grandes sobre las cuales no podéis exhibir más que derechos iguales; y ceded en las más pequeñas aunque os sean claramente propias. Mejor es dar paso a un perro, que ser mordido por él al disputarle ese derecho. Ni aun matando al perro se curaría de la mordedura» Abraham Lincoln. Para impedir que un desacuerdo se transforme en una discusión: Acepte el desacuerdo (Cuando dos socios siempre están de acuerdo, uno de ellos no es necesario.); quizás este desacuerdo es su oportunidad de corregirse antes de cometer un grave error. Desconfíe de su primera impresión instintiva. Controle su carácter. Primero escuche, dele a su oponente la oportunidad de hablar, déjelo terminar. Busque las áreas de acuerdo, exponga antes que nada los puntos y áreas en que están de acuerdo. Sea honesto; busque los puntos donde puede admitir su error, y hágalo, discúlpese por sus errores, eso desarmará a sus oponentes y reducirá la actitud defensiva. Prometa pensar y analizar con cuidado las ideas de sus oponentes; y hágalo en serio, sus oponentes pueden tener razón. Agradezca sinceramente a sus oponentes por su interés. Posponga la acción de modo que ambos bandos tengan tiempo de repensar el problema (sugiera otra reunión). Cuando dos personas gritan, no hay comunicación, sólo ruido y malas vibraciones.
Espero que os sirva
Estoy completamente de acuerdo en que, al menos en mi caso, no ha pasado NADA. Es probable que todo parezca magnificado por la falta de matices y gestos, pero en ningún momento he sentido algo similar al enfado (a pesar de tener que leer lindezas como «mi sobrina de 5 años tiene reacciones parecidas», «a mí me preocupa que haya mucha gente con una idea de la vida como la tuya» o «es Serlio el que niega que se pueda pensar de otra manera»). Afortunadamente mi felicidad y mi estado de ánimo dependen de miles de cosas antes que de mis discusiones en Internet.
Bueno es que así sea, Serlio. Ni te cuento donde estaría si no mi estado de ánimo, con las cosas que me dicen a veces, que me llaman de todo menos bonito…
Me alegro un montón de seguir viéndote por aquí ;-).
Yo también espero que Serlio siga pasándose por este blog.
Un saludo.
!Qué bonito! No es por incordiar, pero es que somos un rato masoquistas, y yo el primero, jeje, a ver lo que dura la paz… Y Enrique no te reprimas, nunca lo has hecho, y a los que disienten contigo que tampoco se repriman, que expresen su disconformidad pero que sean conscientes de las consecuencias de lo que escriben, que sólo piensen si se lo dirían de la misma forma a la cara, parece una chorrada, pero a mi me sirve para serenar la primera reacción, que nunca aporta nada, y encima incluso pensandomelo dos veces llego a expresar mis ideas de una forma que puedan ser compartidas por más gente, que de primeras ya sea por un estilo más rudo, directamente pasarían del fondo.
Retiro totalmente lo de «mi sobrina de 5 años tiene reacciones parecidas» porque al final Serlio no ha tenido esa reaccion a la que me referia y ha vuelto a ser lector del blog. Bien por el y bien por el blog.
Bueno, yo también pido disculpas por si en algún momento alguien se ha sentido ofendido por alguno de mis comentarios. Intentaré no escribir lo primero que se me pase por la cabeza.
Enrique, te considero un buen maestro, profesor, académico, bloguero, columnista, polemista, comunicador y alguna otra cosa más, aunque sólo tengas carnet de biólogo, … y el papel que te dieron en California.
Hala, venga todos a hacer de señores Lobo… :D
Gran secuencia esa… la uso en algunas clases (entera, desde la llamada a Marcellus hasta cuando se va el Sr. Lobo en su Acura) como ejemplo de gestión de proyectos… Creo que la gente se queda con la idea :-)
Lo bueno del blog de Enrique Dans es que se aprende del autor y de sus comentaristas.
Gracias a todos.