Tras la muerte de Peter Drucker, gurú de los anti-gurúes, la red aparece llena de reseñas, obituarios y remembranzas del que fue lectura obligada de varias generaciones de MBAs y directivos. De entre todas ellas, me ha llamado la atención ésta de mi amigo David Allen, Director del Área de Estrategia en el Instituto de Empresa. Primero, porque es la primera vez que veo a David escribiendo en un blog, en este caso en BizDeansTalk. En segundo, porque David es, aparte de uno de mis mejores amigos, uno de esos profesores de ideas preclaras, con un poder de convicción rayano en la «fuerza bruta intelectual», una de esas personas a la que es un verdadero gustazo escuchar en una de sus hiper-provocativas clases y conferencias, o leer en sitios como, por ejemplo, el prólogo de la edición española de ese libro tan recomendable llamado «Funky Business«.
La crónica de David sobre Peter Drucker es corta, clara y deja muy claro el porqué de su importancia. Lectura rápida y la mar de recomendable.
Para mi, sin duda, Drucker era el más grande entre los escritores de management. Ayer lo comentaba con una persona de procedencia técnica (no de empresa) que no lo conocía. Al decirle que era un visionario que predijo cosas con 30 años de adelanto, su comentario fue: «a menudo, ver el futuro con tanto adelanto no vale para nada». Por desgracia, creo que esa frase contiene mucho de cierto.
Es cierto el final del artículo: no vendrían mal 2 o 3 Druckers más…
Diselo a Gates si vale o no vale. Creo que tu amigo se refiere a otro tipo de experiencias más frustrantes: en este país y en Europa en general si que no vale para nada. En cuanto tienes una idea, sale uno diciendo que es de dominio público si triunfa. Sino, ya te lo había dicho mama: funcionario, hijo, funcionario. Miles de Drucker agitan las aguas pero ¿y los intereses creados?. Arde Francia, la cuna de la tolerancia y el buen vivir. No quiero ni pensar si esto ocurriera en Nueva York, Atlanta o Miami. Dile a tu amigo que no pare de escribir todas esas ideas. Algún día tendrán sentido y podra hacerlas realidad. Paciencia y pinzas en la nariz.
Interesante personaje este David Allen.
Recuerdo sus clases como un torbellino que pasaba por mi cabeza removiendo todas las neuronas, el Andy Kaufman de los negocios ;-)
Para mí es El Gurú. Es (o era) el único que explicaba las empresas dentro de la historia de la humanidad y sus variantes: el comercio, la guerra, la religión, la política, la filosofía, el poder…
No se limitaba a su esfera y comprendía el contexto siempre.
Era un filósofo de las empresas.